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5.9
12,948
1
15 de noviembre de 2024
15 de noviembre de 2024
368 de 523 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emilia Pérez.
Bienvenidos a una película que romantiza temas delicados, haciendo que tal envergadura de cuestiones se observen por parte del espectador de una manera insólita a lo que está presenciando, una óptica latina hecha por personas que no son latinas y que mucho menos, saben hablar español, además un musical mayormente erróneo por el que intenta darle continuidad e impulsar una trama que solo le queda por destacar que es pintoresca y hasta determinado tiempo dinámica, porque en algún momento como si le fuera poco se cae esa energía y se torna bastante pesada e infumable, todo eso y bastante más, (para mal), es Emilia Pérez.
Entre sus graves errores como concepto, radica en la rapidez que posee para caer en lo banal de asuntos delicados, tratando muchas veces esos sucesos de una manera romántica, plana y de plástico como si de un afán de solo hacerse ver se tratase, como si de llamar la atención fuera su objetivo que de hecho lo logra, pero no justamente para bien, incluso los elementos más nobles de su relato se ven envueltos en una totalidad que los obliga a hacerlos caer a pedazos en conjunto con todo lo demás, relaciones sobre la libertad y la identidad de las personas se ven obnubiladas por un tacto de superficialidad y frivolidad que solo simula llenarle el ego al director acerca de su necesidad de contar cosas de las que probablemente no tenga ni idea.
Los enlaces que van surgiendo en la historia mediante sus saltos temporales resultan inmediatamente incongruentes y hasta propiamente convenientes para la continuidad de su desarrollo, conexiones de ensambles que no tiene demasiado sentido y sin embargo los lleva adelante sin importarle mucho la falta de explicación ante esas situaciones, objeto que la convierten totalmente irregular y discontinua, por lo que el espectador se verá forzado constantemente a hacerse preguntas en el camino acerca de cómo sucedió o como se llegó a ese recorte y brevedad de situaciones que le dan una incorrecta orden de seguir su camino salteándose partes fundamentales para ser consecuente con ella misma.
Como género musical su suerte es dispar, ya que por momentos funciona como debería para impulsar la trama y brindarle una razón de ser, mientras que por otras ocasiones se suscitan esas necesidades de musicalizar que la vuelven inverosímil e innecesaria para con su construcción como historia, etapas en las que ni siquiera las canciones tienen relación con lo que van sintiendo los personajes y tampoco le aporta como colchón al relato para nutrirlo y darle una extensión sobre los hechos que se van trazando en esas fases, además de ser enormemente desacertadas las decisiones de mechar su idioma original (español) con pequeños trayectos en inglés, aspecto que no hace más que exponer las enormes dificultades de su elenco para poder hablar en español naturalmente como se hubiese querido conseguir, y muchísimo más evidente sería sumando el inconveniente de lograr un acento mexicano que pueda convencer.
El trabajo de sus intérpretes también resulta bastante ocasional en sus niveles con altibajos constantes, para empezar claramente tienen el problema de que no pueden hablar en castellano por más que se las quiera revestir de "latinas", agregándole la dificultad extra de necesitar hablar en cierto tono mexicano que no está conseguido por ninguno de los personajes principales, Selena Gómez es quien deja de su parte más expuesta esa limitación, de la cual en varias oportunidades la película se apoya en una suerte de multiculturalidad para tratar de aliviar ese esfuerzo que hacen los actores por querer hablar una lengua que por natural, no lo hablan, hecho que también le es un arma de doble filo en la búsqueda de su éxito ya que exhibe la comodidad que sienten al hablar inglés y las complicaciones de pasarse a otro idioma.
Hablando propiamente de las actuaciones, el trío realizado por Zoe Saldana, Karla Sofía Gascón y Selena Gómez está muy bien llevado a cabo, probablemente una de las químicas grupales mejor realizadas del último tiempo, hecho que no suena para nada descabellado que en el festival de Cannes se las hayan premiado grupalmente debido a su buena ejecución interpretativa en conjunto, cuestión que suena algo injusto para otras colegas que compiten de manera individual contra tres en la misma categoría y que quizás, dicha premiación no debería de volver a suceder, situación que separándolas individualmente la que más saca provecho es Saldana que es por quien pasa mayormente la trama de la película, como sirviendo de un puente absorbente de energías y sensaciones entre las partes.
El proyecto Emilia Pérez es somero, insustancial y para determinados hechos que busca retratar roza la falta de respeto, tiene un enorme trabajo de producción detrás suyo que no la salvan de ser pretenciosa y presumida, quiere posicionarse sobre un terreno al que romantiza y del que poco tiene idea, parece hecha para un pequeño sector que mira desde afuera y no más, además de estar más que claro que los nombres que componen su elenco le van a dar un empujón vital en sus sueños de grandeza solo por el hecho de estar más que por buen trabajo, si hay que definir con adjetivos a esta película, diría que es incoherente, inconexa, voluble y bastante más, pero ya dedicarle más palabras sería demasiado para algo que regala bastante poco.
Calificación: 5.9
Bienvenidos a una película que romantiza temas delicados, haciendo que tal envergadura de cuestiones se observen por parte del espectador de una manera insólita a lo que está presenciando, una óptica latina hecha por personas que no son latinas y que mucho menos, saben hablar español, además un musical mayormente erróneo por el que intenta darle continuidad e impulsar una trama que solo le queda por destacar que es pintoresca y hasta determinado tiempo dinámica, porque en algún momento como si le fuera poco se cae esa energía y se torna bastante pesada e infumable, todo eso y bastante más, (para mal), es Emilia Pérez.
Entre sus graves errores como concepto, radica en la rapidez que posee para caer en lo banal de asuntos delicados, tratando muchas veces esos sucesos de una manera romántica, plana y de plástico como si de un afán de solo hacerse ver se tratase, como si de llamar la atención fuera su objetivo que de hecho lo logra, pero no justamente para bien, incluso los elementos más nobles de su relato se ven envueltos en una totalidad que los obliga a hacerlos caer a pedazos en conjunto con todo lo demás, relaciones sobre la libertad y la identidad de las personas se ven obnubiladas por un tacto de superficialidad y frivolidad que solo simula llenarle el ego al director acerca de su necesidad de contar cosas de las que probablemente no tenga ni idea.
Los enlaces que van surgiendo en la historia mediante sus saltos temporales resultan inmediatamente incongruentes y hasta propiamente convenientes para la continuidad de su desarrollo, conexiones de ensambles que no tiene demasiado sentido y sin embargo los lleva adelante sin importarle mucho la falta de explicación ante esas situaciones, objeto que la convierten totalmente irregular y discontinua, por lo que el espectador se verá forzado constantemente a hacerse preguntas en el camino acerca de cómo sucedió o como se llegó a ese recorte y brevedad de situaciones que le dan una incorrecta orden de seguir su camino salteándose partes fundamentales para ser consecuente con ella misma.
Como género musical su suerte es dispar, ya que por momentos funciona como debería para impulsar la trama y brindarle una razón de ser, mientras que por otras ocasiones se suscitan esas necesidades de musicalizar que la vuelven inverosímil e innecesaria para con su construcción como historia, etapas en las que ni siquiera las canciones tienen relación con lo que van sintiendo los personajes y tampoco le aporta como colchón al relato para nutrirlo y darle una extensión sobre los hechos que se van trazando en esas fases, además de ser enormemente desacertadas las decisiones de mechar su idioma original (español) con pequeños trayectos en inglés, aspecto que no hace más que exponer las enormes dificultades de su elenco para poder hablar en español naturalmente como se hubiese querido conseguir, y muchísimo más evidente sería sumando el inconveniente de lograr un acento mexicano que pueda convencer.
El trabajo de sus intérpretes también resulta bastante ocasional en sus niveles con altibajos constantes, para empezar claramente tienen el problema de que no pueden hablar en castellano por más que se las quiera revestir de "latinas", agregándole la dificultad extra de necesitar hablar en cierto tono mexicano que no está conseguido por ninguno de los personajes principales, Selena Gómez es quien deja de su parte más expuesta esa limitación, de la cual en varias oportunidades la película se apoya en una suerte de multiculturalidad para tratar de aliviar ese esfuerzo que hacen los actores por querer hablar una lengua que por natural, no lo hablan, hecho que también le es un arma de doble filo en la búsqueda de su éxito ya que exhibe la comodidad que sienten al hablar inglés y las complicaciones de pasarse a otro idioma.
Hablando propiamente de las actuaciones, el trío realizado por Zoe Saldana, Karla Sofía Gascón y Selena Gómez está muy bien llevado a cabo, probablemente una de las químicas grupales mejor realizadas del último tiempo, hecho que no suena para nada descabellado que en el festival de Cannes se las hayan premiado grupalmente debido a su buena ejecución interpretativa en conjunto, cuestión que suena algo injusto para otras colegas que compiten de manera individual contra tres en la misma categoría y que quizás, dicha premiación no debería de volver a suceder, situación que separándolas individualmente la que más saca provecho es Saldana que es por quien pasa mayormente la trama de la película, como sirviendo de un puente absorbente de energías y sensaciones entre las partes.
El proyecto Emilia Pérez es somero, insustancial y para determinados hechos que busca retratar roza la falta de respeto, tiene un enorme trabajo de producción detrás suyo que no la salvan de ser pretenciosa y presumida, quiere posicionarse sobre un terreno al que romantiza y del que poco tiene idea, parece hecha para un pequeño sector que mira desde afuera y no más, además de estar más que claro que los nombres que componen su elenco le van a dar un empujón vital en sus sueños de grandeza solo por el hecho de estar más que por buen trabajo, si hay que definir con adjetivos a esta película, diría que es incoherente, inconexa, voluble y bastante más, pero ya dedicarle más palabras sería demasiado para algo que regala bastante poco.
Calificación: 5.9
9 de mayo de 2024
9 de mayo de 2024
91 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
El planeta de los simios: Nuevo reino.
Muchas generaciones después, aunque para nosotros solo algunos años, llega este lanzamiento, uno más de la histórica saga de películas "El Planeta de los simios", entrega en la que nos remontaremos a un futuro bastante alejado de los acontecimientos que dieron lugar en la buenísima trilogía que se inició en el año 2011 planteando así, un nuevo curso en la difícil y siempre áspera convivencia entre simios y humanos.
No se podría presentar como un reinicio de la historia, ya que si bien se intenta apartarse del legado de César y brindarle una impronta propia y una mirada distinta, esa historia aún convive de retazos en esta, y es una de las aristas por las cuales irá conduciendo su desarrollo, en un relato donde el legado de César, la credibilidad y transparencia del humano y la lealtad entre monos, estarán en juego.
El planeta de los simios: nuevo reino, tiene varias dudas de ser y parecer, con un guion un poco flojo que parece tener filtraciones por varios lados, es algo que no se permite tomar vuelo nunca, divagando en una creación de ese cuento que por momentos roza la comedia involuntaria en varios trayectos, con etapas motivacionales para nuestros protagonistas que irán cambiándose según convenga para sostener lo que se va sugiriendo a medida que avanzamos.
Ante esto uno de sus problemas es la duración, 2 horas y 25 minutos para una película bastante planita por periodos, suena que es una duración demasiado larga como para lo que pretende ser, rellenando y redundando con bases de conocimiento hacia lo que resultó ser su trilogía antecesora y todo lo que en ella aconteció, que de hecho, se encuentra bastante alejada en cuanto a calidad a su anterior largometraje, dejando solo en promesas que poco se cumplen respecto a la enorme atención que acaparó la realización de una nueva crónica que sobrevuela en ese mundo.
La banda sonora a cargo de John Paesano se queda bastante a pie, en un concepto que desde su concepción no se toma el atrevimiento de dejarse percibir épica ni legendaria como nos tenían acostumbrados anteriormente a esto, dejando a la deriva un elemento fundamental como lo es su sonido y en el que solo deja unos chispazos que no le alcanzan para encender una llama que carece de espíritu para enaltecer lo que se está contando.
Lo que reluce aquí es su magnifico despliegue visual, acompañando una dirección de fotografía de Gyula Pados que se carga su trabajo al hombro sacando muchísima belleza de tan caótico guion y que es sin dudas uno de los puntos más fuertes de este proyecto, que se logra complementar con un soberbio trabajo de efectos visuales supervisados por Erik Winquist, de quienes se nota el trabajo minucioso y detallista que habrán llevado a cabo dentro de una complejidad que abarca entre tanto, la enorme dificultad del componente del agua en casi todo momento, saliendo ese apartado perfectamente logrado.
En cuanto a la interpretaciones propias de los simios, se extraña a César y la perfectísima interpretación del siempre seguro Andy Serkis, considero que Owen Teague y demás actores que se ponen en la difícil piel de los monos no lo hacen mal, pero ya hay una comunión indeleble del público para con César así mismo como con el actor que le da vida, los personajes humanos logran acoplarse muy bien con la trama, dejando todo de ellos en sus intervenciones, especialmente Freya Allan, que resulta muy hipnótica y carismática en la conformación de su personaje.
Wes Ball y sus cuatro guionistas, nos dejan una nueva entrega de El Planeta de los Simios que tambalea constantemente, que no se permite tomar un rumbo épico y que no le saca el jugo a todo lo magnifico y poderoso que tal relato le otorga dejando un sabor bastante agridulce para el espectador, en una película que le tiende las manos a la posibilidad latente de una continuidad, de la que para su bien, deberá pulir varias cosas.
Calificación: 6.7
Muchas generaciones después, aunque para nosotros solo algunos años, llega este lanzamiento, uno más de la histórica saga de películas "El Planeta de los simios", entrega en la que nos remontaremos a un futuro bastante alejado de los acontecimientos que dieron lugar en la buenísima trilogía que se inició en el año 2011 planteando así, un nuevo curso en la difícil y siempre áspera convivencia entre simios y humanos.
No se podría presentar como un reinicio de la historia, ya que si bien se intenta apartarse del legado de César y brindarle una impronta propia y una mirada distinta, esa historia aún convive de retazos en esta, y es una de las aristas por las cuales irá conduciendo su desarrollo, en un relato donde el legado de César, la credibilidad y transparencia del humano y la lealtad entre monos, estarán en juego.
El planeta de los simios: nuevo reino, tiene varias dudas de ser y parecer, con un guion un poco flojo que parece tener filtraciones por varios lados, es algo que no se permite tomar vuelo nunca, divagando en una creación de ese cuento que por momentos roza la comedia involuntaria en varios trayectos, con etapas motivacionales para nuestros protagonistas que irán cambiándose según convenga para sostener lo que se va sugiriendo a medida que avanzamos.
Ante esto uno de sus problemas es la duración, 2 horas y 25 minutos para una película bastante planita por periodos, suena que es una duración demasiado larga como para lo que pretende ser, rellenando y redundando con bases de conocimiento hacia lo que resultó ser su trilogía antecesora y todo lo que en ella aconteció, que de hecho, se encuentra bastante alejada en cuanto a calidad a su anterior largometraje, dejando solo en promesas que poco se cumplen respecto a la enorme atención que acaparó la realización de una nueva crónica que sobrevuela en ese mundo.
La banda sonora a cargo de John Paesano se queda bastante a pie, en un concepto que desde su concepción no se toma el atrevimiento de dejarse percibir épica ni legendaria como nos tenían acostumbrados anteriormente a esto, dejando a la deriva un elemento fundamental como lo es su sonido y en el que solo deja unos chispazos que no le alcanzan para encender una llama que carece de espíritu para enaltecer lo que se está contando.
Lo que reluce aquí es su magnifico despliegue visual, acompañando una dirección de fotografía de Gyula Pados que se carga su trabajo al hombro sacando muchísima belleza de tan caótico guion y que es sin dudas uno de los puntos más fuertes de este proyecto, que se logra complementar con un soberbio trabajo de efectos visuales supervisados por Erik Winquist, de quienes se nota el trabajo minucioso y detallista que habrán llevado a cabo dentro de una complejidad que abarca entre tanto, la enorme dificultad del componente del agua en casi todo momento, saliendo ese apartado perfectamente logrado.
En cuanto a la interpretaciones propias de los simios, se extraña a César y la perfectísima interpretación del siempre seguro Andy Serkis, considero que Owen Teague y demás actores que se ponen en la difícil piel de los monos no lo hacen mal, pero ya hay una comunión indeleble del público para con César así mismo como con el actor que le da vida, los personajes humanos logran acoplarse muy bien con la trama, dejando todo de ellos en sus intervenciones, especialmente Freya Allan, que resulta muy hipnótica y carismática en la conformación de su personaje.
Wes Ball y sus cuatro guionistas, nos dejan una nueva entrega de El Planeta de los Simios que tambalea constantemente, que no se permite tomar un rumbo épico y que no le saca el jugo a todo lo magnifico y poderoso que tal relato le otorga dejando un sabor bastante agridulce para el espectador, en una película que le tiende las manos a la posibilidad latente de una continuidad, de la que para su bien, deberá pulir varias cosas.
Calificación: 6.7

7.3
16,962
7
8 de diciembre de 2023
8 de diciembre de 2023
63 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que se quedan, nos narra de principio la historia de un profesor cascarrabias y demasiado estricto el cual es resistido por sus alumnos y hasta por sus propios colegas, el cual debe quedarse en el instituto con un grupo reducido de alumnos que no tienen con quien pasar el receso de navidad; objeto mediante el cual se empiezan a divisar los conflictos entre ese grupo de alumnos entre ellos y también para con el profesor.
Cuando el grupo se empieza a reducir a un solo alumno, nuestro protagonista Angus, quedándose solo con el profesor y una cocinera empiezan a tocarse elementos propios de la introspección de cada personaje, en el cual se complementan un profesor con su soledad, un adolescente con problemas de conductas y sus inseguridades y una madre en duelo por la perdida de su hijo.
Una buena actuación de Paul Giamatti en el cual se va notando la mutación de su personaje a medida que transcurre la cinta, pasando de un profesor malhumorado y riguroso a finalmente abrirse a sus conflictos internos y sirviéndose de sostén para con el resto del elenco.
Buen papel secundario de Da'vine Joy Randolph sirviendo en cierto espacio de la película como hilo de conducción para la comunión entre los 3 protagonistas, y personaje en el cual se refleja constantemente mediante recuerdos su total aflicción por el fallecimiento de su hijo.
Hermosa ambientación de época, trama quizás ya bastante utilizada y que va ideal para la época navideña, buena fotografía con hermosos planos y agradable banda sonora, el film pasando la hora se me hizo perder un poco de interés, quizás siendo victima de su para mi gusto larga duración aunque retomando un buen nivel para el cierre en los últimos 20 minutos, me funcionó de cierta manera como comedia haciéndolo aun más como drama, formulando un argumento con elementos como la soledad, la nostalgia en la cual los personajes van creando un espacio en el que puedan aliviar sus tristezas y sus tragedias personales.
Calificación: 7.0
Cuando el grupo se empieza a reducir a un solo alumno, nuestro protagonista Angus, quedándose solo con el profesor y una cocinera empiezan a tocarse elementos propios de la introspección de cada personaje, en el cual se complementan un profesor con su soledad, un adolescente con problemas de conductas y sus inseguridades y una madre en duelo por la perdida de su hijo.
Una buena actuación de Paul Giamatti en el cual se va notando la mutación de su personaje a medida que transcurre la cinta, pasando de un profesor malhumorado y riguroso a finalmente abrirse a sus conflictos internos y sirviéndose de sostén para con el resto del elenco.
Buen papel secundario de Da'vine Joy Randolph sirviendo en cierto espacio de la película como hilo de conducción para la comunión entre los 3 protagonistas, y personaje en el cual se refleja constantemente mediante recuerdos su total aflicción por el fallecimiento de su hijo.
Hermosa ambientación de época, trama quizás ya bastante utilizada y que va ideal para la época navideña, buena fotografía con hermosos planos y agradable banda sonora, el film pasando la hora se me hizo perder un poco de interés, quizás siendo victima de su para mi gusto larga duración aunque retomando un buen nivel para el cierre en los últimos 20 minutos, me funcionó de cierta manera como comedia haciéndolo aun más como drama, formulando un argumento con elementos como la soledad, la nostalgia en la cual los personajes van creando un espacio en el que puedan aliviar sus tristezas y sus tragedias personales.
Calificación: 7.0

7.0
17,198
7
29 de noviembre de 2024
29 de noviembre de 2024
56 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cónclave.
Edward Berger luego de su exitosa "Sin novedad en el frente" nos sumerge a las cloacas más profundas de las ambiciones humanas de poder dentro de la religión y como contexto, uno de los rituales más históricos y más ocultos del mundo como lo es la elección de un papa en la iglesia católica, tiene características que la hacen enorme al igual que la gran seguridad del director para llevar a cabo el proyecto y aportarle su mano con una gran precisión y serenidad, no sabiendo personalmente acerca del monto con que el que contado su presupuesto, Cónclave tiene pinta de tanque en el que al menos se estará seguro que, le han exprimido cada centavo que se le puesto a su favor independientemente de si ha contado con mucho o con poco dinero.
La capacidad para componer un ambiente turbio, de intriga y suspense a cada centímetro de su recorrido es realmente incontestable, soberbia formación de un elemento que la acompaña desde el principio hasta el mismísimo final, hecho por el cual sumerge al espectador instantáneamente en ella y lo mantiene en vilo durante sus dos horas de duración, impide que quitemos la vista de su relato por si quiera un minuto, ya que nos exige estar pendientes de cualquier cosa que suceda en ella para evitar que nos perdamos que algo de mucho valor para su concepto, y es que precisamos estar alerta ante cada plano, cada nota musical que desprende tensión, ante cada gesto de sus personajes.
La dirección de Berger es totalmente bestial, sabe lo que quiere contar, posee los elementos y los explota al máximo para sacarles el mejor potencial a todo lo que adorna su historia, resulta impecable el tratado de suspenso e incertidumbre que va tejiendo a cada instante, es destacable como con determinados recortes de edición nos priva de nutrirnos con información necesaria que luego le servirá para ir aumentando esa bola de nieve constante, lo mismo la efectiva utilización de distintos idiomas que van intercambiándose constantemente, jugueteando con el inglés como base con toques de italiano y momentos de español, lo cual aprovecha pequeños huecos lingüísticos para también hacernos saber que allí oculta información de vital importancia para generar un vinculo de conspiración en un contexto de una maquinaria que se muestra cada vez más turbia.
Su puesta en escena es intimidante de lo pulcra, de lo limpia y cuidada que se ve, un diseño de producción destacadísimo desde sus locaciones, los vestuarios, la combinación de colores y elementos decorativos resultan un combo que brilla de principio a fin, una fotografía preciosa a cargo de Stéphane Fontaine que le dan cierta dinámica y energía de sospechas constantes, esa aura de recelo ante cada plano que a pesar de encontrar en la casa de Dios, se ve plasmada esa negatividad espiritual del pecado de los hombres que impregna cada escena y cada rincón de ese lugar en donde la desconfianza empieza a tomar lugar en cada fotograma arrojado por el director de fotografía francés.
La actuaciones son potentes aunque corren armoniosamente detrás de un destacado Ralph Fiennes, quien poco a poco empieza a sacar ventaja por sobre sus secundarios con un rango actoral con tintes flemáticos que va en aumento de temperatura, en este caso en particular quedan relegados un poco hacia un costado Stanley Tucci e Isabella Rossellini de quienes esperaba más protagonismo, pero en cambio la estructura que se le otorga a su protagonista le sirve de sostén para colorear a un hombre que se encuentra entre la espada y la pared de sus convicciones, creencias y dudas de fé, viéndose envuelto en ese entorno sucio que le hace replantear el mundo religioso al cual ha elegido para su vida.
Cónclave es un mundo de ambiciones, poder y desconfianza, muestra el pecado del hombre que pone en jaque a la iglesia de Dios, una atmósfera en la que los personajes y nosotros nos veremos obligados a observar para todos lados y hasta tener ojos en la espalda, una maquina de complot que se va acrecentando en cada componente suyo, en cada mirada y gesto de sus personajes, en cada nota musical y en cada rincón de sus planos, el director alemán nos muestra lo que quiere y de igual manera nos oculta lo que necesita para ir estructurando un aire impuro y deshonesto donde más que reinar el creador, reina el libre albedrio y el pecado codicioso de los hombres encargados de llevar su palabra aunque por debajo de la mesa se practique el hacer lo que ellos dicen, pero no lo que ellos hacen.
Calificación: 7.2
Edward Berger luego de su exitosa "Sin novedad en el frente" nos sumerge a las cloacas más profundas de las ambiciones humanas de poder dentro de la religión y como contexto, uno de los rituales más históricos y más ocultos del mundo como lo es la elección de un papa en la iglesia católica, tiene características que la hacen enorme al igual que la gran seguridad del director para llevar a cabo el proyecto y aportarle su mano con una gran precisión y serenidad, no sabiendo personalmente acerca del monto con que el que contado su presupuesto, Cónclave tiene pinta de tanque en el que al menos se estará seguro que, le han exprimido cada centavo que se le puesto a su favor independientemente de si ha contado con mucho o con poco dinero.
La capacidad para componer un ambiente turbio, de intriga y suspense a cada centímetro de su recorrido es realmente incontestable, soberbia formación de un elemento que la acompaña desde el principio hasta el mismísimo final, hecho por el cual sumerge al espectador instantáneamente en ella y lo mantiene en vilo durante sus dos horas de duración, impide que quitemos la vista de su relato por si quiera un minuto, ya que nos exige estar pendientes de cualquier cosa que suceda en ella para evitar que nos perdamos que algo de mucho valor para su concepto, y es que precisamos estar alerta ante cada plano, cada nota musical que desprende tensión, ante cada gesto de sus personajes.
La dirección de Berger es totalmente bestial, sabe lo que quiere contar, posee los elementos y los explota al máximo para sacarles el mejor potencial a todo lo que adorna su historia, resulta impecable el tratado de suspenso e incertidumbre que va tejiendo a cada instante, es destacable como con determinados recortes de edición nos priva de nutrirnos con información necesaria que luego le servirá para ir aumentando esa bola de nieve constante, lo mismo la efectiva utilización de distintos idiomas que van intercambiándose constantemente, jugueteando con el inglés como base con toques de italiano y momentos de español, lo cual aprovecha pequeños huecos lingüísticos para también hacernos saber que allí oculta información de vital importancia para generar un vinculo de conspiración en un contexto de una maquinaria que se muestra cada vez más turbia.
Su puesta en escena es intimidante de lo pulcra, de lo limpia y cuidada que se ve, un diseño de producción destacadísimo desde sus locaciones, los vestuarios, la combinación de colores y elementos decorativos resultan un combo que brilla de principio a fin, una fotografía preciosa a cargo de Stéphane Fontaine que le dan cierta dinámica y energía de sospechas constantes, esa aura de recelo ante cada plano que a pesar de encontrar en la casa de Dios, se ve plasmada esa negatividad espiritual del pecado de los hombres que impregna cada escena y cada rincón de ese lugar en donde la desconfianza empieza a tomar lugar en cada fotograma arrojado por el director de fotografía francés.
La actuaciones son potentes aunque corren armoniosamente detrás de un destacado Ralph Fiennes, quien poco a poco empieza a sacar ventaja por sobre sus secundarios con un rango actoral con tintes flemáticos que va en aumento de temperatura, en este caso en particular quedan relegados un poco hacia un costado Stanley Tucci e Isabella Rossellini de quienes esperaba más protagonismo, pero en cambio la estructura que se le otorga a su protagonista le sirve de sostén para colorear a un hombre que se encuentra entre la espada y la pared de sus convicciones, creencias y dudas de fé, viéndose envuelto en ese entorno sucio que le hace replantear el mundo religioso al cual ha elegido para su vida.
Cónclave es un mundo de ambiciones, poder y desconfianza, muestra el pecado del hombre que pone en jaque a la iglesia de Dios, una atmósfera en la que los personajes y nosotros nos veremos obligados a observar para todos lados y hasta tener ojos en la espalda, una maquina de complot que se va acrecentando en cada componente suyo, en cada mirada y gesto de sus personajes, en cada nota musical y en cada rincón de sus planos, el director alemán nos muestra lo que quiere y de igual manera nos oculta lo que necesita para ir estructurando un aire impuro y deshonesto donde más que reinar el creador, reina el libre albedrio y el pecado codicioso de los hombres encargados de llevar su palabra aunque por debajo de la mesa se practique el hacer lo que ellos dicen, pero no lo que ellos hacen.
Calificación: 7.2

7.3
6,085
8
9 de enero de 2024
9 de enero de 2024
28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Monster
Una madre, un alumno y un profesor, Tres personajes y un hecho, una victima, un victimario y un justiciero, tres perspectivas de un mismo suceso.
En estas bases nos moveremos para intentar resolver este rompecabezas que Koreeda nos propone durante el desarrollo, diagramando una película llena de misterio, suspenso y drama, manteniendo hasta el último instante la tensión en el espectador en la búsqueda de una respuesta y en la belleza en que nos sumerge a medida que poco a poco notamos que se va develando la intriga.
Ofreciéndonos tres miradas distintas, con tres actores principales se nos va presentando este film, elemento para contarlo que me hizo venir a memoria Amores Perros de Alejandro González Iñarritu y Puntos de Vista del director Pete Travis, concepto del que Koreeda se sirve para ahondar en el cine de noción social y muy efectivo.
En el primer acto, lo vemos desde el punto de vista de la madre, en esta fase el director se toma el tiempo para desmenuzar la cotidianeidad de el niño en convivencia con su madre y también de presentarnos a los 3 personajes principales, rutina que se ve alterada por extraños comportamientos que darán rienda suelta a poner a la escuela del alumno bajo la lupa e inmediatamente sobre alguien en especifico que se nos va planteando como un villano, con una actuación por parte de la actriz que a medida que avanza su tramo va cargándose completamente su relato de los hechos.
En el segundo acto tenemos la mirada desde el profesor, vista que poco a poco va a ir desechando pequeñas cosas que se nos relató en el primer periodo, aquí empezamos a notar lo interesante de poder ver como espectadores, imágenes que solo en el primer acto se nos narraron y no mostraron; además de percibir como en el conflicto propiamente de base cada personaje cuenta su segmento sin coincidir con el personaje que guía la trama anteriormente.
Y en el ultimo trayecto tenemos la visual puesta por parte del alumno, en esta etapa quizás sea la más abordada de forma personal y la más alejada del conflicto que le da base a la historia, conformando entre las tres partes momentos de indignación, preocupación, perplejidad, desconcierto y una amistad de por medio.
Con todo esto, armoniza una ficción con condimentos de amistad, amor, vacío existencial y soledad con mucha nobleza y mucha humanidad, exponiendo la fragilidad del ser humano en su profundidad y de alguna manera también haciéndonos sumergir en ese limbo en el que nos encontramos entre la vida y la muerte.
Es bellísimo como el director se va sirviendo de pequeños fragmentos y objetos que parecen insignificantes entre cada pasaje, para lograr armonizar la historia y que a ese momento nos damos cuenta de la importancia de esos elementos como objeto narrativo; además de lo interesante que se percibe como el cineasta durante el desarrollo va creando piezas "falsas" o de distracción, haciendo que nuestra mente se vaya en todas las direcciones en busca de imaginarnos un desenlace.
Un guion excelente, acompañado de una soberbia dirección y una cámara que nos muestra solo lo que Koreeda quiere que veamos, hay factores conceptuales que consideraremos necesarios de resolverse, sin ir más lejos el mismísimo final, componentes en los que solo quedará no importarnos que no tengan un esclarecimiento narrativo, sino solo disfrutar del viaje; dejándonos en claro un pedacito de diálogo, que surge en la cinta por parte de una figura secundaria, "Lo que realmente pasó, no importa".
Calificación: 8.5
Una madre, un alumno y un profesor, Tres personajes y un hecho, una victima, un victimario y un justiciero, tres perspectivas de un mismo suceso.
En estas bases nos moveremos para intentar resolver este rompecabezas que Koreeda nos propone durante el desarrollo, diagramando una película llena de misterio, suspenso y drama, manteniendo hasta el último instante la tensión en el espectador en la búsqueda de una respuesta y en la belleza en que nos sumerge a medida que poco a poco notamos que se va develando la intriga.
Ofreciéndonos tres miradas distintas, con tres actores principales se nos va presentando este film, elemento para contarlo que me hizo venir a memoria Amores Perros de Alejandro González Iñarritu y Puntos de Vista del director Pete Travis, concepto del que Koreeda se sirve para ahondar en el cine de noción social y muy efectivo.
En el primer acto, lo vemos desde el punto de vista de la madre, en esta fase el director se toma el tiempo para desmenuzar la cotidianeidad de el niño en convivencia con su madre y también de presentarnos a los 3 personajes principales, rutina que se ve alterada por extraños comportamientos que darán rienda suelta a poner a la escuela del alumno bajo la lupa e inmediatamente sobre alguien en especifico que se nos va planteando como un villano, con una actuación por parte de la actriz que a medida que avanza su tramo va cargándose completamente su relato de los hechos.
En el segundo acto tenemos la mirada desde el profesor, vista que poco a poco va a ir desechando pequeñas cosas que se nos relató en el primer periodo, aquí empezamos a notar lo interesante de poder ver como espectadores, imágenes que solo en el primer acto se nos narraron y no mostraron; además de percibir como en el conflicto propiamente de base cada personaje cuenta su segmento sin coincidir con el personaje que guía la trama anteriormente.
Y en el ultimo trayecto tenemos la visual puesta por parte del alumno, en esta etapa quizás sea la más abordada de forma personal y la más alejada del conflicto que le da base a la historia, conformando entre las tres partes momentos de indignación, preocupación, perplejidad, desconcierto y una amistad de por medio.
Con todo esto, armoniza una ficción con condimentos de amistad, amor, vacío existencial y soledad con mucha nobleza y mucha humanidad, exponiendo la fragilidad del ser humano en su profundidad y de alguna manera también haciéndonos sumergir en ese limbo en el que nos encontramos entre la vida y la muerte.
Es bellísimo como el director se va sirviendo de pequeños fragmentos y objetos que parecen insignificantes entre cada pasaje, para lograr armonizar la historia y que a ese momento nos damos cuenta de la importancia de esos elementos como objeto narrativo; además de lo interesante que se percibe como el cineasta durante el desarrollo va creando piezas "falsas" o de distracción, haciendo que nuestra mente se vaya en todas las direcciones en busca de imaginarnos un desenlace.
Un guion excelente, acompañado de una soberbia dirección y una cámara que nos muestra solo lo que Koreeda quiere que veamos, hay factores conceptuales que consideraremos necesarios de resolverse, sin ir más lejos el mismísimo final, componentes en los que solo quedará no importarnos que no tengan un esclarecimiento narrativo, sino solo disfrutar del viaje; dejándonos en claro un pedacito de diálogo, que surge en la cinta por parte de una figura secundaria, "Lo que realmente pasó, no importa".
Calificación: 8.5
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