Aliados
6.2
17,418
Thriller. Drama. Romance
Año 1942 en el protectorado francés de Marruecos, durante la Segunda Guerra Mundial. Max (Brad Pitt) es un espía canadiense del bando aliado que llega a Casablanca y se hace pasar por marido de Marianne (Marion Cotillard), una francesa miembro de la resistencia con buenas relaciones con el régimen de Vichy. Ambos deberán cumplir una peligrosa misión en el norte de África por órdenes de Londres. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2016
20 de diciembre de 2016
41 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo esta cinta se da uno cuenta cuán difícil es hacer una buena película. O cómo a veces ciertas personas de la industria del cine, con menos talento o ínfulas autorales, con escaso presupuesto e incierta atención mediática, sin grandes pretensiones ni aspiraciones de transcendencia, han conseguido elaborar de forma artesanal y paciente obras de arte inesperadas, perdurables e iconográficas. Quizás el máximo ejemplo sea “Casablanca” ese refrito lleno de imprevistos, accidentes, defectos e impericias que devino en uno de los más grandes mitos del séptimo arte. Pero una vez más las intenciones, los dineros, las estrellas y el marketing no bastan para poner en pie y sostener un producto tan cargante, pretencioso, antipático e insoportable como el que nos ocupa. Un monumento al desatino oneroso, asfixiado por el tufo a naftalina.
La minuciosidad rutilante del acabado formal resulta empalagosa. Todo está demasiado pulido y resplandeciente, demasiado peripuesto y acicalado, demasiado relamido y sin mácula. Ninguna arruga que afeé los vestidos o profane los rostros (nunca he visto a un actor con una capa de maquillaje y pintura tan densa, artificiosa e inverosímil como la que soporta Brad Pitt en su rostro devorado por pinchazos o cirugías que lo han momificado hasta la parodia), ninguna mota de polvo que afrente los decorados o perturbe los recovecos de las ruinas o los bombardeos digitales, ninguna nube o sombra que trastorne los estragos de la guerra. Todo es lustroso, superficial, pulcro y aseado, la iluminación es impecable y los pasajes nocturnos brillan tanto como los diurnos. No se despeina ni el apuntador.
La historia, sin ser original, tiene un pase, casi es lo mejor de todo el tinglado, pero acaba sofocada por la parafernalia estomagante que la rodea hasta anegarla. El amor en tiempos de guerra siempre se ha cotizado, sobre todo cuando ella es una Marion Cotillard en la cumbre de su belleza y de su encanto, seductora, turbia y rutilante. Sin duda, lo mejor de esta penosa profanación necrófila. Parece salida de otro largometraje y nos recuerda que la magia del cine depende de una mirada, de unos gestos o de unas lágrimas oportunas, no hace falta mucho más, pero es necesario representarlo con convicción y aplomo, sin atisbos de duda o agobio. Ella acierta y resulta mágica e intemporal, entre el infausto cenagal de dislates que la rodea. Pero no basta una gema para disimular la bisutería de tenderete y baratillo. Ojalá.
En definitiva, un homenaje fallido a un tipo de cine que ha dado frutos memorables. Pero resulta un proyecto tan artificioso como superfluo, más atento a copiar que a crear y por ello mismo prescindible, inútil e innecesario.
La minuciosidad rutilante del acabado formal resulta empalagosa. Todo está demasiado pulido y resplandeciente, demasiado peripuesto y acicalado, demasiado relamido y sin mácula. Ninguna arruga que afeé los vestidos o profane los rostros (nunca he visto a un actor con una capa de maquillaje y pintura tan densa, artificiosa e inverosímil como la que soporta Brad Pitt en su rostro devorado por pinchazos o cirugías que lo han momificado hasta la parodia), ninguna mota de polvo que afrente los decorados o perturbe los recovecos de las ruinas o los bombardeos digitales, ninguna nube o sombra que trastorne los estragos de la guerra. Todo es lustroso, superficial, pulcro y aseado, la iluminación es impecable y los pasajes nocturnos brillan tanto como los diurnos. No se despeina ni el apuntador.
La historia, sin ser original, tiene un pase, casi es lo mejor de todo el tinglado, pero acaba sofocada por la parafernalia estomagante que la rodea hasta anegarla. El amor en tiempos de guerra siempre se ha cotizado, sobre todo cuando ella es una Marion Cotillard en la cumbre de su belleza y de su encanto, seductora, turbia y rutilante. Sin duda, lo mejor de esta penosa profanación necrófila. Parece salida de otro largometraje y nos recuerda que la magia del cine depende de una mirada, de unos gestos o de unas lágrimas oportunas, no hace falta mucho más, pero es necesario representarlo con convicción y aplomo, sin atisbos de duda o agobio. Ella acierta y resulta mágica e intemporal, entre el infausto cenagal de dislates que la rodea. Pero no basta una gema para disimular la bisutería de tenderete y baratillo. Ojalá.
En definitiva, un homenaje fallido a un tipo de cine que ha dado frutos memorables. Pero resulta un proyecto tan artificioso como superfluo, más atento a copiar que a crear y por ello mismo prescindible, inútil e innecesario.
26 de noviembre de 2016
26 de noviembre de 2016
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
No pasará a la historia como la mejor película de Zemeckis por razones obvias. Ni si quiera parece una película suya. El título no la acompaña; ``aliados´´, suena frío y contrasta con la calidez de la película. El amor es la columna vertebral de una película bélica, ¿Alguien recuerda algo parecido en el cine reciente?. Tiene todo en su contra. Pero hay algo que juega a su favor; el amor se trata sin hipérboles, tal y como es, y eso es difícil de conseguir. Son tantas las películas románticas que solo buscan rentabilidad en taquilla que uno se crea ciertos prejuicios; y resulta ser una película sin pretensiones la que acaba tocando la fibra. A todo esto le acompaña la soberbia actuación de Brad Pitt, y la inconmensurable Marion Cotillard.
Quizá haya cierta subjetividad en la nota.
Por haberme hecho llorar en el cine después de mucho tiempo.
Por salir de la sala amando aún más si cabe a la madre de mis hijos.
Quizá haya cierta subjetividad en la nota.
Por haberme hecho llorar en el cine después de mucho tiempo.
Por salir de la sala amando aún más si cabe a la madre de mis hijos.
30 de noviembre de 2016
30 de noviembre de 2016
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente buena. Diría que por tres motivos especialmente:
- Fotografía, luz, color. No tiene el aspecto de una película normal, parece pintada, dibujada. Colores cálidos y excesivos, rostros perfectos (están los dos guapísimos, por momentos, durante la parte marroquí, casi parecían maniquís o pase de modelos), decorados maravillosamente falsos, vestuario impoluto, soles gloriosos y noches hermosas. ¿Dibujos animados? ¿Seres humanos o logradas criaturas de plastilina y luz?
- Dirección. Elegante, clásica, calmada. La que permite gozar al espectador, le da su tiempo y espacio, le permite arrellanarse en la butaca y degustar el manjar sin prisas locas/tontas.
- Guion. Impecable. Todas las elecciones son acertadas, nada falla ni falta o sobra, todo encaja. Asume sus propias reglas del juego y las respeta a muerte, como un perro fiel.
Es una extraña y sorprendente película. Resume, concentra y destila el cine clásico a la vez que le da un nuevo aire y vigor. Es como si a un anciano pálido y desmejorado que todavía conserva una gran memoria y posee un maravilloso pasado, le hubieras quitado toda la grasa sobrante, llevado a tomar el sol, adelgazado y relajado en un balneario de lujo para sacarlo a pasear como si estuviera o fuera un recién nacido, como si le hubieras aplicado el método del curioso caso de Benjamin Button.
Ligera, inteligente, bella y lograda obra que respeta la tradición de la ficción más fantasiosa y escapista, la más soñadora e irreal, la del género más pulp (aunque sea de lujo; amor y aventuras, intriga y suspense) y popular, pero eterno, sin renunciar a ninguna de las posibilidades de la tecnología actual ni a ninguno de los recursos del cine de toda la vida (música, escritura, estrellas, dinero... ).
Él no es un gran actor, nunca lo ha sido ni lo será, pero es una gran presencia, un hombre guapo y simpático que da el pego con los gestos justos y apropiados, quizás un tanto infantil y simplón, pero perfecto para casos como este. Ella se lo come en todos los sentidos. Quedan bien juntos. Son bonitos de mirar y se mueven con gracia y elegancia.
Es gran evasión, es cine posmoderno pero sin condescendencia, requiebro o pose; revuelve y respeta a sus mayores con gusto y verdad.
Es un pastiche colosal que atiende a una irrealidad plausible, la que se atiene a su propio mundo y a su lógica cerrada. Un relato que parece soñado más que contado o narrado, y esa es su extraña condición, la que despista y desconcierta, que por un lado es copia fiel, casi infantil de tan literal y asimiladora de fuentes muy reconocibles, como por otro es puro artificio, juego, fiesta, recreación inspirada y casi etérea, universo ensimismado y feliz, inadvertidamente irónico y muy placentero, irreverente y grave, cachondo, serio y muy lúcido/lucido/lúdico. Como si la hubiera hecho un niño listo, prodigioso y cinéfilo o un hombre que lo pareciera por un tiempo, el justo y necesario.
Muy bien. Para qué escribir mucho más.
- Fotografía, luz, color. No tiene el aspecto de una película normal, parece pintada, dibujada. Colores cálidos y excesivos, rostros perfectos (están los dos guapísimos, por momentos, durante la parte marroquí, casi parecían maniquís o pase de modelos), decorados maravillosamente falsos, vestuario impoluto, soles gloriosos y noches hermosas. ¿Dibujos animados? ¿Seres humanos o logradas criaturas de plastilina y luz?
- Dirección. Elegante, clásica, calmada. La que permite gozar al espectador, le da su tiempo y espacio, le permite arrellanarse en la butaca y degustar el manjar sin prisas locas/tontas.
- Guion. Impecable. Todas las elecciones son acertadas, nada falla ni falta o sobra, todo encaja. Asume sus propias reglas del juego y las respeta a muerte, como un perro fiel.
Es una extraña y sorprendente película. Resume, concentra y destila el cine clásico a la vez que le da un nuevo aire y vigor. Es como si a un anciano pálido y desmejorado que todavía conserva una gran memoria y posee un maravilloso pasado, le hubieras quitado toda la grasa sobrante, llevado a tomar el sol, adelgazado y relajado en un balneario de lujo para sacarlo a pasear como si estuviera o fuera un recién nacido, como si le hubieras aplicado el método del curioso caso de Benjamin Button.
Ligera, inteligente, bella y lograda obra que respeta la tradición de la ficción más fantasiosa y escapista, la más soñadora e irreal, la del género más pulp (aunque sea de lujo; amor y aventuras, intriga y suspense) y popular, pero eterno, sin renunciar a ninguna de las posibilidades de la tecnología actual ni a ninguno de los recursos del cine de toda la vida (música, escritura, estrellas, dinero... ).
Él no es un gran actor, nunca lo ha sido ni lo será, pero es una gran presencia, un hombre guapo y simpático que da el pego con los gestos justos y apropiados, quizás un tanto infantil y simplón, pero perfecto para casos como este. Ella se lo come en todos los sentidos. Quedan bien juntos. Son bonitos de mirar y se mueven con gracia y elegancia.
Es gran evasión, es cine posmoderno pero sin condescendencia, requiebro o pose; revuelve y respeta a sus mayores con gusto y verdad.
Es un pastiche colosal que atiende a una irrealidad plausible, la que se atiene a su propio mundo y a su lógica cerrada. Un relato que parece soñado más que contado o narrado, y esa es su extraña condición, la que despista y desconcierta, que por un lado es copia fiel, casi infantil de tan literal y asimiladora de fuentes muy reconocibles, como por otro es puro artificio, juego, fiesta, recreación inspirada y casi etérea, universo ensimismado y feliz, inadvertidamente irónico y muy placentero, irreverente y grave, cachondo, serio y muy lúcido/lucido/lúdico. Como si la hubiera hecho un niño listo, prodigioso y cinéfilo o un hombre que lo pareciera por un tiempo, el justo y necesario.
Muy bien. Para qué escribir mucho más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me gustó todo. Cada decisión de guion o dirección me parecieron siempre las más apropiadas, las justos en ese mismo momento. El prólogo (largo) marroquí me chifla y deslumbra, lo demás acompaña sin falta, pero por señalar quizás dos asuntos tal vez un poco menos buenos, diría que recién casados cae un poco la historia, hasta que ella se convierte en sospechosa y se eleva a los cielos de nuevo, y ese epílogo me parece un poco demasiado redundante y pasteloso. En cambio, el suicidio es exactamente lo que pedía el argumento, gran cierre.
27 de noviembre de 2016
27 de noviembre de 2016
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces el fenómeno cinematográfico del estreno de una película se ve sobrepasado con otros factores que a la postre, tienen poco que ver con la historia que nos quieren contar. La mayoría de las veces, eso puede ser un gran valor añadido a la cinta de estreno, pero otras puede empañarla de polémicas estériles que le hacen un flaco favor, que es precisamente esto último lo que le ha pasado a "Aliados", con la famosa controversia del divorcio de Brad Pitt con el supuesto romance con Marion Cotillard. Sería una pena que recordáramos esta película precisamente por este dato, ya que estamos ante una muy apreciable film, brillantemente dirigido, con un guión más que aceptable, unas interpretaciones excelentes y un desarrollo apasionante. Es una lástima que el lanzamiento y el marketing de la película se centre casi exclusivamente en una visión de los dos protagonistas que parece que estén posando para una firma de moda, en vez de darnos a entender que estamos ante una película de espías, de verdades a medias, de emociones encontradas, de aventuras...
Zemeckis, uno de los protegidos de Spielberg en los años ochenta del pasado siglo, con una carrera que abarca títulos tan interesantes y míticos como "Tras el corazón Verde", "A quién engaño Roger Rabbit", "Regreso al futuro" (y su saga), "Contact" y sobre todo "Forrest Gump", ahora ha intentado volver al cine más clásico de aventuras, articulando una historia de amor imposible entre dos espías en plena Segunda Guerra Mundial. Para colmo de homenajes, el guión de Steven Knight arranca en la mismísima Casablanca, en plena ocupación nazi de Francia. A partir de ahí, todas las comparaciones son más que obvias, y aunque Pitt y Cotillard no son Bogart y Bergman, lo cierto es que hacen un papel más que digno, con dos interpretaciones realmente buenas.
Pero lo que realmente me gustó de la historia es que aunque pudiera ser más o menos predecible, supo desgranar muy bien a los dos personajes principales y su relación, llena de encuentros y desencuentros, de secretos escondidos y no escondidos. Porque señores, estamos ante el amor entre dos espías... si es que eso puede producirse. Me viene a la memoria precisamente un título (fallido) del propio Zemeckis, "Lo que la verdad esconde", y que viene al pelo con esta historia en la que nada es lo que parece... o sí.
Narrada con convencimiento, profesionalidad y una técnica impecable, quizás ese regusto "vintage" que tenga toda la película y que se respira a cada fotograma sea lo más destacable más allá de todo el batiburrillo digital que tan (mal) acostumbrados estamos ya en la gran pantalla (a pesar que Zemeckis haya realizado dos películas íntegramente realizadas por ordenador como "Polar Express" o "Beowulf", demostrando que los actores reales no pueden sustituirse por versiones digitales). Precisamente por ello sus últimas películas ("El Vuelo", "El Desafío" -The Walk-) sean tan analógicas, al igual que ésta su última película: aquí todo es de verdad, no hay efectos especiales generados por ordenador; si los hay, son de otro tipo. Y si los hay, sencillamente están camuflados para que no lo parezcan.
Porque al final, lo más importante de "Aliados" es la historia de fidelidades e infidelidades que nos cuentan, y cómo puedes anteponer tu propio interés personal y tu vida a unos determinados ideales más o menos impuestos por un país o un ejército. Algo completamente normal que hemos visto en la historia del cine en todos y cada uno de los géneros, desde el western a la ciencia ficción y que ahora Steven Knight nos sirve con este guión no muy espectacular, pero si muy efectivo (lo cierto es que me esperaba algo más de originalidad, sobre todo porque su primera película como director y guionista, "Locke", con un Tom Hardy esplendoroso, fue un experimento deslumbrante y originalísimo...). De acuerdo, no es nada original, y tiene cierto regusto a naftalina... pero no obstante, es un trabajo de gran solvencia, que sumado a la solidez de Zemeckis como realizador da como resultado una película quizás no demasiado original, pero si muy bien contada y articulada, con grandes interpretaciones y buenos resultados.
Zemeckis, uno de los protegidos de Spielberg en los años ochenta del pasado siglo, con una carrera que abarca títulos tan interesantes y míticos como "Tras el corazón Verde", "A quién engaño Roger Rabbit", "Regreso al futuro" (y su saga), "Contact" y sobre todo "Forrest Gump", ahora ha intentado volver al cine más clásico de aventuras, articulando una historia de amor imposible entre dos espías en plena Segunda Guerra Mundial. Para colmo de homenajes, el guión de Steven Knight arranca en la mismísima Casablanca, en plena ocupación nazi de Francia. A partir de ahí, todas las comparaciones son más que obvias, y aunque Pitt y Cotillard no son Bogart y Bergman, lo cierto es que hacen un papel más que digno, con dos interpretaciones realmente buenas.
Pero lo que realmente me gustó de la historia es que aunque pudiera ser más o menos predecible, supo desgranar muy bien a los dos personajes principales y su relación, llena de encuentros y desencuentros, de secretos escondidos y no escondidos. Porque señores, estamos ante el amor entre dos espías... si es que eso puede producirse. Me viene a la memoria precisamente un título (fallido) del propio Zemeckis, "Lo que la verdad esconde", y que viene al pelo con esta historia en la que nada es lo que parece... o sí.
Narrada con convencimiento, profesionalidad y una técnica impecable, quizás ese regusto "vintage" que tenga toda la película y que se respira a cada fotograma sea lo más destacable más allá de todo el batiburrillo digital que tan (mal) acostumbrados estamos ya en la gran pantalla (a pesar que Zemeckis haya realizado dos películas íntegramente realizadas por ordenador como "Polar Express" o "Beowulf", demostrando que los actores reales no pueden sustituirse por versiones digitales). Precisamente por ello sus últimas películas ("El Vuelo", "El Desafío" -The Walk-) sean tan analógicas, al igual que ésta su última película: aquí todo es de verdad, no hay efectos especiales generados por ordenador; si los hay, son de otro tipo. Y si los hay, sencillamente están camuflados para que no lo parezcan.
Porque al final, lo más importante de "Aliados" es la historia de fidelidades e infidelidades que nos cuentan, y cómo puedes anteponer tu propio interés personal y tu vida a unos determinados ideales más o menos impuestos por un país o un ejército. Algo completamente normal que hemos visto en la historia del cine en todos y cada uno de los géneros, desde el western a la ciencia ficción y que ahora Steven Knight nos sirve con este guión no muy espectacular, pero si muy efectivo (lo cierto es que me esperaba algo más de originalidad, sobre todo porque su primera película como director y guionista, "Locke", con un Tom Hardy esplendoroso, fue un experimento deslumbrante y originalísimo...). De acuerdo, no es nada original, y tiene cierto regusto a naftalina... pero no obstante, es un trabajo de gran solvencia, que sumado a la solidez de Zemeckis como realizador da como resultado una película quizás no demasiado original, pero si muy bien contada y articulada, con grandes interpretaciones y buenos resultados.
28 de noviembre de 2016
28 de noviembre de 2016
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me decidí a ver esta película, porque Brad Pitt me sorprende mucho como actor, ya que siempre ha sabido elegir muy bien los papeles que interpreta, y me gusta mucho porque no se le encasilla como a otros actores. En esta ocasión, Pitt es un agente de la inteligencia y tendrá que dejar a un lado sus ideales, cuando se entere que su mujer es acusada de espía. No desvelo nada nuevo, pues en el trailer ya nos "destripan" este detalle. A partir de este momento, vemos una historia en la que están presentes: la desconfianza, la traición, dentro de una pareja en la que todo era amor. Está ambientada en la segunda guerra mundial y realmente parece que estamos en ella, de lo bien recreada que está. Es una historia de amor, a la vieja usanza pero muy bien desarrollada que te mantiene toda la película en tensión, por saber qué pasará con nuestros protagonistas. La recomiendo. Dejaros sumergir en esta bonita e interesante historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me hubiese gustado que la protagonista no se hubiese suicidado para salvar a su marido y a su hija. Hubiera preferido que se hubiesen fugado los tres y que nunca les encontrasen.... pero eso, ya sería otra historia.
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