Gran clásico del cine con mayúsculas, donde Bogart hace un buen papel, está en su línea, y el guión está adaptado para él, para su interpretación, aquí Bogart hace de Bogart, seductor, listo, perspicaz, ya que con solo decirles hola ya las enamora, y sobre todo provocador como en este dialogo “-¿Ha encontrado lo que deseaba?-Si, gracias-No parece usted un hombre interesado en primeras ediciones-También hago colección de rubias”. Pero, para mi quién sobresale en este clásico es Bacall, está impresionante en su papel, ya que su padre la describe de una forma y ella no solo cambia esa impresión a Bogart sino que también te la cambiará a ti. Hawks sabía lo que hacía, magnifico en su dirección, pero donde verdaderamente recae el peso del film es en el guión, perfecto para los actores y perfecto para el espectador. Una gran lección del señor halcón de cómo se debe hacer un clásico de detectives, es el sueño eterno de todos los cinéfilos amantes del cine clásico.

Buena muestra de cine negro, aunque, como ya se ha apuntado en numerosas ocasiones, resulta liosa y confusa. Y sin tener la seguridad de señalar como culpable al guión, al montaje o a ambos, no queda otra salida que reconocer la dificultad que tiene el cine negro. Derribemos el mito de que la comedia es lo más difícil, pero bien nos reímos con los chistes más facilones o pueriles (véase “Agárralo como puedas” o “Aterriza como puedas”, y son incluso buenas). Pero la dificultad del cine negro supone el mayor reto; construir una maraña de personajes que van cambiando el rol de inocente o sospechoso, situaciones que se desean ocultar hasta llegar a determinado momento, relaciones y acciones que no vemos de forma explícita, reconstrucción de los hechos sin que sean ni muy complejos, ni demasiado simples. Y un largo etcétera de condiciones. Para ello se exige un guión impecable, una dirección y actuaciones sobresalientes, una banda sonora a la altura, una fotografía sensacional y mucho más. Difícil.

Las andanzas del socarrón, astuto y bajo (no creció más, pero “hizo lo que pudo”) detective Philip Marlowe se ven envueltas en una trama muy enredada en la que las escenas insinuadas no hacen sino complicarlo aún más. Sirva de ejemplo que por estar la hija menor del general somnolienta en un sillón, medio vestida con una bata fina y con una cámara escondida en una escultura, ya tenemos que reconstruir la escena como que la han drogado y desnudado para hacerle una sesión de fotos eróticas para sacarles partido después. O si no bastara con esto, se insinúa una supuesta relación homosexual con unos celos de por medio que parecen ir dirigidos hacia una mujer, pero no queda claro si es realmente así. Estos impedimentos solo hacen crecer la confusión del espectador aún más, en unos tiempos en los que estamos adaptados a que se nos muestre todo sin tapujos y lo más explícitamente posible, al malacostumbrado público del siglo XXI el hecho de que le escondan situaciones ante su mirada le resulta desconcertante.

A pesar de todo, es una gran película de cine negro, con una labor sobresaliente en todos los aspectos, con unas frases para el recuerdo fruto de las perlas que suelta el tal Marlowe, y que en definitiva el resultado es satisfactorio y recomendable.

La peli mola porque tiene algunas respuestas ingeniosas, y porque, sin saber muy bien como, no te enteras de nada, pero te tiene enganchadillo. Tiene humor pretendido y no pretendido, pero funciona igual.

Recomiendo leerse algo de la trama ANTES de verla. Resulta paradójico ¿verdad?. Este debe ser de los pocos casos en los que un buen spoiler a tiempo se agradece.

Pero vamos, como mito peliculero, lo que se dice mito....pues mira no.

Diálogos afilados, atmósfera turbia, violencia soterrada (y no tanto): esos son los mimbres con los que se teje el cesto de este noir canónico y mítico, plagado de personajes cuyas relaciones nunca están muy claras y que se mueven en una trama de chantajes, muertes y traiciones que de tan farragosa llega a hacerse casi incomprensible. Y Bogart, componiendo un Marlowe de manual, cínico y directo. Y Bacall, un contrapunto a su altura, con ese deje de soberbia y angustia en pugna constante. Brillo más que suficiente para iluminar ese mundo en el que la luz del sol está proscrita.

Pues otra joya más del cine negro. Trama muy intrincada e interesante, una música muy apropiada, diálogos rápidos e inteligentes...Lauren Bacall... en fin, todos los ingredientes necesarios para dos grandes horas de cine.

A pesar de sus cortas estaturas, Humphrey Bogart y James Cagney, son dos grandes tipos duros. El ritmo me ha parecido bastante trepidante y entra en mis joyas de cine negro. Película recomendable para todos los públicos, no me ha parecido tan dificil de seguir como otros usuarios han sugerido, aunque bien es cierto que tienes que estar pegadito a la tele y atento a todo lo que ocurre para no perderte.

A la gente nuevamente le diría que les tire para atrás el blanco y negro, porque hay muchas películas muy disfrutables y de las que actualmente no se ven, que se podrían perder por el prejuicio del color.