Dunkerque
7.0
57,799
Bélico. Drama
Año 1940, en plena 2ª Guerra Mundial. En las playas de Dunkerque, cientos de miles de soldados de las tropas británicas y francesas se encuentran rodeados por el avance del ejército alemán, que ha invadido Francia. Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, las tropas se enfrentan a una situación angustiosa que empeora a medida que el enemigo se acerca. (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2017
12 de diciembre de 2017
21 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero un recorrido rápido por Nolan desde Memento (para mí, su mejor película, al menos la que tiene más alma). Le salió bien la jugada con Batman Begins, dando una profundidad y dimensionalidad a los personajes que, desde entonces, ha sido copiada por todo cristo en casi todas las películas de supe héroes, y no super héroes, y ya van para 13 aburridos años. Desde Begins, Nolan ha hecho exactamente lo mismo, pero multiplicado por 1000. Debo de ser ser uno de los pocos a los que El Truco Final le pareció una estupidez y pérdida de tiempo (para mí uno de los finales más ridículos y difícilmente creíbles de la historia del cine). Pegó el bombazo definitivo con El Caballero Oscuro, y de allí parasitó su más que efectivo y largo clímax, para parir una estupidez con uno de los clímax más largos, aburridos y cargantes que recuerdo, sí, hablo de Origen. Vi la tercera parte de Batman, y me aburrió (más de lo mismo, pero peor), vi la de Interestelar y me aburrió soberanamente (ésta, además, con una cantidad de errores y fallos de guión [por falta de información] que clama al cielo). En todas veía lo mismo, mucha efecto de sonido tipo zumbido in crescendo para dotar de tensión a imágenes que, por sí solas eran incapaces de transmitir nada, sólo cargaban y aburrían a partes iguales. Nolan no es Leone ni Malik. Nolan representaría la esencia vacua (apta para todos los públicos), los otros dos la esencia verdadera (apta para los que no van al cine a hincharse a palomitas).
Vamos a Dukerque... De todos es sabido que, si no lo sabéis os lo cuento, de un buen guión puede surgir una mala película, pero de un mal guión jamás surgirá una buena película. Dicho esto, continuaré diciendo que lo anterior no es aplicable a Dunkerque, ya que no hay guión, sin más. Son media docena de secuencias unidas de mala manera y a lo largo de sus interminables ciento y pocos minutos. Hay una, la de los soldados escondidos en un pequeño barco esperando a que suba la marea (no diré más) que es lamentable, ridícula, absurda, espantosa... podría seguir así hasta mañana. Dunkerque es repetitiva (los tres o cuatro barcos bombardeados y/o torpedeados, así como las escenas aéreas con ametrallamientos y caídas al mar); carece de personajes con algo de fondo, todos están perfilados con un par de trazos, nada más; está plagada de momentos estirados hasta casi el infinito acompañados del molesto zumbido que decía antes (me vienen a la cabeza unos cuantos momentos en los que utiliza el mismo recurso); es una película para todos los públicos (la única "sangre" que sale en toda la película, es la que lleva pintada el herido de la camilla, y eso que hay mucho bombardeo y ametrallamiento); es igual de cargante que cualquiera de las películas de Nolan de los últimos 10 años; pretende ser épica, y se queda en pura nadería; no tiene un guión, no hay giros, ni clímax, ni crescendo narrativo. Algunos dirán que es un trozo de vida dentro de un infierno, pero para eso ya están Spielberg y Malik, que lo hicieron antes, más y mejor. Por cierto, tanto Salvar al Soldado Ryan como La Delgada Línea Roja, tenían un guión, puede que no fuera el mejor del mundo, pero lo tenían, así como un plantel de actores para quitarse el sombrero. Hablando de actores, menos la cara de Branagh y el que hizo de espía en El Puente de los Espías, las caras del resto son intercambiables. Es sensiblera, la muerte del chaval y el topicazo cursi del final, de traca. Es una película tan deslavazada, tan "sin chicha", tan superficial, con unos personajes tan planos, que puede poner de mala leche a alguien que entienda mínimamente de cine.
No sé, después de ver las críticas profesionales y no profesionales, da la impresión de que Nolan podría hacer un plano secuencia de dos horas en el que se contase la historia de alguien al que le da un apretón, camina hacia el lavabo, se baja los pantalones y planta un pino, todo ello aderezado con un travlling lento hasta la cara del esforzado protagonista y con un fundido a negro cuando su esfínter comienza a dilatarse, eso sí, siempre con el molesto zumbido acompañando para crear tensión... Y recibiría 17 Oscar. Espera, espera, que eso casi es lo que se ve durante los primeros diez minutos de la película, y da lugar a la pregunta del millón, la que queda después de ver este verdadero truño... ¿pudo el soldado cagar a gusto al principio de la película, o se llevo el mojón de acompañante durante el resto del metraje? Cosas que nunca sabremos.
Vamos a Dukerque... De todos es sabido que, si no lo sabéis os lo cuento, de un buen guión puede surgir una mala película, pero de un mal guión jamás surgirá una buena película. Dicho esto, continuaré diciendo que lo anterior no es aplicable a Dunkerque, ya que no hay guión, sin más. Son media docena de secuencias unidas de mala manera y a lo largo de sus interminables ciento y pocos minutos. Hay una, la de los soldados escondidos en un pequeño barco esperando a que suba la marea (no diré más) que es lamentable, ridícula, absurda, espantosa... podría seguir así hasta mañana. Dunkerque es repetitiva (los tres o cuatro barcos bombardeados y/o torpedeados, así como las escenas aéreas con ametrallamientos y caídas al mar); carece de personajes con algo de fondo, todos están perfilados con un par de trazos, nada más; está plagada de momentos estirados hasta casi el infinito acompañados del molesto zumbido que decía antes (me vienen a la cabeza unos cuantos momentos en los que utiliza el mismo recurso); es una película para todos los públicos (la única "sangre" que sale en toda la película, es la que lleva pintada el herido de la camilla, y eso que hay mucho bombardeo y ametrallamiento); es igual de cargante que cualquiera de las películas de Nolan de los últimos 10 años; pretende ser épica, y se queda en pura nadería; no tiene un guión, no hay giros, ni clímax, ni crescendo narrativo. Algunos dirán que es un trozo de vida dentro de un infierno, pero para eso ya están Spielberg y Malik, que lo hicieron antes, más y mejor. Por cierto, tanto Salvar al Soldado Ryan como La Delgada Línea Roja, tenían un guión, puede que no fuera el mejor del mundo, pero lo tenían, así como un plantel de actores para quitarse el sombrero. Hablando de actores, menos la cara de Branagh y el que hizo de espía en El Puente de los Espías, las caras del resto son intercambiables. Es sensiblera, la muerte del chaval y el topicazo cursi del final, de traca. Es una película tan deslavazada, tan "sin chicha", tan superficial, con unos personajes tan planos, que puede poner de mala leche a alguien que entienda mínimamente de cine.
No sé, después de ver las críticas profesionales y no profesionales, da la impresión de que Nolan podría hacer un plano secuencia de dos horas en el que se contase la historia de alguien al que le da un apretón, camina hacia el lavabo, se baja los pantalones y planta un pino, todo ello aderezado con un travlling lento hasta la cara del esforzado protagonista y con un fundido a negro cuando su esfínter comienza a dilatarse, eso sí, siempre con el molesto zumbido acompañando para crear tensión... Y recibiría 17 Oscar. Espera, espera, que eso casi es lo que se ve durante los primeros diez minutos de la película, y da lugar a la pregunta del millón, la que queda después de ver este verdadero truño... ¿pudo el soldado cagar a gusto al principio de la película, o se llevo el mojón de acompañante durante el resto del metraje? Cosas que nunca sabremos.
21 de julio de 2017
21 de julio de 2017
18 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno va al cine sabiendo que Nolan no hace un cine que emociona pero seguro de que no va a aburrirse, bien por entretenimiento puro, por la originalidad de la historia o por una combianción de factura cinematográfica y ambas dos anteriores cualidades. Pues bien, les recomiendo que le den al reset y piensen que van a ver una colección de escenas que transmiten a la perfección las emociones reales de un soldado: angustia, ansiedad y terror, más que el constructo, a base de bandas sonoras y camaras lentas, que las películas bélicas nos han proporcionado. Hans zimmer entiende perfectamente su papel en la historia y consigue que , con una banda sonora axfisiante, mires el movil para comprobar, que al menos, la cinta no dura más de horas. Ni que decir tiene que la película tiene una factura impecable, de estilo impresionista y una fotograífa realemente explendida pero que tiene un guión que se escribe en una semana. Hasta donde yo se, está pensada en clave Británica y por mi parte hubiera preferido una experiencia del tipo gafas 3-D, cascos al máximo volumen , y unos ventiladores enchufados en el 3.
Es posible hacerle spoiler a tus amigos contando más de la cuenta? No hay nada que contar, no hay nada que fastidiar, no hay nada que descubrir.
Es posible hacerle spoiler a tus amigos contando más de la cuenta? No hay nada que contar, no hay nada que fastidiar, no hay nada que descubrir.
29 de julio de 2017
29 de julio de 2017
16 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hizo falta el genio intelectual y político de un Winston Churchill para convertir una atronadora derrota en una memorable victoria. Como ahora ha hecho falta el talento cinematográfico y ético de un Christopher Nolan para resucitar y recrear aquel desolador episodio con una sencillez extraordinaria y estremecedora. Porque hay mucha sabiduría y destreza en la engañosa naturalidad documental de sus imágenes, como hay raudales de clarividencia en los mínimos diálogos que puntean todo su metraje…es decir, no estamos sólo ante una obra bien urdida y ejecutada, sino que asistimos a una portentosa composición coral que descuella, sin lugar a dudas, como un hito del cine bélico de todos los tiempos. Y todo ello con una aparente humildad que la engrandece aún más ante el aturdido espectador.
No me gusta el atropello de la guerra – no me gusta la idolatría del heroísmo estéril ni el patrioterismo de cartón piedra – pero aquí nos enfrentamos a algo bien diferente: el relato de cómo la unión hace la fuerza, de cómo la sinrazón y la barbarie saca tanto lo mejor como lo peor de nosotros mismos, de cómo el exterminio es un valle de lágrimas donde sólo cabe la derrota y el dolor, de cómo olvidar nuestro pasado nos condena a repetirlo. La amnesia nos aboca a un baño de cadáveres que amenaza con anegarnos para siempre.
Hay tantos aciertos que casi resulta tan redundante como imprescindible enumerarlos: un metraje perfecto donde cada secuencia deviene en necesaria y eminente, renunciando al énfasis superfluo o la alharaca festivalera; un guión tan férreo como inexorable, que empieza en el infierno y termina en el purgatorio; una dirección que de tan aquilatada y perfeccionista – recuerda al mejor David Lean – se vuelve invisible y omnipotente; un montaje modélico que debiera servir de ejemplo curricular en toda academia de cine; una fotografía que sustituye el significado del horror por el de elegía, ofreciendo un inventario de atrocidades que deviene en un catálogo del atrevimiento anónimo; una banda sonora – y no me refiero sólo a la música de Hans Zimmer, sino a todo el conjunto de resonancias y estruendos bélicos – que impacta tanto como las imágenes, fusionándose en una experiencia sin parangón; unos actores que combinan el anonimato y el estrellato en perfecta armonía. Por pura honestidad y justicia, he intentado encontrar algún error o debilidad, pero he sido incapaz de encontrarlo.
Una derrota puede erigirse en victoria no por un mero alarde retórico, sino por su significación moral y relevancia cívica. Por ello, recordemos, para finalizar, las palabras de Winston Churchill ante el parlamento británico el 4 de junio de 1940: “Seguiremos hasta el final. Lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, sea cual sea su coste. Lucharemos en las playas, lucharemos en los desembarcaderos, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos.”
No me gusta el atropello de la guerra – no me gusta la idolatría del heroísmo estéril ni el patrioterismo de cartón piedra – pero aquí nos enfrentamos a algo bien diferente: el relato de cómo la unión hace la fuerza, de cómo la sinrazón y la barbarie saca tanto lo mejor como lo peor de nosotros mismos, de cómo el exterminio es un valle de lágrimas donde sólo cabe la derrota y el dolor, de cómo olvidar nuestro pasado nos condena a repetirlo. La amnesia nos aboca a un baño de cadáveres que amenaza con anegarnos para siempre.
Hay tantos aciertos que casi resulta tan redundante como imprescindible enumerarlos: un metraje perfecto donde cada secuencia deviene en necesaria y eminente, renunciando al énfasis superfluo o la alharaca festivalera; un guión tan férreo como inexorable, que empieza en el infierno y termina en el purgatorio; una dirección que de tan aquilatada y perfeccionista – recuerda al mejor David Lean – se vuelve invisible y omnipotente; un montaje modélico que debiera servir de ejemplo curricular en toda academia de cine; una fotografía que sustituye el significado del horror por el de elegía, ofreciendo un inventario de atrocidades que deviene en un catálogo del atrevimiento anónimo; una banda sonora – y no me refiero sólo a la música de Hans Zimmer, sino a todo el conjunto de resonancias y estruendos bélicos – que impacta tanto como las imágenes, fusionándose en una experiencia sin parangón; unos actores que combinan el anonimato y el estrellato en perfecta armonía. Por pura honestidad y justicia, he intentado encontrar algún error o debilidad, pero he sido incapaz de encontrarlo.
Una derrota puede erigirse en victoria no por un mero alarde retórico, sino por su significación moral y relevancia cívica. Por ello, recordemos, para finalizar, las palabras de Winston Churchill ante el parlamento británico el 4 de junio de 1940: “Seguiremos hasta el final. Lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, sea cual sea su coste. Lucharemos en las playas, lucharemos en los desembarcaderos, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos.”
21 de julio de 2017
21 de julio de 2017
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni por duración ni por guión parece que nos encontremos ante una obra de Nolan, si bien la banda sonora y el ritmo nos recuerdan a sus anteriores trabajos, podríamos decir que no tiene mucho de su sello personal. La ambientación tanto a nivel de sonido como la fotografía es magnífica, consiguiendo que parezca que estás viendo algo real, y la película mantiene la tensión y buen nivel durante toda su duración, pero carece de un momento álgido que eleve el conjunto. La historia es simple y los diálogos casi inexistentes, pero esto no hace que la película se haga pesada sino que parece un recurso del director para dar importancia a otros aspectos del film. En definitiva, Nolan no decepciona pero tampoco es su mejor trabajo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena llevando la camilla al barco y sobretodo la final cuando se muestra el vuelo del avión que pilota Tom Hardy por la playa antes de aterrizar merecen el precio que vale la entrada por sí solas.
21 de julio de 2017
21 de julio de 2017
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo se puede decir que estamos ante lo nunca visto en la percepción artística de cualquier arte humano. Como conseguir mantener el cenit narrativo durante todo una obra en lo más alto. Es como estar viendo la 9 sinfonía de Bethoveen o Wagner. No pensé se podía hacer esto nunca narrativamente. Y va a los más profundo del ser humano, por momento parece la vida real y uno se olvida estas ante un film. Por supuesto es un prodigio visual y técnico. Obra cumbre de uno de los mejores directores de todos los tiempos.
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