Barbie
5.8
39,692
Comedia. Fantástico
Barbie (Margot Robbie) lleva una vida ideal en Barbieland, allí todo es perfecto, con chupi fiestas llenas de música y color, y todos los días son el mejor día. Claro que Barbie se hace algunas preguntas, cuestiones bastante incómodas que no encajan con el mundo idílico en el que ella y las demás Barbies viven. Cuando Barbie se dé cuenta de que es capaz de apoyar los talones en el suelo, y tener los pies planos, decidirá calzarse unos ... [+]
30 de julio de 2023
30 de julio de 2023
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
NUNCA TUVE UNA BARBIE
Antes de ver Barbie en el cine, mi ánimo transitó entre diferentes estados:
1. Están haciendo una película sobre “Barbie”.
"¡Menuda pesadilla. No quiero ver ni el trailer!"
2. La dirige Greta Gerwig y la protagoniza Margot Robbie.
"¡Joe…. va a tocar darle una oportunidad!"
3. Empiezo a ver el trailer.
"¡Pues oye, no pinta nada mal!"
4. Aparición del siguiente título al final del trailer: “Si amas a Barbie, esta película es para ti”…
"Definitivamente, NO es para mí."
5. …seguido del siguiente título: “Si odias a Barbie … también”.
"¡Ahora sí que nos entendemos!.¿Cuándo se estrena? ¡No puedo esperar!"
Nunca tuve una Barbie, ni siquiera una heredada. No lo recuerdo pero, si alguna llegó a caer en mis manos, supongo que acabaría descabezada, y viviendo en casa de la Barbie Rara. No me gustaban, no me interesaban lo más mínimo ni su descapotable, ni su mansión ni su jacuzzi. A mí, que me dieran una buena batalla naval entre barcos pirata de Playmobil que ya tenía bien echada la tarde.
No entendía la popularidad de Barbie ni que a muchas de mis amigas les encantara. Quizás (seguro) no ayudaba lo que el aspecto de estas muñecas simbolizaba para mí. No era capaz de identificarme con una tipa de metro ochenta y cinco, que tenía unas medidas imposibles, y que iba siempre maquillada y con tacones. Ya intuía entonces que esas barbies representaban para muchos lo que era ser una chica ideal, y yo sentía que estaba muy lejos de serlo. Con esto no pretendo insinuar que arrastro un trauma infantil debido a la existencia de esta muñeca, ni mucho menos. Pero si suponía una pieza más del gran engranaje de los cánones de belleza que se nos imponen a las mujeres desde que somos niñas. Y por este motivo, de primeras, tenía el mismo interés en ver esta película que en regalarle una barbie a cualquiera de mis sobrinas: NINGUNO.
Cuando me entero de que es la maravillosa Margot Robbie quien encarna a la Barbie Estereotipada (como si no estuvieran estereotipadas TODAS) y de que Greta Gerwig es la directora, concluyo que, sin duda, esta es la película sobre Barbie que necesito ver.
Comienza bastante bien, una cosa es odiar Barbieland y todo lo que representa, y otra muy distinta es no saber apreciar el increíble diseño de producción, el impecable vestuario, el acertado reparto... Margot está increíble, Ken Ryan lo borda, pero… Aquí algo no encaja, no dejo de recibir mensajes contradictorios. Trato de ignorar esta sensación sumergiéndome en este universo rosa y de purpurina, supuestamente ideal y tremendamente superficial, e intento sencillamente disfrutar del espectáculo visual.
Antes de ver Barbie en el cine, mi ánimo transitó entre diferentes estados:
1. Están haciendo una película sobre “Barbie”.
"¡Menuda pesadilla. No quiero ver ni el trailer!"
2. La dirige Greta Gerwig y la protagoniza Margot Robbie.
"¡Joe…. va a tocar darle una oportunidad!"
3. Empiezo a ver el trailer.
"¡Pues oye, no pinta nada mal!"
4. Aparición del siguiente título al final del trailer: “Si amas a Barbie, esta película es para ti”…
"Definitivamente, NO es para mí."
5. …seguido del siguiente título: “Si odias a Barbie … también”.
"¡Ahora sí que nos entendemos!.¿Cuándo se estrena? ¡No puedo esperar!"
Nunca tuve una Barbie, ni siquiera una heredada. No lo recuerdo pero, si alguna llegó a caer en mis manos, supongo que acabaría descabezada, y viviendo en casa de la Barbie Rara. No me gustaban, no me interesaban lo más mínimo ni su descapotable, ni su mansión ni su jacuzzi. A mí, que me dieran una buena batalla naval entre barcos pirata de Playmobil que ya tenía bien echada la tarde.
No entendía la popularidad de Barbie ni que a muchas de mis amigas les encantara. Quizás (seguro) no ayudaba lo que el aspecto de estas muñecas simbolizaba para mí. No era capaz de identificarme con una tipa de metro ochenta y cinco, que tenía unas medidas imposibles, y que iba siempre maquillada y con tacones. Ya intuía entonces que esas barbies representaban para muchos lo que era ser una chica ideal, y yo sentía que estaba muy lejos de serlo. Con esto no pretendo insinuar que arrastro un trauma infantil debido a la existencia de esta muñeca, ni mucho menos. Pero si suponía una pieza más del gran engranaje de los cánones de belleza que se nos imponen a las mujeres desde que somos niñas. Y por este motivo, de primeras, tenía el mismo interés en ver esta película que en regalarle una barbie a cualquiera de mis sobrinas: NINGUNO.
Cuando me entero de que es la maravillosa Margot Robbie quien encarna a la Barbie Estereotipada (como si no estuvieran estereotipadas TODAS) y de que Greta Gerwig es la directora, concluyo que, sin duda, esta es la película sobre Barbie que necesito ver.
Comienza bastante bien, una cosa es odiar Barbieland y todo lo que representa, y otra muy distinta es no saber apreciar el increíble diseño de producción, el impecable vestuario, el acertado reparto... Margot está increíble, Ken Ryan lo borda, pero… Aquí algo no encaja, no dejo de recibir mensajes contradictorios. Trato de ignorar esta sensación sumergiéndome en este universo rosa y de purpurina, supuestamente ideal y tremendamente superficial, e intento sencillamente disfrutar del espectáculo visual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Después una sucesión de secuencias absurdas y desquiciantes, que no me detendré a analizar, comprendes que “Barbie” va a decepcionarte. Ahora lo único que realmente importante es: ¿Cuándo falta para que termine?
Si pretendía ser una buena comedia familiar no lo consigue. En “Encantada”, de Disney, Amy Adams es una princesa de cuento, que cae por un agujero que la lleva al mundo real. Allí aprende muchas cosas, algunas sobre su propia libertad. Esta película, que parte de una premisa muy similar, funciona infinitamente mejor como comedia familiar que “Barbie”, al no contar con mayores pretensiones que entretener y transmitir alguna enseñanza positiva.
Pero aquí Greta se mete en un jardín. No se puede ir a por la máxima recaudación en taquilla, convirtiendo la peli en una chaladura por el camino, y pretender ser, a la vez, una crítica seria a lo que se nos vendió en su día como “la liberación de la mujer”. O, peor aún, si se puede, pero es necesario un gran guión en el que apoyarse, y este no era el caso.
De “Barbie” esperaba más, entiendo que se trata de fantasía, pero como espectadora necesito algo de coherencia dentro del universo que se me presenta.
Que Barbieland esté habitada por barbies de todas las tallas, me parece ya el gran vacile. No cuela, Mattel.
Lo que menos me convence es su crítica al (fucking) patriarcado. Al exponer de esa manera semejantes topicazos (coches, motos, cerveza) flaco favor hace a la causa, ridiculizando el problema e insistiendo en estereotipos de género. ¡Que también a mi me gustan el fútbol y la cerveza! ¡Que hartura! El patriarcado es una estructura institucionalizada pero invisible que es responsable de perpetuar la desigualdad entre hombres y mujeres. Terminar haciendo risitas con un posible matriarcado me parece poco adecuado, y desvirtualiza lo que perseguimos muchas, la igualdad real.
En los 80 el mensaje que supuestamente querían transmitirnos en los anuncios en TV de las muñecas Barbies era: “Niñas, podéis ser quienes vosotras queráis, médicas, policías, juezas, patinadoras…”
El mensaje que te llegaba era otro: “Niñas, podéis ser quienes queráis, siempre que además estéis delgadas, maquilladas, mejor rubias y tengáis caras y bonitas posesiones materiales".
P.D. Si odias a Barbie, esta peli no es para ti.
Si pretendía ser una buena comedia familiar no lo consigue. En “Encantada”, de Disney, Amy Adams es una princesa de cuento, que cae por un agujero que la lleva al mundo real. Allí aprende muchas cosas, algunas sobre su propia libertad. Esta película, que parte de una premisa muy similar, funciona infinitamente mejor como comedia familiar que “Barbie”, al no contar con mayores pretensiones que entretener y transmitir alguna enseñanza positiva.
Pero aquí Greta se mete en un jardín. No se puede ir a por la máxima recaudación en taquilla, convirtiendo la peli en una chaladura por el camino, y pretender ser, a la vez, una crítica seria a lo que se nos vendió en su día como “la liberación de la mujer”. O, peor aún, si se puede, pero es necesario un gran guión en el que apoyarse, y este no era el caso.
De “Barbie” esperaba más, entiendo que se trata de fantasía, pero como espectadora necesito algo de coherencia dentro del universo que se me presenta.
Que Barbieland esté habitada por barbies de todas las tallas, me parece ya el gran vacile. No cuela, Mattel.
Lo que menos me convence es su crítica al (fucking) patriarcado. Al exponer de esa manera semejantes topicazos (coches, motos, cerveza) flaco favor hace a la causa, ridiculizando el problema e insistiendo en estereotipos de género. ¡Que también a mi me gustan el fútbol y la cerveza! ¡Que hartura! El patriarcado es una estructura institucionalizada pero invisible que es responsable de perpetuar la desigualdad entre hombres y mujeres. Terminar haciendo risitas con un posible matriarcado me parece poco adecuado, y desvirtualiza lo que perseguimos muchas, la igualdad real.
En los 80 el mensaje que supuestamente querían transmitirnos en los anuncios en TV de las muñecas Barbies era: “Niñas, podéis ser quienes vosotras queráis, médicas, policías, juezas, patinadoras…”
El mensaje que te llegaba era otro: “Niñas, podéis ser quienes queráis, siempre que además estéis delgadas, maquilladas, mejor rubias y tengáis caras y bonitas posesiones materiales".
P.D. Si odias a Barbie, esta peli no es para ti.
6 de agosto de 2023
6 de agosto de 2023
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al final resultó ser una película. Aunque, por momentos creí estar viendo un panfleto hembrista, reaccionario y misándrico (valga la redundancia).
En la zona libre de spoilers comentaré lo positivo. Y es que me entretuve viéndola, cuando nunca he sido fan de Barbie. Lo que indica que podrían haber hecho una peli buena.
Los detalles de cuando las Barbies se quitan los tacones,como toman las bebidas y, en general, las dinámicas de Barbieland son divertidas.
La puesta en escena del país de las Barbies está genial, se nota que se lo han pensado. Todo, las casas, los vehículos, el sol y la luna, el vestuario, el mobiliario, está muy logrado. Punto para Mattel.
Margot Robbie, aunque me caiga muy gorda, es la Barbie perfecta, parece que la muñeca ha sido hecha pensando en ella. Es buena actriz, tiene registros y me gustó su interpretación.
Por su parte, Ryan Gosling lo hace bieny se ha currado el cuerpo para hacer de Ken, aunque, como ya ha puntualizado gente por ahí, quizá se vea un poco mayor para el papel.
Mención especial para la Barbie Rara, uno de los personajes que más me gustó.
En la parte que transcurre en Barbieland se ve que, en cierto modo, no hay diferencia entre sexos, en el sentido de que tanto las Barbies como los Ken, parecen todos unos inocentes, felices y frívolos tontos del culo. Pero es lo que debe de ser. Todo correcto.
A partir de aquí es cuando la cosa se tuerce (y mucho).
Lo primero de todo, mucha gente se ha preguntado a quién va dirigida una peli tan ideológica y llena de activismo como esta. Cuál es el público objetivo.
La respuesta es sencilla, se trata de adoctrinamiento multinivel y muy bien llevado:
1. En la parte puramente infantil, los niños ignoran las soflamas hembristas porque, ni las entienden, ni les viene ni les va. Pero entienden perfectamente quienes son guays (las mujeres, especialemente las Barbies) y quienes no lo son (los hombres, preferiblemente blancos).
2. En la parte adolescente, ya se entienden los discursos destinados a victimizar a todas las mujeres, y yo diría que gran parte de la película va destinada a este segmento.
3. Las mujeres adultas desnortadas, desengañadas, amargadas o, lo que es peor, las que de verdad han sufrido a manos de hombres. Para reafirmarlas y que, a su vez, adoctrinen a los que vienen.
La estrella indiscutible de Mattel, es Barbie, no Ken, y este último era un accesorio que complementaba a Barbie, pero que tenía múltiples profesiones como ella. No se presentaba como un bobo que se quedaba de pasmarote mientras Barbie hacía cosas guays sola, ni había una relación de dominancia matriarcal implícita en el producto.
Mattel ha reescrito su propia historia para adaptarla a los tiempos, como mencionaba Occidental Image en su crítica.
Mattel tiene unos huevazos como melones, porque ha conseguido que Barbie pase de ser la muñeca más odiada por el hembrismo empoderado, a formar parte de su alegato.
Les ha salido bien la jugada, pero ha sido arriesgada. Otro punto para ellos por manipular al "feminismo" radical.
En Barbieland, los Ken son básicamente servidores de las Barbies, están ahí para hacerlas felices, aunque pasen de ellos. Las Barbies ostentan todo el poder y puestos de relevancia y a los Ken les está vetado hasta el voto. Parece un sueño húmedo hembrista, con toda la revancha posible. Y al parecer, a alguien se le ha ocurrido que esto es guay. Pues vale. Gran mensaje.
La presentación de las mujeres como víctimas constantes en el mundo real, como si estuviésemos en los años 40, es de lo más trasnochada y maniquea que te puedas imaginar, en una sociedad donde nadie impide a una mujer estudiar o dedicarse a lo que salga de las narices.
La presentación de los hombres en el mundo real como un patriarcado de cerdos egoístas opresores, movidos por los instintos más básicos y aprovechando la más mínima oportunidad para subyugar a la mujer. Todos son torpes, todos son tontos; al contrario que las Barbies con las mujeres, los hombres reales se parecen a los Ken de Barbieland. Coches y caballos, coches y caballos.
En resumen, la película es muy chula a nivel visual y te entretiene, aunque tiene fallos de guión, como el de "un usuario, una barbie", que no se cumple con los Ken, que, de ser así, Barbieland debería ser un planeta y no una ciudad que no llega ni al tamaño de Albacete; y tampoco explica porque Barbie Estereotípica parece reaccionar solamente a los estímulos de un usuario y no de millones de ellos (lo mismo para Barbie Rara).
Básicamente es como un muffin rosa, muy vistoso, muy bonito, muy apetecible y totalmente envenenado por dentro con la ideología más rancia y revanchista que te puedas imaginar.
Hay mucho odio en esta película.
Greta, Margot, tenéis un problema en la cabeza... grave.
En la zona libre de spoilers comentaré lo positivo. Y es que me entretuve viéndola, cuando nunca he sido fan de Barbie. Lo que indica que podrían haber hecho una peli buena.
Los detalles de cuando las Barbies se quitan los tacones,como toman las bebidas y, en general, las dinámicas de Barbieland son divertidas.
La puesta en escena del país de las Barbies está genial, se nota que se lo han pensado. Todo, las casas, los vehículos, el sol y la luna, el vestuario, el mobiliario, está muy logrado. Punto para Mattel.
Margot Robbie, aunque me caiga muy gorda, es la Barbie perfecta, parece que la muñeca ha sido hecha pensando en ella. Es buena actriz, tiene registros y me gustó su interpretación.
Por su parte, Ryan Gosling lo hace bieny se ha currado el cuerpo para hacer de Ken, aunque, como ya ha puntualizado gente por ahí, quizá se vea un poco mayor para el papel.
Mención especial para la Barbie Rara, uno de los personajes que más me gustó.
En la parte que transcurre en Barbieland se ve que, en cierto modo, no hay diferencia entre sexos, en el sentido de que tanto las Barbies como los Ken, parecen todos unos inocentes, felices y frívolos tontos del culo. Pero es lo que debe de ser. Todo correcto.
A partir de aquí es cuando la cosa se tuerce (y mucho).
Lo primero de todo, mucha gente se ha preguntado a quién va dirigida una peli tan ideológica y llena de activismo como esta. Cuál es el público objetivo.
La respuesta es sencilla, se trata de adoctrinamiento multinivel y muy bien llevado:
1. En la parte puramente infantil, los niños ignoran las soflamas hembristas porque, ni las entienden, ni les viene ni les va. Pero entienden perfectamente quienes son guays (las mujeres, especialemente las Barbies) y quienes no lo son (los hombres, preferiblemente blancos).
2. En la parte adolescente, ya se entienden los discursos destinados a victimizar a todas las mujeres, y yo diría que gran parte de la película va destinada a este segmento.
3. Las mujeres adultas desnortadas, desengañadas, amargadas o, lo que es peor, las que de verdad han sufrido a manos de hombres. Para reafirmarlas y que, a su vez, adoctrinen a los que vienen.
La estrella indiscutible de Mattel, es Barbie, no Ken, y este último era un accesorio que complementaba a Barbie, pero que tenía múltiples profesiones como ella. No se presentaba como un bobo que se quedaba de pasmarote mientras Barbie hacía cosas guays sola, ni había una relación de dominancia matriarcal implícita en el producto.
Mattel ha reescrito su propia historia para adaptarla a los tiempos, como mencionaba Occidental Image en su crítica.
Mattel tiene unos huevazos como melones, porque ha conseguido que Barbie pase de ser la muñeca más odiada por el hembrismo empoderado, a formar parte de su alegato.
Les ha salido bien la jugada, pero ha sido arriesgada. Otro punto para ellos por manipular al "feminismo" radical.
En Barbieland, los Ken son básicamente servidores de las Barbies, están ahí para hacerlas felices, aunque pasen de ellos. Las Barbies ostentan todo el poder y puestos de relevancia y a los Ken les está vetado hasta el voto. Parece un sueño húmedo hembrista, con toda la revancha posible. Y al parecer, a alguien se le ha ocurrido que esto es guay. Pues vale. Gran mensaje.
La presentación de las mujeres como víctimas constantes en el mundo real, como si estuviésemos en los años 40, es de lo más trasnochada y maniquea que te puedas imaginar, en una sociedad donde nadie impide a una mujer estudiar o dedicarse a lo que salga de las narices.
La presentación de los hombres en el mundo real como un patriarcado de cerdos egoístas opresores, movidos por los instintos más básicos y aprovechando la más mínima oportunidad para subyugar a la mujer. Todos son torpes, todos son tontos; al contrario que las Barbies con las mujeres, los hombres reales se parecen a los Ken de Barbieland. Coches y caballos, coches y caballos.
En resumen, la película es muy chula a nivel visual y te entretiene, aunque tiene fallos de guión, como el de "un usuario, una barbie", que no se cumple con los Ken, que, de ser así, Barbieland debería ser un planeta y no una ciudad que no llega ni al tamaño de Albacete; y tampoco explica porque Barbie Estereotípica parece reaccionar solamente a los estímulos de un usuario y no de millones de ellos (lo mismo para Barbie Rara).
Básicamente es como un muffin rosa, muy vistoso, muy bonito, muy apetecible y totalmente envenenado por dentro con la ideología más rancia y revanchista que te puedas imaginar.
Hay mucho odio en esta película.
Greta, Margot, tenéis un problema en la cabeza... grave.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película comienza con un guiño a 2001 que hubiese estado bastante bien si no se hubiesen pasado de frenada. Es cierto que Barbie llegó ofreciendo un nuevo estándar de entretenimiento a las niñas que, sobre todo, hacían el papel de madre con sus muñecos bebés. Y esto está bien y es una cosa que alabo de las muñecas Barbie. Con ellas, las niñas eran todo lo que podía ser cualquier persona, incluyendo ser madres.
Pero la cagan cuando todas esas niñas grises y serias a las que se les aparece Barbie, no dejan los muñecos bebé para coger una Barbie (como haría cualquier niño), si no que, de repente les entra una inexplicable furia asesina contra los muñecos bebé y, literalmente, los destrozan con caras de odio.
No sé qué cojones ha intentado decir la directora con esta barbaridad, si es un alegato contra la maternidad, un despertar furioso o qué se yo. Pero me pareció bastante horrible.
Cuando Barbie y Ken viajan al mundo real:
- Las palabras "patriarcado" y "empoderada" se hacen omnipresentes. Un spoiler, chicas: sin que os enteréis, todos los machirulos opresores del mundo nos reunimos en secreto todas las semanas para dilucidar como oprimir aún más a las mujeres sin que se note. No lo sabíais ¿eh? Todos martes por la noche is Patriarcado's Night.
Esto es, más o menos, lo que viene a decir un empleado de Mattel en la película, en un diálogo con Ken que da vergüenza ajena.
- La escena de los obreros te hace preguntarte a qué mente enferma se le ha ocurrido. Todas estas activistas que luchan contra los estereotipos, convierten a los pobres obreros en estereotipos con patas de la manera más reduccionista posible. Nada más ver a Barbie hacen comentarios de lo más procaz a lo que ella responde que ni ella ni Ken tienen genitales. Perfecto para el público infantil. Un acierto.
Cuando Barbie y Ken vuelven del mundo real:
- El patriarcado bidimensional (coches y caballos) que se monta Ken en Barbieland es ridículo. Al final, el deseo de los Ken sigue siendo seducir a las Barbies. Todo muy coherente.
- El discurso activista que vomita la madre de Sasha (o como se llame) parece sacado directamente de la facultad de un campus estadounidense, lleno de estreotipos, lugares comunes y chorradas varias donde la mujer lleva el peso del mundo, y no es reconocida, y tiene que ser condescendiente con los machitos, y... bueno, que te dan ganas de mandarla a barrer el Sáhara.
Como si el estar delgado, guapo, presentable, etcétera, fuese un requisito sólo de la mujer en el mundo real. Porque ya se sabe que todas las mujeres prefieren a los bajitos, a los calvos, a los gordos y los que cuentan con una mediocre carrera profesional. Por los cojones.
Al final, las Barbies retoman Barbieland aleccionadas por la madre de Sasha (o como se llame) que les dice cómo se debe manipular a un cerdo machista (es decir, cualquier hombre), cuáles son sus estereotípicas debilidades y cómo debes explotarlas. Total, son todos unos tontos del nabo.
Manipulad a los hombres, chicas, eso está guay. Al revés no ¿eh?, esostá mu mal. El mensaje es de lo más triste. Y aún habrá a quien le parezca correcto. En fin.
Pero la guinda del pastel es cuando las Barbies logran recuperar el control, y ahí te parece que van a arreglar todo el panfleto con un mensaje de unión e igualdad. Pero no, todo se salda con Barbie pidiéndole perdón de aquella manera a Ken, interrumpido constantemente por las gracietas de la repelente presidente de Barbieland, comunicando a los Ken que aquello va a seguir siendo un matriarcado, que siguen sin votar y, básicamente, que se jodan.
Y eso es el final guay, el final feliz con moraleja: las mujeres deberían dominar el mundo y los hombres dedicarse a esas tareas secundarias de mierda que hacen tan bien: crear infraestructuras para todos, tener los trabajos más arriesgados, más duros y más desagradables, proteger instintivamente a los demás, ser los más prescindibles en la sociedad y todas esas gilipolleces que a nadie le importan.
Pero la cagan cuando todas esas niñas grises y serias a las que se les aparece Barbie, no dejan los muñecos bebé para coger una Barbie (como haría cualquier niño), si no que, de repente les entra una inexplicable furia asesina contra los muñecos bebé y, literalmente, los destrozan con caras de odio.
No sé qué cojones ha intentado decir la directora con esta barbaridad, si es un alegato contra la maternidad, un despertar furioso o qué se yo. Pero me pareció bastante horrible.
Cuando Barbie y Ken viajan al mundo real:
- Las palabras "patriarcado" y "empoderada" se hacen omnipresentes. Un spoiler, chicas: sin que os enteréis, todos los machirulos opresores del mundo nos reunimos en secreto todas las semanas para dilucidar como oprimir aún más a las mujeres sin que se note. No lo sabíais ¿eh? Todos martes por la noche is Patriarcado's Night.
Esto es, más o menos, lo que viene a decir un empleado de Mattel en la película, en un diálogo con Ken que da vergüenza ajena.
- La escena de los obreros te hace preguntarte a qué mente enferma se le ha ocurrido. Todas estas activistas que luchan contra los estereotipos, convierten a los pobres obreros en estereotipos con patas de la manera más reduccionista posible. Nada más ver a Barbie hacen comentarios de lo más procaz a lo que ella responde que ni ella ni Ken tienen genitales. Perfecto para el público infantil. Un acierto.
Cuando Barbie y Ken vuelven del mundo real:
- El patriarcado bidimensional (coches y caballos) que se monta Ken en Barbieland es ridículo. Al final, el deseo de los Ken sigue siendo seducir a las Barbies. Todo muy coherente.
- El discurso activista que vomita la madre de Sasha (o como se llame) parece sacado directamente de la facultad de un campus estadounidense, lleno de estreotipos, lugares comunes y chorradas varias donde la mujer lleva el peso del mundo, y no es reconocida, y tiene que ser condescendiente con los machitos, y... bueno, que te dan ganas de mandarla a barrer el Sáhara.
Como si el estar delgado, guapo, presentable, etcétera, fuese un requisito sólo de la mujer en el mundo real. Porque ya se sabe que todas las mujeres prefieren a los bajitos, a los calvos, a los gordos y los que cuentan con una mediocre carrera profesional. Por los cojones.
Al final, las Barbies retoman Barbieland aleccionadas por la madre de Sasha (o como se llame) que les dice cómo se debe manipular a un cerdo machista (es decir, cualquier hombre), cuáles son sus estereotípicas debilidades y cómo debes explotarlas. Total, son todos unos tontos del nabo.
Manipulad a los hombres, chicas, eso está guay. Al revés no ¿eh?, esostá mu mal. El mensaje es de lo más triste. Y aún habrá a quien le parezca correcto. En fin.
Pero la guinda del pastel es cuando las Barbies logran recuperar el control, y ahí te parece que van a arreglar todo el panfleto con un mensaje de unión e igualdad. Pero no, todo se salda con Barbie pidiéndole perdón de aquella manera a Ken, interrumpido constantemente por las gracietas de la repelente presidente de Barbieland, comunicando a los Ken que aquello va a seguir siendo un matriarcado, que siguen sin votar y, básicamente, que se jodan.
Y eso es el final guay, el final feliz con moraleja: las mujeres deberían dominar el mundo y los hombres dedicarse a esas tareas secundarias de mierda que hacen tan bien: crear infraestructuras para todos, tener los trabajos más arriesgados, más duros y más desagradables, proteger instintivamente a los demás, ser los más prescindibles en la sociedad y todas esas gilipolleces que a nadie le importan.
31 de julio de 2023
31 de julio de 2023
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película Barbie se erige como un poderoso alegato a favor del empoderamiento femenino, la igualdad de género y la inclusión, al tiempo que abarca una amplia gama de teorías feministas y filosofías de género. Desde su representación inicial de Barbieland como una sociedad matriarcal, hasta la exploración de la identidad y la lucha por la aceptación en el mundo real, la película es un hito en la historia del feminismo en la pantalla grande.
La concepción de Barbieland como una utopía matriarcal, donde las mujeres ocupan roles de liderazgo en diversas esferas de la vida, refleja una visión feminista de cómo el mundo podría ser si se superaran las barreras de género. Esta idea se asemeja a los planteamientos de autoras como Simone de Beauvoir, quien abogaba por liberar a las mujeres de la opresión histórica y abrir espacios para su autonomía y autorrealización. De Beauvoir argumentaba que la mujer ha sido considerada como "el otro", subordinada al hombre, y su emancipación requería trascender este estatus para lograr la igualdad.
La trama de la película, con Barbie enfrentando una crisis existencial y descubriendo que ya no cumple con los ideales físicos estereotipados, presenta una oportunidad para una exploración en profundidad de la identidad de género y la autoaceptación. Este viaje de autodescubrimiento recuerda la perspectiva de Judith Butler sobre la performatividad de género, donde la identidad de una persona se forma en interacción con el entorno social y cultural en el que vive. La evolución de Barbie hacia una comprensión más profunda de sí misma y su rechazo a la idea de ser definida por los estándares de belleza establecidos es una poderosa afirmación de la individualidad y la resistencia a las presiones externas.
La película también se enriquece con el enfoque en la sororidad y el apoyo entre mujeres, lo que coincide con las ideas de Bell Hooks. La relación de Barbie con otras mujeres, incluidas las distintas versiones de sí misma que encuentra en su viaje, refuerza la importancia de la solidaridad y la camaradería entre mujeres, en lugar de caer en rivalidades y competencias perjudiciales. Para Bell Hooks, la sororidad es un vínculo poderoso que puede desafiar la dominación patriarcal y permitir la liberación de las mujeres.
La elección de Greta Gerwig como directora y escritora, conocida por su enfoque feminista en películas anteriores, agrega una capa adicional de profundidad a la narrativa. Gerwig ha demostrado su capacidad para presentar personajes femeninos complejos y realistas, y su visión para abordar cuestiones de género con sensibilidad y perspicacia, tal como lo hizo en "Lady Bird" y "Mujercitas".
El elenco diverso y ecléctico, que desafía los cánones tradicionales de belleza y apariencia, resuena con las ideas de autoras como Kimberlé Crenshaw y su teoría de la interseccionalidad. Al presentar un elenco que representa una amplia variedad de identidades y experiencias, la película celebra la diversidad y promueve la importancia de abordar las opresiones sistémicas que enfrentan las mujeres debido a la intersección de su género, raza, clase y otras identidades. La interseccionalidad, como teoría, destaca la importancia de reconocer y abordar las intersecciones de opresiones para lograr una verdadera igualdad y justicia.
En conclusión, Barbie trasciende los límites del cine convencional y se convierte en un alegato inspirador hacia la igualdad de género, la diversidad y el cuestionamiento masculino. Desde su representación inicial de Barbieland como una utopía matriarcal hasta el enfoque en la sororidad, el apoyo entre mujeres y la interseccionalidad, la película se posiciona como un hito en la historia del feminismo en el cine, enviando un mensaje potente y necesario hacia una sociedad más inclusiva y equitativa para todos y todas. Es una obra cinematográfica que celebra la fortaleza y la diversidad de las mujeres y un llamado a la acción para empoderarlas y reconocer su papel en la transformación de la cultura y la sociedad hacia una visión más igualitaria y justa.
La concepción de Barbieland como una utopía matriarcal, donde las mujeres ocupan roles de liderazgo en diversas esferas de la vida, refleja una visión feminista de cómo el mundo podría ser si se superaran las barreras de género. Esta idea se asemeja a los planteamientos de autoras como Simone de Beauvoir, quien abogaba por liberar a las mujeres de la opresión histórica y abrir espacios para su autonomía y autorrealización. De Beauvoir argumentaba que la mujer ha sido considerada como "el otro", subordinada al hombre, y su emancipación requería trascender este estatus para lograr la igualdad.
La trama de la película, con Barbie enfrentando una crisis existencial y descubriendo que ya no cumple con los ideales físicos estereotipados, presenta una oportunidad para una exploración en profundidad de la identidad de género y la autoaceptación. Este viaje de autodescubrimiento recuerda la perspectiva de Judith Butler sobre la performatividad de género, donde la identidad de una persona se forma en interacción con el entorno social y cultural en el que vive. La evolución de Barbie hacia una comprensión más profunda de sí misma y su rechazo a la idea de ser definida por los estándares de belleza establecidos es una poderosa afirmación de la individualidad y la resistencia a las presiones externas.
La película también se enriquece con el enfoque en la sororidad y el apoyo entre mujeres, lo que coincide con las ideas de Bell Hooks. La relación de Barbie con otras mujeres, incluidas las distintas versiones de sí misma que encuentra en su viaje, refuerza la importancia de la solidaridad y la camaradería entre mujeres, en lugar de caer en rivalidades y competencias perjudiciales. Para Bell Hooks, la sororidad es un vínculo poderoso que puede desafiar la dominación patriarcal y permitir la liberación de las mujeres.
La elección de Greta Gerwig como directora y escritora, conocida por su enfoque feminista en películas anteriores, agrega una capa adicional de profundidad a la narrativa. Gerwig ha demostrado su capacidad para presentar personajes femeninos complejos y realistas, y su visión para abordar cuestiones de género con sensibilidad y perspicacia, tal como lo hizo en "Lady Bird" y "Mujercitas".
El elenco diverso y ecléctico, que desafía los cánones tradicionales de belleza y apariencia, resuena con las ideas de autoras como Kimberlé Crenshaw y su teoría de la interseccionalidad. Al presentar un elenco que representa una amplia variedad de identidades y experiencias, la película celebra la diversidad y promueve la importancia de abordar las opresiones sistémicas que enfrentan las mujeres debido a la intersección de su género, raza, clase y otras identidades. La interseccionalidad, como teoría, destaca la importancia de reconocer y abordar las intersecciones de opresiones para lograr una verdadera igualdad y justicia.
En conclusión, Barbie trasciende los límites del cine convencional y se convierte en un alegato inspirador hacia la igualdad de género, la diversidad y el cuestionamiento masculino. Desde su representación inicial de Barbieland como una utopía matriarcal hasta el enfoque en la sororidad, el apoyo entre mujeres y la interseccionalidad, la película se posiciona como un hito en la historia del feminismo en el cine, enviando un mensaje potente y necesario hacia una sociedad más inclusiva y equitativa para todos y todas. Es una obra cinematográfica que celebra la fortaleza y la diversidad de las mujeres y un llamado a la acción para empoderarlas y reconocer su papel en la transformación de la cultura y la sociedad hacia una visión más igualitaria y justa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el contexto del mensaje de empoderamiento femenino, la película también incorpora las ideas de Michael Kimmel sobre la necesidad de cuestionar la masculinidad tradicional y promover una masculinidad más igualitaria y empática. El desarrollo del personaje de Ken, que evoluciona a medida que cuestiona y desafía el sistema patriarcal, refleja la importancia de alejarse de las nociones tóxicas de masculinidad y adoptar una identidad masculina basada en el respeto y la igualdad de género. Este desarrollo del personaje de Ken es una manera sutil pero significativa de cuestionar las expectativas y roles tradicionales impuestos a los hombres. La película sugiere que la masculinidad no necesita estar vinculada a la dominación y el control, sino que puede ser redirigida hacia una comprensión más igualitaria y respetuosa de las relaciones de género.
Al liberarse de las limitaciones de su papel tradicional como novio y enfrentar el sistema patriarcal que lo ha definido, Ken se presenta como un ejemplo positivo de masculinidad en evolución. Esto coincide con la visión de Kimmel sobre cómo los hombres pueden transformar y desafiar las normas de género establecidas, y adoptar una masculinidad que no esté basada en la opresión y la dominación, sino en el respeto mutuo y la equidad.
Al liberarse de las limitaciones de su papel tradicional como novio y enfrentar el sistema patriarcal que lo ha definido, Ken se presenta como un ejemplo positivo de masculinidad en evolución. Esto coincide con la visión de Kimmel sobre cómo los hombres pueden transformar y desafiar las normas de género establecidas, y adoptar una masculinidad que no esté basada en la opresión y la dominación, sino en el respeto mutuo y la equidad.
19 de diciembre de 2023
19 de diciembre de 2023
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de esta película no es estar de acuerdo o no con el "supuesto" mensaje de la película, ni que busque adoctrinamiento femenino en lugar de igualdad de sexos, no... el verdadero problema es que ni siquiera sabe transmitir el mensaje que defiende; y es preocupante ver como la influencia mediática hace que tanta gente no sólo crea que ese mensaje está claro, sino que simpatice con él.
Partimos de suponer que la película de una muñeca es el lugar más indicado para hablar de feminismo en vez de hacer una comedia vacía, pues a fin de cuentas los juguetes siempre han estado sexualizados, y personalmente es algo que me ha parecido mal desde niño. Es como decir que Karlos Arguiñano de pequeño no podía jugar con cocinitas porque eso era sólo para niñas, o niños "raritos", por poner uno entre mil ejemplos.
Así pues, puedo llegar a comprender que la idea de hacer una película sobre "Barbie" se preste para esto, por su presencia en la sociedad y en la educación psico-sexual de los niños/as que han crecido con ella...
Dicho lo dicho, esto no es tan sencillo como coger "Lazy Town", un manifiesto feminista e irse a la licuadora para obtener simplemente un cóctel perfecto...
Estamos ante una película mal hecha, pero sobre todo: infantil. No infantil por hablar de una muñeca en su mundo de plástico, infantil por su tratamiento, por su extraño desarrollo, por sus personajes planos, tantos los que deben serlo (muñecas) como los que no (humanos), y en conclusión por no contar nada narrativamente y hasta fallar estrepitosamente en su única finalidad: hacer populismo feminista a la carta (al margen de nuestro posicionamiento en el tema).
No veo la "crítica" por ninguna parte, lo que sí veo son intentos burdos e inconexos de demonizar al hombre, a veces de forma más clara, otras de forma totalmente confusa, pero todas irregulares:
Por ejemplo, ¿por qué Ken piensa que los hombres son triunfadores en el mundo real, si todos (tanto hombres como mujeres) están diciéndole que no puede ejercer ninguna profesión sin una carrera o formación? Y por ende, ¿en qué consiste esta supuesta epifanía que ha tenido sobre su "(no-)poder" masculino que quiere transmitirle al resto de Kens, si ya nos han dicho que es nulo?
sí, se entiende que ve que con sus medios no puede hacer nada, pero entiende que de tenerlos, el hombre sí tiene peso en esa sociedad. Pero esto está pésimamente explicado, y no tiene valor real en el mundo de Barbie, donde los Kens siguen siendo un cero a la izquierda.
Barbie, que es tonta, pero no lo suficiente como para no poder llegar a ser la líder empoderada que todos esperan, capta sexismo en los comentarios de los obreros, tan contrarios a las famosísimas "Barbie Obreras" de su mundo (¿existe esa muñeca?), que además de estar capacitadas para empeñar ese trabajo mientras los Kens tuestan su piel plástica al sol, suponen ser toda una hermandad femenina...
Entiendo que la crítica demanda la necesidad de una utopía en la que una mujer también podría ser obrera (y no iría acosando a los hombres) o tener cualquier otra profesión asociada a los hombres.
¿Pero este sexismo no es una espada de doble filo también para los hombres? ¿Cuántos hombres son niñeros, cuidan de personas mayores, limpian casas o son cajeros en el supermercado...?
Esto me lleva al discurso de America Ferrera, completamente desligado de la película, como si le hubieran dado al "Pause" para irnos a publicidad y nos soltaran un mitin, en el que aún dejando desatendida toda la parte donde al hombre se le hace el mismo tipo de trato sexista, sigue sin aportar nada al desarrollo de la película, o peor, a su clímax, que es en la parte donde tiene lugar este esperpento de escena.
¿Entender que a una mujer se le obliga a ser bella llevando tacones, o ser conscientes de que un hombre bajo ni siquiera puede usarlos porque eso sólo son inventos para ellas, nos va a llevar a alguna resolución narrativa en la que Barbie por fin comprenda la naturaleza de su mundo plástico y/o su objetivo en la vida?
Y dicho esto, es que ni siquiera se entienden las normas en esta fantasía (y sí, siempre tiene que haber normas):
Comprendo que hay dos mundos: el real y "el plástico", pero no comprendo cómo se complementan (ni cómo llegan a él... a parte de patinando entre el backstage de la película).
No entiendo que una empresa real llamada "Mattel" sea plenamente consciente de que las muñecas que venden tiene un alter-ego vivo en otro mundo, y que de todo esto, su mayor problema sea capturar a Barbie,en vez de sorprenderse de que la muñeca sea real, ya que de hecho, y para omitir explicaciones, nos cuentan que eso ya había pasado con Stacie, la hermana de Barbie... Y yo me pregunto: -¿Por qué no nos cuentas eso y de paso rellenas un poco el enorme vacío narrativo que hay en la película?
Tampoco acabo de entender para qué quieren capturar a Barbie... Es decir, si a ellos no les sorprende, ¿qué más da que la gente sepa que las muñecas Barbie están vivas? ¿En qué afectaría eso al mundo, qué consecuencias tendría...? ¿No debería ser eso el desarrollo de la película?
No, no interesa, porque eso sería "irse por las ramas", y lo que queremos es crear "reflexión" con el choque de Muñeca vs Mundo Real para "intentar", repito: "intentar" hacer una parodia de lo que funciona mal en nuestro mundo entre los dos sexos.
Pero como digo, no saben ni hacerlo. Sólo lanzan flechas perdidas en todas direcciones (incluso a sí mismos), por lo que en mi opinión no hace falta ser hombre, mujer, heterosexual, homosexual, abierto o conservador para no poder estar de acuerdo con un mensaje incongruente, basta con ser inteligente para entender que ni ellos saben qué quieren contar o de qué se quejan más allá de la idea de que la mujer es buena y el hombre es malo.
Partimos de suponer que la película de una muñeca es el lugar más indicado para hablar de feminismo en vez de hacer una comedia vacía, pues a fin de cuentas los juguetes siempre han estado sexualizados, y personalmente es algo que me ha parecido mal desde niño. Es como decir que Karlos Arguiñano de pequeño no podía jugar con cocinitas porque eso era sólo para niñas, o niños "raritos", por poner uno entre mil ejemplos.
Así pues, puedo llegar a comprender que la idea de hacer una película sobre "Barbie" se preste para esto, por su presencia en la sociedad y en la educación psico-sexual de los niños/as que han crecido con ella...
Dicho lo dicho, esto no es tan sencillo como coger "Lazy Town", un manifiesto feminista e irse a la licuadora para obtener simplemente un cóctel perfecto...
Estamos ante una película mal hecha, pero sobre todo: infantil. No infantil por hablar de una muñeca en su mundo de plástico, infantil por su tratamiento, por su extraño desarrollo, por sus personajes planos, tantos los que deben serlo (muñecas) como los que no (humanos), y en conclusión por no contar nada narrativamente y hasta fallar estrepitosamente en su única finalidad: hacer populismo feminista a la carta (al margen de nuestro posicionamiento en el tema).
No veo la "crítica" por ninguna parte, lo que sí veo son intentos burdos e inconexos de demonizar al hombre, a veces de forma más clara, otras de forma totalmente confusa, pero todas irregulares:
Por ejemplo, ¿por qué Ken piensa que los hombres son triunfadores en el mundo real, si todos (tanto hombres como mujeres) están diciéndole que no puede ejercer ninguna profesión sin una carrera o formación? Y por ende, ¿en qué consiste esta supuesta epifanía que ha tenido sobre su "(no-)poder" masculino que quiere transmitirle al resto de Kens, si ya nos han dicho que es nulo?
sí, se entiende que ve que con sus medios no puede hacer nada, pero entiende que de tenerlos, el hombre sí tiene peso en esa sociedad. Pero esto está pésimamente explicado, y no tiene valor real en el mundo de Barbie, donde los Kens siguen siendo un cero a la izquierda.
Barbie, que es tonta, pero no lo suficiente como para no poder llegar a ser la líder empoderada que todos esperan, capta sexismo en los comentarios de los obreros, tan contrarios a las famosísimas "Barbie Obreras" de su mundo (¿existe esa muñeca?), que además de estar capacitadas para empeñar ese trabajo mientras los Kens tuestan su piel plástica al sol, suponen ser toda una hermandad femenina...
Entiendo que la crítica demanda la necesidad de una utopía en la que una mujer también podría ser obrera (y no iría acosando a los hombres) o tener cualquier otra profesión asociada a los hombres.
¿Pero este sexismo no es una espada de doble filo también para los hombres? ¿Cuántos hombres son niñeros, cuidan de personas mayores, limpian casas o son cajeros en el supermercado...?
Esto me lleva al discurso de America Ferrera, completamente desligado de la película, como si le hubieran dado al "Pause" para irnos a publicidad y nos soltaran un mitin, en el que aún dejando desatendida toda la parte donde al hombre se le hace el mismo tipo de trato sexista, sigue sin aportar nada al desarrollo de la película, o peor, a su clímax, que es en la parte donde tiene lugar este esperpento de escena.
¿Entender que a una mujer se le obliga a ser bella llevando tacones, o ser conscientes de que un hombre bajo ni siquiera puede usarlos porque eso sólo son inventos para ellas, nos va a llevar a alguna resolución narrativa en la que Barbie por fin comprenda la naturaleza de su mundo plástico y/o su objetivo en la vida?
Y dicho esto, es que ni siquiera se entienden las normas en esta fantasía (y sí, siempre tiene que haber normas):
Comprendo que hay dos mundos: el real y "el plástico", pero no comprendo cómo se complementan (ni cómo llegan a él... a parte de patinando entre el backstage de la película).
No entiendo que una empresa real llamada "Mattel" sea plenamente consciente de que las muñecas que venden tiene un alter-ego vivo en otro mundo, y que de todo esto, su mayor problema sea capturar a Barbie,en vez de sorprenderse de que la muñeca sea real, ya que de hecho, y para omitir explicaciones, nos cuentan que eso ya había pasado con Stacie, la hermana de Barbie... Y yo me pregunto: -¿Por qué no nos cuentas eso y de paso rellenas un poco el enorme vacío narrativo que hay en la película?
Tampoco acabo de entender para qué quieren capturar a Barbie... Es decir, si a ellos no les sorprende, ¿qué más da que la gente sepa que las muñecas Barbie están vivas? ¿En qué afectaría eso al mundo, qué consecuencias tendría...? ¿No debería ser eso el desarrollo de la película?
No, no interesa, porque eso sería "irse por las ramas", y lo que queremos es crear "reflexión" con el choque de Muñeca vs Mundo Real para "intentar", repito: "intentar" hacer una parodia de lo que funciona mal en nuestro mundo entre los dos sexos.
Pero como digo, no saben ni hacerlo. Sólo lanzan flechas perdidas en todas direcciones (incluso a sí mismos), por lo que en mi opinión no hace falta ser hombre, mujer, heterosexual, homosexual, abierto o conservador para no poder estar de acuerdo con un mensaje incongruente, basta con ser inteligente para entender que ni ellos saben qué quieren contar o de qué se quejan más allá de la idea de que la mujer es buena y el hombre es malo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Por qué en el mundo REAL, la empresa Mattel tiene una casa en la que vive la creadora de Barbie como si fuera un fantasma atrapado entre los vivos y los muertos?
Esta señora (la creadora de Barbie) fue una persona real... ¿En la película es un hada mágica? Sino, ¿cómo se explica que tras su conversación, Barbie pase de ser una muñeca a necesitar los servicio del ginecólogo... la ha transformado ella en humana?
Las escenas de America Ferrara con frases anti-patriarcado para deshacer el "lavado cerebral" como si se tratase de un embrujo mágico, son absolutamente ridículas, no por sus alegaciones en sí, sino por lo gratuito, pueril y estúpido de su planteamiento, más propio de la líder de un movimiento sectario.
Aunque es gracioso el gag del vaso con agua real (de las pocas gracias en la película), ¿cómo sabe Barbie lo que es el agua...? ¿O cómo sabe lo que son los genitales si ambas son cosas que no existen en su mundo? ¿Cuánto sabe y no sabe del mundo real? Supongo que esto es como Doraemon, no hay que plantearse la lógica o no avanzamos...
Esta señora (la creadora de Barbie) fue una persona real... ¿En la película es un hada mágica? Sino, ¿cómo se explica que tras su conversación, Barbie pase de ser una muñeca a necesitar los servicio del ginecólogo... la ha transformado ella en humana?
Las escenas de America Ferrara con frases anti-patriarcado para deshacer el "lavado cerebral" como si se tratase de un embrujo mágico, son absolutamente ridículas, no por sus alegaciones en sí, sino por lo gratuito, pueril y estúpido de su planteamiento, más propio de la líder de un movimiento sectario.
Aunque es gracioso el gag del vaso con agua real (de las pocas gracias en la película), ¿cómo sabe Barbie lo que es el agua...? ¿O cómo sabe lo que son los genitales si ambas son cosas que no existen en su mundo? ¿Cuánto sabe y no sabe del mundo real? Supongo que esto es como Doraemon, no hay que plantearse la lógica o no avanzamos...
11 de agosto de 2023
11 de agosto de 2023
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han logrado que todo el mundo vaya a verla, en eso son unos genios, pero también es muy peligroso pues tiene un mensaje muy nocivo para los niños que la vean y que por desgracia no sabrán discernir. Toda la película se basa en ideas de confrontación entre hombres y mujeres, desprestigio masculino, y toda la verborrea habitual asociada a estos temas. Si hubieran hecho esta película hace 30 años creo que hubiera sido mucho más interesante y sin tanta contaminación ideológica.
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