Locke
6.3
18,881
Drama
Ivan Locke (Tom Hardy) es un prestigioso capataz de grandes obras que ha tenido que trabajar muy duro para alcanzar su sueño: llevar una buena vida, con un buen trabajo y una familia que le quiere. Sin embargo, un día, en la víspera de su encargo más importante, recibe una llamada que le empuja a tomar una decisión que quizás eche toda su vida por tierra. Desde ese momento tendrá que emprender una peligrosa huida a contrarreloj. (FILMAFFINITY) [+]
4 de septiembre de 2014
4 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película con un personaje nada más. Un hombre debe realizar un viaje, por cuestiones que sabrán al ver la película, y a partir de allí todo el film transcurre en el auto y a través de comunicaciones telefónicas, con su familia, su jefe, un compañero y alguien que lo está esperando en el hospital. Como aspecto negativo solo se puede decir que en algún momento es algo monótona. Buen trabajo de Tom Hardy, para ver
5 de septiembre de 2014
5 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Locke es, sobre todo y por encima de cualquier otra cosa, un excepcional tour de force de Tom Hardy, el único actor al que vemos en pantalla. Hardy, a quien estamos acostumbrados a ver en roles más físicos, como los que interpretó en Bronson, Warrior, Origen o El caballero oscuro: la leyenda renace, acomete aquí quizás el rol más complicado de su carrera hasta la fecha y sale más que victorioso en la tarea de encarnar a un personaje de una fragilidad inusitada en él (atención a cuando escucha las palabras finales de su hijo). Su Ivan Locke es un tipo corriente, de lo más anodino, que se hace responsable de sus actos y eso le cuesta varios disgustos a lo largo de ese viaje en coche prácticamente a tiempo real. Como tal, la película es interesante, innovadora y sobre todo está muy bien rodada por Steven Knight, con esos planos interiores, esa sensación de encierro que funciona como metáfora perfecta de la situación del protagonista.
No es perfecta, ni una obra maestra, ni nada por el estilo, pero ofrece razones de sobra para verla y darle la oportunidad.
Lo mejor: Tom Hardy y la realización de Steven Knight.
Lo peor: Es irregular, el ritmo es bastante lento y podría haber sido aún más corta.
No es perfecta, ni una obra maestra, ni nada por el estilo, pero ofrece razones de sobra para verla y darle la oportunidad.
Lo mejor: Tom Hardy y la realización de Steven Knight.
Lo peor: Es irregular, el ritmo es bastante lento y podría haber sido aún más corta.
5 de septiembre de 2014
5 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil encontrar un camino propio a estas alturas, de entrada hay que correr el alto riesgo de que no salga bien, lo mismo que le ocurre al protagonista lo habrán padecido los creadores, aunque no parece que hayan resuelto sus asuntos conduciendo, una película genuina a tiempo real con el propio peso del hormigón y mucho que asumir y encajar tras cambiar el intermitente hacia la derecha, menos de una hora y media para demostrar la valía humana poniendo en juego la vida laboral, de sacudirse las responsabilidades en un escenario único como método original para llamar la atención, son las llamadas de toda una vida y el recurso de reinventarse con complicaciones como para lograr que fuera un largometraje.
Pero todas las soluciones prácticas se repiten y convergen en un formato que caduca sobre la marcha, por qué tenía un resfriado?... y es que se sumerge en una peligrosa rutina que no consigue mejorar sino más bien enfermar utilizando la frase de su mujer de una vez ya es todo, la amenaza de la carretera y diez años tirados, se convierte en una película fallida incapaz de lograr un objetivo que por otro lado era muy, demasiado, complicado, hasta el punto que pueda ser náusebunda en secuencias similares, destacado lo negativo, siempre queda esa sensación final de haber tenido el valor de conducir en una sola dirección y morir sin arrodillarse ante giros imposibles o increíbles, y que cada destello de luz de otro vehículo es conducido por personas con problemas similares, siempre hay que aplaudir los productos alternativos y las ideas innovadoras.
El odio hacia la figura paterna, el partido y la madre en el baño, el cordón como horca, sin duda consigue coger los elementos con las manos y empujarlos hacía la rebeldía que limpie el apellido, Locke, genialmente interpretado por Hardy, tenía mucho trabajo de hogar, incluso, puede encontrarse un simil de revolución hacia el propio capitalismo, para que ahí, en el llanto de esperanza, el humano encuentre algún tipo de libertad real.
Pero todas las soluciones prácticas se repiten y convergen en un formato que caduca sobre la marcha, por qué tenía un resfriado?... y es que se sumerge en una peligrosa rutina que no consigue mejorar sino más bien enfermar utilizando la frase de su mujer de una vez ya es todo, la amenaza de la carretera y diez años tirados, se convierte en una película fallida incapaz de lograr un objetivo que por otro lado era muy, demasiado, complicado, hasta el punto que pueda ser náusebunda en secuencias similares, destacado lo negativo, siempre queda esa sensación final de haber tenido el valor de conducir en una sola dirección y morir sin arrodillarse ante giros imposibles o increíbles, y que cada destello de luz de otro vehículo es conducido por personas con problemas similares, siempre hay que aplaudir los productos alternativos y las ideas innovadoras.
El odio hacia la figura paterna, el partido y la madre en el baño, el cordón como horca, sin duda consigue coger los elementos con las manos y empujarlos hacía la rebeldía que limpie el apellido, Locke, genialmente interpretado por Hardy, tenía mucho trabajo de hogar, incluso, puede encontrarse un simil de revolución hacia el propio capitalismo, para que ahí, en el llanto de esperanza, el humano encuentre algún tipo de libertad real.
5 de septiembre de 2014
5 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Locke ahonda en la introspección de un personaje quien aún con la posibilidad de seguir siendo un ángel decide asumir la acción que lo convierte en demonio, la determinación de seguir adelante con la decisión tomada a pesar de con ello dejar mucho atrás, es responsabilizarse de una grieta que nunca debió existir y que ahora amenaza con derribar la edificación de toda una vida. ¿Debería dar marcha atrás?.
Algo menos de hora y media de cine narrativamente experimental por abandonar los cánones y la estructura propia del cine occidental. No hay emoción ficcional ni un tempo organizado con el que implicar al espectador, este no se tiene en cuenta más que como observador no participe. No hay thriller, ni drama, no hay género más que “sólo” un pedacito de historia acerca de la redención y la asunción transcurriendo casi a tiempo real en el interior de un vehículo.
Un BMW de alta gama que sirve como cobijo, purgatorio y única localización de un guión que circula sin sorpresas siempre en línea recta. Sus diferentes campos de acción son representados mediante llamadas telefónicas muy bien sonorizadas - recrean sin problemas una atmósfera aún sin verla - pero faltas de sutilidad y desarrollo. La información es demasiado asimilable y reiterativa - estrés laboral, calidez familiar, oscuro pasado, presente ambiguo - sumando así kilómetros sin variar velocidad en una autopista que tiene el riesgo de caer en la monotonía.
Steven Knight consigue crear una pieza muy rica a nivel visual a pesar de contar con un presupuesto escaso, ocho días de rodaje, y las limitaciones propias de ceñirse a un único escenario. El aquí director y guionista, artífice del popular programa televisivo ‘¿Quien quiere ser millonario?’ así como del libreto de ‘Promesas del este’ (David Cronenberg, 2007) y ‘Negocios ocultos’ (Stephen Frears, 2002), se sumerge en una noche llena de reflejos, un montaje dinámico con innumerables tiros de cámara, y un actor que sabe aguantar el plano. Tom Hardy controla la carretera, el volante, la mezcla, el teléfono, el retrovisor y sigue adelante, una actuación persistente y efectiva capaz de sobreponerse incluso a un hijo que puede llegar a resultar ridículo.
Ivan Locke ha tomado una decisión y su visionado es recomendable aun con reticencias. Una película que apunta a culto y que si bien esta demasiado contenida, falta de chispa y curvas, bien merece darle una oportunidad por lo honesto de su desarrollo, planteamiento, estilo y buena mano en dirección e interpretación. Habrá a quien no le guste, pero no es un desperdicio.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
Algo menos de hora y media de cine narrativamente experimental por abandonar los cánones y la estructura propia del cine occidental. No hay emoción ficcional ni un tempo organizado con el que implicar al espectador, este no se tiene en cuenta más que como observador no participe. No hay thriller, ni drama, no hay género más que “sólo” un pedacito de historia acerca de la redención y la asunción transcurriendo casi a tiempo real en el interior de un vehículo.
Un BMW de alta gama que sirve como cobijo, purgatorio y única localización de un guión que circula sin sorpresas siempre en línea recta. Sus diferentes campos de acción son representados mediante llamadas telefónicas muy bien sonorizadas - recrean sin problemas una atmósfera aún sin verla - pero faltas de sutilidad y desarrollo. La información es demasiado asimilable y reiterativa - estrés laboral, calidez familiar, oscuro pasado, presente ambiguo - sumando así kilómetros sin variar velocidad en una autopista que tiene el riesgo de caer en la monotonía.
Steven Knight consigue crear una pieza muy rica a nivel visual a pesar de contar con un presupuesto escaso, ocho días de rodaje, y las limitaciones propias de ceñirse a un único escenario. El aquí director y guionista, artífice del popular programa televisivo ‘¿Quien quiere ser millonario?’ así como del libreto de ‘Promesas del este’ (David Cronenberg, 2007) y ‘Negocios ocultos’ (Stephen Frears, 2002), se sumerge en una noche llena de reflejos, un montaje dinámico con innumerables tiros de cámara, y un actor que sabe aguantar el plano. Tom Hardy controla la carretera, el volante, la mezcla, el teléfono, el retrovisor y sigue adelante, una actuación persistente y efectiva capaz de sobreponerse incluso a un hijo que puede llegar a resultar ridículo.
Ivan Locke ha tomado una decisión y su visionado es recomendable aun con reticencias. Una película que apunta a culto y que si bien esta demasiado contenida, falta de chispa y curvas, bien merece darle una oportunidad por lo honesto de su desarrollo, planteamiento, estilo y buena mano en dirección e interpretación. Habrá a quien no le guste, pero no es un desperdicio.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
6 de septiembre de 2014
6 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película arriesgada y me ha sorprendido gratamente. Con un personaje en pantalla, un error, un edificio que construir, una decisión que tomar, una vida que se derrumba, un nacimiento, un coche y una familia.
Destacar a Tom Hardy que esta muy bien y mantiene la tensión durante todo la película.
Qué importantes pueden ser nuestras decisiones, nuestros actos, como pueden cambiar nuestra vida y la de los demás. El guion nos va explicando poco a poco lo sucedido, para entender en que punto se encuentra el protagonista, una vez nos sitúa, nos empieza a bombardear con todas las dudas que le asaltan, que opciones tiene y nos deja claro por qué se decanta, en principio, por una de ellas.
Esa lucha interna de las prioridades que Locke tiene en su vida, es muy interesante. Qué es más importante, hacer lo correcto o mantener su vida y la de su familia en una situación cómoda como hasta ahora? Arriesgar su reputación y trabajo por hacer lo correcto, cuando nos da a entender que su trabajo es lo más importante para él. Mientras avanzan los minutos van surgiendo dudas sobre las prioridades en su vida. Que haríamos nosotros en su situación, como nos influye lo vivido para decantarnos por una opción u otra. Y quizás la cuestión más importante, hacer lo correcto a pesar de perjudicar a terceros es un acto de valentía o es egoísmo por priorizar nuestra tranquilidad de consciencia frente al dolor de nuestros seres queridos.
Destacar a Tom Hardy que esta muy bien y mantiene la tensión durante todo la película.
Qué importantes pueden ser nuestras decisiones, nuestros actos, como pueden cambiar nuestra vida y la de los demás. El guion nos va explicando poco a poco lo sucedido, para entender en que punto se encuentra el protagonista, una vez nos sitúa, nos empieza a bombardear con todas las dudas que le asaltan, que opciones tiene y nos deja claro por qué se decanta, en principio, por una de ellas.
Esa lucha interna de las prioridades que Locke tiene en su vida, es muy interesante. Qué es más importante, hacer lo correcto o mantener su vida y la de su familia en una situación cómoda como hasta ahora? Arriesgar su reputación y trabajo por hacer lo correcto, cuando nos da a entender que su trabajo es lo más importante para él. Mientras avanzan los minutos van surgiendo dudas sobre las prioridades en su vida. Que haríamos nosotros en su situación, como nos influye lo vivido para decantarnos por una opción u otra. Y quizás la cuestión más importante, hacer lo correcto a pesar de perjudicar a terceros es un acto de valentía o es egoísmo por priorizar nuestra tranquilidad de consciencia frente al dolor de nuestros seres queridos.
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