Eterno resplandor de una mente sin recuerdos
2004 

7.6
107,554
Drama. Romance. Comedia. Ciencia ficción
Joel (Jim Carrey) recibe un terrible golpe cuando descubre que su novia Clementine (Kate Winslet) ha hecho que borren de su memoria todos los recuerdos de su tormentosa relación. Desesperado, se pone en contacto con el creador del proceso, el Dr. Howard Mierzwiak, para que borre a Clementine de su memoria. Pero cuando los recuerdos de Joel empiezan a desaparecer de pronto redescubre su amor por Clementine. Desde lo más profundo de su ... [+]
4 de octubre de 2007
4 de octubre de 2007
102 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para encabezar esta crítica, he tomado prestado el título de una novela de Antonio Gala. No lo he hecho porque dicha novela guarde relación con esta película, sino porque, mientras la veía, ese título se me ha mostrado con insistencia y parece indicarme que es el idóneo para esta historia.
"Olvídate de mí" utiliza una técnica narrativa que para mí evoca y rinde homenaje a películas como "Mulholland Drive" de David Lynch, pues no despliega la trama de manera lineal y, además, rompe con las tramas habituales que se limitan a mostrar a los personajes desde un ángulo externo. En esta película la realidad, los recuerdos, los deseos, los impulsos que salen desde lo más visceral, todo el inabarcable universo caleidoscópico del subconsciente se mezclan, de manera que la historia que presenciamos, si pudiéramos compararla con algo, sería tal vez con las pinturas cubistas como las de Picasso o con cualquier obra que presente un contenido, sin seguir las reglas de la razón ni de la objetividad, ni de un orden preestablecido.
Si bien la historia comienza de forma lineal, mostrando unos sucesos reales tal como suceden, pronto se da marcha atrás en la trama y, entrando en un prolongado flashback que dura casi hasta el final, nos introducimos en el mundo subconsciente de Joel, el cual arrastra en su pasado reciente una intensa historia de amor con Clementine, una relación tan viva, tan llena de matices, altibajos, momentos felices y momentos vacíos, como podría serlo cualquier relación.
La película propone una original alternativa: imaginad que se inventara una máquina que fuese capaz de eliminar los recuerdos que una persona no quiere conservar y que necesita expulsar definitivamente de su mente para olvidar algo o a alguien y así empezar de nuevo, sin remembranzas de eso que resultó tan doloroso. Pues bien, en "Olvídate de mí" se ha inventado esa máquina, que rastrea los recuerdos que el paciente desea borrar.
En un principio, el invento parece brillante, otorgando a la gente la posibilidad de deshacerse de sus memorias desagradables. Pero muy pronto se advierte que los mecanismos del cerebro humano son tan infinitamente complejos que es imposible controlarlos y abarcarlos. El poder del subconsciente, la insondable profundidad de los sentimientos, así como el hecho de que en la mente humana no es posible separar la felicidad de la tristeza, lo bello de lo amargo, lo luminoso de las tinieblas. Los sentimientos no se pueden catalogar, no se pueden dividir en compartimientos estancos. Entonces, ¿cómo puede una máquina borrar unas memorias, unas sensaciones, tantas cosas vividas que son imposibles de cercenar, de apartar? Como si se tratara de la memoria de un ordenador, la máquina destruye todo lo que se ha vuelto "indeseable". Y cuando alguien se somete al proceso, no hay marcha atrás. Pero cabe la posibilidad de arrepentirse, porque no somos ordenadores y las personas no se pueden borrar de un plumazo.
Sigo en el spoiler.
"Olvídate de mí" utiliza una técnica narrativa que para mí evoca y rinde homenaje a películas como "Mulholland Drive" de David Lynch, pues no despliega la trama de manera lineal y, además, rompe con las tramas habituales que se limitan a mostrar a los personajes desde un ángulo externo. En esta película la realidad, los recuerdos, los deseos, los impulsos que salen desde lo más visceral, todo el inabarcable universo caleidoscópico del subconsciente se mezclan, de manera que la historia que presenciamos, si pudiéramos compararla con algo, sería tal vez con las pinturas cubistas como las de Picasso o con cualquier obra que presente un contenido, sin seguir las reglas de la razón ni de la objetividad, ni de un orden preestablecido.
Si bien la historia comienza de forma lineal, mostrando unos sucesos reales tal como suceden, pronto se da marcha atrás en la trama y, entrando en un prolongado flashback que dura casi hasta el final, nos introducimos en el mundo subconsciente de Joel, el cual arrastra en su pasado reciente una intensa historia de amor con Clementine, una relación tan viva, tan llena de matices, altibajos, momentos felices y momentos vacíos, como podría serlo cualquier relación.
La película propone una original alternativa: imaginad que se inventara una máquina que fuese capaz de eliminar los recuerdos que una persona no quiere conservar y que necesita expulsar definitivamente de su mente para olvidar algo o a alguien y así empezar de nuevo, sin remembranzas de eso que resultó tan doloroso. Pues bien, en "Olvídate de mí" se ha inventado esa máquina, que rastrea los recuerdos que el paciente desea borrar.
En un principio, el invento parece brillante, otorgando a la gente la posibilidad de deshacerse de sus memorias desagradables. Pero muy pronto se advierte que los mecanismos del cerebro humano son tan infinitamente complejos que es imposible controlarlos y abarcarlos. El poder del subconsciente, la insondable profundidad de los sentimientos, así como el hecho de que en la mente humana no es posible separar la felicidad de la tristeza, lo bello de lo amargo, lo luminoso de las tinieblas. Los sentimientos no se pueden catalogar, no se pueden dividir en compartimientos estancos. Entonces, ¿cómo puede una máquina borrar unas memorias, unas sensaciones, tantas cosas vividas que son imposibles de cercenar, de apartar? Como si se tratara de la memoria de un ordenador, la máquina destruye todo lo que se ha vuelto "indeseable". Y cuando alguien se somete al proceso, no hay marcha atrás. Pero cabe la posibilidad de arrepentirse, porque no somos ordenadores y las personas no se pueden borrar de un plumazo.
Sigo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mientras Joel se somete al proceso de borrado, somos testigos de lo que pasa por su mente. Nos metemos en un viaje onírico en el que los deseos más profundos de Joel, sus recuerdos, sus temores, sus esperanzas, sus decepciones, en definitiva todo lo que él es, todo lo que fue, lo que ocurrió, lo que quiere rectificar, su arrepentimiento de haberse sometido al tratamiento pues él realmente no quiere olvidar, su lucha por anular los efectos de la máquina y conservar algo de lo que Clementine le dio...
Todo se muestra con sorprendente ritmo, variaciones, saltos, cambios de escenarios y de situaciones, como sucede en los sueños. Y en el centro de todo está Ella, a la que él está destinado a amar siempre, pese a todo. Otro planteamiento absolutamente vivo es el de retratar a las personas tal como son, con sus defectos, contradicciones, virtudes y, de una forma extraordinaria, el zozobrante universo de las relaciones. Se analiza, con un sobrecogedor acierto y gran sensibilidad, las dificultades de la convivencia entre las personas, islas enormemente distintas que deben aprender a comprenderse, a aceptarse, y se trata de un camino muy difícil, repleto de obstáculos... No siempre se pueden superar las dificultades.
Así que, tal como yo lo veo, todo se centra en ese complejo tapiz que se teje en una relación, en esa planta que es el amor, que necesita ser regada y cuidada, y que termina por secarse si se la descuida, si nos olvidamos de dedicarle el tiempo que se merece, y que se estropea si la sometemos a la imcomprensión, a la incomunicación y a los continuos roces.
El eterno problema de la incomunicación en la pareja, la rutina destructora, la pérdida del horizonte, el preguntarse hasta dónde merece la pena seguir adelante cuando el sendero está plagado de dificultades y nos cegamos de tal forma que no vemos que, si alzamos el rostro, tal vez podamos ver una pequeña luz en lo alto, la luz de todo lo bello que compartimos con ese ser amado. Pero a menudo permanecemos con la cabeza gacha y no percibimos esa pequeña luz que se halla tan cerca.
Por muchas máquinas que se inventen, es imposible arrancar cosas que están arraigadas en el corazón.
Para terminar, añadiré que, en su rompedora estética, esta película puede hacer que nos sintamos identificados con las situaciones, con los problemas de la pareja, con el deseo de borrar lo que no deseamos recordar.
Pero, ¿saben qué? Yo personalmente opto por conservarlo todo en mi memoria. Todo lo bueno y lo malo. Incluso todo aquello de lo que me arrepiento, de todo lo que me causa vergüenza y humillación, todo lo que yo no querría que hubiera sucedido. Opto por dejarlo como está. ¿Saben por qué? Porque esa es mi vida. Esa soy yo. Ninguna máquina podrá destruir eso.
"La vida es sólo un sueño".
"Benditos son los olvidadizos, pues superan incluso sus propios errores".
"Feliz es el destino de las vírgenes vestales, pues olvidan al mundo, y el mundo las olvida a ellas".
El imposible olvido.
Todo se muestra con sorprendente ritmo, variaciones, saltos, cambios de escenarios y de situaciones, como sucede en los sueños. Y en el centro de todo está Ella, a la que él está destinado a amar siempre, pese a todo. Otro planteamiento absolutamente vivo es el de retratar a las personas tal como son, con sus defectos, contradicciones, virtudes y, de una forma extraordinaria, el zozobrante universo de las relaciones. Se analiza, con un sobrecogedor acierto y gran sensibilidad, las dificultades de la convivencia entre las personas, islas enormemente distintas que deben aprender a comprenderse, a aceptarse, y se trata de un camino muy difícil, repleto de obstáculos... No siempre se pueden superar las dificultades.
Así que, tal como yo lo veo, todo se centra en ese complejo tapiz que se teje en una relación, en esa planta que es el amor, que necesita ser regada y cuidada, y que termina por secarse si se la descuida, si nos olvidamos de dedicarle el tiempo que se merece, y que se estropea si la sometemos a la imcomprensión, a la incomunicación y a los continuos roces.
El eterno problema de la incomunicación en la pareja, la rutina destructora, la pérdida del horizonte, el preguntarse hasta dónde merece la pena seguir adelante cuando el sendero está plagado de dificultades y nos cegamos de tal forma que no vemos que, si alzamos el rostro, tal vez podamos ver una pequeña luz en lo alto, la luz de todo lo bello que compartimos con ese ser amado. Pero a menudo permanecemos con la cabeza gacha y no percibimos esa pequeña luz que se halla tan cerca.
Por muchas máquinas que se inventen, es imposible arrancar cosas que están arraigadas en el corazón.
Para terminar, añadiré que, en su rompedora estética, esta película puede hacer que nos sintamos identificados con las situaciones, con los problemas de la pareja, con el deseo de borrar lo que no deseamos recordar.
Pero, ¿saben qué? Yo personalmente opto por conservarlo todo en mi memoria. Todo lo bueno y lo malo. Incluso todo aquello de lo que me arrepiento, de todo lo que me causa vergüenza y humillación, todo lo que yo no querría que hubiera sucedido. Opto por dejarlo como está. ¿Saben por qué? Porque esa es mi vida. Esa soy yo. Ninguna máquina podrá destruir eso.
"La vida es sólo un sueño".
"Benditos son los olvidadizos, pues superan incluso sus propios errores".
"Feliz es el destino de las vírgenes vestales, pues olvidan al mundo, y el mundo las olvida a ellas".
El imposible olvido.
2 de diciembre de 2007
2 de diciembre de 2007
69 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¡Qué felices son los inocentes! Olvidando el mundo, y por éste olvidados. Brillo eterno de una mente inmaculada. Cada plegaria aceptada y con cada una, una renuncia".
(Alexander Pope).
¿Qué harías si un día encontraras una tarjeta en el buzón que dijera que has sido borrado de la memoria de alguien? ¿Serías capaz de borrar a alguien de tu mente? fueron las preguntas que mi compañero de butaca y yo nos hicimos tras ver ¡Olvídate de mí!. Joel se queda aturdido y desolado cuando se entera de que su novia Clementine ha borrado de su cerebro los recuerdos de su relación. Desesperado, Joel contacta con el inventor del proceso, el Dr. Howard Mierzwiak para eliminar cualquier recuerdo de Clementine de su propia memoria. Pero sucede que, mientras los recuerdos progresivamente desaparecen, Joel comienza a redescubrir su pasión inicial. Vuelve a enamorarse de ella en un laberinto de recuerdos que indican que, a pesar del triste final de su relación, ha sido la mujer de su vida. Y es que los recuerdos, por amargos que sean, son nuestros recuerdos.
Ese es el argumento de ¡Olvídate de mí!, película dirigida por el videoclipero Michael Gondry (y se nota), que lleva a cabo la retorcida historia concebida por la retorcida mente del guionista Kauffman, que le da al guión ese estilo suyo tan personal, una experimentación llena de giros, ingenio, sorpresas, pensamientos alterados por el tiempo… Comedia dramática o drama cómico, a ratos intenso melodrama, esta película marca. Qué no daríamos por poder quitarnos un mal rollo de la cabeza. O mejor aún, intentar arreglar en sueños lo que no hemos sido capaces de solucionar en la realidad.
Pero la grandeza de esta película no está en su originalidad de narración (que la tiene), sino en el querer contarnos una historia de amor verdadera, de mostrar la brevedad de los sentimientos que, con los recuerdos y la añoranza, cambian constantemente, confirmando que dentro del amor existe lo ilógico.
Desoladora. Creíble. Amarga. Bellísima. Aparte de involucrarnos plenamente en la historia de Joel (definitivamente Jim Carrey me hace creer que es un actor) y Clementine (Kate Winslet consigue darle dulzura y encanto a un papel bastante irritante), los secundarios (dulce Kirsten, magistral Tom Wilkinson, camaleónico Mark Ruffalo) merecen un párrafo aparte.
La mente de un ordenador es muy superior a la humana. Basta apretar un botón para que pueda olvidar. ¿Borrarías a alguien de tu mente tecleando SUPRIMIR? Dedicada a todos aquellos que saben que el amor es algo que no podemos evitar ni apartar de nosotros. Aunque no recordemos de quién estamos enamorados. Ni por qué.
(Alexander Pope).
¿Qué harías si un día encontraras una tarjeta en el buzón que dijera que has sido borrado de la memoria de alguien? ¿Serías capaz de borrar a alguien de tu mente? fueron las preguntas que mi compañero de butaca y yo nos hicimos tras ver ¡Olvídate de mí!. Joel se queda aturdido y desolado cuando se entera de que su novia Clementine ha borrado de su cerebro los recuerdos de su relación. Desesperado, Joel contacta con el inventor del proceso, el Dr. Howard Mierzwiak para eliminar cualquier recuerdo de Clementine de su propia memoria. Pero sucede que, mientras los recuerdos progresivamente desaparecen, Joel comienza a redescubrir su pasión inicial. Vuelve a enamorarse de ella en un laberinto de recuerdos que indican que, a pesar del triste final de su relación, ha sido la mujer de su vida. Y es que los recuerdos, por amargos que sean, son nuestros recuerdos.
Ese es el argumento de ¡Olvídate de mí!, película dirigida por el videoclipero Michael Gondry (y se nota), que lleva a cabo la retorcida historia concebida por la retorcida mente del guionista Kauffman, que le da al guión ese estilo suyo tan personal, una experimentación llena de giros, ingenio, sorpresas, pensamientos alterados por el tiempo… Comedia dramática o drama cómico, a ratos intenso melodrama, esta película marca. Qué no daríamos por poder quitarnos un mal rollo de la cabeza. O mejor aún, intentar arreglar en sueños lo que no hemos sido capaces de solucionar en la realidad.
Pero la grandeza de esta película no está en su originalidad de narración (que la tiene), sino en el querer contarnos una historia de amor verdadera, de mostrar la brevedad de los sentimientos que, con los recuerdos y la añoranza, cambian constantemente, confirmando que dentro del amor existe lo ilógico.
Desoladora. Creíble. Amarga. Bellísima. Aparte de involucrarnos plenamente en la historia de Joel (definitivamente Jim Carrey me hace creer que es un actor) y Clementine (Kate Winslet consigue darle dulzura y encanto a un papel bastante irritante), los secundarios (dulce Kirsten, magistral Tom Wilkinson, camaleónico Mark Ruffalo) merecen un párrafo aparte.
La mente de un ordenador es muy superior a la humana. Basta apretar un botón para que pueda olvidar. ¿Borrarías a alguien de tu mente tecleando SUPRIMIR? Dedicada a todos aquellos que saben que el amor es algo que no podemos evitar ni apartar de nosotros. Aunque no recordemos de quién estamos enamorados. Ni por qué.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Maravillosa la historia de la enfermera Kirsten Dunst, que vuelve a enamorarse del hombre que ella misma borró después de que éste la desengañara. Y es que en el amor el hombre es el único que tropieza dos veces con la misma piedra.
7 de febrero de 2009
7 de febrero de 2009
55 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crìtica 181. Lo siento, no puedo dejar de comentar esta obra de arte.
Ya desde su título esta es una obra que como pocas, resalta las virtudes del séptimo arte, o el arte total.
Una peli que mezcla tiempos, sensaciones, pensamientos y sobre todo sentimientos... casi casi como en la vida real. Una hermosa metáfora del amor, del olvido y del mágico estado de inocencia de una mente que no recuerda.
En ocasiones como esta, donde todos los planetas se alinean (idea original, dirección, guión, actuación y banda sonora) el cine es, sin lugar a dudas, el mejor lugar para ejercitar una especie de introspección multitudinaria.
Imposible mantenerse al margen de esta obra imprescindible.
Ya desde su título esta es una obra que como pocas, resalta las virtudes del séptimo arte, o el arte total.
Una peli que mezcla tiempos, sensaciones, pensamientos y sobre todo sentimientos... casi casi como en la vida real. Una hermosa metáfora del amor, del olvido y del mágico estado de inocencia de una mente que no recuerda.
En ocasiones como esta, donde todos los planetas se alinean (idea original, dirección, guión, actuación y banda sonora) el cine es, sin lugar a dudas, el mejor lugar para ejercitar una especie de introspección multitudinaria.
Imposible mantenerse al margen de esta obra imprescindible.
11 de noviembre de 2005
11 de noviembre de 2005
63 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si viene alguien y te explica el leiv motiv de la película en cuatro trazos, probablemente lo encuentres tremendamente imaginativo a la vez que romántico y bello.
El problema no es en sí la historia, sino cómo es contada. Un cierto descontrol que quizás ayuda a dotar al filme de la originalidad que no necesitaba gracias a la idea central, pero que agrada a los que se plantean las películas como reflexiones al salir del cine con un necesario autoconvencimiento de que era buena.
La película para mi entender resulta demasiado irregular, eso sí con una espléndida Kate Winslet que brilla con luz propia.
Destacar:
+ La originalidad de la idea central del guión.
- Demasiado poco convencional para algunos e irregular. Puede no dar tiempo al espectador para que llegue el mensaje por el tedio en algunos instantes.
De ese tipo de películas que cuando acabas de verlas...añades: -. no si la película es buena, un gran guión..... Hay que supeditar la bella historia a toda la película para que se olviden los ligeros bostezos que pueden sobrevenir durante la proyección.
El problema no es en sí la historia, sino cómo es contada. Un cierto descontrol que quizás ayuda a dotar al filme de la originalidad que no necesitaba gracias a la idea central, pero que agrada a los que se plantean las películas como reflexiones al salir del cine con un necesario autoconvencimiento de que era buena.
La película para mi entender resulta demasiado irregular, eso sí con una espléndida Kate Winslet que brilla con luz propia.
Destacar:
+ La originalidad de la idea central del guión.
- Demasiado poco convencional para algunos e irregular. Puede no dar tiempo al espectador para que llegue el mensaje por el tedio en algunos instantes.
De ese tipo de películas que cuando acabas de verlas...añades: -. no si la película es buena, un gran guión..... Hay que supeditar la bella historia a toda la película para que se olviden los ligeros bostezos que pueden sobrevenir durante la proyección.
10 de junio de 2012
10 de junio de 2012
39 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos films de ciencia ficción han jugado con la posibilidad de viajar al interior del cerebro, sin embargo, lo que nos proponen Charlie Kaufman, Michel Gondry y Pierre Bismuth es mucho más atractivo: Un viaje iniciático al centro de tu alma, al interior de tus recuerdos, a tu Yo, a tu Superyo y a tu Subconsciente...
Y el resultado es excelente.
El viaje mental emprendido por un confuso y depresivo Joel (Jim Carrey) en busca de eliminar de su memoria cualquier recuerdo de Clementine (Kate Winslet) le llevará, sin buscarlo, al interior de su alma y de sus sentimientos, descubriendo cosas que nunca hubiera podido descubrir por sí mismo.
Excitante, también, el alucinante y onírico recorrido por los recuerdos más lejanos del protagonista.
Precioso e inclasificable film de Michel Gondry donde Jim Carrey realiza el que, probablemente, es el mejor trabajo como actor de su carrera.
Y el resultado es excelente.
El viaje mental emprendido por un confuso y depresivo Joel (Jim Carrey) en busca de eliminar de su memoria cualquier recuerdo de Clementine (Kate Winslet) le llevará, sin buscarlo, al interior de su alma y de sus sentimientos, descubriendo cosas que nunca hubiera podido descubrir por sí mismo.
Excitante, también, el alucinante y onírico recorrido por los recuerdos más lejanos del protagonista.
Precioso e inclasificable film de Michel Gondry donde Jim Carrey realiza el que, probablemente, es el mejor trabajo como actor de su carrera.
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