Empezaré primero con los puntos negativos:

El film es demasiado largo.

Toda la parte realacionada con el Santo Grial se vuelve algo farragosa.

Hay aspectos estéticos de la película que han envejecido mal.

Pero...

Jamás se ha visto un Mago Merlín mejor escrito e interpretado.

El film transmite un aire mágico asombroso. Y ese es el punto fuerte de la película de Boorman: se centra en todo aquello (el poder de Excalibur, la historia de Merlín...) que el resto de películas sobre el Rey Arturo pasan por alto.

La banda sonora es descomunal: es oír "Carmina Burana" y ponérsele a uno los pelos como escarpias.

También hay muchas cosas buenas más, pero ni merece la pena mentarlas.

Lo dicho: la mejor plasmación del Mito Artúrico que se haya filmado.

Típica película de caballeros en busca del honor y damas mejestuosas con magos de por medio. Impresionante puesta en escena con armaduras, armas, caballos, linos y joyas, tal y como te imaginarías que fueron los albores de la convulsa Edad Media.
El rey Arturo y sus caballeros de la tabla redonda y el mágico castillo de Camelot, las idas y venidas del mago Merlín, el conjuro de la creación y las brutales batallas a espada y corazón, todo ello rodeado del halo de misterio de una espada llamada Excalibur, espada de reyes.
Muy ambiciosa en su presentación y larga en su metraje pero espléndida en ejecución.
Dicen que este guión es el más fiel a la leyenda del rey Arturo. Si lo es como si no, la película es muy buena.

Si de algo estamos hechos los hombres es de sueños y glorias inalcanzables; vivir el sueño de lo eterno y ser parte del eco de esas leyendas inmortales. Tal es el caso de Arturo, Camelot, la mesa redonda y la espada forjada por los dioses cuando "el mundo era joven y pájaros y bestias eran uno con el hombre". John Boorman nos lleva de la mano con una estupenda fotografía esmeralda platino y una historia tal como quisieramos que fuera, mágica, mística e idílica.

La Edad Media llena de calamidades y sufrimientos, peleas entre caballeros por el control de la tierra y el poder. En búsqueda de la gloria que sólo a través de una lucha encarnizada se puede lograr. Asi Merlín entrega la espada a Uther con la esperanza de ver en él al rey que tanto espera esa tierra.

Sin embargo el sueño erótico de Uther de poseer a la mujer de su rival dan por terminados esos sueños de grandeza, habria que esperar. El sueño de una tierra un rey se harían palpables en Arturo.

Las notables interpretaciones de casi todos en ese tiempo jovenes actores dieron el toque adicional a la magia lírica que significa la leyenda de la espada y su rey.

En resumen, un estupendo trabajo del director que nos deja para nuestro deleite la mas pura y lírica versión de la leyenda de Arturo. No apta para estrictos del rigor histórico y si para amantes quijotescos de las hazañas de los caballeros de Camelot.

Dependiendo en la década en la que uno a nacido una cinta de casete o un Vhs será una mierda analógica y física con la que se reproducían videos o música o unos mágicos recuerdos de un tiempo no tan lejano.
Con Excalibur sucede algo parecido, o será una obra maestra de culto o una cutre película con aires de grandeza. Normal a mi me sucede lo mismo con la cansina moda de superhéroes o la sobrecargadas cintas con efectos digitales.

La evolución de Arturo como Rey, El mago fumeta Merlín, la sensual y venenosa Morgana, el guaperas Láncelot, la búsqueda del Santo Grial, el fiel Percebal, el hijo incestuoso y crabrón Mordred, la épica Carmina Buruana o la apuesta de sol en la batalla final son siempre buenas escusas para volver a ver Excalibur.

Recomendación: Imprescindible.

Con Excalibur, John Boorman tiene a su disposición una de las historias más bellas de la Edad Media: la leyenda del Rey Arturo. El guion del film de Boorman la sigue al dedillo, pero en su afán de contarlo todo, Boorman se olvida del ritmo y del pulso narrativo, y se centra más en que no falte nada antes que de contarlo de forma armónica y no atropellada e incluso torpe en algún momento.
Excalibur es una buena película, ambiciosa y vibrante por momentos, pero ha envejecido en muchos de sus aspectos. La factura visual está muy enclavada en su época, sin duda, al igual que otros aspectos técnicos (música, fotográfía, etc.). Pero repito: el guion quiere contarlo todo, pero tiene en cuenta solo el contenido, pero no la forma. Ahí es donde debía intervenir Boorman. El director imprime un ritmo un tanto monótono a la cinta, algo que se acentúa cuando la historia que se quiere contar es tan amplia. Son tantos los episodios y giros de la historia de Arturo que a veces da la sensación de que no da tiempo a reaccionar, de que los personajes son simples títeres a merced del destino y que no tienen motivaciones. Los personajes no están muy trabajados, simplemente parece que se les ha puesto cara y se les ha lanzado al ruedo. Con un poco más de introspección, la película habría ganado mucho.
A pesar de los muchos peros, Excalibur sigue siendo la mejor película para conocer la leyenda del rey Arturo. En 2012 como estamos, hay que echarle a veces un poco de paciencia, pero en ella hay grandes momentos que merece la pena ver. No es tan espectacular como otras, pero el clima mítico y legendario lo transmite como pocas.