Jurado Nº 2
6.8
21,297
7 de enero de 2025
7 de enero de 2025
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Olvidemos el nombre del director de la película y analicémosla de forma crítica. La película quiere ser "12 hombres sin piedad" y Clint Eastwood no lo ha conseguido. La trama da vueltas sin sentido y el guion es mediocre. Gran actuación de Nicholas Hoult.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El sinsentido de esta película se resume en un momento claro: en la primera votación del jurado podía haber acabado la película. No es creíble el desarrollo de la trama y las conversaciones de los abogados pobres y sin sentido.
4 de noviembre de 2024
4 de noviembre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una duración comedida y un desarrollo inteligente, cuando se encienden las luces de la sala y empiezan a aparecer los créditos, uno no puede evitar quedarse sentado tratando de digerir lo que acabas de ver.
En todo momento no pude evitar recordar la magistral 12 hombres sin piedad, aunque el Jurado Nº2 tiene una personalidad única y va más allá, haciendo que nosotros como espectadores seamos otro jurado y nos motive a decidir un veredicto.
Sin duda hay que aplaudir la genialidad y la maestría de la premisa de la película.
En todo momento no pude evitar recordar la magistral 12 hombres sin piedad, aunque el Jurado Nº2 tiene una personalidad única y va más allá, haciendo que nosotros como espectadores seamos otro jurado y nos motive a decidir un veredicto.
Sin duda hay que aplaudir la genialidad y la maestría de la premisa de la película.
6 de noviembre de 2024
6 de noviembre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que un señor de 94 años dirija una película ya es motivo de admiración; si además es buena, debemos celebrarlo. A partir de un premisa propia de una peli de tarde -un miembro del jurado descubre que él es el culpable del caso que se juzga-, añadiendo capas de complejidad -la esposa embarazada, el pasado de alcoholismo-, jugando con un referente claro -"12 hombres sin piedad"-, el maestro nos inocula el desasosiego en el cuerpo planteando un dilema que a su vez se ramifica en otros dilemas, un dilema que interpela directamente al espectador, quien queda obligado a preguntarse qué haría en una situación parecida. Eastwood, que recurre a un montaje dinámico para las escenas de juicio, sabe poner la pausa cuando toca, deja respirar la historia, hace brillar a sus actores dándoles a cada uno ocasión de lucimiento. J. K. Simmons está perfecto; Toni Collette, extraordinaria. El anciano director es un genio del clasicismo, de la sencillez. Sencillo no quiere decir simple. Como ya sabemos, nada hay más complicado que la sencillez.
7 de noviembre de 2024
7 de noviembre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin entrar en muchos spoilers sobre la película, la historia que trata Jurado Nº 2 es sobre las personas atormentadas, las segundas oportunidades y las diferentes caras que puede tener la justicia. Justin Kemp, nuestro protagonista interpretado por un fantástico Nicholas Hoult que no para de comerse la pantalla, se halla en una encrucijada difícil. Es un hombre que se está curando una terrible adicción al alcohol, va a ser padre y lucha constantemente por ser un hombre recto, se podría decir que es la representación de la redención, pero cuando es escogido jurado y se da cuenta de la magnitud que él mismo tiene sobre la condena del acusado, entra en conflicto consigo mismo. El caso aparentemente va a saldarse con un hombre condenado a pena máxima porque tiene todas las pruebas en su contra, el resto del jurado tiene claro la culpabilidad del acusado, pero Justin tiene información que si comunicara cambiaría la visión del juicio, pero pondría en peligro su propia integridad. Desde ese instante comienza una carrera contrarreloj en la que el propio Kemp intenta que no se condene a la ligera a una persona que aparentemente es culpable, lo que añade más entresijos y hará levantar las sospechas sobre su persona, haciendo tambalear su moral.
En esta trama se plantean varios conflictos éticos y morales ¿Es la no actuación un elemento condenatorio tan culpable como la actuación? ¿Y si se desconocía lo sucedido cuando ocurrió? ¿Cómo de importante es el pasado de una persona cuando se abre un delito nuevo por algo totalmente diferente? ¿Hasta dónde deben concederse las segundas oportunidades? ¿Merecemos “todos” otra oportunidad?
Eastwood sigue brillando tras la cámara
Esta película es una joya oculta dentro de la cartelera y de la filmografía del propio director: Clint Eastwood que firma esta sorprendente cinta a sus 94 años. La dirección es sencilla pero impecable, centrada en las actuaciones de Nicholas Hoult, Toni Colette y Gabriel Basso. Como punto negativo, quizás le habrían sobrado 15 o 20 minutos, porque el guion de por sí solo es potente y dramático y perfectamente se podría haber llegado a su conclusión en 90 minutos o menos; pero el trabajo realizado es de notable alto sin duda.
Para pensar señoras y señores del jurado
Jurado Nº 2 nos lanza una crítica directa a la cara sobre qué es ser buena persona, sobre la responsabilidad de daños colaterales, sobre un sistema judicial que condena y tira la llave con facilidad, sobre cómo los intereses individuales afectan a nuestro alrededor y cómo los prejuicios diarios arremeten contra nuestras decisiones y dictan sentencia a la ligera.
Esta película te hará estremecerte mientras te pone en dos bandos de pensamiento, desde su comienzo se nos revela todo lo sucedido e iremos viendo la frustración y rotura moral de su protagonista. Para cuando aparezcan los títulos de crédito muchos de nosotros seguiremos frente a la pantalla, pensando qué haríamos nosotros en esa situación y preguntándonos cuál es el peso real de la justicia y coste punitivo del silencio.
En esta trama se plantean varios conflictos éticos y morales ¿Es la no actuación un elemento condenatorio tan culpable como la actuación? ¿Y si se desconocía lo sucedido cuando ocurrió? ¿Cómo de importante es el pasado de una persona cuando se abre un delito nuevo por algo totalmente diferente? ¿Hasta dónde deben concederse las segundas oportunidades? ¿Merecemos “todos” otra oportunidad?
Eastwood sigue brillando tras la cámara
Esta película es una joya oculta dentro de la cartelera y de la filmografía del propio director: Clint Eastwood que firma esta sorprendente cinta a sus 94 años. La dirección es sencilla pero impecable, centrada en las actuaciones de Nicholas Hoult, Toni Colette y Gabriel Basso. Como punto negativo, quizás le habrían sobrado 15 o 20 minutos, porque el guion de por sí solo es potente y dramático y perfectamente se podría haber llegado a su conclusión en 90 minutos o menos; pero el trabajo realizado es de notable alto sin duda.
Para pensar señoras y señores del jurado
Jurado Nº 2 nos lanza una crítica directa a la cara sobre qué es ser buena persona, sobre la responsabilidad de daños colaterales, sobre un sistema judicial que condena y tira la llave con facilidad, sobre cómo los intereses individuales afectan a nuestro alrededor y cómo los prejuicios diarios arremeten contra nuestras decisiones y dictan sentencia a la ligera.
Esta película te hará estremecerte mientras te pone en dos bandos de pensamiento, desde su comienzo se nos revela todo lo sucedido e iremos viendo la frustración y rotura moral de su protagonista. Para cuando aparezcan los títulos de crédito muchos de nosotros seguiremos frente a la pantalla, pensando qué haríamos nosotros en esa situación y preguntándonos cuál es el peso real de la justicia y coste punitivo del silencio.
10 de noviembre de 2024
10 de noviembre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra la firma un Clint Eastwood de 94 años. Lejos de la experiencia o la calidad de la película, viví historia en una sala de cine. El legado del actor y cineasta será inmortal.
Entrando a la película, se trata de un tenso thriller que juega con los limites de la ética y lo moralmente correcto. Se exprime la potente premisa hasta un final satisfactorio y realmente efectivo. El espectador se convierte en el verdadero jurado número dos, decidiendo la persona que debería pagar por el crimen. Un culpable que es buena persona o un inocente que es mala persona. Todo presuntamente hablando, claro.
Un reflejo un tanto desalentador de la justicia estadounidense y un estudio de la moral que traspasa la pantalla. La obra plantea debates morales y filosóficos que se pueden aplicar a muchos campos de muestras vidas. Situación difícil que el guión retuerce con precisión y talento. El texto lo es todo. La imagen da pie a un par de simbolismos memorables con la diosa de la justicia, pero el argumento es lo principal. También destacar a un enorme Nicholas Hoult que carga con ese debate moral.
El jurado, conformado por arquetipos efectivos, demuestra el egoísmo de parte de la sociedad y sirve como explicación de los motores que nos llevan a pensar lo que pensamos. El jurado no es imparcial y el mundo es un pañuelo. Pudiendo tener giros imposibles y efectistas, la historia opta por ser (más o menos) realista. Muy fan de la forma que tiene el guión para exponer hechos importantes de forma natural.
En este caso: la justicia no es ciega, sino injusta.
Entrando a la película, se trata de un tenso thriller que juega con los limites de la ética y lo moralmente correcto. Se exprime la potente premisa hasta un final satisfactorio y realmente efectivo. El espectador se convierte en el verdadero jurado número dos, decidiendo la persona que debería pagar por el crimen. Un culpable que es buena persona o un inocente que es mala persona. Todo presuntamente hablando, claro.
Un reflejo un tanto desalentador de la justicia estadounidense y un estudio de la moral que traspasa la pantalla. La obra plantea debates morales y filosóficos que se pueden aplicar a muchos campos de muestras vidas. Situación difícil que el guión retuerce con precisión y talento. El texto lo es todo. La imagen da pie a un par de simbolismos memorables con la diosa de la justicia, pero el argumento es lo principal. También destacar a un enorme Nicholas Hoult que carga con ese debate moral.
El jurado, conformado por arquetipos efectivos, demuestra el egoísmo de parte de la sociedad y sirve como explicación de los motores que nos llevan a pensar lo que pensamos. El jurado no es imparcial y el mundo es un pañuelo. Pudiendo tener giros imposibles y efectistas, la historia opta por ser (más o menos) realista. Muy fan de la forma que tiene el guión para exponer hechos importantes de forma natural.
En este caso: la justicia no es ciega, sino injusta.
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