Locke
6.3
18,876
Drama
Ivan Locke (Tom Hardy) es un prestigioso capataz de grandes obras que ha tenido que trabajar muy duro para alcanzar su sueño: llevar una buena vida, con un buen trabajo y una familia que le quiere. Sin embargo, un día, en la víspera de su encargo más importante, recibe una llamada que le empuja a tomar una decisión que quizás eche toda su vida por tierra. Desde ese momento tendrá que emprender una peligrosa huida a contrarreloj. (FILMAFFINITY) [+]
28 de diciembre de 2014
28 de diciembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Knight, reconocido guionista que lo mismo te deja k.o. con "Promesas del este", que se da un garbeo por Narnia, crea una serie de ganster para televisión o termina aliándose con Dan Brown, no deja de sorprendernos. Como realizador se estrena con una del machote Jason Statham y ahora vuelve a sorprendernos con un drama psicológico-telefónico de casi hora y media de un tipo que no sale de su coche y afronta sus consecuencias vitales, como si fuera el mismo Zenón de Citio, padre del estoicismo.
Lo que tiene que hacerse se hará si es lo correcto por encima de cielo y tierra, es lo que se plantea este encargado de obra especialista en cimientos que ve como los suyos propios están a punto de resquebrajarse.
La cosa, aunque lo parezca no es original, baste recordar la obra teatral "La voz humana" de Coteau allá por 1.930, y el cine ha dado también un buen puñado de ejemplos parecidos.
Para que la cosa funcione medianamente bien y no acabemos hasta el moño de variaciones de planos sobre el mismo tema (a veces si apagáramos el sonido creeríamos que estamos ante un spot de BMW y que vamos a escuchar aquello de "¿Te gusta conducir?), para que funcione decía, hace falta un buen actor o actriz y hay que reconocer que Tom Hardi da la talla por mucho que constantemente se este remangando la mangas de la camisa y ajustando su relój.
El Knight guionista se las arregla para mantener el interés, la tensión y equilibrar el drama, incluso con sutiles toques humorísticos. En definitiva uno es lo que es y sus circunstancias y hay que tener el valor de cambiar el intermitente cuando la ocasión lo requiere.
Lo que tiene que hacerse se hará si es lo correcto por encima de cielo y tierra, es lo que se plantea este encargado de obra especialista en cimientos que ve como los suyos propios están a punto de resquebrajarse.
La cosa, aunque lo parezca no es original, baste recordar la obra teatral "La voz humana" de Coteau allá por 1.930, y el cine ha dado también un buen puñado de ejemplos parecidos.
Para que la cosa funcione medianamente bien y no acabemos hasta el moño de variaciones de planos sobre el mismo tema (a veces si apagáramos el sonido creeríamos que estamos ante un spot de BMW y que vamos a escuchar aquello de "¿Te gusta conducir?), para que funcione decía, hace falta un buen actor o actriz y hay que reconocer que Tom Hardi da la talla por mucho que constantemente se este remangando la mangas de la camisa y ajustando su relój.
El Knight guionista se las arregla para mantener el interés, la tensión y equilibrar el drama, incluso con sutiles toques humorísticos. En definitiva uno es lo que es y sus circunstancias y hay que tener el valor de cambiar el intermitente cuando la ocasión lo requiere.
30 de diciembre de 2014
30 de diciembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Locke no va realmente de nada. Leo en la sinopsis que el protagonista: "tendrá que emprender una peligrosa huida contrarreloj", cuando realmente no ocurre nada de eso. No hay una huida, y ni tanta prisa, ni nada, y mucho menos la huida es "peligrosa"... Pero bueno, quizás lo mas emocionante de esa película sea su sinopsis falseando la realidad.
La película es de un tipo que sale del coche, y va a hacer su recado , pasándose sus obligaciones por el forro, lo que ocasiona muchas llamadas.
Y durante toda la película estarás esperando que ocurra algo más, y no, no va a ocurrir nada que no hayas visto en los primeros 10 minutos.
Me parece una película aburrida, donde no pasa nada, donde me importa bien poco los problemas laborales del tipo (bastante tengo con mi jefe), y mucho menos sus chorradas de problemas domésticos. Ese cine tan "real", de un tipo hablando por teléfono en un coche, ha sido la película mas lenta y aburrida desde "el árbol de la vida".
No la recomiendo.
La película es de un tipo que sale del coche, y va a hacer su recado , pasándose sus obligaciones por el forro, lo que ocasiona muchas llamadas.
Y durante toda la película estarás esperando que ocurra algo más, y no, no va a ocurrir nada que no hayas visto en los primeros 10 minutos.
Me parece una película aburrida, donde no pasa nada, donde me importa bien poco los problemas laborales del tipo (bastante tengo con mi jefe), y mucho menos sus chorradas de problemas domésticos. Ese cine tan "real", de un tipo hablando por teléfono en un coche, ha sido la película mas lenta y aburrida desde "el árbol de la vida".
No la recomiendo.
8 de julio de 2015
8 de julio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admirable ejemplo de minimalismo sin artificios y de cine con mayúsculas.
Haciendo del despojamiento y de la (in) acción en tiempo real sus indudables caballos de batalla, “Locke” va mucho más allá del mero alegato estético para plantear una peculiarísima reflexión moral —muy apropiada, por cierto, en tiempos de sofocante (auto) censura como los que corren—. Ésta vendría a decir que no somos perfectos, que cometemos errores, que lo asumamos de una (“fucking”) vez. De lo que se trata es de intentar hacer lo correcto, en la medida de nuestras falibles posibilidades. Será nuestra conciencia la que, en último término, nos juzgue. De una (honda) simpleza tal —como la película toda—, que desarmará hasta al más mojigato.
Tom Hardy es un actor que acostumbra a causarme una decepción tras otra con sus desoladoras carencias interpretativas —hasta la fecha había visto acelgas más matizadas—. No obstante, su Ivan Locke —curiosa rusificación del nombre de pila del archiconocido filósofo— resulta una creación magistral. Como si hubiera estado guardándose todas las aristas y la contención para este personaje en concreto, en cuyos hombros crispados descansa el peso de la película, sólido pilar sobre el que edificar una carrera respetable.
Además del propio, y sublime —no me cansaré de reiterarlo, porque rectificar es de sabios—, Hardy, todo en “Locke” coadyuva a convertir algo tan rancio como el melodrama que en el fondo es en un refrescante ejercicio de estilo —“tour de force”, que reza el tópico y algún que otro perezoso crítico a sueldo—. El agudo sentido del ritmo de su director, Steven Knight, plasmado en un montaje de hermoso dinamismo, logra un suspense inaudito, sobre todo teniendo en cuenta las muy poco inquietantes premisas. La fotografía, a cargo de Haris Zambarloukos —espero no dejarme ninguna letra, aunque reconozco que he copiado y pegado—, de una belleza hipnótica, compite —sin por ello dejar de componer un maridaje glorioso— con la banda sonora que firma Dickon Hinchliffe por ver cuál de las dos causa mayor sugestión en el fascinado espectador.
Haciendo del despojamiento y de la (in) acción en tiempo real sus indudables caballos de batalla, “Locke” va mucho más allá del mero alegato estético para plantear una peculiarísima reflexión moral —muy apropiada, por cierto, en tiempos de sofocante (auto) censura como los que corren—. Ésta vendría a decir que no somos perfectos, que cometemos errores, que lo asumamos de una (“fucking”) vez. De lo que se trata es de intentar hacer lo correcto, en la medida de nuestras falibles posibilidades. Será nuestra conciencia la que, en último término, nos juzgue. De una (honda) simpleza tal —como la película toda—, que desarmará hasta al más mojigato.
Tom Hardy es un actor que acostumbra a causarme una decepción tras otra con sus desoladoras carencias interpretativas —hasta la fecha había visto acelgas más matizadas—. No obstante, su Ivan Locke —curiosa rusificación del nombre de pila del archiconocido filósofo— resulta una creación magistral. Como si hubiera estado guardándose todas las aristas y la contención para este personaje en concreto, en cuyos hombros crispados descansa el peso de la película, sólido pilar sobre el que edificar una carrera respetable.
Además del propio, y sublime —no me cansaré de reiterarlo, porque rectificar es de sabios—, Hardy, todo en “Locke” coadyuva a convertir algo tan rancio como el melodrama que en el fondo es en un refrescante ejercicio de estilo —“tour de force”, que reza el tópico y algún que otro perezoso crítico a sueldo—. El agudo sentido del ritmo de su director, Steven Knight, plasmado en un montaje de hermoso dinamismo, logra un suspense inaudito, sobre todo teniendo en cuenta las muy poco inquietantes premisas. La fotografía, a cargo de Haris Zambarloukos —espero no dejarme ninguna letra, aunque reconozco que he copiado y pegado—, de una belleza hipnótica, compite —sin por ello dejar de componer un maridaje glorioso— con la banda sonora que firma Dickon Hinchliffe por ver cuál de las dos causa mayor sugestión en el fascinado espectador.
1 de mayo de 2016
1 de mayo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rollo, rollete, rollo, a base de coche y teléfono, con la cámara volcada en un poderoso y genuino Tom Hardy, ofreciendo todo tipo de gestos y habilidades, para sacar adelante un argumento que presenta una situación demasiado reiterativa, llegando a saturar al espectador.
27 de mayo de 2017
27 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Engancha porque todo indica desde el principio que van a pasar cosas sí o sí, pero luego es que no, y te enteras de que los tiros van por otro lado ya avanzada la película, con la esperanza al menos de un desenlace final interesante.
Ni siquiera al protagonista parece que le esté pasando nada a lo largo de la película, su personaje no evoluciona ni nos muestra variedad ninguna de registros, más plano se me antoja imposible, los hechos tampoco, la película podría ser una intro de otra.
Si nos hubieran avisado de que es una película que pretende hacernos reflexionar sobre aún no sabemos exactamente qué cosas... la veríamos desde otra perspectiva, quieren que hagamos nosotros el trabajo por ellos y reflexionemos sobre lo que nos salga de las pelotas.
Ni siquiera al protagonista parece que le esté pasando nada a lo largo de la película, su personaje no evoluciona ni nos muestra variedad ninguna de registros, más plano se me antoja imposible, los hechos tampoco, la película podría ser una intro de otra.
Si nos hubieran avisado de que es una película que pretende hacernos reflexionar sobre aún no sabemos exactamente qué cosas... la veríamos desde otra perspectiva, quieren que hagamos nosotros el trabajo por ellos y reflexionemos sobre lo que nos salga de las pelotas.
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