Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with The Motorcycle Boy
Voto de The Motorcycle Boy:
8
Voto de The Motorcycle Boy:
8
7.6
60,338
Comedia. Drama. Romance
Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro.
14 de enero de 2012
14 de enero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michel Hazanavicius, del que hasta la fecha nada sabía, se ha convertido en el auténtico referente del año 2011. Su nombre, y el de su película, aparece en todas las quinielas relativas a los grandes premios (especialmente, Globos de Oro y Oscar). Faltará ver si lo remata, aunque estando los Weinstein de por medio, parece cosa fácil. En cualquier caso, tiene merecida la recompensa brindada por la ola inflacionista que se ha montado a su alrededor.
Bien, a lo que vamos. El cineasta consigue aquí una obra muy agradecida de ver. Estamos en el año 1927, y George Valentin es un auténtico astro del cine mudo. Sus fans corretean detrás de él, la prensa se muere por sacar una estampa suya, la querida esposa vive a tutiplén, y los productores de la Kinograph permanecen encantados con “la máquina de hacer dinero”. Sin embargo, ahí está, ha llegado, es el progreso tecnológico. ¡Oh! ¡Los actores hablan! ¡No más gesticulaciones! ¡Habrán paso a las nuevas generaciones! Y el pobre Valentin, lleno de orgullo, se quedó fuera de sitio, viendo como se pasaba de una época a otra en apenas un par de meses. Y en ese tránsito, brilla con luz propia Peppy Miller, antaño admiradora y extra en las cintas de George, ahora auténtica musa de Hollywood.
‘The artist’ es un enternecedor homenaje al cine. Hazanavicius destripa las glorias y las miserias del mismo, o sea se Hollywoodland, a través del personaje a quien da vida un fabuloso Jean Dujardin. Repite la fórmula de ‘Sunset boulevard’ (1950), aunque de un modo más “original” y cómico, sin caer en el drama y la tristeza profunda. Ahí juega un papel fundamental Peppy, una de las sorpresas del año, es decir, Bérénice Bejo. Nadie duda ya de su telegenia, de su encantadora interpretación. Esa estoica lucha en no dejar caer al antaño mito, arengada por la nostalgia, por el romanticismo, por un amor (casi) platónico, es una de las claves de bóveda de esta cinta.
En fin, bonita historia que supone un sentido homenaje al cine, sustentado todo en uno de los idilios más tierno de la temporada.
Bien, a lo que vamos. El cineasta consigue aquí una obra muy agradecida de ver. Estamos en el año 1927, y George Valentin es un auténtico astro del cine mudo. Sus fans corretean detrás de él, la prensa se muere por sacar una estampa suya, la querida esposa vive a tutiplén, y los productores de la Kinograph permanecen encantados con “la máquina de hacer dinero”. Sin embargo, ahí está, ha llegado, es el progreso tecnológico. ¡Oh! ¡Los actores hablan! ¡No más gesticulaciones! ¡Habrán paso a las nuevas generaciones! Y el pobre Valentin, lleno de orgullo, se quedó fuera de sitio, viendo como se pasaba de una época a otra en apenas un par de meses. Y en ese tránsito, brilla con luz propia Peppy Miller, antaño admiradora y extra en las cintas de George, ahora auténtica musa de Hollywood.
‘The artist’ es un enternecedor homenaje al cine. Hazanavicius destripa las glorias y las miserias del mismo, o sea se Hollywoodland, a través del personaje a quien da vida un fabuloso Jean Dujardin. Repite la fórmula de ‘Sunset boulevard’ (1950), aunque de un modo más “original” y cómico, sin caer en el drama y la tristeza profunda. Ahí juega un papel fundamental Peppy, una de las sorpresas del año, es decir, Bérénice Bejo. Nadie duda ya de su telegenia, de su encantadora interpretación. Esa estoica lucha en no dejar caer al antaño mito, arengada por la nostalgia, por el romanticismo, por un amor (casi) platónico, es una de las claves de bóveda de esta cinta.
En fin, bonita historia que supone un sentido homenaje al cine, sustentado todo en uno de los idilios más tierno de la temporada.