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AdolescenciaMiniserie

Serie de TV. Drama. Thriller Miniserie de TV. 4 episodios. El mundo de una familia se pone patas arriba cuando Jamie Miller, de 13 años, es arrestado y acusado de asesinar a una compañera de clase. Los cargos contra su hijo les obliga a enfrentarse a la peor pesadilla de cualquier padre.
Críticas 173
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8
1 de abril de 2025 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay series que cuentan una historia y otras que te sumergen en ella hasta hacerte sentir parte de la trama. Adolescence pertenece a la segunda categoría. Con una historia cruda, sin filtros y absolutamente realista, esta producción golpea con fuerza y deja huella.

Pero si hay algo que la convierte en una obra técnica descomunal, es su arriesgada propuesta: cuatro episodios rodados en plano secuencia real, sin cortes ni trucos. Cada escena es una coreografía perfecta donde la cámara se mueve con una fluidez hipnótica, atrapándonos en la tensión y la emoción del momento. No hay escapatoria, ni para los personajes ni para el espectador.

A este impresionante logro se suma un reparto en estado de gracia. Las interpretaciones son brutalmente creíbles, transmitiendo cada emoción con una naturalidad que duele. No hay sobreactuaciones ni diálogos impostados, todo fluye con una autenticidad que potencia aún más la dureza de la historia.

Adolescence es una experiencia única, tanto por su impacto narrativo como por su excelencia técnica. Un drama arriesgado, intenso y magistralmente ejecutado, que demuestra que cuando el cine y la televisión apuestan por la autenticidad, pueden alcanzar niveles extraordinarios.

Si buscas una serie diferente, capaz de atraparte desde el primer minuto y dejarte sin aliento hasta el final, Adolescence es una apuesta segura

Más críticas como ésta en IG: @lachozadeyoda
7
4 de abril de 2025 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adolescence (2025): Me acabo de ver "Adolescence" en maratón, 3.5 horas aproximadamente, sacando los créditos. Es de lo mejor que he visto este año, aunque sinceramente no he visto demasiado. Son 4 capítulos rodados en un solo plano secuencia cada uno, en otras palabras la historia está contada en tiempo real, lo que la hace algo más lenta que una narración convencional pero también le da mucho más realismo. Llaman la atención las actuaciones portentosas de todo el elenco, pero especialmente del chico protagonista y su padre, qué actorazo que es Stephen Graham, en la última escena de cierre el tipo te devasta. El guión es casi perfecto y la puesta en escena de lo mejor de los últimos años, rodar en un solo plano secuencia requiere de una habilidad y una precisión técnica superlativa. La miniserie toca varios temas muy contemporáneos como son la crianza de los hijos, el buylling, los peligros de las redes sociales, los trastornos psicológicos de los adolescentes en la actualidad, la frágil unidad familiar, el deficiente sistema educativo y la poca motivación de algunos docentes, la autoestima, y especialmente toca ese miedo recurrente que tenemos los padres con respeto a nuestros hijos cuando no estamos presentes, porque a veces la vida de un adolescente puede ser un verdadero infierno y nosotros no nos enteramos hasta que es demasiado tarde. Y sí, si eres padre o madre esta miniserie tocará tu fibra más profunda y hasta te romperá. Muy recomendable y está en Netflix. 7/10 *******
8
6 de abril de 2025 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces vemos una serie y al terminarla seguimos con nuestras vidas como si nada. Otras, como en el caso de Adolescencia, sentimos que algo se nos ha roto por dentro, que nos han removido hasta los cimientos. Esta miniserie británica de solo cuatro episodios, disponible en Netflix, es una radiografía dura, honesta y devastadora de lo que ocurre cuando el dolor, el abandono emocional y el silencio se mezclan en las sombras de la adolescencia.
La serie nos introduce en una familia aparentemente normal. Padres presentes, una hermana, un hogar estable. Un adolescente inteligente, educado, introvertido... y de pronto, todo salta por los aires. Desde el primer episodio, el impacto emocional es potente. Pero no por el sensacionalismo, sino por lo real. Por lo cotidiano. Por lo cercano.

El tono sobrio y contenido de la dirección permite que los hechos hablen por sí solos. No hay manipulación emocional ni excesos dramáticos. Es la frialdad con la que se narran los acontecimientos lo que duele más. Porque parece que podrías conocer a alguien como Jamie. Podría ser el hijo de tu vecino. Podría ser tu alumno. Podría ser tu hijo.

Es una serie dura, sí. Pero necesaria. De esas que te invitan a hablar, a reflexionar, a mirar a tu alrededor con otros ojos. Sobre la salud mental, sobre el bullying, sobre el papel de las redes sociales, sobre la responsabilidad de los adultos, los educadores, los compañeros… todos. Porque no hay un solo factor que explique lo que ocurre. Pero sí muchos que contribuyen.

Una miniserie que debería verse sin saber demasiado. Solo sentarse, abrir bien los ojos y dejarse golpear por la realidad. Y después, hablar de ella. Porque lo que callamos… también puede matar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La serie te rompe desde el inicio, pero hay un punto de inflexión brutal: el momento en el que se descubre el vídeo. Ahí entiendes que Adolescencia no va de descubrir al culpable. Va del después. Del por qué. De cómo llegamos hasta aquí.

Jamie es, al principio, un chaval por el que es fácil sentir empatía. Parece incluso exagerado que lo detengan así. Su reacción, la de sus padres, el trayecto a comisaría… todo parece un error, una confusión. Y sin embargo, el vídeo te deja sin aire. Y tú, como espectador, pasas del "no puede ser" al "cómo pudo hacerlo".

Su evolución es inquietante. Durante la conversación con la psicóloga, el contraste entre su timidez inicial y la frialdad posterior es escalofriante. Hay un momento en que, tras amenazar veladamente, sigue comiendo su sándwich como si nada. Es en ese instante donde entiendes que no solo es culpable, sino que algo dentro de él está completamente roto.

Lo complejo es que también descubres que Jamie sufría bullying. Que la chica que murió no era una santa. Que él estaba siendo humillado en silencio. Eso no lo justifica en absoluto, pero sí lo contextualiza. Y ahí nace la verdadera pregunta: ¿y si en vez de matar a la chica, se hubiera suicidado él? ¿Estaríamos hablando del mismo "monstruo"? ¿O de una víctima más?

La serie no absuelve, pero sí obliga a mirar más allá. Los padres no son negligentes, los profesores parecen superados. Todos tienen parte, pero no culpa directa. Y eso es lo más doloroso: que no hay malos claros. Solo una suma de silencios, de falta de atención, de normalidad mal entendida.

El episodio final, con el padre en la habitación de Jamie, es desolador. Ese "lo siento, hijo, tenía que haber hecho más" es quizás una de las frases más humanas y tristes que he oído en una pantalla.

Y el actor... qué decir. Tiene 15 años y era su primer papel. Y lo ha hecho como si llevara una década en esto. Hay momentos en los que asusta, en los que conmueve, en los que lo odias, y otros en los que solo ves a un niño pidiendo ayuda. Un trabajo brillante.
8
17 de abril de 2025 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine inteligente que trata al espectador con gran respeto. Te ofrece la oportunidad de reflexionar sobre un tema social muy vital y de actualidad: el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación en los seres humanos. Y lo hace de manera muy entretenida y compleja, sin que te des cuenta de lo que ha debido ser filmar cada capítulo hasta que se acaba. ¿Pero, ya se ha acabado? Te preguntas. Y al siguiente episodio intentas estar más atento aún a la magia de rodar todo en un solo plano. Pero la historia vuelve a absorberte y te distrae de tu empeño.Muy recomendable.
8
25 de abril de 2025 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intentando no repetir lo ya dicho, creo que lo más interesante de esta serie es el acercarse a la realidad actual de la juventud. Me importa menos el plano secuencia que a veces lastra más que enriquece.
Si bien, no deja de ser un espacio recreado y por ello muy cinematográfico. Por ejemplo el capítulo en el insti que, aunque apunta hechos reales, que sucedan todos en un breve recorrido por un centro no es nada real; es como si visitáramos un hospital y viéramos sanitarios desbordados, camas por los pasillos, violencia contra médicos pasotas, todo negativo.
Lo que si es real es a lo que la sociedad y las familias han abocado a los jóvenes:
- los padres llevan muchos años haciendo dejación de funciones, pasándoselas a los profes, que se ven sobrepasados y más aún cuando esas mismas familias y los políticos les quitan la autoridad.
- los niños son los reyes de la casa y de la calle protegidos por las leyes e incluso si son menores de 14 inimputables. De esta de forma se convierten en tiranos y sus padres les dan todo lo que piden sin ganárselo, lo que importa es disfrutar y que sean felices, al gual que en la enseñanza que aprueban o pasan de curso sin tener el nivel.
- Están sobreprotegidos y son de algodón y ante cualquier rechazo o fracaso, o se hunden o reaccionan con violencia como este joven de la serie.
- A todo esto se suman las redes sociales, un mundo aparte que les influye totalmente: imagen, sexualidad, amistades, o percepción del mundo distorsionada.
- Por ultimo no entiendo esa obsesión social de que se tenga novio o novia a edades tan tempranas. Algo tan complejo en la edad adulta que de críos los desestabiliza y descentra.
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