Jules y Jim
7.5
12,871
Romance. Drama
Desde que se conocieron en 1912, Jules (Oskar Werner) y Jim (Henri Serre) se hicieron amigos tan inseparables que se enamoraron de la misma mujer (Jeanne Moreau). Uno de ellos se casa con ella. Obra muy representativa del cine francés de los sesenta, que constituye un canto al amor y la pasión. (FILMAFFINITY)
20 de agosto de 2019
20 de agosto de 2019
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A todos los efectos, la película debe ser considerada obra emblemática clásica. Lo que empieza como una "nouvell vague" a lo Truffaut va dando paso a un conmovedor drama donde dos amigos, separados por la guerra en bandos diferentes, reencontrados después, se tienen tanto afecto que hasta comparten la mujer sin perderse el respeto, en un extraño y peculiar trío amoroso. Pero los vínculos son tan fuertes, con intereses comunes, (ambos escritores y con gran amor por el mundo del arte), que la amistad se mantiene. En contrapartida, la joven y sensual Jeanne Moreau da vida a una mujer ansiosa, inestable, destructiva, con un síndrome bipolar latente, capaz de causar tremendos daños a las personas que quiere. Truffaud maneja extraordinariamente bien los tiempos, las elipsis, el trabajo de sus actores, la voz en off anónima y los detalles subliminares, que pasan desapercibidos si no se pone atención. Como ejemplo, en un café del París bohemio de principios del siglo XX se ve en la pared un póster anunciando una exposición de Picasso y un cartel publicitario Touluse Lautrec. El film sigue impresionando sesenta años después de su gestación, como ocurre con las obras maestras.
9 de octubre de 2022
9 de octubre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he visto mucho cine de Truffaut, y la verdad es que las películas de la Nueva Ola francesa me resultan en general sobrevaloradas y extrañas. De esta película en concreto diría que está bien rodada y que en su momento sería muy novedosa; es interesante, pero a mí no me llega, no me conmueve, y una película que no te conmueve es difícil catalogarla como clásico, porque seguramente no quedará en la memoria colectiva.
Al final el argumento, sin profundizar mucho, es la exposición de un menage à trois, con una señora que es una verdadera desequilibrada. Los personajes pueden hacer gracia en el cine, pero en la vida real... Además resultan poco creíbles, especialmemte en esa época.
A favor del argumento, estaría la amistad entre Jules y Jim; su despreocupación... ese enfoque es bonito.
Los actores están trabajan bien especialmente Jeanne Moureau, de la cual destacaría su espléndida dicción.
Al final el argumento, sin profundizar mucho, es la exposición de un menage à trois, con una señora que es una verdadera desequilibrada. Los personajes pueden hacer gracia en el cine, pero en la vida real... Además resultan poco creíbles, especialmemte en esa época.
A favor del argumento, estaría la amistad entre Jules y Jim; su despreocupación... ese enfoque es bonito.
Los actores están trabajan bien especialmente Jeanne Moureau, de la cual destacaría su espléndida dicción.
16 de febrero de 2025
16 de febrero de 2025
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Dos viejos amigos, Jules (Werner) y Jim (Serre) se convirtieron en amigos inseparables. Tanto que ambos se enamoraron de la misma mujer (Moreau). Uno de ellos se casa con ella.
Comienza esta cinta de François Truffaut con música de carrusel y una narración entrecortada que cuenta la historia de estos dos jóvenes, uno francés y otro austríaco, que se conocen en París en 1912 y se convierten en amigos para siempre. Se enseñaron mutuamente sus lenguas a la vez que traducían poesía, nada menos. Amigos con una alegría despreocupada inicial.
Luego, hay amor, separación y la terrible I Gran Guerra por medio.
La tragedia de ambos es que compartieron una juventud mágica, un triángulo amoroso versión positiva y que, pasado el tiempo, la edad adulta no se adapta ya esa relidad. Nada hay que pueda duplicar la libertad de sus días en París.
Y aunque los varones pueden aceptarlo, Catherine no puede, y el filme, no hay que olvidarlo, es realmente la película de Catherine. Una gran interpretación de Jeanne Moreau, acompañada por sendos trabajos de Oskar Werner y Henri Serre.
La cámara en mano de Truffaut es ágil, fluida y deviene desafío a las tradiciones hollywoodienses. Además, el uso de un narrador, así que la trama se conoce de antemano.
Fotogramas congelados, saltos en el tiempo, en fin, tres seres que no pudieron asumir que su momento de felicidad había terminado y lo persiguieron en lugares tristes y oscuros. Tuffaut declaró: “Empiezo una película creyendo que será divertida y, a medida que avanza, me doy cuenta de que sólo la tristeza puede salvarla”.
Obra muy representativa del cine francés sesentero, un filme que es un canto al amor y la pasión, una cinta entusiasta que dice del fervor de François Truffaut por el cine, tanto, que es una película que rompe con el pasado, que podemos calificar de rupturista, obra maestra de la “Nouvelle vague”.
Comienza esta cinta de François Truffaut con música de carrusel y una narración entrecortada que cuenta la historia de estos dos jóvenes, uno francés y otro austríaco, que se conocen en París en 1912 y se convierten en amigos para siempre. Se enseñaron mutuamente sus lenguas a la vez que traducían poesía, nada menos. Amigos con una alegría despreocupada inicial.
Luego, hay amor, separación y la terrible I Gran Guerra por medio.
La tragedia de ambos es que compartieron una juventud mágica, un triángulo amoroso versión positiva y que, pasado el tiempo, la edad adulta no se adapta ya esa relidad. Nada hay que pueda duplicar la libertad de sus días en París.
Y aunque los varones pueden aceptarlo, Catherine no puede, y el filme, no hay que olvidarlo, es realmente la película de Catherine. Una gran interpretación de Jeanne Moreau, acompañada por sendos trabajos de Oskar Werner y Henri Serre.
La cámara en mano de Truffaut es ágil, fluida y deviene desafío a las tradiciones hollywoodienses. Además, el uso de un narrador, así que la trama se conoce de antemano.
Fotogramas congelados, saltos en el tiempo, en fin, tres seres que no pudieron asumir que su momento de felicidad había terminado y lo persiguieron en lugares tristes y oscuros. Tuffaut declaró: “Empiezo una película creyendo que será divertida y, a medida que avanza, me doy cuenta de que sólo la tristeza puede salvarla”.
Obra muy representativa del cine francés sesentero, un filme que es un canto al amor y la pasión, una cinta entusiasta que dice del fervor de François Truffaut por el cine, tanto, que es una película que rompe con el pasado, que podemos calificar de rupturista, obra maestra de la “Nouvelle vague”.
12 de marzo de 2024
12 de marzo de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vengo de ver en el cine en la sesión de clásicos en pantalla grande Jules y Jim de Truffaut de 1962 y diré que no es una obra maestra. Para mí las obras maestras, en amplios términos, suponen un antes y un después en la historia del cine, y son películas generalmente conocidas aunque no se hayan visto. No obstante, en el caso de Jules y Jim, título al que podríamos añadir el de Catherine, en función de si otorgamos más protagonismo a la amistad que al poliamor, es una película que he encontrado de enorme actualidad y que me ha ofrecido una serie de reflexiones mientras la veía bastante curiosas.
Jules y Jim habla de la paz mundial. Sí, puede sonar grandilocuente, pero es así. Observemos esa ridícula escena donde los dos personajes entran en esa especie de gimnasio donde hay espadachines y boxeadores y ellos mismos se ponen a lanzarse patadas y puñetazos como si se ejercitasen, aunque la verdad es que se golpean de broma, y los espadachines se dan siempre el mismo golpe, como cuando juegas de niño con un palo que crees que es una espada. Del tirón dejan de jugar y hablan de otras cosas. La peleíta no importa. Luego cuando los dos personajes están enfrentados en la Primera Guerra Mundial, el director se decide a poner imágenes documentales con continuas explosiones y soldados saliendo torpemente de la trinchera como si de nuevo hicieran la guerra de mentira. ¡El absurdo de la guerra! ¡Y qué tan de moda está en estos tiempos! No importa, después del conflicto los dos siguen tan amigos, la guerra ha sido un mal sueño. En la película no hay una escena violenta. De hecho cuando Catherine abofetea a Jules los dos instantáneamente se echan a reír. De nuevo, no importa, ¡le tourbillon de la vie! Los personajes están todo el tiempo jugando a la bohemia, no hay que ponerse críticos realistas, es una película y no deja de ser ficción y entretenimiento aunque haya un mensaje contundente.
Jules y Jim habla de lo que da sentido a un hogar. Miraba algo aterrado esa escena coloquial de cuando Jim entra por primera vez en la casa de campo de Jules y Catherine y observo que solo están los muebles, el menaje y los personajes sentados sin hablar en torno a la mesita. No hay ordenador, ni televisión, teléfonos, móviles, nada electrónico. Algunos libros en la estantería. Me pregunto cuál sería el grado de aburrimiento de aquellas personas. Claro, ahora lo entiendo, el divertimento y el goce residiría sobre todo en estar con los demás, en indagarlos, en compartir una existencia común, el ocio común de una partida de dominó entre dos hombres jóvenes a la que ahora miraríamos con cierto desdén, en compartir un libro entre todos los que la habitan como las Afinidades Electivas de Goethe, en no disponer exclusivamente de ninguna habitación. Hoy la oferta de ocio que encontramos a través de las pantallas transforman a los demás en innecesarios en nuestras vidas, ya que no necesitamos a los demás para jugar a videojuegos o incluso juegos de mesa que ya se diseñan para un único jugador (adónde hemos llegado). Ya no existe la paciencia de esperar una respuesta por carta, podemos romper el amor en unos segundos a través de aplicaciones de mensajería instantánea. Al contrastar esa escena me preguntaba si realmente esas personas se aburrían más que nosotros y sufrían más también, o todo era poéticamente más bello y humano. Tal vez, los personajes encuentran sentido en sí mismos a través y junto a los demás, por ello la decisión de Jim será castigada por Catherine.
Lo cierto es que me da una enorme pereza hacer psicoanálisis, así que he preferido quedarme con cosas que me han llamado la atención de una manera espontánea.
Jules y Jim habla de la paz mundial. Sí, puede sonar grandilocuente, pero es así. Observemos esa ridícula escena donde los dos personajes entran en esa especie de gimnasio donde hay espadachines y boxeadores y ellos mismos se ponen a lanzarse patadas y puñetazos como si se ejercitasen, aunque la verdad es que se golpean de broma, y los espadachines se dan siempre el mismo golpe, como cuando juegas de niño con un palo que crees que es una espada. Del tirón dejan de jugar y hablan de otras cosas. La peleíta no importa. Luego cuando los dos personajes están enfrentados en la Primera Guerra Mundial, el director se decide a poner imágenes documentales con continuas explosiones y soldados saliendo torpemente de la trinchera como si de nuevo hicieran la guerra de mentira. ¡El absurdo de la guerra! ¡Y qué tan de moda está en estos tiempos! No importa, después del conflicto los dos siguen tan amigos, la guerra ha sido un mal sueño. En la película no hay una escena violenta. De hecho cuando Catherine abofetea a Jules los dos instantáneamente se echan a reír. De nuevo, no importa, ¡le tourbillon de la vie! Los personajes están todo el tiempo jugando a la bohemia, no hay que ponerse críticos realistas, es una película y no deja de ser ficción y entretenimiento aunque haya un mensaje contundente.
Jules y Jim habla de lo que da sentido a un hogar. Miraba algo aterrado esa escena coloquial de cuando Jim entra por primera vez en la casa de campo de Jules y Catherine y observo que solo están los muebles, el menaje y los personajes sentados sin hablar en torno a la mesita. No hay ordenador, ni televisión, teléfonos, móviles, nada electrónico. Algunos libros en la estantería. Me pregunto cuál sería el grado de aburrimiento de aquellas personas. Claro, ahora lo entiendo, el divertimento y el goce residiría sobre todo en estar con los demás, en indagarlos, en compartir una existencia común, el ocio común de una partida de dominó entre dos hombres jóvenes a la que ahora miraríamos con cierto desdén, en compartir un libro entre todos los que la habitan como las Afinidades Electivas de Goethe, en no disponer exclusivamente de ninguna habitación. Hoy la oferta de ocio que encontramos a través de las pantallas transforman a los demás en innecesarios en nuestras vidas, ya que no necesitamos a los demás para jugar a videojuegos o incluso juegos de mesa que ya se diseñan para un único jugador (adónde hemos llegado). Ya no existe la paciencia de esperar una respuesta por carta, podemos romper el amor en unos segundos a través de aplicaciones de mensajería instantánea. Al contrastar esa escena me preguntaba si realmente esas personas se aburrían más que nosotros y sufrían más también, o todo era poéticamente más bello y humano. Tal vez, los personajes encuentran sentido en sí mismos a través y junto a los demás, por ello la decisión de Jim será castigada por Catherine.
Lo cierto es que me da una enorme pereza hacer psicoanálisis, así que he preferido quedarme con cosas que me han llamado la atención de una manera espontánea.
22 de junio de 2024
22 de junio de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca ha sido santo de nuestra devoción la nouvelle vague. Nos gusta el cine comercial que distrae y resulta inteligible para los espectadores que acuden a la sala para pasar un rato entretenido. Que los directores busquen libertades expresivas y técnicas nos parece muy bien, pero que creen obras que interesen al público, cosa poco habitual en este grupo que siempre fue carne de cineclub.
Truffaut sin embargo atrae.
Jules y Jim y Catherine, tres gandules que no sabemos bien cómo se ganan la vida, forman uno de tantos triángulos amorosos. El fondo es una historia de amor y de desamor, sí, pero la forma de contar las cosas es original. Y brillante.
Fijémonos en el cartel con los nombres de los dos amigos enamorados del título. Al lado ocupando todo el centro de la imagen Catherine (Moreau), "Oscuro objeto de deseo" ambos. Gran interpretación la suya.
Todo empieza en París en 1912. La presentación de los personajes esta rodada como si fuera una cinta de cine mudo de la época. No hay carteles con textos, pero el narrador nos cuenta lo que pasa, lo que piensan los personajes, lo que vemos ...
¿No habíamos quedado que la nouvelle vague buscaba otras formas expresivas?
Y sin embargo las imágenes, los personajes, los diálogos resultan interesantes. Claro que la fotografía es soberbia en toda la obra, tanto en los retratos como en los paisajes o en la pintura de los ambientes.
Interesantes personajes con sus relaciones promiscuas y extrañas donde la amistad y el amor se entrecruzan continuamente, "Las inclinaciones que van de corazón a corazón pueden causar mucho daño". Extraña Catherine que lleva siempre en su ajuar "Vitriolo para los ojos de los hombres mentirosos".
"Confusa y complaciente" les parece la obra que acaba de ver el trío en un teatro. Confusa y complaciente resulta también la obra de Truffaut. Y brillante y bella.
"Jules y Jim". Gandules y fin.
Truffaut sin embargo atrae.
Jules y Jim y Catherine, tres gandules que no sabemos bien cómo se ganan la vida, forman uno de tantos triángulos amorosos. El fondo es una historia de amor y de desamor, sí, pero la forma de contar las cosas es original. Y brillante.
Fijémonos en el cartel con los nombres de los dos amigos enamorados del título. Al lado ocupando todo el centro de la imagen Catherine (Moreau), "Oscuro objeto de deseo" ambos. Gran interpretación la suya.
Todo empieza en París en 1912. La presentación de los personajes esta rodada como si fuera una cinta de cine mudo de la época. No hay carteles con textos, pero el narrador nos cuenta lo que pasa, lo que piensan los personajes, lo que vemos ...
¿No habíamos quedado que la nouvelle vague buscaba otras formas expresivas?
Y sin embargo las imágenes, los personajes, los diálogos resultan interesantes. Claro que la fotografía es soberbia en toda la obra, tanto en los retratos como en los paisajes o en la pintura de los ambientes.
Interesantes personajes con sus relaciones promiscuas y extrañas donde la amistad y el amor se entrecruzan continuamente, "Las inclinaciones que van de corazón a corazón pueden causar mucho daño". Extraña Catherine que lleva siempre en su ajuar "Vitriolo para los ojos de los hombres mentirosos".
"Confusa y complaciente" les parece la obra que acaba de ver el trío en un teatro. Confusa y complaciente resulta también la obra de Truffaut. Y brillante y bella.
"Jules y Jim". Gandules y fin.
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