Haz click aquí para copiar la URL

Los Fabelman

Drama Film semiautobiográfico de la propia infancia y juventud de Spielberg. Ambientada a finales de la década de 1950 y principios de los años 60, un niño de Arizona llamado Sammy Fabelman, influido por su excéntrica madre, artista (Michelle Williams), y su pragmático padre, ingeniero informático (Paul Dano), descubre un secreto familiar devastador y explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad. [+]
Críticas 142
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
8
17 de febrero de 2023 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero de todo, estamos ante una película del gran Steven Spielberg, con ello ya todos debemos estar expectantes del trabajo que ha podido hacer el director americano, porque ha logrado tantas grandiosas películas, y nos ha regalado tanto a lo largo de toda su carrera, que ya solo porque la peli la ha dirigido él, ya merece la pena.

Pero, siendo justos, hay que ver LOS FABELMAN y de ahí sacar una opinión de la peli más allá de la presencia de su director, y me parece obviamente la película más personal del director, y una de las mejores que ha hecho en estos últimos años.

LOS FABELMAN tiene una trama que consiste en un chico que empieza a descubrir la pasión, no tanto por el cine, sino por filmar, por entender como hacer películas y sobre todo, querer hacer películas. Esto llevado a cabo por un personaje, que es claramente el alter ego del director, pero es que además tiene especialmente dos actores increíbles que interpretan a sus padres, como son Michelle Williams y Paul Dano. Ambos actores están increíbles, el que hace del supuesto Spielberg (Gabriel LaBelle) también está bien, pero los matices que aportan Williams y Dano me pareció brutal, casi se comen la historia entre ellos dos, porque sí, el protagonista es el chico y la historia gira en torno a él, pero viéndola sentía que cuando no estaban ambos personajes paternos, la peli se me caía un poco, debido a que tienen una presencia, unas miradas y unos diálogos que te llevan a momentos familiares que todos hemos vivido.

Y aquí aprovecho para contaros de que el bueno de Spielberg saca a relucir su tierno corazón, porque la película es tremendamente familiar, no tanto porque sea para todos los públicos, sino porque es tan bonito ver todos esos momentos de la vida dentro de una familia con los padres, con las hermanas, los abuelos, los amigos, el colegio y todo eso acompañado de múltiples rodajes y años y años de pasión por la cinematografía dentro de una familia de clara tradición judía, lo que también resalta Spielberg que influencia en toda la vida del joven protagonista.

Este es otro aspecto de la película, que LOS FABELMAN, es una carta de amor hacia el cine y la tremenda felicidad que genera el ver películas, pero sobre todo para el director, el poder hacerlas, y la verdad es que en ese aspecto funciona tremendamente bien cada vez que vemos un rodaje, un montaje y como maneja las cintas y las cámaras en su habitación.

Ahora aprovecho para adelantar dos cosas que no me han gustado tanto, y es que en primer lugar se me ha hecho bastante larga, dura como dos horas y media, y se notan, la verdad es que por momentos sientes la necesidad de mirar el reloj porque no ves el final y ves que sigue y sigue. Y además esta sensación me vino especialmente en el momento en el que Spielberg resalta la etapa del instituto, y esa parte siento que es muy típica, demasiado larga y que creo que es lo más flojo de LOS FABELMAN.

En definitiva, creo que merece la pena ver LOS FABELMAN, porque es de esas pelis que te aportan algo a tu vida en el momento en el que las ves, lleva a la más tierna infancia, nos descubre lo difícil que puede ser la vida, y como nuestras pasiones nos marcan en nuestra vida.

Buena recomendación.
7
1 de marzo de 2023 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ay, Steven. O debería llamarte Sammy.

Ahora me explico muchas cosas. O las entiendes mejor.

Porque en Los Fabelman vemos el germen de todas esas historias que luego de los hechos narrados en la película rodó Steven Spielberg. Aunque curiosamente, los Fabelman no se parezca a ninguna de ellas.

Pero te ha costado, ciertamente, mostrarlo tal cual debió de ser.

Le ha costado tanto al Rey Midas, que comenzó por disgustarle la tierra prometida.

Porque seguramente lo tenías. Lo tenías ahí pendiente. Aparcado. Querías hablar, contar y hasta desahogarte, pero ha sido en este momento cuando te has decidido, ahora es cuando toca: voy a hablar de mi vida. Cosa que ya habían hecho tantos. Por qué has tardado tanto. La perspectiva.

Porque tú no eras Elliot aunque lo pareciera; porque tú no eres Peter Pan, por más que te gustase. Eres Steven Spielberg. Y tampoco eres Sammy Fabelman.

Y con Los Fabelman abres la veda, abres tu vida. Y se notan ciertas cosas. Te ha costado mucho contar ciertos aspectos de tu vida: te duelen. Chapeau. For Leah.

Ya se sabe, dolor y gloria. Y el tío Boris que te pone los pies en el suelo.

Y serán cosas de la edad: últimamente te noto cambiado. ¿Eres el mismo Steven o te has vuelto el pequeño Spielberg?

Como todos los recuerdos que se filman en el cine, se cuentan un poquito deslavazados, un poquito maquillados, mejor que idealizados (que tomen nota algunos). Podríamos deducir que has sido bastante fiel.

¿Es un pecado eso? Ahí está el maestro Ford en el horizonte, que dijera aquella sabia sentencia: qué elegir, la realidad o la leyenda. Y eso, don Steven, lo sabe usted muy bien. No tuvo dudas de elección.

He dicho John Ford. Y aquí se acaba la película.
8
2 de marzo de 2023 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin dar rodeos,Steven Spielberg es uno (sino el mejor) director de los últimos 50 años. Sus películas siempre estan en las listas del año, en la lista de los Oscars y en nuestros corazones ( incluso cintas menos aclamadas del director logran ser buenas). Así que la emoción por Fabelman era alta, y cumple.

Vamos por el plato fuerte que es la historia. Es el crecimiento del joven Fabelman (o mejor dicho Spielberg con otro nombre y apellido) que en su crecimiento y madurez ve todo a través de su pasión por el cine. Desde su fanatismo por ver los autos de juguete chocar hasta la ruptura emocional de su familia.Tranquilamente puede parecer una peli que quiere emocionar y hacerte llorar a la fuerza, pero no. Está cinta logra en su corazón y pasión desde la realización emocionarte y lograr conectar contigo aunque no seas fanático del cine y no sientas el amor de Sammy por el séptimo arte. Las actuaciones están de otro nivel. Michelle Williams impecable y junto a Cate Blanchett las únicas 2 que pelean el Oscar, Paul Dano demostrando porque es de los actores más infravalorados de los últimos años ( metiendo 2 excelentes actuaciones en 1 año), Gabriel LaBelle siendo lo justo necesario y Seth rogen que si bien no se separa de su estilo cómico logra darnos una actuación de las mejorcitas de el.

El apartado técnico no se queda atrás. La fotografia y la banda sonora se sienten como una peli de Spielberg ( con su amigo John Williams en la composición), el diseño de vestuario es magnífico, las recreaciones de las distintas épocas también. Posiblemente lo menos destacable sea el corte o la edición que llega a molestar. El resto de 10/10.

El final honestamente no me gustó, lo sentí apresurado y es algo que hasta en cintas muy buenas he costado últimamente. Pero no podria pedirle más a una cinta que logra mucho sin querer ser muy pretenciosa.
8
9 de marzo de 2023 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay quienes saben hacia dónde van y otros que nunca se terminan de encontrar. The Fabelman nos cuenta la historia de Sammy Fabelman, un niño judío que va creciendo a la par que su imparable amor al cine en el seno de una familia que va mostrando sus costuras conforme avanza la película. No es ningún secreto que los Fabelman son realmente los Spielberg. Vista la película, tampoco caben muchas dudas al afirmar que Steven Spielberg es de los que sí sabían hacía dónde iban, un camino cuyo inicio está en una sala de cine y en choques de trenes, de dónde nació un amor que la película nos desgrana y que todos hemos podido comprobar desde El diablo sobre ruedas (Duel) hasta la actual The Fabelman.

La autobiografía de la vocación, una tendencia entre directores consagrados.

El ya septuagenario director se suma a la lista de directores que en la madurez deciden mirar al pasado y reflejar su propia historia con cierto grado de retrospección y nostalgia. En esta línea podemos recordar grandes ejemplos como la maravillosa Fue la mano de Dios, que Paolo Sorrentino estrenó el año pasado, cada uno en su estilo pero con una similar vocación autobiográfica honesta, con luces y sombras, en el que las familias y los mentores están presentes pero también se manifiesta el nacimiento y el desarrollo del amor por el cine que determinó sus vidas. Cuarón en Roma hizo otra película en la misma línea, que personalmente nunca me gustó por lo que no entraré en comparaciones.

El amor al cine de aquellos que lo hacen.

En un grado de mayor abstracción la película es una carta de amor al cine, en este caso ni siquiera tanto a las películas que marcaron la infancia y juventud de Spielberg, aunque no faltan las menciones y las referencias a algunas de ellas como El mayor espectáculo del mundo (Cecil B. DeMille, 1952), pero en este caso va mucho más allá. A medida que Fableman pasa de la infancia hasta la juventud y va madurando también lo hace la perspectiva con la que ve el cine. Desde el niño que entra asustado por primera vez en una sala de cine y sale completamente maravillado, hasta el director en ciernes que pasa horas delante de la moviola y que entiende el potencial de lo que hace como medio propio de expresión, pero también como generador de emociones en los demás y creador de realidades alternativas. En ciertos momentos, la película transmite algo similar a lo que encontramos en La noche americana de François Truffaut o en la reciente Babylon de Damien Chazelle, pero desde la perspectiva de un chaval amateur y no desde una gran producción, quedando igualmente reflejada la “magia de hacer cine”.
La familia Fabelman el otro núcleo duro de la película.

Las relaciones familiares son junto al cine el otro gran tema de la película. Las complejidades del personaje de la madre interpretada por Michelle Williams enriquecen mucho la película y explican la personalidad del propio Sammy Fabelman, su rol actúa como una contraposición de lo que sucede cuando se silencia la vocación artística en pro de la familia, la búsqueda de las distintas vías de escape por parte del personaje interpretado por Williams aporta riqueza dramática a la película. Por otra parte, está el padre, interpretado por Paul Dano que referencia a Arnold Spielberg, pionero de la computación. Sus ascensos profesionales trasladan sucesivamente a la familia que en cada salto parece más descompuesta. En la película, ejerce el rol de padre escéptico con la vocación de su hijo, al que le cuesta ver el cine más allá del mero hobbie, pero que a la vez reconoce y apoya su talento en muchos momentos.

El ritmo del cine y el ritmo de la vida.

Una de las grandes riquezas de la película está en su constante evocación al recuerdo, es decir, la película sostiene un aire idílico y nostálgico, es capaz de transmitir la sensación de que estamos viendo por encima de un biopic autobiográfico la plasmación de unos recuerdos, más o menos luminosos, más o menos exactos, pero frutos de la memoria. Con ello la película gana y es capaz de moverse en una alternancia rítmica que puede expresar desde la emoción del tren de juguete apunto de tener un accidente o la despreocupación de un viaje de fin de curso, hasta el tiempo pausado de un rodaje en dos de las escenas más imponentes de la película (sin spoilers, el rodaje de la película sobre la II Guerra Mundial y el baile frente a los faros del coche). Y al igual que la vida, The Fabelman se mueve entre el drama y la comedia, además es capaz de hacerlo con total naturalidad dependiendo de la faceta vital que trate, siendo esta otra de las riquezas de la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Spoiler.
La escena final, dónde un joven Spielberg se encuentra con John Ford (interpretado por David Lynch) es una maravilla.
9
23 de marzo de 2023 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algo en "The Fabelmans" que trasciende, algo por encima de las barreras del cine de Spielberg.

Todos hemos sido hijos de Spielberg, cada uno en una época, pero todos hemos crecido con él. Nos ha enseñado, nos ha potenciado, nos ha estimulado y nos ha guiado.

Los menos contemporáneos y más interesados en su figura habremos navegado en el tiempo para conocer al Spielberg de sus comienzos o para entender los fenómenos que le llevaron a la relevancia que ha adquirido y en ese encuentro todos seguramente habremos coincidido en algo; Steven sabe como convertir el arte en producto y el producto, en arte.

A lo largo de nuestra relación con él hemos podido asistir a traumas repetidos como la guerra - un concepto cultural y generacional completamente Americano que podemos ver en el film cuando Sammy le dice a su padre: "Voy a grabar una película sobre la segunda guerra mundial, TU guerra" - o, por ejemplo de igual modo, el civismo, la empatía y el pensamiento comunitario que se repite ampliamente en su filmografía. Todas ellas han estado envueltas en artificio y una heroicidad casi utópica, en un halo que segregaba al artista de su arte sin tener muy claro cuales eran los puntos realmente clave de sus pensamientos, pero que apostaba descaradamente por un modo de ver la vida que cogía la realidad para transformarla de una manera única e increíble en algo por lo que merecía la pena existir. Es lo mismo que hace con Logan en su filmación del día de Playa.

Steven ha decidido hacernos participes de su historia, darnos la carta íntima que necesitábamos para poder entender a esa persona que nos ha narrad la vida que queríamos vivir. Eso, espontáneamente se convierte en arte al buscar la delicadeza, sin artificio ni entretenimiento visual vacuo y llegando al alma casi desde el costumbrismo con un enfoque made in Hollywood.

Quienes amen su propio trabajo sea o no artístico, entenderán la potencia de su mensaje y su relación con el arte. La pasión intrínseca, desmesurada e incontrolable que vive quien pone su existencia a disposición de la creación. La fabricación de historias y paradigmas a través de las vivencias y los reflejos de la realidad. El refugio que supone dejarse llevar por (por ejemplo) una partitura de Bach como dice la propia Mitzi, por algo que amas.

Es un regalo con sus claros y sombras que no cualquier artista está dispuesto a exhibir a un público ilimitado, unas página de un diario que alegra que salga del Spielberg que ya ha vivido todo lo que tenía que vivir y que recopila momentos que aunque no conduzcan a ninguna moraleja concreta, son parte misma de la vida y de las vivencias individuales de todos; La familia, el trabajo, las controversias de las relaciones o los miedos.

Si quién nos trajo "Encuentros en la tercera fase", "E.T.", "La lista de Schlinder", "Jurassic Park", "Munich", "Indiana Jones"... si el maestro, se retirase mañana, ya tendríamos todas las piezas para haber tenido una historia junto a él hasta nuestro último día.

Por suerte, nos ha dejado claro en su relato que no es de esos. Así que Stevie, lo único que podemos hacer es darte las gracias por todo y especialmente, por el arte.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para