Mi gran noche
5.0
17,655
Comedia
A José lo envía la ETT a un pabellón industrial de las afueras de Madrid para trabajar en la grabación de una gala especial de Nochevieja. Cientos de figurantes como él llevan semana y media encerrados y desesperados mientras fingen celebrar con alegría la falsa venida del Año Nuevo. Alphonso, la estrella musical, es capaz de todo para asegurarse que su actuación tendrá la máxima audiencia. Adanne, su antagonista, joven cantante latino, ... [+]
29 de octubre de 2015
29 de octubre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El despiporre hecho comedia es lo que ofrece Álex de la Iglesia en esta disparatada película que cuenta con una larga lista de actores conocidos que deslumbran de un modo u otro. A lo largo de noventa minutos, y a un ritmo vertiginoso, asistiremos a las diferentes historias de varios personajes durante el rodaje de una esperpéntica gala de fin de año en la que pasará absolutamente de todo. Es tan alta la velocidad de los acontecimientos, que no habremos acabado de reírnos con una escena, que ya estaremos metidos en otra cargada de detalles y conversaciones delirantes que nos harán reír de lo lindo, todo ello con una realización a la altura de sus alocados protagonistas.
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4 de noviembre de 2015
4 de noviembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es humor irónico, ni absurdo, ni trasgresor, es un humor de referente, de empatizar con algo que vemos en el día a día... ¿hasta que punto?, hasta la parodia, con gracietas pero sin carcajada, con chispa que no prende, pero agradable y decente. Se reúnen perlas con sketchs memorables (Raphael y Areces), con toques decentes y amenos (Blanca, Mario, ...), pero sin cuadrar la amalgama deshilachada, pero visual y musicalmente correcta. Iglesias nos tiene acostumbrados a una imagen cuidada y amena, con toques de espectáculo, hasta destacables, y aquí no iba a ser menos. Chirrían ciertos tópicos, sin dilucidar sus pretensiones kitch o vintage, pero la dirección artística y de reparto llena con su sola presencia.
20 de noviembre de 2015
20 de noviembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El look hortera, bizarro, pasado de rosca de Mario Casas, con esa melena rubia, marcando musculazos y versionando el ‘Torero’ de Chayanne como si una parodia de José Mota se tratase, se antoja toda una declaración de intenciones: ‘Mi gran noche’ tiene más de estrambote y de exageración disparatada que del humor negro y la mala baba habitual en Alex de la Iglesia.
Si en ‘La chispa de la vida’ (2011) de la Iglesia fijaba su cámara en el circo televisivo, ‘Mi gran noche’ vuelve a satirizar la televisión y la fama, pero esta vez desde el cartón piedra de la grabación de un casposo programa de Nochevieja. El problema es que ‘Mi gran noche’ acaba cayendo en la misma vacuidad que parodia.
‘Mi gran noche’ es divertida, al menos para el sentido del humor de un servidor, fan de ese toque del director bilbaíno. Su endiablado e histérico ritmo (quizá demasiado para algunos espectadores) dispara diálogos y gags como una ametralladora, y conserva mucho del ingenio punzante de su creador, siempre hábil retratando las miserias y chascarrillos de esta España nuestra de charanga y pandereta.
La anunciada presencia de ese genial performer llamado Raphael no defrauda. No es precisamente la primera vez que el de Linares se pone delante de las cámaras, pues protagonizó muchos films allá por los sesenta, en pleno apogeo de su fama. Pero aquí interpreta una acertada caricatura de sí mismo desde su propio nombre, Alphonso: una mezcla de divo endiosado y de maligno Darth Vader (ese tocador en su camerino).
Sin embargo, su supuesto oponente, Adanne (un Mario Casas también autoparódico), a pesar de ser tronchante, es demasiado plano e inepto para sostenerle un duelo, y pronto el film abandona una trama central que prometió y que prometía, para disgregarse en multitud de historias, algunas simpáticas (el gafe de una encantadora Blanca Suárez), otras vodevilescas (las escenas de matrimonio de Hugo Silva y una Carolina Bang que sigue haciendo honor a su explosivo apellido) o directamente esperpénticas, pero sin la esperada mordiente en un ‘De la Iglesia‘.
A pesar de las risas sin tregua, falta un eje lo suficientemente fuerte que vertebre la historia y sobre el que pivote el disperso interés del espectador. Quizá sobran caras conocidas y faltan e historias personajes de más entidad. El final, entre el slapstick y Benny Hill, confirma ese tono casposillo. Pero no de la caspa que autoconsciente de ‘Muertos de risa’ sino de la que segrega el humor blanquito (y no por falta de escatologia) para todos los públicos.
Si en ‘La chispa de la vida’ (2011) de la Iglesia fijaba su cámara en el circo televisivo, ‘Mi gran noche’ vuelve a satirizar la televisión y la fama, pero esta vez desde el cartón piedra de la grabación de un casposo programa de Nochevieja. El problema es que ‘Mi gran noche’ acaba cayendo en la misma vacuidad que parodia.
‘Mi gran noche’ es divertida, al menos para el sentido del humor de un servidor, fan de ese toque del director bilbaíno. Su endiablado e histérico ritmo (quizá demasiado para algunos espectadores) dispara diálogos y gags como una ametralladora, y conserva mucho del ingenio punzante de su creador, siempre hábil retratando las miserias y chascarrillos de esta España nuestra de charanga y pandereta.
La anunciada presencia de ese genial performer llamado Raphael no defrauda. No es precisamente la primera vez que el de Linares se pone delante de las cámaras, pues protagonizó muchos films allá por los sesenta, en pleno apogeo de su fama. Pero aquí interpreta una acertada caricatura de sí mismo desde su propio nombre, Alphonso: una mezcla de divo endiosado y de maligno Darth Vader (ese tocador en su camerino).
Sin embargo, su supuesto oponente, Adanne (un Mario Casas también autoparódico), a pesar de ser tronchante, es demasiado plano e inepto para sostenerle un duelo, y pronto el film abandona una trama central que prometió y que prometía, para disgregarse en multitud de historias, algunas simpáticas (el gafe de una encantadora Blanca Suárez), otras vodevilescas (las escenas de matrimonio de Hugo Silva y una Carolina Bang que sigue haciendo honor a su explosivo apellido) o directamente esperpénticas, pero sin la esperada mordiente en un ‘De la Iglesia‘.
A pesar de las risas sin tregua, falta un eje lo suficientemente fuerte que vertebre la historia y sobre el que pivote el disperso interés del espectador. Quizá sobran caras conocidas y faltan e historias personajes de más entidad. El final, entre el slapstick y Benny Hill, confirma ese tono casposillo. Pero no de la caspa que autoconsciente de ‘Muertos de risa’ sino de la que segrega el humor blanquito (y no por falta de escatologia) para todos los públicos.
26 de noviembre de 2015
26 de noviembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechando la fiesta del cine hace ya unas semanas y en vista de que la cartelera no era nada del otro mundo, terminé viendo la última comedia de Álex de la Iglesia (director que no me gusta absolutamente nada y que tiene un estilo que nunca me ha convencido del todo). Siendo sincero no esperaba absolutamente nada de la película, es más iba con una idea bastante negativa, y quizás sea por eso que me resultó bastante decente.
La historia se centra en un grupo de personas que coinciden en la grabación de una gala de Nochevieja. Allí, dos cantantes, uno consagrado con una carrera de años y otro un joven que acaba de pegar el pelotazo con su última canción, se disputan el ser el primero en cantar tras las campanadas. El caso es que en el recinto donde se lleva a cabo la grabación se sucederán todo tipo de acontecimientos y situaciones (muchas de ellas de lo más inverosímiles) que llegarán incluso a poner en peligro la vida de alguno de ellos. La película cuenta con numerosos momentos cómicos que consiguen hacer reír al espectador, sobre todo gracias a algunas escenas de lo más surrealistas y cargadas de humor absurdo.
Uno de los puntos fuertes del film es su elenco. compuesto por numerosísimas caras conocidas que van desde el cantante Raphael, a quien nunca había visto en su faceta de actor y quien lo hace sorprendentemente bien, hasta Carmen Machi en un papel diferente a lo que nos tiene acostumbrados y que le ayuda a consolidarse como una de las más carismáticas actrices del panorama español. Destacar la intervención de Jaime Ordóñez, quien para mí siempre será "el que habla super rápido en Aquí no hay quien viva", que borda el papel de fanático extremista del gran Alphonso (Raphael). La BSO es otro punto importante del film, con esa música fiestera de poca monta que tanto caracterizan este tipo de eventos.
En definitiva, fresca y divertida, sin ser nada del otro mundo cumple con la función de entretener y sacarle alguna sonrisa al espectador...!!
La historia se centra en un grupo de personas que coinciden en la grabación de una gala de Nochevieja. Allí, dos cantantes, uno consagrado con una carrera de años y otro un joven que acaba de pegar el pelotazo con su última canción, se disputan el ser el primero en cantar tras las campanadas. El caso es que en el recinto donde se lleva a cabo la grabación se sucederán todo tipo de acontecimientos y situaciones (muchas de ellas de lo más inverosímiles) que llegarán incluso a poner en peligro la vida de alguno de ellos. La película cuenta con numerosos momentos cómicos que consiguen hacer reír al espectador, sobre todo gracias a algunas escenas de lo más surrealistas y cargadas de humor absurdo.
Uno de los puntos fuertes del film es su elenco. compuesto por numerosísimas caras conocidas que van desde el cantante Raphael, a quien nunca había visto en su faceta de actor y quien lo hace sorprendentemente bien, hasta Carmen Machi en un papel diferente a lo que nos tiene acostumbrados y que le ayuda a consolidarse como una de las más carismáticas actrices del panorama español. Destacar la intervención de Jaime Ordóñez, quien para mí siempre será "el que habla super rápido en Aquí no hay quien viva", que borda el papel de fanático extremista del gran Alphonso (Raphael). La BSO es otro punto importante del film, con esa música fiestera de poca monta que tanto caracterizan este tipo de eventos.
En definitiva, fresca y divertida, sin ser nada del otro mundo cumple con la función de entretener y sacarle alguna sonrisa al espectador...!!
1 de enero de 2016
1 de enero de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante el cine de Alex De la Iglesia solo caben dos reacciones, o lo odias por excesivo y lejano o amas todos y cada uno de sus excesos. Porque, como el propio Alex, su cine no entiende de términos medios. Lo que propone "Mi gran noche" es uno de esos exceso marca de la casa, empaquetado en forma de almodovoriano thriller que pretende ofrecernos un divertimento sin mas, sin reflexiones ni intelectualidad mas allá de los referentes de la cultura popular. No es "Mi gran noche" una película muy diferente a lo que nos había venido ofreciendo De La Iglesia pero si que parece una película mas atolondrada, como rodada a toda prisa. Aunque también puede suceder que es el espectador quien confunde el atolondramiento propio de la realización de ese especial de fin de año que cuenta, con el atolondramiento propio de Alex De La Iglesia. Cine dentro del cine (o televisión dentro del cine, no importa). Y funciona, pero no exactamente al 100% porque ahora han aparecido algunas grietas en la (antaño) solidez narrativa del director. Vaya por delante que a mi este director nunca me ha aburrido, me puede parecer mas o menos tramposo pero nunca me defrauda y en "Mi gran noche" tampoco me ha defraudado, quizás no me haya entusiasmado tanto como en otras películas suyas pero esto sigue siendo ese cine de Alex De La Iglesia que siempre va de mas a menos en un final absolutamente delirante (aqui con un equivocado epilogo). Técnicamente la película es, como siempre, impecable. La calidad de los actores es irregular (demasiadas caras televisivas) aunque hay que destacar un espléndido Pepón Nieto y también la buena química entre Raphael y Carlos Areces. En cuanto al guión quizás sea lo mas flojo de la película pues busca continuamente el gag y no está demasiado inspirado en ello, además, utiliza elementos que nos suenan de otras películas (como la trama del hijo o la de la mujer gafe) pero De La Iglesia salva esa irregularidad con su buen hacer pisando el acelerador. De todas formas, no es la mejor película de este director, ni de lejos. Parece mas bien un impasse alimenticio donde ha volcado toda su locura, algo así como una recopilación de los mejores momentos de Alex De La Iglesia, algo entretenido pero incoherente. ¿Y por que si digo que es una película imperfecta también afirmo que me ha gustado? Por un sencillo motivo: De la Iglesia puede hacer mejores o peores películas pero su obra es la de un autor, alguien sin comparación en el panorama cinematográfico actual (para bien o para mal) y la obra de un autor asi siempre es bienvenida en un universo donde todas las películas son sospechosamente parecidas. La personalidad, atrae.
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