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Butch Cassidy

Western Un grupo de jóvenes pistoleros se dedica a asaltar los bancos del estado de Wyoming y el tren-correo de la Union Pacific. El jefe de la banda es el carismático Butch Cassidy (Newman), y Sundance Kid (Redford) es su inseparable compañero. Un día, después de un atraco, el grupo se disuelve. Será entonces cuando Butch, Sundance y una joven maestra de Denver (Ross) formen un trío de románticos forajidos que, huyendo de la ley, llegan hasta Bolivia. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 108
Críticas ordenadas por utilidad
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9
5 de enero de 2018 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director George Roy Hill hace una de esas películas que ha quedado en la retina de miles de espectadores, con la pareja Newman-Redford, tan galanes como irresistibles, haciendo tándem por primera vez. El reconocimiento de este film que ahora comento hizo que en 2003 la cinta quedara preservada en el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, por ser considerada "culturalmente, históricamente, o estéticamente significativa".

Gran guión de William Goldman que elabora un libreto cargado de belleza, ritmo narrativo perfecto y emoción “in crescendo” que mantiene al espectador pegado a la butaca todo el tiempo. También Goldman, muy acertadamente, desmitifica a los dos famosos delincuentes Butch Cassidy (Newman) y su inseparable compañero de correrías, el pistolero Sundance Kid, retratando a ambos forajidos con absoluta libertad y normalidad. Banda sonora maravillosa de Burt Bacharach, con su canción Raindrops Keep Fallin´on My Head, a la que le puso letra Hal David y que ganó el premio Oscar y el premio ASCAP en aquel 1969. Es una música que ponía un toque de modernidad al film. Enorme fotografía de Conrad Hall, un trabajo impecable con un color maravilloso.

El reparto estuvo sembrando uniendo a un Paul Newman genial, simpático, expresivo y díscolo, con un Robert Redford absolutamente metido en su rol de pistolero y jugador, que sabe utilizar sus bazas interpretativas al máximo. No hay que olvidar a la bella Katharine Ross, que juega un papel relevante en la historia haciendo su trabajo con la ligereza de la pluma y una gracia sin par. Pero ante todo está, algo que se ha dicho millones de veces, pero que no por ello se ha de obviar, la sintonía entre Newman y Redford; su complicidad acentúa el carisma de ambos personajes, lo cual los ha convertido en una de las grandes parejas del cine de todos los tiempos.

Cuando yo vi en su estreno esta película me pareció maravillosa, no sólo los atracos a Bancos, los asaltos a trenes, la persecución implacable a que son sometidos Cassidy y Kid y otros tiroteos o peleas; o la escena de Newmman y Ross en la bicicleta mientras suena la preciosa canción Raindrops Keep... en fin, resultaba en su momento (y aún hoy) una película bonita, no digo el western del siglo, sino que la buena onda del trío Newman-Redford-Ross nos daba alas a aquella juventud-adolescente del ´69, para imaginar aventuras y bonitas historias de amor. Digno de mención es recordar esa gran frase de Katharine Ross cuando les dice: "Si me voy con vosotros no lloraré, os curaré cuando estéis heridos y remendaré vuestros calcetines, haré todo lo que me pidáis excepto una cosa. No quiero veros morir, me perderé esa última escena". En efecto, la chica desaparece justo antes de la última escena, anticipando al espectador el trágico final.

La película sigue siendo hermosa más de cincuenta años después. Una historia inolvidable, unos recuerdos imborrables, un western formidable lleno de aventuras y con un ingenioso toque de humor en muchos de sus diálogos.
6
25 de febrero de 2020 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo me encuentro haciendo una crítica de una película clásica y muy conocida pero que no había tenido la oportunidad de ver, y tengo que reconocer que la experiencia ha sido agridulce. Es más que justo tener en cuenta que tiene ya más de 50 años y eso se nota, sobre todo en el ritmo narrativo, un poco lento a día de hoy, y provoca desidia en algunos momentos. El argumento parece un poco errático. Da la impresión de que como la cinta no se toma en serio a sí misma tampoco se han derretido los sesos pensando en algo más elaborado, aunque hay que volver a tener en cuenta que en aquella época todo (o casi todo) era bastante má simple. Las actuaciones son muy buenas, destacando las del dúo protagonista que lo hacen de lujo. En el resto de apartados más que correcto. PARA AMANTES DEL WESTERN (CÓMICO) CLÁSICO.
8
13 de septiembre de 2012 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos hombres y un destino es la traducción que algún ser superior decidió poner a la película originalmente titulada Butch Cassidy and the Sundance Kid, un clásico del cine con ciertas flaquezas que quedan casi ocultas bajo unas virtudes brillantes en otros apartados.

George Roy Hill dirige su primera gran película. Elegirle fue una decisión arriesgada, pues sus anteriores trabajos no eran nada del otro mundo y aquí tenía que lidiar con dos de las mayores estrellas del Hollywood de finales de los 60. Algunos de los errores de George Roy Hill en sus películas anteriores se repiten en esta, siendo el irregular ritmo narrativo lo más destacable. Sin embargo, el director consigue crear escenas magistrales que consiguen abortar cualquier atisbo de crítica negativa a la hora de valorar su trabajo. Son esas escenas brillantes las que, a modo de grandes oasis, hacen la película mucho más potente, dando a entender que la lentitud de ciertos momentos se debe a la preparación de la catarsis que se produce en otros. Las escenas de acción son insuperables y algunos diálogos han quedado grabados en la historia del cine. Por otra parte, tenemos una fotografía impecable que aprovecha la excelente iluminación para regalarnos imágenes de una belleza inapelable y está, también, la conocidísima banda sonora con Raindrops keep fallin' on my head como máximo exponente y que acabaría llevándose el Oscar a mejor canción.

Robert Redford y Paul Newman. Qué decir de dos colosos como ellos... Ambos llegaban, probablemente, en el mejor momento de sus respectivas carreras. El talento de ambos es innegable, pero lo que tal vez nadie había previsto era que tendrían esa química en pantalla que engrandece la película constantemente y que haría que volvieran a trabajar a las órdenes de George Roy Hill en El golpe, la obra maestra del director que llegaría en 1973, cuatro años después que Dos hombres y un destino. En segundo plano queda la belleza y el buen hacer de Katharine Ross, que asume a la perfección su rol secundario tras las dos grandísimas estrellas principales y sabe sacar el máximo partido a su personaje.

Resumiendo, que es gerundio: algunos pequeños pecados de George Roy Hill, como algún que otro bajón inesperado o algunas escenas un tanto mareantes, son los que condenan a Dos hombres y un destino a no ser una obra maestra. Pero es también gracias a su propio trabajo, junto al de las dos estrellas principales y a unas soberbias fotografía y banda sonora lo que hace que esta película sea, además de un clásico, una gran película.
7
24 de junio de 2013 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué principio! Estamos dentro de un cine, donde se proyecta una película sobre Butch y Kid, que no es 2hombres1destino (claramente), en un blanco y negro algo amarillento, propio de las películas de principio de siglo. Mientras, van apareciendo los rótulos de inicio. La escena es muy peliculera, con muchos tiros, Butch y Kid mueren a manos de un equipo de cazarrecompensas de élite. Todo muy épico, muy de acuerdo a la leyenda. La siguiente escena es un primer plano de Kid (Redford) mientras juega una partida de póker. Se mantiene el tono amarillento. Kid gana la partida, le llaman tramposo, le retan, Kid no quiere desenfundar, Butch (Newman) intenta poner paz. Se le escapa el nombre "Sundace", el insensato se da cuenta de la cagada, intenta rectificar, intenta que Kid no le mate. Kid le dice que tan solo tiene que pedir que se queden y no habrá derramamiento de sangre. El insensato toma conciencia, y hace caso. Pero antes de irse, Kid, con las ganancias de la partida, el insensato le suelta una púa "¿Realmente eres tan rápido, Kid?". No da tiempo a respirar, cuando Kid le quita el cincho de un solo disparo y aleja la pistola hasta una esquina de la sala tras otros apretones de gatillo. Salen, Butch y Kid, leyendas vivas. Y el blanco y negro amarillento desaparece, vuelve el color, el color de la vida, de lo real. Comienza la humanización. Comienza el camino hacia su destino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es una película interesante, por varias razones. El tema bebe directamente de la más tragedia clásica, el sino, la incapacidad para el cambio lo que conduce a la muerte, la incapacidad de las personas para negarse a sí mismas. Si hay algo que no puede evitar una persona es la muerte. Haga lo que haga.

Por otro lado ese interesante proceso de humanización, de desmitificación de las figuras de Butch Cassidy y Sundace Kid. Lo deja claro en la primera parte, donde se les ve hacer su trabajo, robar trenes, de forma totalmente burocrática, intentan no hacer daño a la gente, son razonables y evitan la violencia, roban porque es su forma de vida. O esa genial escena en la terraza del salón, donde acaban confesándose sus verdaderos nombres, Robert Leroy Parker y Harry Longbaugh; unos nombres terriblemente corrientes, sin gracia.

En la película se observan una mezcla de manierismos propios del cine más clásico y del cine moderno (de aquella época); la falta de sangre, los disparos y el humo blanco, los caballos incansables, pero en cambio, las pistolas sólo tiene seis balas, el realismo y humanización de algunas escenas. Se puede ver incluso en las actuaciones, no sé si porque actúa así o porque se lo pidió el director, Robert Redford (casualmente más joven que Newman), tiene ticks de la vieja escuela, ticks que solo encontramos en esas maravillosas películas de los años 40 y 50. Un Redford que mucho se parece al mejor Pitt (se ve de donde aprendió Pitt algunos de sus trucos y gestos).
Y además supieron aprovechar el filón de juntar a los dos sexsymbols de la época.

Lo mejor: El principio

Lo peor: Me sobra la escena, según algunos mítica, de Butch con la novia de Kid en una bici mientras suena "Raindrops keep fallin' on my head". Totalmente absurda y risible, risible de la peor forma.
6
19 de mayo de 2024 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo suponer que en su época Robert Redford y Paul Newman eran los dos iconos sexuales de su época. Dos actores que brillan durante toda la película, pero el guión no es tan bueno como lo es en la película "El Golpe" que es magistral.

Aquí lo que se aprecia es un western de la época donde lo que brilla son los personajes y no la trama. De hecho puedo decir que hay 2 partes, una en la que no hay ni un disparo y la segunda parte donde hay tiros por todos lados.

Reconozco que no es una película que quedará en mi memoria y está claramente sobrevalorada, porque al guión le falta y eso es lo que la deja "vendida" frente a otras películas de la época.

Sin embargo, hay una gran química entre los actores que me sorprendió, porque no la veo en las películas actuales. Pero no hay que valorar una película sólo por sus actores. Tampoco porque fueran los típicos "don juanes" en su momento. Pero supongo que muchas mujeres irían al cine sólo para verlos a ellos.

Pues esos son sus puntos fuertes, además de unos diálogos divertidísimos que no se ven en la actualidad y que uno hecha de menos, pero que sin ser brillantes, te hacen reír.
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