Quizás no sea la mejor película de terror de la historia pero tiene momentos muy terroríficos y sobre todo psicológicos. Lauren Cohan hace un papel destacado y cuasi-solitario en esta película. Tiene muchas críticas en cuanto a su final pero en mi opinión es un final sorprendente. Se deja ver.

El Niño.

La película que cuenta con la dirección de William Brent Bell, puede parecer una más del subgénero de terror de muñecos poseídos por espíritus malignos, aunque se juega su carta de audacia en su desenlace que le da un toque de diferencia, además que componer un entorno rutinario que entretiene y mantiene en vilo al espectador, todo llevado a grados dosificadores en los que su desarrollo pareciera tener dos vidas igual de cautivantes, con personajes que se meten de lleno en sus papeles y sobre todo una protagonista que cumple su rol de final girl.

El producto de Brent Bell, atrae desde su punto inicial sobre las bases de presentación que abarcarán sus movimientos, desde allí partirá una fabricación que va lenta pero que al mismo tiempo brinda intensidad y se nota en el aire es desconcierto ante lo que se está vivenciando, lo interesante de esto, es que su primer acto llega a un punto de hostilidad que nos parecerá extraño, puesto que aún queda bastante metraje por delante, pero, casualmente y para su suerte, adquiere una revitalización de energías sobre una segunda etapa igual de eficiente y certera en sus trayectos que desde ahí, irá creando su posicionamiento de cara a un ambicioso final.

Su diseño de producción es impecable, haciendo gala desde el minuto 1 al posicionarnos sobre que estándares estéticos y visuales nos estaremos enfrentando, una casona de ricos, con muchas escaleras, puertas y recovecos que de pronto irán sirviendo para vincularlos a las tácticas tenebrosas que poco a poco le competerá ir incursionando sobre ese terreno, todos los elementos se encuentran en su lugar además que contener esos espacios propios a sucesos extraños como lo son sótanos y puertas que dirigen hacia otros espacios desconocidos.

Su fotografía es súper limpia y atractiva, maneja unos filtros fríos que le regalan ese ambiente pesimista y de oscuridad permanente, además de su diseño sonoro, que se amolda muy bien a lo que va sugiriendo la trama, si bien esas notas no se encuentran permanentemente presentes, en ellas se puede destacar la eficiencia de sus pinceladas a la hora de aparecer para otorgar un ámbito envolvente y bien administrado.

Lauren Cohan se carga completamente su papel protagónico en sus hombros, se puede percibir en ella la mutación que va viéndose obligada a tomar por los acontecimientos sucedidos y queda como una muy buena final girl que se compenetra con el espectador y que este puede empatizar con ella, se le da una construcción personal que de a poco se empezará a traslucir lo suficiente, totalmente lo necesario para tampoco abrumar con traumas personales, pero si, dejándolos ver.

"El Niño" como base tiene sus consolidaciones bajo los estándares ya conocidos de este subgénero, pero tiene audacia para dar un correctísimo giro de tuerca y de ese modo, hacer un panorama distinto, la administración de sus recursos es su mayor valor, la dosificación de sus tiempos, de sus incertidumbres y de sus puntos máximos, posee la capacidad de abarcar dos vidas sobre ella igual de útiles ambas, Lauren Cohan, magnética y natural, herramienta fundamental para hacer andar esta obra.

Calificación: 7.0