Perros de paja
7.4
23,247
Drama. Thriller
El astrofísico americano David Sumner (Hoffman) se traslada a vivir al pueblo de su mujer, en Gran Bretaña. Es un hombre reservado y tímido que vive absorto en sus investigaciones y procura evitar cualquier disputa. Sin embargo, la violencia de ciertos individuos del pueblo llega a tal extremo que Sumner, situado entre la espada y la pared, reacciona con las mismas armas que sus agresores para defender a su mujer y su hogar... Obra ... [+]
3 de agosto de 2015
3 de agosto de 2015
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de mis películas favoritas. Y lo es porque es la vida, señores. La película está ambienta en Cornwall (Cornualles en castellano, una región del Este de Inglaterra), y más concretamente en el pueblo de St. Buryan, donde todavía existe la fachada del pub donde se reúnen los lugareños.
Pero muchas de las situaciones que se ven en la película existen, vaya si existen. Este madrileñito las ha vivido en sus carnes al visitar pueblos en fiestas en Castilla. Cuántas veces no se me ha acercado un "amable" lugareño para advertirme que no me acercase a tal o cual chica, que "era suya", y a ver si vas a llegar tú y de primeras besar el santo.
Y desde luego, si insistes y la chica te hace caso, la cosa se complica... como le pasa al bueno de David Summers. Y cuando estás allí, fuera de tu ambiente e inmerso en el suyo, eres muy vulnerable. Porque pueden pasar muchas cosas antes de que llegue la Guardia Civil. Y si se da el caso de que llega, siempre van a estar de parte de los lugareños, porque luego a ellos se los encuentran en el bar, y al de Madrid no le van a volver a ver.
La película retrata como pocas la situación en la que si llevas a alguien al límite va a responder con la misma moneda.
Creo que mucha de la gente que hace críticas negativas a esta película no se ha parado a pensar en el trasfondo de la misma.
Pero muchas de las situaciones que se ven en la película existen, vaya si existen. Este madrileñito las ha vivido en sus carnes al visitar pueblos en fiestas en Castilla. Cuántas veces no se me ha acercado un "amable" lugareño para advertirme que no me acercase a tal o cual chica, que "era suya", y a ver si vas a llegar tú y de primeras besar el santo.
Y desde luego, si insistes y la chica te hace caso, la cosa se complica... como le pasa al bueno de David Summers. Y cuando estás allí, fuera de tu ambiente e inmerso en el suyo, eres muy vulnerable. Porque pueden pasar muchas cosas antes de que llegue la Guardia Civil. Y si se da el caso de que llega, siempre van a estar de parte de los lugareños, porque luego a ellos se los encuentran en el bar, y al de Madrid no le van a volver a ver.
La película retrata como pocas la situación en la que si llevas a alguien al límite va a responder con la misma moneda.
Creo que mucha de la gente que hace críticas negativas a esta película no se ha parado a pensar en el trasfondo de la misma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo de la violación es para mí pura anécdota. La película me impresiona mucho más por otros aspectos.
8 de enero de 2024
8 de enero de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el sabor de "La balada de Cable Hogue” todavía en los labios, asistimos al estreno de "Perros". En aquel entonces la defendimos por ser de quien era. Que si era un análisis sobre la violencia de la sociedad, que si una obra de culto ... ¿De culto? Después de verla al cabo de los años más nos parece de "bulto". Casi, casi, desmerece dentro de su filmografía.
Un joven matrimonio deja EEUU para volver al pueblo de ella, Amy (George), en la Inglaterra profunda, cavernaria. Unas cuantas casas y un pub donde abrevan todos. Gentuza, deshechos de tienta, sobre todo la cuadrilla de Charlie (Henney), antiguo novio de Amy. Una panda de gilipollas, salidos y violentos que "trabajan" para el matrimonio en su casa en medio del monte, trastornados con las minifaldas y los pechos que ella luce con exhibicionismo más o menos consciente y provocativo.
"El hombre es fuego, la mujer estopa, llega el diablo y sopla". Y más si el marido, David (Hoffman), hace el papel de casi siempre. En este caso un "Pequeño gran astrofísico", un "Graduado" con la cabeza llena de números binarios que no las ve venir aunque le caiga el meteorito en la cabeza.
Una historia forzada, forzadísima, que dedica tres cuartas partes del guion para explicar algo que se ve venir al cuarto de hora, y un desenlace violento y desproporcionado. Y ni siquiera lo hace por venganza, que motivos tiene de sobra, sino por defender al débil. ¡Toma ya!
Realización que se detiene y le da al "replay" en las escenas eróticas, pero que descuida explicar mínimamente el carácter del matrimonio protagonista.
Vale, hasta los personajes de Dustin en un momento dado pueden enfadarse con todos y con todo, pero, ¿es esto todo el mensaje? Pues para este viaje no hacían falta alforjas.
Buena su interpretación, que lo cortés no quita lo valiente.
Cinta floja sin paliativos, recomendable si acaso a los que están haciendo una tesis doctoral sobre la violencia y el erotismo en el cine o sobre las obras menores de Peckinpah. Prescindible para el resto.
Un joven matrimonio deja EEUU para volver al pueblo de ella, Amy (George), en la Inglaterra profunda, cavernaria. Unas cuantas casas y un pub donde abrevan todos. Gentuza, deshechos de tienta, sobre todo la cuadrilla de Charlie (Henney), antiguo novio de Amy. Una panda de gilipollas, salidos y violentos que "trabajan" para el matrimonio en su casa en medio del monte, trastornados con las minifaldas y los pechos que ella luce con exhibicionismo más o menos consciente y provocativo.
"El hombre es fuego, la mujer estopa, llega el diablo y sopla". Y más si el marido, David (Hoffman), hace el papel de casi siempre. En este caso un "Pequeño gran astrofísico", un "Graduado" con la cabeza llena de números binarios que no las ve venir aunque le caiga el meteorito en la cabeza.
Una historia forzada, forzadísima, que dedica tres cuartas partes del guion para explicar algo que se ve venir al cuarto de hora, y un desenlace violento y desproporcionado. Y ni siquiera lo hace por venganza, que motivos tiene de sobra, sino por defender al débil. ¡Toma ya!
Realización que se detiene y le da al "replay" en las escenas eróticas, pero que descuida explicar mínimamente el carácter del matrimonio protagonista.
Vale, hasta los personajes de Dustin en un momento dado pueden enfadarse con todos y con todo, pero, ¿es esto todo el mensaje? Pues para este viaje no hacían falta alforjas.
Buena su interpretación, que lo cortés no quita lo valiente.
Cinta floja sin paliativos, recomendable si acaso a los que están haciendo una tesis doctoral sobre la violencia y el erotismo en el cine o sobre las obras menores de Peckinpah. Prescindible para el resto.
25 de julio de 2011
25 de julio de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ultraviolencia en la campiña inglesa. La transformacion de un hombre calmado y normal, que nunca se enfada hasta que pierde los papeles. Además de violencia física, mucha violencia verbal y sobretodo muchisima violencia contenida. Dustin hoffman da vida al hombre medio, tranquilo, reservado, trabajador y cumplidor. además de él en el pueblo vive más gente...
Es un profesor que se traslada desde Estados Unidos a vivir al Reino Unido. Es la película más violenta que he visto.
Es un profesor que se traslada desde Estados Unidos a vivir al Reino Unido. Es la película más violenta que he visto.
24 de abril de 2014
24 de abril de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Argumento:
El astrofísico americano David Sumner (Hoffman) se traslada a vivir al pueblo de su mujer, en Gran Bretaña. Es un hombre reservado y tímido que vive absorto en sus investigaciones y procura evitar cualquier disputa. Sin embargo, la violencia de ciertos individuos del pueblo llega a tal extremo que Sumner, situado entre la espada y la pared, reacciona con las mismas armas que sus agresores para defender a su mujer y su hogar... Obra clave en la filmografía de Peckinpah, "Perros de paja" es un estudio sobre la violencia del ser humano basado en la novela "The Siege of Trencher's Farm", de Gordon M. Williams. (FILMAFFINITY)
Juicio:
"Perros de paja" puede ser tomada como dos cosas: una cruda y notable película violenta o un estudio inquietante y febril sobre la violencia y cómo despertarla en personalidades que jamás esperarías (como es el caso del sufrido y ajusticiador Dustin Hoffman). En ambas cosas tiene éxito y en ambos polos es una película potente, visceral y de las que no dejan títere con cabeza. Con un Peckinpah desatado haciendo lo que mejor sabe, este "feel-bad" clásico (una película de las que te dejan mal sabor de boca, no por su calidad, sino por su trama) es una apuesta segura.
El astrofísico americano David Sumner (Hoffman) se traslada a vivir al pueblo de su mujer, en Gran Bretaña. Es un hombre reservado y tímido que vive absorto en sus investigaciones y procura evitar cualquier disputa. Sin embargo, la violencia de ciertos individuos del pueblo llega a tal extremo que Sumner, situado entre la espada y la pared, reacciona con las mismas armas que sus agresores para defender a su mujer y su hogar... Obra clave en la filmografía de Peckinpah, "Perros de paja" es un estudio sobre la violencia del ser humano basado en la novela "The Siege of Trencher's Farm", de Gordon M. Williams. (FILMAFFINITY)
Juicio:
"Perros de paja" puede ser tomada como dos cosas: una cruda y notable película violenta o un estudio inquietante y febril sobre la violencia y cómo despertarla en personalidades que jamás esperarías (como es el caso del sufrido y ajusticiador Dustin Hoffman). En ambas cosas tiene éxito y en ambos polos es una película potente, visceral y de las que no dejan títere con cabeza. Con un Peckinpah desatado haciendo lo que mejor sabe, este "feel-bad" clásico (una película de las que te dejan mal sabor de boca, no por su calidad, sino por su trama) es una apuesta segura.
16 de octubre de 2017
16 de octubre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parafraseando la frase de Jacques Rousseau, pero esa es la base del film que nos atañe, probablemente uno de los más incisivos y polémicos tratos sobre la violencia humana que se hayan hecho en el cine estadounidense.
Y esto viene de la mano de Sam Peckinpah, cineasta que nunca ha destacado precisamente por sus dulces historias, sino más bien por su gran afición a lo violento, a lo escabroso, a la brutalidad inherente a la condición del ser humano. En "Perros de Paja" esas ideas las manifiesta sin tapujos ni edulcorantes.
"El Asedio de la Granja de Trencher" fue una de las más exitosas novelas escocesas de su época, y su escritor, Gordon Williams, creó con ella su mejor obra. Peckinpah, que venía de dirigir la joya del "western" "Grupo Salvaje" y "La Balada de Cable Hogue", y viendo que Polanski no se iba a encargar de la dirección, se sentó junto a David Z. Goodman y al alimón empezaron a idear una historia basándose en el relato, aunque lo cierto es que sólo mantuvieron un 20% de él (los protas se llaman George y Louise y tienen una hija, Karen, amén de otros muchos detalles...). Con las pocas oportunidades que veía con la Warner en América, tras el rodaje caótico de su anterior film, decidió irse a tierras anglosajonas para dar vida a lo que sería, para él y para muchos, su obra clave. Y vaya si lo fue.
"Perros de Paja" contaba la historia de una "agradable" pareja de americanos, David y Amy, que se habían mudado al pueblo natal de esta última en busca de tranquilidad y huyendo de la inestable situación que se vivía en EE.UU. en aquellos momentos. La realidad con la que se topan no es precisamente muy halagüeña...sencilla premisa para un "thriller" que daría mucho de qué hablar. Para empezar, a poco más de veinte segundos, ya aparece la protagonista provocativa, con una blusa de la que se nota que debajo de ella no hay nada más, mientras es observada por varios hombres del pueblo. Directo a la yugular, como sólo Peckinpah sabe hacer.
Y es que éste cogió la base de la novela de Williams y le dio su sello, su polémico estilo, centrándose en crear un fiero retrato del hombre y su comportamiento, de hasta qué límites insospechados puede llegar para defender su territorio, pasando de ser civilizado a un animal salvaje. La acción se desarrolla en una villa, puramente escocesa, no quedándose corto al poner a todos como holgazanes, borrachos, asesinos y pendencieros, y, poco a poco, va elevando la tensión, empezando con unos personajes cuya cólera guardan en su interior y que va saliendo mediante avanza la trama. David y Amy se quieren, al parecer, pero entre ellos existe una sadomasoquista relación, siendo ésta un toma y daca continuo, y para echar más leña al fuego entra en escena Charlie, un antiguo novio de la chica, que junto a ella protagonizará una de las escenas más vapuleadas de la industria americana: la de la violación en el sofá, brutal y ambigua al mismo tiempo, porque, ¿Amy disfruta o sufre por ello?
Peckinpah consigue ahogarnos con la atmósfera de la película, cuya asfixia se hace más evidente al hostigar los hombres del pueblo al matrimonio. David se empieza a mostrar temeroso, cohibido por el ambiente, por el trato tan desconsiderado que recibe, pero a partir de que Tom vaya en busca de Janice y la ley muera con el alcalde de un escopetazo, el otrora acobardado profesor de astronomía se verá obligado a convertirse en un animal para evitar que los ebrios hombres del pueblo se lleven a Niles, dejando salir toda su rabia interior representándose en uno de los cambios de personalidad más drásticos que jamás ha experimentado un personaje en pantalla.
Es realmente una lección magistral de ética podrida lo que plantea Peckinpah con el asedio a la casa de David y Amy, un punto en el que la película explota en un visceral torbellino de violencia que va de menos a más y a más.
El director aborda con una punzante y controvertida mirada la hipocresía de la religión, el sexo, la hombría, la alienación, deja por los suelos la moral a favor del instinto y nos mete de cabeza en una enfermiza y malsana función de la que no se salva nadie, usando su cámara de forma frenética, cercana a los personajes, con rápidos "zooms" y a la vez lentos planos para recrearse en lo áspero y salvaje de sus escenas, además de lograr plasmar ese clima de inestabilidad que se vive en la casa dejando la cámara inclinada la mayor parte del tiempo, para que nos sintamos igual de aturdidos que los protagonistas. Dustin Hoffman ofrece una de las más brillantes interpretaciones de su carrera, al igual que Susan George, que más tarde sería muy conocida para el público adolescente de los '70 por su papel en "La "Indecente" Mary y Larry, "el Loco" ", Del Henney o Peter Vaughan.
"Perros de Paja" es durísima, amarga, oscura. Un "thriller" psicológico difícil de digerir, hecho por un realizador perteneciente a aquella estirpe de cineastas, tal como Martin Scorsese, Sidney Lumet, Roman Polanski o Stanley Kubrick (que seguía dando caña, el cabrón), destinados a escandalizar al mundo hollywoodiense y sacudir sus cimientos para llevarlo a una nueva era cinematográfica, además de ser influencia seminal para infinidad de posteriores directores.
No admite medias tintas: o se odia o se ama, pero indiferente no deja. No se puede decir lo mismo de aquel repugnante "remake" que salió en 2.011 dirigido por Rod Laurie.
Y esto viene de la mano de Sam Peckinpah, cineasta que nunca ha destacado precisamente por sus dulces historias, sino más bien por su gran afición a lo violento, a lo escabroso, a la brutalidad inherente a la condición del ser humano. En "Perros de Paja" esas ideas las manifiesta sin tapujos ni edulcorantes.
"El Asedio de la Granja de Trencher" fue una de las más exitosas novelas escocesas de su época, y su escritor, Gordon Williams, creó con ella su mejor obra. Peckinpah, que venía de dirigir la joya del "western" "Grupo Salvaje" y "La Balada de Cable Hogue", y viendo que Polanski no se iba a encargar de la dirección, se sentó junto a David Z. Goodman y al alimón empezaron a idear una historia basándose en el relato, aunque lo cierto es que sólo mantuvieron un 20% de él (los protas se llaman George y Louise y tienen una hija, Karen, amén de otros muchos detalles...). Con las pocas oportunidades que veía con la Warner en América, tras el rodaje caótico de su anterior film, decidió irse a tierras anglosajonas para dar vida a lo que sería, para él y para muchos, su obra clave. Y vaya si lo fue.
"Perros de Paja" contaba la historia de una "agradable" pareja de americanos, David y Amy, que se habían mudado al pueblo natal de esta última en busca de tranquilidad y huyendo de la inestable situación que se vivía en EE.UU. en aquellos momentos. La realidad con la que se topan no es precisamente muy halagüeña...sencilla premisa para un "thriller" que daría mucho de qué hablar. Para empezar, a poco más de veinte segundos, ya aparece la protagonista provocativa, con una blusa de la que se nota que debajo de ella no hay nada más, mientras es observada por varios hombres del pueblo. Directo a la yugular, como sólo Peckinpah sabe hacer.
Y es que éste cogió la base de la novela de Williams y le dio su sello, su polémico estilo, centrándose en crear un fiero retrato del hombre y su comportamiento, de hasta qué límites insospechados puede llegar para defender su territorio, pasando de ser civilizado a un animal salvaje. La acción se desarrolla en una villa, puramente escocesa, no quedándose corto al poner a todos como holgazanes, borrachos, asesinos y pendencieros, y, poco a poco, va elevando la tensión, empezando con unos personajes cuya cólera guardan en su interior y que va saliendo mediante avanza la trama. David y Amy se quieren, al parecer, pero entre ellos existe una sadomasoquista relación, siendo ésta un toma y daca continuo, y para echar más leña al fuego entra en escena Charlie, un antiguo novio de la chica, que junto a ella protagonizará una de las escenas más vapuleadas de la industria americana: la de la violación en el sofá, brutal y ambigua al mismo tiempo, porque, ¿Amy disfruta o sufre por ello?
Peckinpah consigue ahogarnos con la atmósfera de la película, cuya asfixia se hace más evidente al hostigar los hombres del pueblo al matrimonio. David se empieza a mostrar temeroso, cohibido por el ambiente, por el trato tan desconsiderado que recibe, pero a partir de que Tom vaya en busca de Janice y la ley muera con el alcalde de un escopetazo, el otrora acobardado profesor de astronomía se verá obligado a convertirse en un animal para evitar que los ebrios hombres del pueblo se lleven a Niles, dejando salir toda su rabia interior representándose en uno de los cambios de personalidad más drásticos que jamás ha experimentado un personaje en pantalla.
Es realmente una lección magistral de ética podrida lo que plantea Peckinpah con el asedio a la casa de David y Amy, un punto en el que la película explota en un visceral torbellino de violencia que va de menos a más y a más.
El director aborda con una punzante y controvertida mirada la hipocresía de la religión, el sexo, la hombría, la alienación, deja por los suelos la moral a favor del instinto y nos mete de cabeza en una enfermiza y malsana función de la que no se salva nadie, usando su cámara de forma frenética, cercana a los personajes, con rápidos "zooms" y a la vez lentos planos para recrearse en lo áspero y salvaje de sus escenas, además de lograr plasmar ese clima de inestabilidad que se vive en la casa dejando la cámara inclinada la mayor parte del tiempo, para que nos sintamos igual de aturdidos que los protagonistas. Dustin Hoffman ofrece una de las más brillantes interpretaciones de su carrera, al igual que Susan George, que más tarde sería muy conocida para el público adolescente de los '70 por su papel en "La "Indecente" Mary y Larry, "el Loco" ", Del Henney o Peter Vaughan.
"Perros de Paja" es durísima, amarga, oscura. Un "thriller" psicológico difícil de digerir, hecho por un realizador perteneciente a aquella estirpe de cineastas, tal como Martin Scorsese, Sidney Lumet, Roman Polanski o Stanley Kubrick (que seguía dando caña, el cabrón), destinados a escandalizar al mundo hollywoodiense y sacudir sus cimientos para llevarlo a una nueva era cinematográfica, además de ser influencia seminal para infinidad de posteriores directores.
No admite medias tintas: o se odia o se ama, pero indiferente no deja. No se puede decir lo mismo de aquel repugnante "remake" que salió en 2.011 dirigido por Rod Laurie.
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