Jules y Jim
7.5
12,871
Romance. Drama
Desde que se conocieron en 1912, Jules (Oskar Werner) y Jim (Henri Serre) se hicieron amigos tan inseparables que se enamoraron de la misma mujer (Jeanne Moreau). Uno de ellos se casa con ella. Obra muy representativa del cine francés de los sesenta, que constituye un canto al amor y la pasión. (FILMAFFINITY)
16 de abril de 2014
16 de abril de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias al DVD, mi revisión de las películas de Truffaut que hacía mucho que no veía, me está resultando gratificante, y en cierto modo lo estoy redescubriendo. En esta ocasión adapta la novela de Henri-Pierre Roché, escritor de edad avanzada, del que era muy amigo y que más tarde adaptaría otra novela del mismo autor, “Las dos inglesas y el amor”. El escritor murió en 1959 sin poder ver las adaptaciones de sus novelas. “Jules y Jim” es una historia de amistad y amor a tres bandas, entre dos hombres y una mujer, a lo largo del primer cuarto del siglo XX. El relato autobiográfico de Roché es de una inmoralidad escabrosa para la época. Truffaut había encontrado a su musa capaz de dar vida a Catherine, la brillante heroína de Roché. A la vez actriz famosa y mujer libre, Jeanne Moreau. Su relación sentimental con el cineasta favoreció un rodaje eufórico y febril.
En los albores de la Primera Guerra Mundial, los protagonistas viven en un exacerbado romanticismo, Jules (Oskar Werner), el alemán, Jim (Henri Serre), el francés y Catherine viven, al margen de la sociedad de forma atípica y desinhibida. Truffaut sale airoso del reto con una delicadeza absoluta en una película llena de ternura que es un canto a la vida. El amor, la amistad, la rutina y el inconformismo, pocas historias consiguen de este modo hacer sentir a la vez el pálpito de la vida en presente y la melancolía del tiempo cumplido, de una historia ya pasada.
La estupenda fotografía de Raoul Coutard en blanco y negro, la música de George Delerue, confieren al film de Truffaut una serenidad y una sencillez pasmosa, el cineasta ama los episodios cotidianos, los paseos en bicicleta, las sonrisas, la recreación de una nueva moral que les hace libres, incluso la voz en off se agradece al hacer el relato más fluido y ameno, dado el amplio espacio de tiempo que abarca la historia. Truffaut alumbra el cine moderno, una bocanada de aire fresco, narrando sin subrayados, una mirada conmovedora e imperecedera, evocadora de tiempos pretéritos.
En los albores de la Primera Guerra Mundial, los protagonistas viven en un exacerbado romanticismo, Jules (Oskar Werner), el alemán, Jim (Henri Serre), el francés y Catherine viven, al margen de la sociedad de forma atípica y desinhibida. Truffaut sale airoso del reto con una delicadeza absoluta en una película llena de ternura que es un canto a la vida. El amor, la amistad, la rutina y el inconformismo, pocas historias consiguen de este modo hacer sentir a la vez el pálpito de la vida en presente y la melancolía del tiempo cumplido, de una historia ya pasada.
La estupenda fotografía de Raoul Coutard en blanco y negro, la música de George Delerue, confieren al film de Truffaut una serenidad y una sencillez pasmosa, el cineasta ama los episodios cotidianos, los paseos en bicicleta, las sonrisas, la recreación de una nueva moral que les hace libres, incluso la voz en off se agradece al hacer el relato más fluido y ameno, dado el amplio espacio de tiempo que abarca la historia. Truffaut alumbra el cine moderno, una bocanada de aire fresco, narrando sin subrayados, una mirada conmovedora e imperecedera, evocadora de tiempos pretéritos.
4 de febrero de 2010
4 de febrero de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se muy bien que decir de esta película, sin duda tiene carisma, pienso en lo bien que quedaría enmarcada en mi habitación la imagen de la carrera de velocidad por el puente de la estación con la bella Jeanne Moreau disfrazada de hombre, pero no me gustaría dejarme engatusar demasiado por la bella estética de esta película olvidando sus carencias, como la extremada frialdad de los personajes que hacen poco creíble la historia, una historia que por otro lado esta muy bien contada con unos diálogos muy bellos y evocadores para mi al contrario de lo que he leído en otras críticas.
Quizás sea esta frialdad, con la que se toman los personajes los acontecimientos de la historia, la causante de que el supuesto drama se transforme casi en un documental, un meditado estudio de la naturaleza del amor y de los lazos afectivos, de la pasión y del cariño. No olvidemos el increíble diálogo en el que Jules intenta explicar a su amigo Jim la causa por la que su mujer no es feliz en lo que se supone debería ser un paraíso conyugal en medio de los Alpes tras una funesta guerra. Sin duda la ambigua personalidad de Catherine es arrebatadora, inconformista, siempre buscando la auténtica esencia del amor. Te la recomiendo si te interesan las historias de fondo inteligente y diálogos en ocasiones iluminados y aunque te aburras y no te rías como un loco durante casi ningún momento, incluso la protagonista te recordará que deberías sonreír de vez en cuando.
Quizás sea esta frialdad, con la que se toman los personajes los acontecimientos de la historia, la causante de que el supuesto drama se transforme casi en un documental, un meditado estudio de la naturaleza del amor y de los lazos afectivos, de la pasión y del cariño. No olvidemos el increíble diálogo en el que Jules intenta explicar a su amigo Jim la causa por la que su mujer no es feliz en lo que se supone debería ser un paraíso conyugal en medio de los Alpes tras una funesta guerra. Sin duda la ambigua personalidad de Catherine es arrebatadora, inconformista, siempre buscando la auténtica esencia del amor. Te la recomiendo si te interesan las historias de fondo inteligente y diálogos en ocasiones iluminados y aunque te aburras y no te rías como un loco durante casi ningún momento, incluso la protagonista te recordará que deberías sonreír de vez en cuando.
8 de septiembre de 2012
8 de septiembre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El origen de Jules y Jim está en una novela del escritor Henri-Pierre Roché, un material del que se valió Truffaut para empezar un díptico sobre los triángulos amorosos que completaría con la adaptación de Las dos inglesas y el amor. La película retrata la bohemia e íntima amistad de dos hombres enamorados de una misma mujer, un ménage à trois interrumpido por el estallido de la Gran Guerra. Este trío lo forman Oskar Werner, Henri Serre y la abanderada de la Nouvelle Vague Jeanne Moreau como la visceral Catherine, un personaje cuyo magnetismo acaba subyugando a todos los que la rodean. Aunque muchos han querido ver aquí una defensa de las ideas revolucionarias del amor libre -ahí queda el cameo de Marie Dubois- lo cierto es que Truffaut termina mostrándose crítico con este posicionamiento: Más que una elegía al espíritu libre, el final dramático retrata a una mujer fatal egoísta, caprichosa e incluso desequilibrada.
Lecturas aparte, el film aportó en su día numerosas invenciones al discurso del cine de vanguardia. Desde los efectos de sonido y la imagen congelada hasta la fotografía de Raoul Coutard pasando por el uso de imágenes de archivo, la película se convierte en un verdadero recital de innovación cinematográfica. Escenas como la de la carrera en el puente quedan para el recuerdo. Georges Delerue vuelve a deleitarnos con una maravillosa banda sonora, en ocasiones completamente independiente de las imágenes que la acompañan. Jules y Jim está lejos de ser perfecta, en parte por una excesiva pasión de Truffaut en su puesta en escena y un ritmo irregular, una mixtura de elementos clásicos e innovadores que no siempre llevan a buen puerto, pero, logrado o no, este trabajo influiría a muchos cineastas venideros. Es el caso de Jean-Pierre Jeunet, quien la homenajeó introduciendo dos de sus escenas en Amélie.
Lecturas aparte, el film aportó en su día numerosas invenciones al discurso del cine de vanguardia. Desde los efectos de sonido y la imagen congelada hasta la fotografía de Raoul Coutard pasando por el uso de imágenes de archivo, la película se convierte en un verdadero recital de innovación cinematográfica. Escenas como la de la carrera en el puente quedan para el recuerdo. Georges Delerue vuelve a deleitarnos con una maravillosa banda sonora, en ocasiones completamente independiente de las imágenes que la acompañan. Jules y Jim está lejos de ser perfecta, en parte por una excesiva pasión de Truffaut en su puesta en escena y un ritmo irregular, una mixtura de elementos clásicos e innovadores que no siempre llevan a buen puerto, pero, logrado o no, este trabajo influiría a muchos cineastas venideros. Es el caso de Jean-Pierre Jeunet, quien la homenajeó introduciendo dos de sus escenas en Amélie.
24 de febrero de 2012
24 de febrero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con lo que me gusta Truffaut y siempre se me había escapado esta película. Por fin la pude ver el otro día y..., me decepcionó un poco. Esperaba más. Creo que, al contrario que otras películas de este director, esta película ha envejecido peor.
Empieza bien, con ritmo, con una narrativa sobre los personajes amena y una ambientación acorde y con gusto. Y sigues el desarrollo de la película con interés, imaginando perfectamente el ambiente de esa época y lugar, muy de Truffaut, muy francesa.
La esperada aparición de Jeanne Moreau fija el argumento de la película y la película continúa por buen camino pero, aquí viene mi decepción, la historia comienza a alargarse demasiado y va decreciendo el interés. Creo que el problema es de tiempo, le sobra metraje, es mi opinión.
Aun así no voy a perder mi entusiasmo por este director y le dejo un seis.
Empieza bien, con ritmo, con una narrativa sobre los personajes amena y una ambientación acorde y con gusto. Y sigues el desarrollo de la película con interés, imaginando perfectamente el ambiente de esa época y lugar, muy de Truffaut, muy francesa.
La esperada aparición de Jeanne Moreau fija el argumento de la película y la película continúa por buen camino pero, aquí viene mi decepción, la historia comienza a alargarse demasiado y va decreciendo el interés. Creo que el problema es de tiempo, le sobra metraje, es mi opinión.
Aun así no voy a perder mi entusiasmo por este director y le dejo un seis.
28 de mayo de 2012
28 de mayo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para empezar, el título hubiera podido ser Jules, Jim y Catherine, porque, ciertamente los tres salen prácticamente en todas las escenas. Me parece una película más que de exaltación de la amistad, de cómo se puede acabar con ella, pues no es un triángulo amoroso al uso, ni una relación de tres sana. A veces los giros argumentales del propio guión unidos a la estética y recursos propios de la Nouvelle Vague complican un poco la película, lo que hace que estemos muchas veces más pendientes de lo visual de la película, que es mucho que del argumento.
Una de las cosas que más me ha gustado ha sido la ambientación, la Francia de principios del siglo XX y el contraste entre la gran ciudad y el centro de París con las zonas rurales y el molino del Sena, la verdad es que no sé cual me ha parecido más bonito, pero volviendo a la línea argumental, me ha parecido una historia (real) bastante interesante y difícil de plantear, y de los tres personajes principales, porque ninguno está por detrás del otro, la alocada Catherine, simplemente no sabe lo que quiere, y ya es mayorcita para saberlo. En cuanto a la amistad de Jules y Jim, pienso que es a prueba de bombas, porque a pesar de todo, nunca ha dejado de existir.
Para concluir, decir que la psicología es la gran protagonista en esta película que que recomiendo a todo aquel que le guste indagar en la historia del cine, o que simplemente sea amante de la gran pantalla.
Una de las cosas que más me ha gustado ha sido la ambientación, la Francia de principios del siglo XX y el contraste entre la gran ciudad y el centro de París con las zonas rurales y el molino del Sena, la verdad es que no sé cual me ha parecido más bonito, pero volviendo a la línea argumental, me ha parecido una historia (real) bastante interesante y difícil de plantear, y de los tres personajes principales, porque ninguno está por detrás del otro, la alocada Catherine, simplemente no sabe lo que quiere, y ya es mayorcita para saberlo. En cuanto a la amistad de Jules y Jim, pienso que es a prueba de bombas, porque a pesar de todo, nunca ha dejado de existir.
Para concluir, decir que la psicología es la gran protagonista en esta película que que recomiendo a todo aquel que le guste indagar en la historia del cine, o que simplemente sea amante de la gran pantalla.
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