Al borde del abismo
8.1
24,716
Cine negro. Intriga
Un general millonario y excéntrico tiene dos hijas que están involucradas en asuntos más bien turbios. Decide entonces llamar al detective privado Philip Marlowe para que resuelva sus problemas familiares. Cuando Marlowe empieza a investigar, descubre muy pronto que las diversas ramificaciones del asunto lo convierten en una auténtica maraña. (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2012
10 de abril de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine negro es un género muy amplio, podríamos decir que sin horizontes definidos. Pero si pudiéramos resumir el cine noir de manera rápida, sería con tres palabras: The Big Sleep.
Hawks arma un filme con mucha vida, que recrea una atmósfera sórdida, pesadillezca y totalmente desconcertante. La cámara siempre elegante y pulcra, la música exquisita, la puesta en escena bien cuidada, un guión que roza la perfección (repleto de diálogos mordaces, simpáticos, inteligentes, con personajes bidimensionales y una trama complejísima) y una dirección soberbia... todo nos lleva a decir que estamos ante una de las mejores películas de la historia del cine.
Un filme certero, sin errores, con un Bogart y una Bacall realmente impresionantes que demuestran lo importante que es tener a dos actores que transmitan la química al espectador.
Sin más, The Big Sleep tiene que ser vista antes de morir para poder tener un buen sueño eterno.
Hawks arma un filme con mucha vida, que recrea una atmósfera sórdida, pesadillezca y totalmente desconcertante. La cámara siempre elegante y pulcra, la música exquisita, la puesta en escena bien cuidada, un guión que roza la perfección (repleto de diálogos mordaces, simpáticos, inteligentes, con personajes bidimensionales y una trama complejísima) y una dirección soberbia... todo nos lleva a decir que estamos ante una de las mejores películas de la historia del cine.
Un filme certero, sin errores, con un Bogart y una Bacall realmente impresionantes que demuestran lo importante que es tener a dos actores que transmitan la química al espectador.
Sin más, The Big Sleep tiene que ser vista antes de morir para poder tener un buen sueño eterno.
28 de octubre de 2012
28 de octubre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, para no extenderme en la crítica solo diré que a pesar de gozar de un elenco de artistas impresionante, el guión no ha estado a la altura de lo que yo esperaba. Diálogos estúpidos, claro que tenemos que centrarnos en la época en que se desarrollo la película para darnos cuenta de lo obsoleta que ha quedado a ojos del nuevo siglo, no obstante tiene esa atracción del cine negro americano gracias a la actuación siempre impecable del señor Bogart y como no de la maravillosa Bacall.
Hay films de este tipo mucho mejores que "The Big Sleep" para atestiguarlo. También creo que el doblaje de la película no se ajusta mucho a la realidad. Ademas el final es para partirse...
Hay films de este tipo mucho mejores que "The Big Sleep" para atestiguarlo. También creo que el doblaje de la película no se ajusta mucho a la realidad. Ademas el final es para partirse...
12 de marzo de 2017
12 de marzo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Howard Hawks (1896-1977), colmó generosamente sobre su espalda y sobre su mente privilegiada, una extensa filmografía repleta de géneros. Es posible que su postura narrativa le venga de su vocación literaria, una de sus aficiones preferidas a caballo entre la producción y, sobre todas las cosas, la dirección. Respetado desde cualquier lado del Atlántico, siempre abogó por el buen cine, por el riesgo interpretativo, por los perdedores o por los ganadores, en fin, por un elenco de amplios y coloridos personajes con algo controvertido que decir.
En 1946 dirigió El sueño eterno, Philip Marlow (Humphrey Bogart) y Vivian Rutledge (Lauren Bacall) son dos personajes que se mueven en mundos opuestos aunque complementarios. Las primeras escenas nos sitúa en Sternwood, una acomodada mansión en la que se cuece la trama de lo que vendrá. Entre plantas de invernadero y largos tragos de coñac delegados, el General Sternwood (Charles Waldron) previene a Marlow, después de informarse sobre sus métodos de investigación, el deseo de encontrar al chantajista y usurero dispuesto a extorsionarlo por medio de las inmaduras veleidades de Carmen Sternwood (Martha Vickers) hija menor del general.
El complicado entramado del argumento nos va presentando a protagonistas que no se fían, matones que no dudan en hacer su trabajo, timadores de poca monta como Harry Jones (Elisha Cook Jr.), atentas dependientas de librería movidas entre inexistentes incunables y algún inusual y espiritoso trago acompañado (Dorothy Malone), o las invisibles naranjas de la librera Agnes Lozelle (Sonia Darrin) la persistente lluvia, gabardinas mojadas, sombreros de ala variable y atentas taxistas (Joy Batlow), complementan el necesario elenco humano y de atrezzo para las escenas que Hawks nos muestra en el metraje previo al desenlace de la trama investigada como humo que lleva el viento.
El sueño eterno nos proporciona un punto de inflexión en el cine negro para futuras producciones de este género. La propiciada noche, el callejón de las palizas y los matones a sueldo ponen en su sitio las pesquisas del incombustible sabueso dispuesto a solucionar los problemas entre traidores bancos de niebla, casas aisladas, siniestra arboleda y las incombustibles sombras de la noche propicias para las más descarnadas fechorías de los delincuentes Eddie Mars (John Ridbely), Joe Brody (Louis Jean Heydt) o Lash Canino (Bob Steel) entre el destacable grupo de los malos.
En The big sleep, Howard Hawks, uno de los directores más versátiles del cine (drama, bélico, romance, western, comedia...) dejó para su historia la irrefutable muestra de cómo se construye la oscura y tenebrosa trama en lo que los franceses dieron en llamar 'film noir' junto a los descriptibles elementos humanos y técnicos que la sazonan. Una irrefutable y paradigmática película con el inconfundible sello Hawks, el guión de William Faulkner, Leigh Brackett y Jules Furthman sobre la novela de Raymond Chandler, la excelente fotografía de Sid Hickox y la música de veterano Max Steiner. Una 'peli' de buenos y malos para disfrutarla, desde un cómodo asiento, la tenebrosa oscuridad del entorno propicio y la perturbadora compañía, o no, desde el otro costado del mullido asiento.
En 1946 dirigió El sueño eterno, Philip Marlow (Humphrey Bogart) y Vivian Rutledge (Lauren Bacall) son dos personajes que se mueven en mundos opuestos aunque complementarios. Las primeras escenas nos sitúa en Sternwood, una acomodada mansión en la que se cuece la trama de lo que vendrá. Entre plantas de invernadero y largos tragos de coñac delegados, el General Sternwood (Charles Waldron) previene a Marlow, después de informarse sobre sus métodos de investigación, el deseo de encontrar al chantajista y usurero dispuesto a extorsionarlo por medio de las inmaduras veleidades de Carmen Sternwood (Martha Vickers) hija menor del general.
El complicado entramado del argumento nos va presentando a protagonistas que no se fían, matones que no dudan en hacer su trabajo, timadores de poca monta como Harry Jones (Elisha Cook Jr.), atentas dependientas de librería movidas entre inexistentes incunables y algún inusual y espiritoso trago acompañado (Dorothy Malone), o las invisibles naranjas de la librera Agnes Lozelle (Sonia Darrin) la persistente lluvia, gabardinas mojadas, sombreros de ala variable y atentas taxistas (Joy Batlow), complementan el necesario elenco humano y de atrezzo para las escenas que Hawks nos muestra en el metraje previo al desenlace de la trama investigada como humo que lleva el viento.
El sueño eterno nos proporciona un punto de inflexión en el cine negro para futuras producciones de este género. La propiciada noche, el callejón de las palizas y los matones a sueldo ponen en su sitio las pesquisas del incombustible sabueso dispuesto a solucionar los problemas entre traidores bancos de niebla, casas aisladas, siniestra arboleda y las incombustibles sombras de la noche propicias para las más descarnadas fechorías de los delincuentes Eddie Mars (John Ridbely), Joe Brody (Louis Jean Heydt) o Lash Canino (Bob Steel) entre el destacable grupo de los malos.
En The big sleep, Howard Hawks, uno de los directores más versátiles del cine (drama, bélico, romance, western, comedia...) dejó para su historia la irrefutable muestra de cómo se construye la oscura y tenebrosa trama en lo que los franceses dieron en llamar 'film noir' junto a los descriptibles elementos humanos y técnicos que la sazonan. Una irrefutable y paradigmática película con el inconfundible sello Hawks, el guión de William Faulkner, Leigh Brackett y Jules Furthman sobre la novela de Raymond Chandler, la excelente fotografía de Sid Hickox y la música de veterano Max Steiner. Una 'peli' de buenos y malos para disfrutarla, desde un cómodo asiento, la tenebrosa oscuridad del entorno propicio y la perturbadora compañía, o no, desde el otro costado del mullido asiento.
5 de diciembre de 2011
5 de diciembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver Tener y no tener y El sueño eterno. Una es una sencilla copia de Casablanca y esta tiene un guión que se les fue de las manos. A pesar de eso la ambientación, Bacall y Bogart y los diálogos salvan los muebles...hasta cierto punto.
21 de abril de 2012
21 de abril de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película donde Humphrey Bogart encarna a un detective galante y con una dosis de humor negro bastante grande, él es contratado para iniciar una pequeña investigación, algo banal un enredo de apuestas y un chantaje.
Sin embargo, eso resulta ser solo el inicio de una trama que envuelve a una multitud de personajes, tanto hombres como mujeres, asesinatos e intriga. Es así como con el avanzar del metraje, el espectador se mezcla en toda esa confusión siguiendo -simbólicamente- al protagonista en su labor de resolver todo.
Los diálogos que son realmente extraordinarios, llenos de una picardía soberbia. Personalmente me hubiera gustado ver más en pantalla al General Sternwood (Charles Waldron), su personaje se me hacía muy llamativo y prácticamente fue olvidado después de presentar la historia en los minutos iniciales.
Por momentos, he de admitir, la trama puede resultar algo confusa en su planteamiento ante el aturdimiento de información que se nos da, la ida y vuelta de tantos personajes, esas cuestiones estoy seguro se manejan de mejor manera en la novela en que fue basado el film.
En cuanto al grupo actoral, un buen trabajo, por momentos resulta algo inocente en el tratamiento de algunas situaciones. Buena película.
Sin embargo, eso resulta ser solo el inicio de una trama que envuelve a una multitud de personajes, tanto hombres como mujeres, asesinatos e intriga. Es así como con el avanzar del metraje, el espectador se mezcla en toda esa confusión siguiendo -simbólicamente- al protagonista en su labor de resolver todo.
Los diálogos que son realmente extraordinarios, llenos de una picardía soberbia. Personalmente me hubiera gustado ver más en pantalla al General Sternwood (Charles Waldron), su personaje se me hacía muy llamativo y prácticamente fue olvidado después de presentar la historia en los minutos iniciales.
Por momentos, he de admitir, la trama puede resultar algo confusa en su planteamiento ante el aturdimiento de información que se nos da, la ida y vuelta de tantos personajes, esas cuestiones estoy seguro se manejan de mejor manera en la novela en que fue basado el film.
En cuanto al grupo actoral, un buen trabajo, por momentos resulta algo inocente en el tratamiento de algunas situaciones. Buena película.
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