El último duelo
7.0
25,213
Drama. Intriga
Francia, 1386. Narra el enfrentamiento entre el caballero Jean de Carrouges (Matt Damon) y el escudero Jacques LeGris (Adam Driver), al acusar el primero al segundo de abusar de su esposa, Marguerite de Carrouges (Jodie Comer). El Rey Carlos VI decide que la mejor forma de solucionar el conflicto es un duelo a muerte. El que gane será el poseedor de la verdad y, en caso de que venza LeGris, la esposa del caballero será quemada como castigo por falsas acusaciones. [+]
10 de noviembre de 2021
10 de noviembre de 2021
117 de 186 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siento que con el paso de los años y la globalización de las series como hobbie a través del streaming (que se ven mientras vas en metro con el móvil, planchas, etc...) cada vez me fio menos de los "criterios cinematográficos", críticos y votantes (que en sus críticas escriben de forma gratuita las siglas LGTBI...¿para hablar de esta peli? ¿en serio?).
Antes los que sentían 'la llamada' buscaban el cine y lo hacían como si fuera algo sagrado, lo hacían con pasión.
Hoy en día, los que antes veían Telecinco ahora ven Netflix en piloto automático y se hacen llamar cinéfilos, ¿Cómo fiarme de las notas medias hoy en día?
Pero peor son los llamados críticos profesionales, que según les pilles encumbran la nueva película de Marvel con la misma fórmula de siempre, no se si por dinero, motivos políticos o nada de lo anterior; pero despotrican una cinta más independiente que intenta, aunque sea con mayor o menor acierto, salirse de la norma.
Sonará pedante para algunos, me da igual.
Creo firmemente, que aunque los gustos sean subjetivos, existe el lenguaje cinematográfico y este, como cualquier lengua, tiene diferentes formas de expresarse utilizando el audiovisual.
Y he de decir que el usar 6 planos para una conversación, cortando cada tres frases es completamente analfabeto y actual.
Últimamente disfruto más de pelis modernas de seis en esta página que las que pasan de siete, supongo que mi buen gusto se ha suicidado y tendré que andarme con ojo.
Aunque todo esto, y muchos de esos puntos, no lo digo (sólo) por esta peli en particular que conste.
Al lío.
Una peli que se deja ver con facilidad pero que presiento que olvidaré fácilmente.
Visualmente, aunque obviamente cumple lo que se espera de una producción de este calibre, no me parece destacable (Kingdom of Heaven sin ir más lejos me parece mejor dirigida).
Y lo más importante, narrativamente me parece bastante simplona.
Durante su discurso no me produce ningún tipo de diálogo interior y a pesar del terrible suceso todo sucede de forma bastante previsible y esperable, lo cual no resultaría necesariamente un problema si no fuera porque tampoco se profundiza en el drama o los personajes .
Las sutilezas o ambigüedades, ya sea a través de un plano o el guion no tienen cabida (hasta en los títulos de los capítulos se encargan de aclarártelo para que no te pierdas).*
Durante un segundo me acorde de David Lynch cuando la veía, no es que solo quiera un cine abstracto o indescifrable (no es así)...no tiene que ser tan extremo, pero cada vez más entiendo su desdén a historias en las que todo está mascado (prácticamente todo el cine americano comercial actual), nada dejado a la incertidumbre, sin lugar para pequeños misterios, detalles o comportamientos de los personajes que puedan inquietarte o crecer en tu interior después de ver la película.
Epílogo prescindible... Aunque los actores y el duelo bien, sí.
Muy tibia.
Antes los que sentían 'la llamada' buscaban el cine y lo hacían como si fuera algo sagrado, lo hacían con pasión.
Hoy en día, los que antes veían Telecinco ahora ven Netflix en piloto automático y se hacen llamar cinéfilos, ¿Cómo fiarme de las notas medias hoy en día?
Pero peor son los llamados críticos profesionales, que según les pilles encumbran la nueva película de Marvel con la misma fórmula de siempre, no se si por dinero, motivos políticos o nada de lo anterior; pero despotrican una cinta más independiente que intenta, aunque sea con mayor o menor acierto, salirse de la norma.
Sonará pedante para algunos, me da igual.
Creo firmemente, que aunque los gustos sean subjetivos, existe el lenguaje cinematográfico y este, como cualquier lengua, tiene diferentes formas de expresarse utilizando el audiovisual.
Y he de decir que el usar 6 planos para una conversación, cortando cada tres frases es completamente analfabeto y actual.
Últimamente disfruto más de pelis modernas de seis en esta página que las que pasan de siete, supongo que mi buen gusto se ha suicidado y tendré que andarme con ojo.
Aunque todo esto, y muchos de esos puntos, no lo digo (sólo) por esta peli en particular que conste.
Al lío.
Una peli que se deja ver con facilidad pero que presiento que olvidaré fácilmente.
Visualmente, aunque obviamente cumple lo que se espera de una producción de este calibre, no me parece destacable (Kingdom of Heaven sin ir más lejos me parece mejor dirigida).
Y lo más importante, narrativamente me parece bastante simplona.
Durante su discurso no me produce ningún tipo de diálogo interior y a pesar del terrible suceso todo sucede de forma bastante previsible y esperable, lo cual no resultaría necesariamente un problema si no fuera porque tampoco se profundiza en el drama o los personajes .
Las sutilezas o ambigüedades, ya sea a través de un plano o el guion no tienen cabida (hasta en los títulos de los capítulos se encargan de aclarártelo para que no te pierdas).*
Durante un segundo me acorde de David Lynch cuando la veía, no es que solo quiera un cine abstracto o indescifrable (no es así)...no tiene que ser tan extremo, pero cada vez más entiendo su desdén a historias en las que todo está mascado (prácticamente todo el cine americano comercial actual), nada dejado a la incertidumbre, sin lugar para pequeños misterios, detalles o comportamientos de los personajes que puedan inquietarte o crecer en tu interior después de ver la película.
Epílogo prescindible... Aunque los actores y el duelo bien, sí.
Muy tibia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*Dicho lo cual, ¿Qué sentido tiene este estilo de narrativa? Me intentas vender que cada capítulo es una visión subjetiva de cada uno de los personajes, algo que podría dar mucho juego, para luego decir que no, que en verdad la tercera y última (la versión de Elizabeth) es la que cuenta, es la verdad. La verdad objetiva.
Es contradictorio y gratuito ¿para que se utiliza ese recurso entonces? puedes trasmitir igual la visión del personaje de Adam Driver de lo sucedido con una estructura convencional con el mismo dialogo que tiene post-violación (y así con una te vale), el cual ya refleja que siente que le ha hecho daño por el adulterio y no por el acto en sí.
Al final mas que sumar, resta a su conjunto y no exprimen las posibilidades de su uso como se ha visto otras veces con esta estructura (veáse la mencionada Rashomon en cine, o la serie The Affair en tv, la cual juega muy bien con la relatividad de "la verdad").
Es contradictorio y gratuito ¿para que se utiliza ese recurso entonces? puedes trasmitir igual la visión del personaje de Adam Driver de lo sucedido con una estructura convencional con el mismo dialogo que tiene post-violación (y así con una te vale), el cual ya refleja que siente que le ha hecho daño por el adulterio y no por el acto en sí.
Al final mas que sumar, resta a su conjunto y no exprimen las posibilidades de su uso como se ha visto otras veces con esta estructura (veáse la mencionada Rashomon en cine, o la serie The Affair en tv, la cual juega muy bien con la relatividad de "la verdad").
30 de octubre de 2021
30 de octubre de 2021
61 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Last Duel supone la vuelta de Ridley Scott a la época medieval. No lo hacía desde 2010 para contar los orígenes de Robin Hood. Ahora se adentra en un drama basado en hechos reales ambientado en la Francia del siglo XIV para contar una historia al más puro estilo Rashômon (1950) de Akira Kurosawa. Tenemos a tres personajes: el caballero Le Gris (Adam Driver), el caballero Jean de Carrouges (Matt Damon) y su esposa, Marguerite de Carrouges (Jodie Comer). La trama es sencilla: ella acusa a Le Gris de haberla violado y su esposo lo desafía a un duelo a muerte para hacer justicia. Sin embargo, el hecho de narrar la misma historia desde los tres puntos de vista de estos personajes hace que la película resulte inmensamente atractiva, ya que se profundiza en el desarrollo psicológico de los personajes y el espectador irá apreciando los cambios que se dan entre las relaciones de los personajes dependiendo de quién cuente su versión de los hechos. Así, hay escenas que se repiten, pero siempre con ligeras variaciones que implican un cambio radical en el sentido de ver las cosas para cada uno de los personajes. Donde a veces hay consideración en otras se aprecia imposición, donde antes había complicidad ahora hay desprecio… Y de esta manera se van comprendiendo las motivaciones de cada individuo para actuar de una forma u otra.
La ambientación de la ciudad de París inundada por la peste con Notre-Dame de fondo es magistral, aunque eso no es extraño tratándose de una película de Ridley Scott, pues es sabido que, en cuanto a creación de mundos se refiere, guste más o menos cualquiera de sus películas, pocos pueden mojarle la oreja. El duelo a muerte es sencillamente espectacular y hará las delicias de todos aquellos que disfrutan con el cine épico, incluso para aquellos que a esas alturas de la trama estén fatigados porque pensaban encontrarse una película de más espadas que de palabras. Pero que nadie se preocupe, la trama fluye a un ritmo que no decae nunca a pesar de sus generosos 150 minutos. El trío protagonista ofrece unas interpretaciones meritorias y son la pieza fundamental de la película, ya que esta historia medieval se centra mucho más en lo narrativo que en la espectacularidad de sus imágenes, que también las tiene y excelentemente filmadas.
En definitiva, la nueva película de Ridley Scott mantiene el interés del espectador en todo momento, lo deleita con sus breves escenas de batalla y lo lleva directamente a la petite mort con el duelo final.
La ambientación de la ciudad de París inundada por la peste con Notre-Dame de fondo es magistral, aunque eso no es extraño tratándose de una película de Ridley Scott, pues es sabido que, en cuanto a creación de mundos se refiere, guste más o menos cualquiera de sus películas, pocos pueden mojarle la oreja. El duelo a muerte es sencillamente espectacular y hará las delicias de todos aquellos que disfrutan con el cine épico, incluso para aquellos que a esas alturas de la trama estén fatigados porque pensaban encontrarse una película de más espadas que de palabras. Pero que nadie se preocupe, la trama fluye a un ritmo que no decae nunca a pesar de sus generosos 150 minutos. El trío protagonista ofrece unas interpretaciones meritorias y son la pieza fundamental de la película, ya que esta historia medieval se centra mucho más en lo narrativo que en la espectacularidad de sus imágenes, que también las tiene y excelentemente filmadas.
En definitiva, la nueva película de Ridley Scott mantiene el interés del espectador en todo momento, lo deleita con sus breves escenas de batalla y lo lleva directamente a la petite mort con el duelo final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La verdad según Marguerite de Carrouges (la auténtica verdad) es realmente la historia que redondea a las otras dos y la más coherente de las tres teniendo en cuenta que estamos en la época medieval. Por poner un simple ejemplo, vemos que cuando el personaje de Matt Damon cuenta su versión vemos a un marido respetuoso con su esposa, que consuma el matrimonio solo cuando ella está preparada. En la versión del personaje de Jodie Comer, su marido la trata como una posesión, consumando cuando a él le apetece y afectado por la violación de su esposa solo porque alguien ha tocado su propiedad.
Aquí hay que advertir de algo importante, pues es posible que más de uno caiga en el siguiente error. A ojos de hoy día se podría considerar que Jean de Carrouges también viola a su esposa y que este es tan culpable como Le Gris. No es así. Estamos en el medievo, y el personaje de Matt Damon no es culpable de ninguno de sus actos, tan solo sigue las reglas de la época y no se le puede juzgar por cómo trata a su mujer. Alguno hablará de machismo… ¿qué esperaban? Cosas del siglo XIV.
Aquí hay que advertir de algo importante, pues es posible que más de uno caiga en el siguiente error. A ojos de hoy día se podría considerar que Jean de Carrouges también viola a su esposa y que este es tan culpable como Le Gris. No es así. Estamos en el medievo, y el personaje de Matt Damon no es culpable de ninguno de sus actos, tan solo sigue las reglas de la época y no se le puede juzgar por cómo trata a su mujer. Alguno hablará de machismo… ¿qué esperaban? Cosas del siglo XIV.
2 de noviembre de 2021
2 de noviembre de 2021
45 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía más de 20 años (Gladiator) que no veía una película de este gran director que me inquietara y gustara tanto. Me gustó mucho "todo el dinero del mundo", pero no me enamoró ni provocó más emoción que un capítulo de una serie buena de cualquier plataforma actual. Estamos recibiendo un impacto ya algo exagerado de las series actuales, muy buenas por otro lado, pero no son cine y confunden la calidad con el enganche o la única necesidad de mantener a la gente frente al televisor. El cine es mucho más que eso, es tratar de desarrollar una historia importante y generar emociones, así como tratar de dar un sentido a las 2 horas (o lo que dure) de film. Es un libro o una historia que trata de proyectar imágenes y sentimientos del autor, la mayoría de las veces con la propia influencia personal también del director. Es en ese tiempo que dura, que consiguen todo lo que una serie pretende en años, pero además concluyendo la historia y consiguiendo su objetivo. Las series se alargan demasiado en el tiempo y pierden su sentido e interés.
Si empiezo contando todo esto, es porque por fin vemos una película que merece la pena de verdad en los últimos meses. El guion de Affleck y Damon es bueno, pero la puesta en escena y dirección es magistral. Y eso que en esta película no han hecho falta efectos especiales o imágenes espectaculares, solo talento, buenos actores y buena dirección.
La historia que relata, partiendo de un hecho real ocurrido en el siglo XIV, es muy creíble y conseguido, tanto por la atmósfera medieval, como el escenario gótico de un tiempo de pestes, hambrunas y sobre todo de hombres sin corazón obsesionados por las guerras y las tierras.
Ridley Scott ha creado una obra maestra con una película de duelos, guerras y justas medievales como nunca se había visto antes en el cine, creando suspense, tensión, emoción y euforia. A esto añadir una puesta en escena como no se había visto en mucho tiempo potenciada con escenas de lucha que te dejan tieso, posiblemente de las mejores nunca vistas.
"El último duelo" es una grandísima película que sólo peca de ser algo larga o repetitiva en algunos momentos, pero que a pesar de ello merece la pena que sea así.
Si empiezo contando todo esto, es porque por fin vemos una película que merece la pena de verdad en los últimos meses. El guion de Affleck y Damon es bueno, pero la puesta en escena y dirección es magistral. Y eso que en esta película no han hecho falta efectos especiales o imágenes espectaculares, solo talento, buenos actores y buena dirección.
La historia que relata, partiendo de un hecho real ocurrido en el siglo XIV, es muy creíble y conseguido, tanto por la atmósfera medieval, como el escenario gótico de un tiempo de pestes, hambrunas y sobre todo de hombres sin corazón obsesionados por las guerras y las tierras.
Ridley Scott ha creado una obra maestra con una película de duelos, guerras y justas medievales como nunca se había visto antes en el cine, creando suspense, tensión, emoción y euforia. A esto añadir una puesta en escena como no se había visto en mucho tiempo potenciada con escenas de lucha que te dejan tieso, posiblemente de las mejores nunca vistas.
"El último duelo" es una grandísima película que sólo peca de ser algo larga o repetitiva en algunos momentos, pero que a pesar de ello merece la pena que sea así.
1 de enero de 2022
1 de enero de 2022
34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película buena que acaba decepcionando porque tanto los guionistas, Nicole Holofcener, Matt Damon y Ben Affleck, como el director Ridley Scott, han trasladado una visión de género del siglo XXI a pleno siglo XIV, sin atreverse a rematar lo que seguramente fue un comportamiento feminista impecable, por los prejuicios, supuestamente progresistas, de la actualidad. Todo prejuicio es dañino.
Hay un punto que queda obviado por las 3 versiones y otros varios muy significativos que pueden pasar desapercibidos en un primer visionado, e incluso en posteriores, que impiden la coherencia o si acaso que la rondan de una forma muy forzada, en las versiones ofrecidas, en particular en la de Jacques Le Gris, el supuesto violador. Las 3 versiones son muy ricas en información que nosotros debemos comprender dando coherencia al conjunto, teniendo que determinar qué creen los personajes que es verdad, qué ocultan y en qué mienten. Voy a indicar a continuación esos puntos y dejo para el spoiler cómo se articularían en un par de comprensiones.
• ¿A qué se debe que la suegra de Marguerite de Carrouges (nacida Thibouville), Nicole de Carrouges, se vaya del castillo dejando sola a Marguerite, y sea tan oportunamente aprovechado por Jacques? Este punto es ignorado por las 3 versiones. Además, es interesante saber que en los registros históricos, la supuesta violación se produjo en el castillo de Nicole, no en el de su hijo. Curioso que cuando Jean de Carrouges les comunica que las va a dejar solas porque tiene que ir a París a cobrar un dinero, a pesar de estar enfermo, Marguerite parece que se acobarda, y le pide que no vaya en su estado. Nicole le anima a emprender viaje sin dilación. Es durante ese viaje que se produce la supuesta violación.
• En la versión de Jean vemos que Marguerite influye (por no decir manipula) a Jean con los recuerdos y el cariño que para ella tenía Aunou-le-Faucon, llevándole a reclamar una posesión que nunca fue de él. Nicole le reprocha a Jean que por litigar por Aunou-le-Faucon ellos han perdido la fortaleza de Bellême, e incluso la Capitanía. A su vez Nicole le reprocha a Jean que su marido sabía ser hábil en la corte, no como él. En la versión de Jacques vemos que el padre de Jean, en la batalla del río, dice que se le deje solo a su hijo, que es un necio.
• En la versión de Marguerite descubrimos que quien había influido en Jean para que se produzca la reconciliación entre Jacques y Jean, en la celebración de Crespin, es Marguerite. Triunfadora, valora la conveniencia de fingir y usar buenas maneras para conseguir los resultados deseados, en lugar de enfados, protestas y litigios. Seguramente el momento del beso sea sugerencia de Marguerite.
• La presión que soporta Marguerite por tener un hijo es enorme. Ya le advertía Jacques a Jean, en la versión de Jacques, que sin descendencia se perdería el apellido y las propiedades pasarían a Pierre d'Alençon. Jean ya tuvo un hijo, fallecido por la peste junto a su primera esposa. Además, descubrimos que Jean tiene hijos pequeños con una campesina de su feudo, que vive con un anciano, cuando éste le paga los tributos a Marguerite que Jean “olvida” cobrarles.
• La presionan con la maternidad tanto Jean como Nicole. Jean tras comprar una yegua blanca de alto linaje para parir descendencia, le espeta a su mujer que los hijos es una cuestión de vida o muerte. En esto aparece un potro de pelo negro, como Jacques, que monta a la yegua dejando estupefacta a Marguerite.
• Sabemos por Marguerite que Nicole no dudó en ocultar una violación a su marido, que suficientes problemas tenía ya. Responsabilidad de las mujeres es sobrellevar a solas esas cuestiones.
• Por la versión de Jacques sabemos que Marguerite es despreciada por ser la hija de un traidor. Que Jean está prácticamente arruinado. Que como guerrero Jean es muy bueno, y se abstendría de apostar contra él. Y que no le duelen prendas en ser causa del infortunio de Jean y su familia.
• Eso sí, diferencia muy matizadamente entre adulterio (en cuyo caso la culpable es la esposa) y violación (en cuyo caso la culpa y la deshonra caen sobre el varón). Sabe lo grave que es un delito de violación tal como se entendía en esa época (solo aplicable a mujeres casadas con nobles) que dinamitaba por su base el patriarcado al hacer que no se pudiera asegurar de quién eran los hijos obtenidos en la estructura familiar. Castigado con más dureza que nuestro delito de violación en la actualidad.
• Muy importante. Jacques, antes del duelo, solo le cuenta a su confesor y a Pierre que ha sido adulterio y ambos le aconsejan que niegue cualquier relación íntima con Marguerite. Y así lo hace, incluso ante el rey, cuando en el juicio afirma no haber mantenido ninguna relación ilícita ni carnal con Marguerite.
• Marguerite se siente atraída por Jacques pero al mismo tiempo le considera un prepotente y vanidoso, que es menos inteligente de lo que se cree. Y sin duda, causa de su ruina. Con amigos como él más vale tener enemigos.
Hay un punto que queda obviado por las 3 versiones y otros varios muy significativos que pueden pasar desapercibidos en un primer visionado, e incluso en posteriores, que impiden la coherencia o si acaso que la rondan de una forma muy forzada, en las versiones ofrecidas, en particular en la de Jacques Le Gris, el supuesto violador. Las 3 versiones son muy ricas en información que nosotros debemos comprender dando coherencia al conjunto, teniendo que determinar qué creen los personajes que es verdad, qué ocultan y en qué mienten. Voy a indicar a continuación esos puntos y dejo para el spoiler cómo se articularían en un par de comprensiones.
• ¿A qué se debe que la suegra de Marguerite de Carrouges (nacida Thibouville), Nicole de Carrouges, se vaya del castillo dejando sola a Marguerite, y sea tan oportunamente aprovechado por Jacques? Este punto es ignorado por las 3 versiones. Además, es interesante saber que en los registros históricos, la supuesta violación se produjo en el castillo de Nicole, no en el de su hijo. Curioso que cuando Jean de Carrouges les comunica que las va a dejar solas porque tiene que ir a París a cobrar un dinero, a pesar de estar enfermo, Marguerite parece que se acobarda, y le pide que no vaya en su estado. Nicole le anima a emprender viaje sin dilación. Es durante ese viaje que se produce la supuesta violación.
• En la versión de Jean vemos que Marguerite influye (por no decir manipula) a Jean con los recuerdos y el cariño que para ella tenía Aunou-le-Faucon, llevándole a reclamar una posesión que nunca fue de él. Nicole le reprocha a Jean que por litigar por Aunou-le-Faucon ellos han perdido la fortaleza de Bellême, e incluso la Capitanía. A su vez Nicole le reprocha a Jean que su marido sabía ser hábil en la corte, no como él. En la versión de Jacques vemos que el padre de Jean, en la batalla del río, dice que se le deje solo a su hijo, que es un necio.
• En la versión de Marguerite descubrimos que quien había influido en Jean para que se produzca la reconciliación entre Jacques y Jean, en la celebración de Crespin, es Marguerite. Triunfadora, valora la conveniencia de fingir y usar buenas maneras para conseguir los resultados deseados, en lugar de enfados, protestas y litigios. Seguramente el momento del beso sea sugerencia de Marguerite.
• La presión que soporta Marguerite por tener un hijo es enorme. Ya le advertía Jacques a Jean, en la versión de Jacques, que sin descendencia se perdería el apellido y las propiedades pasarían a Pierre d'Alençon. Jean ya tuvo un hijo, fallecido por la peste junto a su primera esposa. Además, descubrimos que Jean tiene hijos pequeños con una campesina de su feudo, que vive con un anciano, cuando éste le paga los tributos a Marguerite que Jean “olvida” cobrarles.
• La presionan con la maternidad tanto Jean como Nicole. Jean tras comprar una yegua blanca de alto linaje para parir descendencia, le espeta a su mujer que los hijos es una cuestión de vida o muerte. En esto aparece un potro de pelo negro, como Jacques, que monta a la yegua dejando estupefacta a Marguerite.
• Sabemos por Marguerite que Nicole no dudó en ocultar una violación a su marido, que suficientes problemas tenía ya. Responsabilidad de las mujeres es sobrellevar a solas esas cuestiones.
• Por la versión de Jacques sabemos que Marguerite es despreciada por ser la hija de un traidor. Que Jean está prácticamente arruinado. Que como guerrero Jean es muy bueno, y se abstendría de apostar contra él. Y que no le duelen prendas en ser causa del infortunio de Jean y su familia.
• Eso sí, diferencia muy matizadamente entre adulterio (en cuyo caso la culpable es la esposa) y violación (en cuyo caso la culpa y la deshonra caen sobre el varón). Sabe lo grave que es un delito de violación tal como se entendía en esa época (solo aplicable a mujeres casadas con nobles) que dinamitaba por su base el patriarcado al hacer que no se pudiera asegurar de quién eran los hijos obtenidos en la estructura familiar. Castigado con más dureza que nuestro delito de violación en la actualidad.
• Muy importante. Jacques, antes del duelo, solo le cuenta a su confesor y a Pierre que ha sido adulterio y ambos le aconsejan que niegue cualquier relación íntima con Marguerite. Y así lo hace, incluso ante el rey, cuando en el juicio afirma no haber mantenido ninguna relación ilícita ni carnal con Marguerite.
• Marguerite se siente atraída por Jacques pero al mismo tiempo le considera un prepotente y vanidoso, que es menos inteligente de lo que se cree. Y sin duda, causa de su ruina. Con amigos como él más vale tener enemigos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si aceptamos la versión de Jacques que se nos cuenta, tenemos que presuponer que Nicole, sin el conocimiento de Marguerite, ha informado a Jacques de que la va a dejar sola en el castillo. Éste se cuela con engaño en el castillo (a través de un portón que inexplicablemente abre Marguerite), y aprovechándose de la compleja situación de ella, consuma el acoplamiento pese a las negativas de ella que lo que pretende es no realizar adulterio, a pesar de desearle. Pese a su cultura, y experiencia vital, Jacques es un descerebrado que se autoengaña y que no ve la violación por ningún lado, pese a saber que está cometiendo un delito gravísimo contra Jean, que, eso sí, espera no tenga que pagar nadie, puesto que Marguerite callará. Nicole conseguiría resolver el problema familiar de la falta de descendencia y, en todo caso, se queda en una situación de superioridad frente a su nuera, a la que detesta, pues lo esperable es que calle, silencio que ella siempre podrá chantajear. Lo inesperado es que Marguerite decide liberarse del yugo contándole la violación sufrida a su marido, sin tener muy claro las consecuencias que podría arrostrar. Jacques no cuenta la participación de Nicole porque decide finalmente negar la relación íntima. De esta forma, a los ojos de los prejuicios del siglo XXI, él es un violador culpable y ella una víctima a la que le resulta imposible ser creída, teniendo que hacer justicia… Dios…, o más terrenalmente, el experimentado guerrero de su marido, más por su rivalidad con el violador que porque confíe en su esposa.
Más razonable habría sido una versión en la que Nicole y Marguerite actúan compinchadas, en la que es Marguerite quién ofrece la relación adúltera a Jacques, disfruta de ella y, en principio, la va a silenciar según ha acordado con Nicole. Esta versión obviamente solo la daría Jacques. La jugada maestra consistiría en que Marguerite decide acusar de violación a Jacques (un hombre que se aprovecha del sistema sin que le frene el grave riesgo en el que pone a la mujer que dice amar, con tal de vencer al rival y satisfacer sus pasiones) para librarse del yugo de su suegra y dado que es inteligente de sobra como para presuponer que Jean ganará el “combate judicial”, que no duelo. De hecho, las crónicas históricas narran que el enfrentamiento apenas duró, que Jean cogió a Jacques de la visera del yelmo, le tiro al suelo, y le puso un pie encima exigiéndole que reconociera que había violado a su mujer, a lo que se negó Jacques repitiendo una y otra vez que hubo consentimiento (en cualquier caso, si lo hubiera reconocido, habría sido ahorcado igualmente). Jean tuvo que utilizar repetidamente su medio espada (las espadas no estaban permitidas en este tipo de combates, muy regulados, ni las luchas a caballo) que apenas podía atravesar la coraza de Jacques, convirtiéndose el momento en una carnicería, que si Scott lo hubiera rodado como fue, nos habría hecho vomitar a los espectadores.
Esta versión alternativa, coherente sin rechinar con las otras 2 versiones, y en donde se entiende sin problemas la continua aseveración de Jacques de que la relación fue consentida, tiene un inconveniente a los ojos del siglo XXI. Ya no hay un violador, y una mujer utiliza el engaño (se cuestiona el “yo sí te creo”) para obtener unos beneficios, que en su caso yo llamaría justicia. Es más, yo consideraría que su comportamiento es el de una mujer empoderada, feminista, que se atreve a comportarse como los hombres de su época. ¿Qué como! Mucho mejor que ellos, con mucha más justificación e inteligencia, ganándoles en su propio terreno ante un sistema opresor que la cosifica y aliena. Estoy seguro que hubo mujeres como ésta que nos permitieron construir un mundo mejor, aunque, por supuesto, imperfecto.
P.S.: Buenísima esta crítica (www.filmaffinity.com/es/user/rating/944088/299644.html) de Alexander Zárate (cinedesolaris) a pesar de que contradigo algunos matices de sus afirmaciones. La conclusión de su crítica es insuperable.
Más razonable habría sido una versión en la que Nicole y Marguerite actúan compinchadas, en la que es Marguerite quién ofrece la relación adúltera a Jacques, disfruta de ella y, en principio, la va a silenciar según ha acordado con Nicole. Esta versión obviamente solo la daría Jacques. La jugada maestra consistiría en que Marguerite decide acusar de violación a Jacques (un hombre que se aprovecha del sistema sin que le frene el grave riesgo en el que pone a la mujer que dice amar, con tal de vencer al rival y satisfacer sus pasiones) para librarse del yugo de su suegra y dado que es inteligente de sobra como para presuponer que Jean ganará el “combate judicial”, que no duelo. De hecho, las crónicas históricas narran que el enfrentamiento apenas duró, que Jean cogió a Jacques de la visera del yelmo, le tiro al suelo, y le puso un pie encima exigiéndole que reconociera que había violado a su mujer, a lo que se negó Jacques repitiendo una y otra vez que hubo consentimiento (en cualquier caso, si lo hubiera reconocido, habría sido ahorcado igualmente). Jean tuvo que utilizar repetidamente su medio espada (las espadas no estaban permitidas en este tipo de combates, muy regulados, ni las luchas a caballo) que apenas podía atravesar la coraza de Jacques, convirtiéndose el momento en una carnicería, que si Scott lo hubiera rodado como fue, nos habría hecho vomitar a los espectadores.
Esta versión alternativa, coherente sin rechinar con las otras 2 versiones, y en donde se entiende sin problemas la continua aseveración de Jacques de que la relación fue consentida, tiene un inconveniente a los ojos del siglo XXI. Ya no hay un violador, y una mujer utiliza el engaño (se cuestiona el “yo sí te creo”) para obtener unos beneficios, que en su caso yo llamaría justicia. Es más, yo consideraría que su comportamiento es el de una mujer empoderada, feminista, que se atreve a comportarse como los hombres de su época. ¿Qué como! Mucho mejor que ellos, con mucha más justificación e inteligencia, ganándoles en su propio terreno ante un sistema opresor que la cosifica y aliena. Estoy seguro que hubo mujeres como ésta que nos permitieron construir un mundo mejor, aunque, por supuesto, imperfecto.
P.S.: Buenísima esta crítica (www.filmaffinity.com/es/user/rating/944088/299644.html) de Alexander Zárate (cinedesolaris) a pesar de que contradigo algunos matices de sus afirmaciones. La conclusión de su crítica es insuperable.
30 de diciembre de 2021
30 de diciembre de 2021
35 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
I.
En teoría, 'The last duel' propone tres posibilidades sobre un mismo hecho. En realidad, ofrece una realidad miope, una mentira enajenada y una verdad indubitable —the truth—, por lo que bloquea cualquier tentativa de especulación personal y anula cualquier posibilidad de intriga.
Los guionistas nos sitúan frente a tres puertas e indican, con una didáctica luz guía, por cuál hay que pasar.
No sólo se aleja de la ambigüedad de 'Rashomon', sino que es difícil concebir antítesis más radical.
II.
El hecho real tomado como referencia es perfecto en tiempo y forma.
Por un lado, permite apelar al estereotipo medieval cultivado con insistencia en el ámbito artístico que es orgullosamente ajeno a una realidad histórica que, por otra parte, no tiene obligación de reflejar. El medievalismo cinematográfico obvia flagrantemente las elevaciones del período —el Románico, el Gótico, la Universidad, la piedad, el monacato, el Trecento...— y opta por el oscurantismo, la gelidez atmosférica, la fotografía grisácea o azulada, la hosquedad, la superstición religiosa, una medicina entre lo alquímico y lo puramente chamánico, una Inquisición siempre siniestra y nunca garantista, mucha epidemia, poca higiene axilar y, lo más importante aquí, el machismo.
Por otro lado, el propio acontecimiento —based [deeply based] on true events— se presta a ser presentado como indignante muestra de una manera primitiva de dirimir las cuestiones jurídicas. Es decir, cómo no podemos aborrecer con ojos actuales la obra jurídica de, digamos, Alfonso X el Sabio, si en su Espéculo indicaba que había de creerse antes al hombre que a la mujer por tener el primero "el seso mas certo e mas firme". En el fondo, 'El último duelo' pretende decirnos que no abandonemos el aborrecimiento porque, en lo esencial, nada ha cambiado.
III.
Según Eric Jager, o según los guionistas, el género aboca a 'ser'.
La mujer aquí es doble víctima: es violada carnalmente por uno y maltratada emocionalmente por otro. El marido es controlador en la convivencia, negligente con cualquier "petite mort" que no sea la suya y egoísta, pues toma la violación a ella como una afrenta a él. El amante fortuito es violento en la seducción, altivo en el sexo y expresa el deslumbramiento intelectual que le produce una mujer violándola.
Lejos de propuestas mucho más complejas y modernas acerca del tema de la mujer en una sociedad, como es por ejemplo 'La ciudad desnuda' (1963) de Satyajit Ray, o de acercamientos a la pulsión de la venganza tras el asalto sexual como 'El manantial de la doncella' (1960) de Ingmar Bergman —también enclavada en época medieval— el enfoque que propone esta película es puro esquema infalible. Confiere carne emocional —o, al menos, epidermis— a Marguerite y caricaturiza a LeGris y Carrouges.
Los hombres, que no quieren a la mujer, están tan sometidos a sus roles de género que se retarán a muerte por ella, a la que, de un modo violento o pasivo, desprecian. Es decir, que la mujer es sólo un objeto a través del cual mantener, o no, el honor, idea que es ciertamente interesante, pero la tesis que transluce en esta obra es que subyace en el hombre una incapacidad casi innata para comprender las emociones y sensibilidades más elementales de una mujer; ya sea la abnegación, la fidelidad o la súplica.
La película plantea una falsa disyuntiva entre la verdad y la mentira. En realidad, ofrece otra muy distinta: a la mujer, o se la oprime con desapego, o se la acaricia con condescendencia.
IV.
La letanía de golpes del final, el 'last duel' que parece un revival de aquella ya lejana gresca entre Russel Crowe y Joaquin Phoenix, queda relegado a mero entretenimiento, sin más significación que resultar vistoso ni más importancia que la de lamentarse por la cosificación de los caballos.
Gracias.
En teoría, 'The last duel' propone tres posibilidades sobre un mismo hecho. En realidad, ofrece una realidad miope, una mentira enajenada y una verdad indubitable —the truth—, por lo que bloquea cualquier tentativa de especulación personal y anula cualquier posibilidad de intriga.
Los guionistas nos sitúan frente a tres puertas e indican, con una didáctica luz guía, por cuál hay que pasar.
No sólo se aleja de la ambigüedad de 'Rashomon', sino que es difícil concebir antítesis más radical.
II.
El hecho real tomado como referencia es perfecto en tiempo y forma.
Por un lado, permite apelar al estereotipo medieval cultivado con insistencia en el ámbito artístico que es orgullosamente ajeno a una realidad histórica que, por otra parte, no tiene obligación de reflejar. El medievalismo cinematográfico obvia flagrantemente las elevaciones del período —el Románico, el Gótico, la Universidad, la piedad, el monacato, el Trecento...— y opta por el oscurantismo, la gelidez atmosférica, la fotografía grisácea o azulada, la hosquedad, la superstición religiosa, una medicina entre lo alquímico y lo puramente chamánico, una Inquisición siempre siniestra y nunca garantista, mucha epidemia, poca higiene axilar y, lo más importante aquí, el machismo.
Por otro lado, el propio acontecimiento —based [deeply based] on true events— se presta a ser presentado como indignante muestra de una manera primitiva de dirimir las cuestiones jurídicas. Es decir, cómo no podemos aborrecer con ojos actuales la obra jurídica de, digamos, Alfonso X el Sabio, si en su Espéculo indicaba que había de creerse antes al hombre que a la mujer por tener el primero "el seso mas certo e mas firme". En el fondo, 'El último duelo' pretende decirnos que no abandonemos el aborrecimiento porque, en lo esencial, nada ha cambiado.
III.
Según Eric Jager, o según los guionistas, el género aboca a 'ser'.
La mujer aquí es doble víctima: es violada carnalmente por uno y maltratada emocionalmente por otro. El marido es controlador en la convivencia, negligente con cualquier "petite mort" que no sea la suya y egoísta, pues toma la violación a ella como una afrenta a él. El amante fortuito es violento en la seducción, altivo en el sexo y expresa el deslumbramiento intelectual que le produce una mujer violándola.
Lejos de propuestas mucho más complejas y modernas acerca del tema de la mujer en una sociedad, como es por ejemplo 'La ciudad desnuda' (1963) de Satyajit Ray, o de acercamientos a la pulsión de la venganza tras el asalto sexual como 'El manantial de la doncella' (1960) de Ingmar Bergman —también enclavada en época medieval— el enfoque que propone esta película es puro esquema infalible. Confiere carne emocional —o, al menos, epidermis— a Marguerite y caricaturiza a LeGris y Carrouges.
Los hombres, que no quieren a la mujer, están tan sometidos a sus roles de género que se retarán a muerte por ella, a la que, de un modo violento o pasivo, desprecian. Es decir, que la mujer es sólo un objeto a través del cual mantener, o no, el honor, idea que es ciertamente interesante, pero la tesis que transluce en esta obra es que subyace en el hombre una incapacidad casi innata para comprender las emociones y sensibilidades más elementales de una mujer; ya sea la abnegación, la fidelidad o la súplica.
La película plantea una falsa disyuntiva entre la verdad y la mentira. En realidad, ofrece otra muy distinta: a la mujer, o se la oprime con desapego, o se la acaricia con condescendencia.
IV.
La letanía de golpes del final, el 'last duel' que parece un revival de aquella ya lejana gresca entre Russel Crowe y Joaquin Phoenix, queda relegado a mero entretenimiento, sin más significación que resultar vistoso ni más importancia que la de lamentarse por la cosificación de los caballos.
Gracias.
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