Steven Spielberg nos abre una ventana hacia su pasado, mostrándonos de una forma íntima los diferentes papeles que podemos encontrar en una familia y cómo acaban afectando a cómo somos o actuamos.
El director nos lleva de la mano a ver qué es aquello que realmente le inspira y nos da a conocer su temprana conexión con el séptimo arte, llevándonos por un camino lleno de experiencias que le harán aprender lo dura que es la vida y cómo es posible avanzar siguiendo una vocación.

Una película narradora de los comienzos del enamoramiento de un aclamado e inmensamente laureado director de cine y su desarrollo.

Spielberg en su estado más álgido, más rimbombante, más especialmente íntimo y propio. Es una historia única, que no rehúye al drama, a contar incomodidades, peleas, enfrentamientos, discusiones: hay honestidad, y resulta sumamente efectiva. Es decir, además de la calidez de mostrar los acercamientos de un joven inexperto con una cámara y el descubrimiento de la ficción filmada, no se achica cuando tiene que ingresar en senderos pantanosos, o más oscuros y hostiles.

No encuentro puntos negativos. La música es una belleza, mérito predecible del maestro John Williams, fiel colaborador. No podía faltar. El diseño de producción, las locaciones, la estética imparten una perfección y una exquisitez compositiva extraordinaria. Espléndido es el vestuario, de época, acertado, justo.

Destaco muchísimo las actuaciones: Michelle Williams está sensacional, impecable, demasiado bien. El joven protagonista, Gabriel LaBelle , brinda una excelente interpretación, súper versátil, muy matizado. Muy correcto Paul Dano, como el padre intelectual, superdotado mentalmente, pero atraído por la ciencia y desmerecedor del cine como verdadera realidad: aparece allí la terquedad, la obstinación, la frivolidad. El padre toma por pasatiempo lo que su hijo ama. No se entienden, pero no por eso desaparece el afecto, y conviven. Mención especial para Judd Hirsch. Este hombre se manda la mejor actuación, y escena, de toda la película. Desde que se presenta, trae una diferencia especial en su carácter y sus modos. Tiene líneas de diálogo fascinantes, brillantes. Es que también hay mucho de eso: frases, momentos que son memorables, estupendos, fuertes, duros, golpazos directos.

Aquí se cuenta sobre el amor por la cinematografía, sobre la perseverancia, sobre los sueños, sobre los proyectos y el camino sinuoso hasta poder cumplirlos, o acercarnos a ese logro anhelado. No deja de aparecer la amistad, la adolescencia y su amor hormonal, la juventud y con ella el hallazgo de las pasiones, los deseos, las ganas de vivir y las ganas de tirar todo por la borda por el fracaso.

Es un viaje por muchas emociones encontradas. La trama es muy abarcativa, aún así centrándose en el cine y la pasión por las películas. Siento que, por causa de la prolijidad del guión, se pueden tejer diversas lecturas más metafóricas y profundas al finalizar el film. Eso es genial. ¡Gracias Steven por hacernos partícipes de, al menos, una parte fundamental de tu vida y obra!

Calificación: 9

El título de esta crítica parece pretencioso, pero nada más lejos de la realidad. La bella película de Spielberg es un bio-pic de sí mismo que se convierte en un homenaje al cine y a las gentes de cine, sobre todo a los directores como él. Sin un ápice de vanidad, el niño fascinado ante la cámara se va convirtiendo en un joven director vocacional en medio de la tormenta de su drama familiar. También la esencia del drama la descubre a través de la cámara y pronto la película se convierte en cine dentro del cine hasta que la barrera de la realidad y la ficción es sólo nomenclatura. Para el protagonista no existe diferencia entre la vida real y la cinemetográfica, porque esa será su vida elegida. Magníficas las interpretaciones de protagonistas y secundarios en una obra coral, cuidadísima, perfecta como todas las de Spielberg, que sustituye la aventura por el descubrimiento de las realidades de los adultos. No sé si llevará algún Oscar menor, pero seguro que aparece más de una lagrimita entre los miembros de la Academia. Película plenamente recomendable para los amantes del cine.

"The Fabelman" nos traslada a una época pasada y donde nos relata la vida de uno de los directores más importantes de la historia del cine, Steven Spielberg. Desde su infancia hasta su adolescencia y con una ambientación muy trabajada que nos lleva a los años 50 o 60, cuya ambientación ha sido perfectamente trabajada y su vestuario es impecable, desde los propios vehículos de época hasta la propia vestimenta de cada personaje que conforma esta historia.
El guion está muy bien escrito y pese a ser la propia vida del directo se toma algunas licencias para dar una escritura menos conservadora, pero también arriesga, se nota el trabajo.
Los actores en general ha realizado un buen trabajo y debo destacar a "Paul Dano" que realiza el papel del padre de nuestro protagonista, "Michelle Williams" su madre, pero sin desmerecer a nadie del elenco escogido por el director.
En el apartado técnico tanto en fotografía como en dirección está muy trabajada, pero quizá un poco menos de metraje en algunas pequeñas partes de la cinta no le hubiera venido nada mal, ya que algunas historias no tan importantes en la trama tienen demasiada duración en mi humilde opinión.
La música del maestro "John Williams" se hace notar durante la mayoría de la película y funciona muy bien para cada momento.


Una gran película por parte de Steven Spielberg, con una duración bastante considerable, pero que se disfruta cada minuto de metraje.

Nota: 8/10

Me estoy haciendo viejo o, quizás un tanto anticuado. Esa es la moraleja a la que he llegado después de ver el palmarés de los Oscars. Llevo unos años sin coincidir con la ganadora de la gala, pero este año me ha parecido bastante sangrante. Estoy más cerca, mucho más cerca, del cine que me propone Spielberg o Chazelle con ‘Babylon’, películas oscarizables cualquier año atrás, que de la película que ha arrasado.

Además, tras ver ‘Los Fabelman’ uno llega a la conclusión de que era el momento perfecto, ideal, para haber premiado a un hombre que nos lo ha dado todo durante varias décadas y cuya filmografía es recordada y absolutamente genial.

Pues bien, ‘Los Fabelman’ es la punta de la corona de Tío Steven, uno de los culpables de que me guste tantísimo el séptimo arte. Abre su corazón para contarnos una película semi-biográfica sobre una peculiar familia en la década de los 50 y 60, todo ello aderezado de una pasión desmedida por las películas, esos sueños que jamás se olvidan.

Si algo que nos deja claro el film, es que el cine es un arte maravilloso, capaz de servir como pegamento o elemento de unión de las personas. Así sucede entre el matón de turno y nuestro entrañable protagonista o en la conexión madre e hijo que surge cuando se revela uno de los peores secretos familiares. Todo con cine es mejor, mucho mejor.

Dentro del reparto, hay que destacar a Michelle Williams en una interpretación brillante como la matriarca familiar y un contenidísimo Paul Dano. Además, Gabriel LaBelle me ha encantado y Seth Rogen me ha sorprendido para bien.

Una inolvidable película que no debéis perderos.

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