Excalibur
7.3
26,572
Aventuras. Fantástico. Drama
Tras una larga y cruenta guerra, Uther Pendragon le ruega al mago Merlín que le ayude a seducir a la esposa de su nuevo aliado, el Duque de Cornwall. Merlín accede, pero a condición de que el fruto de esa unión le sea entregado. Esa misma noche, es concebido Arturo. Dieciocho años después, los nobles de un reino cuyo trono está vacante intentan apoderarse de Excalibur, la espada mágica que está incrustada en una piedra desde la muerte de Uther. (FILMAFFINITY) [+]
2 de abril de 2013
2 de abril de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un joven llamado Arturo (Nigel Terry), de origen humilde, se convierte en rey de las islas británicas tras arrancar la espada Excalibur de la roca en que había sido clavada por Uther Pendragon (Gabriel Byrne), el antiguo monarca del reino.
El mago Merlin (Nicol Williamson), que en el pasado había ayudado a Uther Pendragon a imponerse al otro aspirante a la corona del país, llamado Gorlois (Corin Redgrave), había predicho que Arturo se convertiría en rey.
Llegado ese momento, el mago se pondrá al servicio del nuevo rey para ayudarle a convertirse en un buen monarca, en su reto para pacificar su reino y ganarse el aprecio de sus vasallos, así como del resto de los caballeros. Sin embargo, la hermanastra de Arturo (llamada Morgana, interpretada por Helen Mirren) medrará para impedirlo...
El mago Merlin (Nicol Williamson), que en el pasado había ayudado a Uther Pendragon a imponerse al otro aspirante a la corona del país, llamado Gorlois (Corin Redgrave), había predicho que Arturo se convertiría en rey.
Llegado ese momento, el mago se pondrá al servicio del nuevo rey para ayudarle a convertirse en un buen monarca, en su reto para pacificar su reino y ganarse el aprecio de sus vasallos, así como del resto de los caballeros. Sin embargo, la hermanastra de Arturo (llamada Morgana, interpretada por Helen Mirren) medrará para impedirlo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Buen trabajo de John Boorman tanto en la dirección como en la creación del guión (junto a Rospo Pallenberg) de una obra escrita en 1485 por Thomas Malory (llamada 'La muerte de Arturo'). Gracias a ello consiguen convertir el argumento de las reyendas artúricas (que, con todos mis respetos, me parece propio de un auténtico culebrón de la TV actual... con sus relaciones incestuosas, su bizarro odio entre hermanos y una catarata de infidelidades y traiciones) en una obra que (por su tono narrativo, su desarrollo y su desenlace) recuerda a las tragedias de William Shakespeare.
La película, sin embargo, tiene un desarrollo bastante irregular: existen muchas elipsis temporales que quedan mal explicadas (¿qué sucede entre el nacimiento de Arturo y el acto que le permitirá coronarse como rey?) y otras situaciones (como el destino de la reina Ginebra o de Lanzarote, después de que el rey Arturo descubra sus amoríos) se da a conocer de forma abrupta. Además, el modo en que se inicia la búsqueda el Santo Grial (así como los motivos que impulsan que se inicie dicha expedición) resulta confuso. Cierto es que existe una carga simbólica en la propia leyenda artúrica que no es sencilla de entender (ni de resumir), pero creo que se ha dejado varios aspectos sin un desarrollo completo y bien estructurado.
Lo mejor de la película es el aroma épico que acompaña a las escenas de guerra (cuando suenan los acordes de los temas compuestos por Trevor Jones... o los coros del fragmento 'O Fortuna', de la ópera 'Carmina Burana'). Por otro lado, resulta excesivo el insano interés del director en mostrarnos la sangre y vísceras de los guerreros en las batallas.
También resulta muy convincente el trabajo interpretativo de Nicol Williamson (como Merlin) y de una muy atractiva Helen Mirren (como Morgana). El resto se mantiene en un nivel correcto, pero nada llamativo (por cierto: resulta curioso ver a un jovencito Liam Neeson interpretar a Gawain, uno de los caballeros de la tabla redonda)
La película estuvo nominada, en los premios Oscar de 1982, en la categoría de Mejor Fotografía.
La película, sin embargo, tiene un desarrollo bastante irregular: existen muchas elipsis temporales que quedan mal explicadas (¿qué sucede entre el nacimiento de Arturo y el acto que le permitirá coronarse como rey?) y otras situaciones (como el destino de la reina Ginebra o de Lanzarote, después de que el rey Arturo descubra sus amoríos) se da a conocer de forma abrupta. Además, el modo en que se inicia la búsqueda el Santo Grial (así como los motivos que impulsan que se inicie dicha expedición) resulta confuso. Cierto es que existe una carga simbólica en la propia leyenda artúrica que no es sencilla de entender (ni de resumir), pero creo que se ha dejado varios aspectos sin un desarrollo completo y bien estructurado.
Lo mejor de la película es el aroma épico que acompaña a las escenas de guerra (cuando suenan los acordes de los temas compuestos por Trevor Jones... o los coros del fragmento 'O Fortuna', de la ópera 'Carmina Burana'). Por otro lado, resulta excesivo el insano interés del director en mostrarnos la sangre y vísceras de los guerreros en las batallas.
También resulta muy convincente el trabajo interpretativo de Nicol Williamson (como Merlin) y de una muy atractiva Helen Mirren (como Morgana). El resto se mantiene en un nivel correcto, pero nada llamativo (por cierto: resulta curioso ver a un jovencito Liam Neeson interpretar a Gawain, uno de los caballeros de la tabla redonda)
La película estuvo nominada, en los premios Oscar de 1982, en la categoría de Mejor Fotografía.
15 de septiembre de 2014
15 de septiembre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Boorman decidió con acierto recorrer caminos complejos por los que podía ser fácil perderse y caer en el ridículo, estoy hablando de llevar a cuestas la leyenda del Rey Arturo, y sin embargo salió tan bien parado que ni el paso de algunas décadas ha estropeado su "Excalibur". Muchos que vivimos con intensidad los años 80 no cedimos ante la tentación de alquilar en el videoclub de la esquina una película que a ojos del adolescente ofrecía lo que buscábamos, aventuras medievales con castillos, armaduras, espadazos y mucha acción. Como espectador adolescente quedaron en la retina escenas de belleza incuestionable mientras que hoy, tantos años después, con un poco más de criterio al volverla a ver, decido objetar que lo que hizo Boorman tiene muchísimo mérito.
No hace falta ser un experto en la mitología en cuestión para valorar justamente "Excalibur", una película con ritmo que es capaz de atrapar al espectador desde su estética y desde su historia. Todos conocemos aunque sea de pasada a los caballeros de la célebre mesa, al pesado del puente que no piensa dejar pasar a nadie, a cierta historia de amor e infidelidad, a Merlin... ¿Hay alguien que no conozca la historia de la espada clavada en la roca? Pues bien, para atreverse con todo ello hay que tener valor, pero lo que me interesa a mí es que el resultado con el paso del tiempo es absolutamente digno. Vale la pena ni siquiera sólo por ver la la escena de lucha en la que por San Telmo y por todo aquello un caballero rinde vasallaje a Arturo, que hasta ese momento no era nadie. Vale la pena por la espada y ese lago, por la oscuridad de la noche y por la luz del día, por el vestuario y hasta por las pintas de Merlín, que pudiendo caer en el más absoluto ridículo acaba convirtiéndose en el memorable eje explicativo de la película.
Así que Boorman arriesgó, se trata de un largometraje complejo de más de dos horas pero que no pierde el ritmo. Algunos dicen que es el mejor film de temática artúrica y no me extraña, principalmente porque no huele a cine viejo, porque han pasado más de 30 años y conserva su energía y su mala leche.
No hace falta ser un experto en la mitología en cuestión para valorar justamente "Excalibur", una película con ritmo que es capaz de atrapar al espectador desde su estética y desde su historia. Todos conocemos aunque sea de pasada a los caballeros de la célebre mesa, al pesado del puente que no piensa dejar pasar a nadie, a cierta historia de amor e infidelidad, a Merlin... ¿Hay alguien que no conozca la historia de la espada clavada en la roca? Pues bien, para atreverse con todo ello hay que tener valor, pero lo que me interesa a mí es que el resultado con el paso del tiempo es absolutamente digno. Vale la pena ni siquiera sólo por ver la la escena de lucha en la que por San Telmo y por todo aquello un caballero rinde vasallaje a Arturo, que hasta ese momento no era nadie. Vale la pena por la espada y ese lago, por la oscuridad de la noche y por la luz del día, por el vestuario y hasta por las pintas de Merlín, que pudiendo caer en el más absoluto ridículo acaba convirtiéndose en el memorable eje explicativo de la película.
Así que Boorman arriesgó, se trata de un largometraje complejo de más de dos horas pero que no pierde el ritmo. Algunos dicen que es el mejor film de temática artúrica y no me extraña, principalmente porque no huele a cine viejo, porque han pasado más de 30 años y conserva su energía y su mala leche.
29 de abril de 2021
29 de abril de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi en mi adolescencia y quería darle otra vuelta porque la recordaba como una película difícil de digerir y pensé que ahora podría apreciarla mejor. Y no ha mejorado, aunque ahora puedo identificar los motivos y separar lo que falla de lo que no.
Empezaré por lo bueno: está dirigida por John Boorman y se basa en el mito artúrico. Bueno, lo primero no es que sea señal de peliculón, de hecho considero a Boorman un director de películas descompensadas, fallidas hasta cierto punto, con buenas características que se ven poco en el cine (es un director valiente que no se autocensura ni omite la crudeza y además un especialista de la fotografía inmersiva, de ahí que una de las grandes virtudes de sus películas suele ser la ambientación natural) pero también con flaquezas graves (sobre todo en cuanto a guion, pecando habitualmente de ritmo aletargado, de escritura tosca y poco inteligente en lenguaje narrativo). El segundo punto fuerte sí me parece señal de que al menos tienes un material de primera con el que trabajar ya que el mito artúrico lo tiene absolutamente todo para hacer una magnífica obra de aventuras medieval: grandes personajes iconoclastas, momentos memorables muy reconocibles, elementos legendarios como la espada o el grial, etc...
Y vamos con lo malo. Es una pena que teniendo ese inmejorable material para una película de espada y brujería desaproveche tanto todos lo que tiene a su alcance. Una de las cosas que me llama la atención es que, teniendo un casting que une a Liam Neeson, Patrick Stewart, Gabriel Byrne, Ciaran Hinds o Helen Mirren, te encuentres un apartado interpretativo bastante malo. Bien es cierto que todos los nombrados (excepto la última) salen menos de un minuto, los protagonistas son otros actores que se entiende por qué no se hicieron tan conocidos como esos. Especialmente notoria es la evidente falta de capacidad interpretativa del trío principal (Arturo, Lancelot y Ginebra). Pero es que el resto, no siendo malos actores, tampoco funcionan. Todos (excepto Mirren) venían del teatro y era su primera incursión en cine y se ve que les costó adaptarse. Por ejemplo, a Williamson, Byrne o Stewart se les ve muy teatralizados, lo que en cine resulta sobreactuado.
Pero tampoco quiero darle mayor importancia a algo que, si el guion estuviese bien escrito, tampoco habría sido tan grave como para cargarse la película. Lo que realmente frena a esta película es que el libreto está muy pero que muy mal escrito. Y no me refiero a lo que la mayoría piensa cuando se dice que un guion está mal, que es que la trama no es buena. No, la trama es buenísima, si la historia original era perfecta. Por eso da más coraje. Y sí que tiene fallos graves que sí son más identificables comúnmente, como unos malos diálogos o un inexistente desarrollo de personajes. Esto último ya sí es para hacer sangre, porque el mito artúrico tiene personajes magníficos que aquí quedan totalmente desdibujados, se podrían llamar Arturo, Merlin o Lancelot como se podrían llamar Pepe, Manolo y Emilio, nunca dirías que son ellos porque no se transfiere nada de ellos, sirven como meras piezas. Es una película basada en la historia del Rey Arturo, los caballeros de la mesa redonda, Camelot y el mago Merlín, que no va ni sobre Arturo ni sobre sus caballeros ni sobre Camelot ni sobre Merlín, sino que es un mero timeline de los eventos más reconocibles que se datan en ese ciclo artúrico. Ir de A a B y de B a C, pero sin desarrollar nada ni a nadie por el camino. Si te pones a pensar no sabemos realmente nada de ninguno de los personajes ni de ninguno de los lugares. Lo dicho, son simples piezas.
Pero todo eso no es lo peor. Porque hay películas que han tenido malas interpretaciones, malos diálogos, mal desarrollo de personajes y que aún así han sido capaz de llegar al espectador porque sabían cómo aprovechar ciertas buenas escenas que se quedaban en la retina del público. Para mi el defecto más importante que tiene esta película a nivel guion y en general, es que no tiene inteligencia narrativa, no sabe plantear escenas en el lenguaje audiovisual. Aquí hay un montón de escenas que podrían haber sido memorables, pero cuando suceden te quedas pensando "joe, lo buena que podía haber sido esta escena y lo mal planteada que está". Si se siento todo tan acartonado y tan cutre no es ni por la fotografía, ni por los efectos (pese a ser una peli de magia de hace 40 años no canta demasiado en ese sentido), ni tan siquiera por las malas interpretaciones. Es porque las escenas están mal planteadas. Sencillamente, no funcionan.
En definitiva, es una película que se deja ver si te gusta el subgénero gracias a una buena ambientación y al gran material en el que está basado, pero que deja la sensación de haber estropeado lo que podía haber sido una obra maestra. No es la primera vez que le ocurre a John Boorman y me pregunto si estaría considerado entre los mejores de haber sido capaz de darse cuenta de que lo suyo no eran los guiones para que otros con más oficio hubiesen limado esos puntos débiles que suelen tener sus, en otros aspectos sobresalientes, películas.
Nota: 3,5-4
Empezaré por lo bueno: está dirigida por John Boorman y se basa en el mito artúrico. Bueno, lo primero no es que sea señal de peliculón, de hecho considero a Boorman un director de películas descompensadas, fallidas hasta cierto punto, con buenas características que se ven poco en el cine (es un director valiente que no se autocensura ni omite la crudeza y además un especialista de la fotografía inmersiva, de ahí que una de las grandes virtudes de sus películas suele ser la ambientación natural) pero también con flaquezas graves (sobre todo en cuanto a guion, pecando habitualmente de ritmo aletargado, de escritura tosca y poco inteligente en lenguaje narrativo). El segundo punto fuerte sí me parece señal de que al menos tienes un material de primera con el que trabajar ya que el mito artúrico lo tiene absolutamente todo para hacer una magnífica obra de aventuras medieval: grandes personajes iconoclastas, momentos memorables muy reconocibles, elementos legendarios como la espada o el grial, etc...
Y vamos con lo malo. Es una pena que teniendo ese inmejorable material para una película de espada y brujería desaproveche tanto todos lo que tiene a su alcance. Una de las cosas que me llama la atención es que, teniendo un casting que une a Liam Neeson, Patrick Stewart, Gabriel Byrne, Ciaran Hinds o Helen Mirren, te encuentres un apartado interpretativo bastante malo. Bien es cierto que todos los nombrados (excepto la última) salen menos de un minuto, los protagonistas son otros actores que se entiende por qué no se hicieron tan conocidos como esos. Especialmente notoria es la evidente falta de capacidad interpretativa del trío principal (Arturo, Lancelot y Ginebra). Pero es que el resto, no siendo malos actores, tampoco funcionan. Todos (excepto Mirren) venían del teatro y era su primera incursión en cine y se ve que les costó adaptarse. Por ejemplo, a Williamson, Byrne o Stewart se les ve muy teatralizados, lo que en cine resulta sobreactuado.
Pero tampoco quiero darle mayor importancia a algo que, si el guion estuviese bien escrito, tampoco habría sido tan grave como para cargarse la película. Lo que realmente frena a esta película es que el libreto está muy pero que muy mal escrito. Y no me refiero a lo que la mayoría piensa cuando se dice que un guion está mal, que es que la trama no es buena. No, la trama es buenísima, si la historia original era perfecta. Por eso da más coraje. Y sí que tiene fallos graves que sí son más identificables comúnmente, como unos malos diálogos o un inexistente desarrollo de personajes. Esto último ya sí es para hacer sangre, porque el mito artúrico tiene personajes magníficos que aquí quedan totalmente desdibujados, se podrían llamar Arturo, Merlin o Lancelot como se podrían llamar Pepe, Manolo y Emilio, nunca dirías que son ellos porque no se transfiere nada de ellos, sirven como meras piezas. Es una película basada en la historia del Rey Arturo, los caballeros de la mesa redonda, Camelot y el mago Merlín, que no va ni sobre Arturo ni sobre sus caballeros ni sobre Camelot ni sobre Merlín, sino que es un mero timeline de los eventos más reconocibles que se datan en ese ciclo artúrico. Ir de A a B y de B a C, pero sin desarrollar nada ni a nadie por el camino. Si te pones a pensar no sabemos realmente nada de ninguno de los personajes ni de ninguno de los lugares. Lo dicho, son simples piezas.
Pero todo eso no es lo peor. Porque hay películas que han tenido malas interpretaciones, malos diálogos, mal desarrollo de personajes y que aún así han sido capaz de llegar al espectador porque sabían cómo aprovechar ciertas buenas escenas que se quedaban en la retina del público. Para mi el defecto más importante que tiene esta película a nivel guion y en general, es que no tiene inteligencia narrativa, no sabe plantear escenas en el lenguaje audiovisual. Aquí hay un montón de escenas que podrían haber sido memorables, pero cuando suceden te quedas pensando "joe, lo buena que podía haber sido esta escena y lo mal planteada que está". Si se siento todo tan acartonado y tan cutre no es ni por la fotografía, ni por los efectos (pese a ser una peli de magia de hace 40 años no canta demasiado en ese sentido), ni tan siquiera por las malas interpretaciones. Es porque las escenas están mal planteadas. Sencillamente, no funcionan.
En definitiva, es una película que se deja ver si te gusta el subgénero gracias a una buena ambientación y al gran material en el que está basado, pero que deja la sensación de haber estropeado lo que podía haber sido una obra maestra. No es la primera vez que le ocurre a John Boorman y me pregunto si estaría considerado entre los mejores de haber sido capaz de darse cuenta de que lo suyo no eran los guiones para que otros con más oficio hubiesen limado esos puntos débiles que suelen tener sus, en otros aspectos sobresalientes, películas.
Nota: 3,5-4
20 de septiembre de 2023
20 de septiembre de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasolini, los Monty Python, Conan, Star Wars, Superman, Robin y Marian, Los inmortales, Cleopatra, Ran, La joven del agua, 300 (y la madre), La ardilla roja, El anillo del nibelungo, El humo ciega tus ojos, Discoteque, After (Hours), La bruja avería, La niebla de Carpenter...
Es terriblemente tediosa, plúmbea, pero tiene chispazos de genio y nuca pierde definitivamente comba, se mantiene, el paso poso. El prólogo es un espanto, ruido y tontuna, el final es hermoso, rojo, lo otro alterna a tumba abierta ridículo, bochorno, con algunos rimbombantes aciertos, guarrerías. Operística, hinchada, grotesca, oligofrenia. Son como los tres o cuatro grandes hits del asunto (la espada, los cuernos, el santo grial, los magos o brujas, las peleas o batallas... ) artúrico con calzador metidos a presión en dos horas y pico de vellón dentro de una historia que está hecha de retazos o trozos que casan solo a medias, vivan las andobas.
Hieratismo, histerismo, pomposidad, pobretona pese a sus muchas ínfulas grandiosas aparatosas.
Merlín parece perece José Mota, el pesado histórico, el apuntador de la obra cómico de la legua, la barraca, entre bambalinas haciendo el indio, Lancelot un zombi, cacho carne con ojos, Arturo un parguela, Ginebra una pánfila una jeta, Morgana una chusca pena. Por momentos, muchos, casi parece parodia, a posta, a mala (buena) idea, chiste, broma. En otros, más bien pocos, gusta o hasta de aquella insólita manera emociona. El resultado es extraño, mezcla el naturalismo teatral más pétreo, tierno, pedestre, enfático, inocente, exaltado, frío, amante distante, con los fuegos fatuos delicuescentes cuchufleteros sicalípticos piscodélicos de la ficción más pulp, cochambrosa y arrabalera esquizofrenia. Un cruce raro bastardo, rock cavernario, y a ratos bello sórdido feo.
Es terriblemente tediosa, plúmbea, pero tiene chispazos de genio y nuca pierde definitivamente comba, se mantiene, el paso poso. El prólogo es un espanto, ruido y tontuna, el final es hermoso, rojo, lo otro alterna a tumba abierta ridículo, bochorno, con algunos rimbombantes aciertos, guarrerías. Operística, hinchada, grotesca, oligofrenia. Son como los tres o cuatro grandes hits del asunto (la espada, los cuernos, el santo grial, los magos o brujas, las peleas o batallas... ) artúrico con calzador metidos a presión en dos horas y pico de vellón dentro de una historia que está hecha de retazos o trozos que casan solo a medias, vivan las andobas.
Hieratismo, histerismo, pomposidad, pobretona pese a sus muchas ínfulas grandiosas aparatosas.
Merlín parece perece José Mota, el pesado histórico, el apuntador de la obra cómico de la legua, la barraca, entre bambalinas haciendo el indio, Lancelot un zombi, cacho carne con ojos, Arturo un parguela, Ginebra una pánfila una jeta, Morgana una chusca pena. Por momentos, muchos, casi parece parodia, a posta, a mala (buena) idea, chiste, broma. En otros, más bien pocos, gusta o hasta de aquella insólita manera emociona. El resultado es extraño, mezcla el naturalismo teatral más pétreo, tierno, pedestre, enfático, inocente, exaltado, frío, amante distante, con los fuegos fatuos delicuescentes cuchufleteros sicalípticos piscodélicos de la ficción más pulp, cochambrosa y arrabalera esquizofrenia. Un cruce raro bastardo, rock cavernario, y a ratos bello sórdido feo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El chaval Mordred que parece salido de Juego de Tronos al muere, malote, la cabalgata de Reyes, Jerjes, sol, ocaso ocre, entierro lejano, agua, la leche...
8 de febrero de 2015
8 de febrero de 2015
14 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excalibur es muy parecida a "Los caballeros de la mesa cuadrada", la única y gran diferencia es, que ésta última pretende ser mala a modo de satírica parodia, bailando talentosamente en lo absurdo y surrealista, con un resultado excepcional...mientras que Excalibur pretende osadamente ser buena y seria, cayendo totalmente en lo ridículo...
A veces hace gracia su mala calidad, pero otras muchas da bastante rabia y coraje...
Los actores son pésimos, andan dando traspiés, tropiezan, se caen...de risa vaya. Hacen movimientos y gestos anti-naturales, sobre-actuados, falsos, ridículos al fin y al cabo...no se salva ni el neófito de Liam Neeson, que tendrá que esperar unos añicos para que se reconozca su talento...
En fin, es curioso que Terry Gilliam y los Monthy Python parezcan haberse estado descojonándose de esta pachanga de películilla seis años antes de haberse rodado...
Y también es bastante curioso, sospechoso y hasta preocupante diría yo, que tengan exactamente la misma nota.
A veces hace gracia su mala calidad, pero otras muchas da bastante rabia y coraje...
Los actores son pésimos, andan dando traspiés, tropiezan, se caen...de risa vaya. Hacen movimientos y gestos anti-naturales, sobre-actuados, falsos, ridículos al fin y al cabo...no se salva ni el neófito de Liam Neeson, que tendrá que esperar unos añicos para que se reconozca su talento...
En fin, es curioso que Terry Gilliam y los Monthy Python parezcan haberse estado descojonándose de esta pachanga de películilla seis años antes de haberse rodado...
Y también es bastante curioso, sospechoso y hasta preocupante diría yo, que tengan exactamente la misma nota.
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