Rambo II
1985 

5.6
22,027
Acción. Aventuras
Rambo es excarcelado y enviado de vuelta al Vietnam con una nueva misión: averiguar el paradero de unos soldados norteamericanos desaparecidos. Tras saltar en paracaídas en la jungla, portando únicamente un cuchillo y un arco con flechas, se le dice que no ataque al enemigo y que sólo haga fotografías de reconocimiento. Pero el plan no saldrá como estaba previsto... (FILMAFFINITY)
23 de septiembre de 2019
23 de septiembre de 2019
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Tres años después de la excelentísima y ya de culto “Rambo: Acorralado” (Ted Kotcheff, 1982) llegó “Rambo: Acorralado, parte II”. Lógica secuela, visto el éxito de aquella, muy inferior a su predecesora en aspiraciones, pero totalmente consecuente con el discurso defendido en la de 1982. El film de George P. Cosmatos se rebela como un actioner en su más pura esencia, desnudado de cualquier tipo de aditivos, y con un único destinatario, el fiel del actioner.
La mayoría defenestra todo lo que vino tras “Rambo: Acorralado” por un único motivo, no estar a la altura de la original. Pero si no estar a la altura de una obra maestra es motivo justificado para echar pestes sobre algo, que me parta un rayo ahora mismo. “Rambo: Acorralado, parte II” no alcanza el nivel de la cinta de 1982, pero creo firmemente que tampoco lo busca. El único objetivo de esta segunda entrega era elevar al cuadrado el concepto lobo solitario de John Rambo y multiplicar la espectacularidad. Y George P. Cosmatos lo logró disfrazándose de Michael Bay.
El desenlace de “Rambo: Acorralado” nos dejaba a un John Rambo más fuera de lugar que nunca, dejando patente que el infierno de la guerra era más tolerable que el infierno de la sociedad. “Rambo: Acorralado, parte II”, consecuente con ello, devuelve al personaje a su hábitat natural. Por ello la consigna de esta secuela es una y solo una: ofrecer a nuestro carismático héroe en su salsa pero elevado al cuadrado. El film de George P. Cosmatos no busca el doble fondo de armario o el subtexto, busca descaradamente el guilty pleasure actioner. Y lo encuentra.
Dentro de esa exageración continua en la que vive “Rambo: Acorralado, parte II”, y siendo aún más violenta que su predecesora, no por algo el libro Guiness de los récords catalogó en aquel 1985 esta película como la más violenta de la historia, el film de George P. Cosmatos funciona de maravillas cuando aparca esa brutalidad y se centra en entregar un ejercicio de tensión. Y no es pocas veces. El John Rambo acechante es una de las virtudes más míticas del personaje, y esta secuela la potenció muy bien.
Tener a James Cameron a cargo del guion de la película es otra de las cosas que siempre se resaltan de “Rambo: Acorralado, parte II”. Aunque en verdad Cameron solo hizo un primer borrador que luego Sylvester Stallone modificó considerablemente. Al final lo que quedó de James Cameron fue la parte acción, sin lugar a dudas una por las que más destaca el film.
En definitiva, si “Rambo: Acorralado” convirtió al héroe en ser humano, “Rambo: Acorralado, parte II” lo transforma en mito.
La mayoría defenestra todo lo que vino tras “Rambo: Acorralado” por un único motivo, no estar a la altura de la original. Pero si no estar a la altura de una obra maestra es motivo justificado para echar pestes sobre algo, que me parta un rayo ahora mismo. “Rambo: Acorralado, parte II” no alcanza el nivel de la cinta de 1982, pero creo firmemente que tampoco lo busca. El único objetivo de esta segunda entrega era elevar al cuadrado el concepto lobo solitario de John Rambo y multiplicar la espectacularidad. Y George P. Cosmatos lo logró disfrazándose de Michael Bay.
El desenlace de “Rambo: Acorralado” nos dejaba a un John Rambo más fuera de lugar que nunca, dejando patente que el infierno de la guerra era más tolerable que el infierno de la sociedad. “Rambo: Acorralado, parte II”, consecuente con ello, devuelve al personaje a su hábitat natural. Por ello la consigna de esta secuela es una y solo una: ofrecer a nuestro carismático héroe en su salsa pero elevado al cuadrado. El film de George P. Cosmatos no busca el doble fondo de armario o el subtexto, busca descaradamente el guilty pleasure actioner. Y lo encuentra.
Dentro de esa exageración continua en la que vive “Rambo: Acorralado, parte II”, y siendo aún más violenta que su predecesora, no por algo el libro Guiness de los récords catalogó en aquel 1985 esta película como la más violenta de la historia, el film de George P. Cosmatos funciona de maravillas cuando aparca esa brutalidad y se centra en entregar un ejercicio de tensión. Y no es pocas veces. El John Rambo acechante es una de las virtudes más míticas del personaje, y esta secuela la potenció muy bien.
Tener a James Cameron a cargo del guion de la película es otra de las cosas que siempre se resaltan de “Rambo: Acorralado, parte II”. Aunque en verdad Cameron solo hizo un primer borrador que luego Sylvester Stallone modificó considerablemente. Al final lo que quedó de James Cameron fue la parte acción, sin lugar a dudas una por las que más destaca el film.
En definitiva, si “Rambo: Acorralado” convirtió al héroe en ser humano, “Rambo: Acorralado, parte II” lo transforma en mito.
26 de septiembre de 2019
26 de septiembre de 2019
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Después de una primera entrega con un excepcional Stallone y un mensaje que era toda una patada donde más duele a la sociedad americana respecto al trato que recibieron los veteranos de la guerra de Vietnam, se decidió apostar por una secuela donde se iba claramente a por la acción y la propaganda, dando esta vez al público americano y anticomunista en general lo que querían ver; esto es, al Imperio destrozando al malvado rojerío rusovietnamita de turno.
Como película de acción tiene sus cosas, pero no es, a mi juicio, de lo mejor que hayamos podido ver durante la década de los 80. Hay un exceso de momentos que se repiten en cuanto a situaciones espectaculares, como por ejemplo en esa orgía de muertos y explosiones con Rambo a bordo del helicóptero. De tan bestia y fácil que resulta para el protagonista ser una máquina de matar, menos nos impacta como espectadores. Y lo dice alguien que ama las cintas de acción de esa época.
De la trama nada hay que decir. Los malos son puro estereotipo. Tenemos al sádico jefazo ruso y al sub-boss ciclado y torturador que llevará al límite físico a nuestro protagonista. Luego a unos vietnamitas al más puro estilo "masilla" de cualquier serie de aventuras y ciencia ficción japonesa que no suponen reto alguno para Rambo y, como no, a un Coronel Trautman soltando frases lapidarias con las que definir a nuestro protagonista. Llama la atención que algo tan plano tenga detrás la firma de James Cameron. Imagino que le recortarían bastantes ideas, y reconozco que una cinta de acción con Stallone en plenitud como por aquel entonces a manos del genio creador de "Terminator" suena bastante mejor que lo visto con Cosmatos.
A pesar de todo, es indudable que estos desfases de testosterona, sangre y fuego siempre van a resultar entretenidos, pero es una pena que tras una primera entrega tan buena se termine banalizando y haciendo caer casi en el parodia a un personaje tan interesante como es John Rambo.
Como película de acción tiene sus cosas, pero no es, a mi juicio, de lo mejor que hayamos podido ver durante la década de los 80. Hay un exceso de momentos que se repiten en cuanto a situaciones espectaculares, como por ejemplo en esa orgía de muertos y explosiones con Rambo a bordo del helicóptero. De tan bestia y fácil que resulta para el protagonista ser una máquina de matar, menos nos impacta como espectadores. Y lo dice alguien que ama las cintas de acción de esa época.
De la trama nada hay que decir. Los malos son puro estereotipo. Tenemos al sádico jefazo ruso y al sub-boss ciclado y torturador que llevará al límite físico a nuestro protagonista. Luego a unos vietnamitas al más puro estilo "masilla" de cualquier serie de aventuras y ciencia ficción japonesa que no suponen reto alguno para Rambo y, como no, a un Coronel Trautman soltando frases lapidarias con las que definir a nuestro protagonista. Llama la atención que algo tan plano tenga detrás la firma de James Cameron. Imagino que le recortarían bastantes ideas, y reconozco que una cinta de acción con Stallone en plenitud como por aquel entonces a manos del genio creador de "Terminator" suena bastante mejor que lo visto con Cosmatos.
A pesar de todo, es indudable que estos desfases de testosterona, sangre y fuego siempre van a resultar entretenidos, pero es una pena que tras una primera entrega tan buena se termine banalizando y haciendo caer casi en el parodia a un personaje tan interesante como es John Rambo.
24 de junio de 2022
24 de junio de 2022
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George Pan Cosmatos nos ofrece la mejor entrega de la trilogía original de Rambo, es decir, no tengo en cuenta (ahora mismo) la cuarta y quinta parte de la saga. Sin ser una gran película, esta secuela funciona, y lo hace debido a que el protagonista regresa a su "querido" hogar. Si en el filme original la acción tenía lugar en las zonas boscosas de Estados Unidos, en esta ocasión se desarrolla en la selva vietnamita, donde se da una serie de circunstancias que provocan que John Rambo vuelva a liarla parda. Esta vez podemos ver al hábil soldado en su máxima expresión porque este se encuentra en su salsa. Y es que Rambo en una batalla se siente como un pez en el agua, así de claro. La cantidad de cadáveres que John deja a su paso es tremenda, similar a la que Arnold deja en Comando, por hacer una comparación. La trama no tiene misterio ni lo pretende, ya que estamos ante una cinta de acción pura y dura con sus respectivos tiros y explosiones. Lo cierto es que se trata de la más disfrutable de las 3 primeras en mi humilde opinión, y aun así está bien lejos de ser una película perfecta del género, pues sus carencias son notorias. A Stallone le sigue funcionando poner cara de indiferencia, aunque le cuesta parecer cabreado. Si el film contara con un villano de calidad, no me cabe duda de que sería mejor de lo que es, ahí lo dejo. Por supuesto, no falta la crítica, que en este caso va dirigida hacia los políticos estadounidenses. Y con esta van ya unas cuantas segundas partes que superan a las primeras. Así que ya es hora de decir que eso de que segundas partes nunca fueron buenas es un cuento chino.
28 de julio de 2023
28 de julio de 2023
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Después de lo sucedido en la película anterior, ahora John Rambo debe ganar su libertad regresando a aquella zona de guerra que lo volvió quién es. Esta secuela nos muestra a John Rambo en campo de combate, revelando todo lo que él es realmente. El punto más fuerte de esta película es que podemos ver como es Rambo cuando tiene que luchar contra los vietnamitas. Esta historia escrita por James Cameron y Sylvester Stallone cumple el objetivo de mostrarle a la audiencia como sería ver a Rambo luchando en Vietnam, ya que la película anterior solo lo presentaba como un veterano bastante perturbado luchando en una zona urbana. Sin duda esta película presenta a Rambo al cien por ciento con todas esas asombrosas escenas de acción. Stallone se mantiene bien aferrado al personaje, tal como en la película anterior. La banda sonora de Jerry Goldsmith también aporta mucho. Rambo: First Blood Part 2 es una digna secuela y una extraordinaria película de acción. Mi calificación para esta película es un 9/10.
2 de julio de 2024
2 de julio de 2024
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Rambo 2 es una especie de gato de Schrödinger versión cinematográfica. Es buena y mala a la vez. ¿Cómo?. Pues bien, como peli de acción no está mal. Es una excusa perfecta para comerse unas palomitas. Sin embargo, es una de las peores secuelas que he visto. De nuevo, ¿cómo?. Pues es muy sencillo, la cinta de George P. Cosmatos desvirtúa por completo el mensaje de la cinta original. Podríamos decir que hasta la empeora retrospectivamente.
Acorralado Parte 1 es una película de acción comercial, pero es también una obra de denuncia. Como película antibelicista, no solo muestra las terribles secuelas psicológicas que la Guerra del Vietnam tuvo en los soldados americanos, sino que también nos presenta la horrible tragedia que es la vida de John Rambo. Deshumanizado y convertido en una máquina de matar. Ahora es lo único que sabe hacer. Hace ya tiempo que dejó de ser una persona. Y cuando las sádicas autoridades locales empiezan a acosarlo, decide iniciar una cruzada personal. En cuanto a tono se refiere, viene a ser una versión "light" de El Cazador. Ahora sí, voy a dejar constancia de un dato que será más relevante a continuación: Rambo solo mata a UNA persona en esta película. En defensa propia y de forma totalmente accidental. UNA.
Acorralado Parte 2. Rambo está cumpliendo condena después de los acontecimientos de la primera entrega. A esto aparece de vuelta el coronel y le dice: "Oye, que te necesitamos. Que nuestros servicios de inteligencia nos han confirmado que el Viet Cong, diez años después de la guerra, aún retiene a soldados norteamericanos. Y claro, como se te da también matar y eso... ¿Te apuntas?". Y claro, Rambo va a Vietnam a cumplir. Es bastante propio, dentro de las muchas pajas mentales reaganianas que se produjeron en los ochenta, reabrir una vieja cicatriz como lo fue Vietnam en aras de la propaganda patriótica. Puede que no llegue al nivel de Amanecer Rojo, pero el mensaje viene a ser: "Aquella vez fue mala suerte, pero si tuviéramos que volver a hacer la guerra contra esos rojos amarillos, ¡ya te digo yo que no iba a quedar uno vivo!". Vamos, desde que sueltan a Rambo en la jungla, acribilla 500 vietnamitas, liquida 100 chinos, avasalla 50 rusos... Un no parar, vaya. Es fantástico porque convierte una tragedia en algo positivo. Si en la primera película lamentamos que el protagonista haya quedado reducido a un robot asesino, aquí es motivo de celebración.
Cada escena en la que Stallone no está dejando a alguien como un colador es tiempo perdido. Rambo 2 tiene una especie de subtrama romántica que empieza y queda resuelta en un margen de 5 minutos. No la voy a destripar pero, bueno... Ya se imaginan. Luego está la legendaria escena en la que un comunista de esos descarga un cargador entero contra Rambo mientras este está quieto sin que le roce ni una bala. Debió de teclear antes algún truco de invencibilidad como si fuera el Doom. Y qué decir del momento en el que Rambo irrumpe en una sala de ordenadores y empieza a ametrallarlos todos sin razón aparente. O el duelo aéreo. Sé que hacerse el muerto es una táctica típica de la guerra de guerrillas, ¡pero no de los pilotos de helicóptero!
En resumidas cuentas, una película ridícula como pocas pero muy, muy entretenida. Y memorable desde sus secuencias de acción hasta sus líneas de diálogo. Perfecta para un viernes por la noche.
No obstante, absténgase de ver Rambo 3. Esa es la que está "dedicada al valiente pueblo talibán". Uf.
Acorralado Parte 1 es una película de acción comercial, pero es también una obra de denuncia. Como película antibelicista, no solo muestra las terribles secuelas psicológicas que la Guerra del Vietnam tuvo en los soldados americanos, sino que también nos presenta la horrible tragedia que es la vida de John Rambo. Deshumanizado y convertido en una máquina de matar. Ahora es lo único que sabe hacer. Hace ya tiempo que dejó de ser una persona. Y cuando las sádicas autoridades locales empiezan a acosarlo, decide iniciar una cruzada personal. En cuanto a tono se refiere, viene a ser una versión "light" de El Cazador. Ahora sí, voy a dejar constancia de un dato que será más relevante a continuación: Rambo solo mata a UNA persona en esta película. En defensa propia y de forma totalmente accidental. UNA.
Acorralado Parte 2. Rambo está cumpliendo condena después de los acontecimientos de la primera entrega. A esto aparece de vuelta el coronel y le dice: "Oye, que te necesitamos. Que nuestros servicios de inteligencia nos han confirmado que el Viet Cong, diez años después de la guerra, aún retiene a soldados norteamericanos. Y claro, como se te da también matar y eso... ¿Te apuntas?". Y claro, Rambo va a Vietnam a cumplir. Es bastante propio, dentro de las muchas pajas mentales reaganianas que se produjeron en los ochenta, reabrir una vieja cicatriz como lo fue Vietnam en aras de la propaganda patriótica. Puede que no llegue al nivel de Amanecer Rojo, pero el mensaje viene a ser: "Aquella vez fue mala suerte, pero si tuviéramos que volver a hacer la guerra contra esos rojos amarillos, ¡ya te digo yo que no iba a quedar uno vivo!". Vamos, desde que sueltan a Rambo en la jungla, acribilla 500 vietnamitas, liquida 100 chinos, avasalla 50 rusos... Un no parar, vaya. Es fantástico porque convierte una tragedia en algo positivo. Si en la primera película lamentamos que el protagonista haya quedado reducido a un robot asesino, aquí es motivo de celebración.
Cada escena en la que Stallone no está dejando a alguien como un colador es tiempo perdido. Rambo 2 tiene una especie de subtrama romántica que empieza y queda resuelta en un margen de 5 minutos. No la voy a destripar pero, bueno... Ya se imaginan. Luego está la legendaria escena en la que un comunista de esos descarga un cargador entero contra Rambo mientras este está quieto sin que le roce ni una bala. Debió de teclear antes algún truco de invencibilidad como si fuera el Doom. Y qué decir del momento en el que Rambo irrumpe en una sala de ordenadores y empieza a ametrallarlos todos sin razón aparente. O el duelo aéreo. Sé que hacerse el muerto es una táctica típica de la guerra de guerrillas, ¡pero no de los pilotos de helicóptero!
En resumidas cuentas, una película ridícula como pocas pero muy, muy entretenida. Y memorable desde sus secuencias de acción hasta sus líneas de diálogo. Perfecta para un viernes por la noche.
No obstante, absténgase de ver Rambo 3. Esa es la que está "dedicada al valiente pueblo talibán". Uf.
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