Spencer
6.3
8,165
Drama
Biopic de Lady Di que cuenta la historia de un fin de semana crucial a principios de los años 90, cuando la princesa Diana -de nombre Diana Frances Spencer- decidió que su matrimonio con el príncipe Carlos no estaba funcionando, y que necesitaba desviarse de un camino que la había puesto en primera fila para algún día ser reina... El drama tiene lugar durante tres días, en una de sus últimas vacaciones de Navidad en la Casa de Windsor ... [+]
28 de noviembre de 2021
28 de noviembre de 2021
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Larraín de apoco se va abriendo espacio en la industria de Hollywood. Nuevamente el chileno sigue la fórmula de la estupenda (Jackie), para brindarnos Spencer, película que nos lleva a la compleja navidad de Diana de Gales luego de enterarse de la existencia de la amante de Carlos.
Larraín nos brinda visualmente una maravillosa película, con una estupenda fotografía de Clarie Mathon y una BSO por parte de Jonny Greendwood que le da vida a el cuidado relato que decide hacer su director para hacer brillar a la gran estrella de la función. Kristen Stewart, alcanza su consolidación con una interpretación bastante humana y aterrizada de Lady DI. Impresionante el parecido de espalda y el acento que logra la actriz con Diana. Kristen enfrenta su interpretación con tamaña responsabilidad que nos cautiva con su belleza y con su emoción que transmite en pantalla, además que sumamos el talento que tiene la actriz. Juega a su favor que Larraín piensa toda la película para el lucimiento de la actriz de la misma forma que lo hizo con Natalie Portman en Jackie.
Por su parte el director sigue la misma fórmula que ocupo con su anterior trabajo y se da el tiempo de trabajar el relato a fuego lento, un sello que parece reafirmar el chileno. Logra sacar partido a un desigual guion por parte de Steven Knight, que por momentos encuentra el rumbo perfecto y en otros se sale del camino para generar unos saltos en algunas decisiones que se permiten tomar en respecto al camino a seguir de Diana.
Un biopic no tan estructurado que se enfoca más en brindarnos ciertos fragmentos de aquel fin de semana de Diana en cuanto a sus angustias, temores, miedos y pensamientos. Algunos resultan totalmente efectivos otros muy simplistas y un par un capricho de director que no están del todo mal, pero llegan un tanto a incomodar.
Una excelente película para la temporada de premios y que seguramente pondrá a Kristen en la carrera por el Oscar.
Larraín nos brinda visualmente una maravillosa película, con una estupenda fotografía de Clarie Mathon y una BSO por parte de Jonny Greendwood que le da vida a el cuidado relato que decide hacer su director para hacer brillar a la gran estrella de la función. Kristen Stewart, alcanza su consolidación con una interpretación bastante humana y aterrizada de Lady DI. Impresionante el parecido de espalda y el acento que logra la actriz con Diana. Kristen enfrenta su interpretación con tamaña responsabilidad que nos cautiva con su belleza y con su emoción que transmite en pantalla, además que sumamos el talento que tiene la actriz. Juega a su favor que Larraín piensa toda la película para el lucimiento de la actriz de la misma forma que lo hizo con Natalie Portman en Jackie.
Por su parte el director sigue la misma fórmula que ocupo con su anterior trabajo y se da el tiempo de trabajar el relato a fuego lento, un sello que parece reafirmar el chileno. Logra sacar partido a un desigual guion por parte de Steven Knight, que por momentos encuentra el rumbo perfecto y en otros se sale del camino para generar unos saltos en algunas decisiones que se permiten tomar en respecto al camino a seguir de Diana.
Un biopic no tan estructurado que se enfoca más en brindarnos ciertos fragmentos de aquel fin de semana de Diana en cuanto a sus angustias, temores, miedos y pensamientos. Algunos resultan totalmente efectivos otros muy simplistas y un par un capricho de director que no están del todo mal, pero llegan un tanto a incomodar.
Una excelente película para la temporada de premios y que seguramente pondrá a Kristen en la carrera por el Oscar.
17 de febrero de 2022
17 de febrero de 2022
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Una fabula a partir de una tragedia real", con esta frase da inicio Spencer, una película que explora todos los terrenos que jamás alguien se haya atrevido a cruzar, una película que toma un pinza y corta el alambrado para liberarse de lo convencional y hacer que una experiencia desgarradora se convierta en esperanza.
Dirigida por el chileno Pablo Larraín, donde afino todos lo sentidos en la cinta. Ya hemos visto en Jackie (2016) y Tony Manero (2008) el peso y valor que le da a los personajes protagonistas, haciendo que estos lleven delante toda la atención y despertar emociones y sentimientos. En Jackie, muestran el duelo que le toca pasar a la flamante primera Dama Jackie Onassis en la tragedia oscura donde su esposo y Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy fue asesinado, despertando en ella sentimientos de bronca y emociones encontradas. En Tony Manero, Raúl Peralta está obsesionado con el personaje principal de la inmortal Fiebre de Sábado por la Noche (1977), que a su vez, hacer eso, lo ayuda para alejarse de lo que pasaba en Chile en ese momento, bajo la dictadura de Pinochet. En Spencer hace lo mismo, quiere que nos enfoquemos en ella, solamente en ella, quiere que nos conectemos, que sintamos su dolor, su opresión, su ahogo; ya todos sabemos que el matrimonio de Lady Diana y Charles no fue un cuento de hadas, todos sabemos que fue lo que pasó y como terminó. Pero todos tienen una imagen de Diana, y puede que haya cosas que en esta película les disguste a unos cuantos, pero sucede a base de su objetivo. ¿Cuánto sabemos de cómo era realmente lo que ella tuvo que pasar? Puede haber muchas películas y series que muestren lo justo y necesario. Pero, ¿qué le pasaba en verdad por la cabeza a ella? Precisamente, esta cinta hace eso, va su psicología, y ahí está lo enriquecedor.
No es una biopic de toda su vida, si esperan ver eso, no la vean, solo toma un fragmento, el indicado, la gota que rebalsó el vaso. Esta situada en la Navidad de 1991, en Sandringham, una mansión que pertenece a la familia real. Muchos rumores se cuentan de que el matrimonio de Diana y Charles esta tenso y pendiendo de un hilo debido al romance que él tiene con Camila Parker Bowles. En su estadía, Diana se siente agobiada, apresada, sin poder respirar, con ganas de gritar y romper todo, quiere correr, bailar, quiere ser libre y estar con sus hijos, que son lo más importante para ella, a lo que Charles le insinúa que habla como una bebé a la que se la mima lo suficiente. ¿Por qué tiene que estar dividida en dos? ¿Por qué tiene que hacer cosas que detesta por el bien del país?
A lo largo de la película nos muestras esas espantosas tradiciones conservadoras que posee la familia real como tiene que subir de peso los días de fiestas para asegurarse que la pasaron bien, por lo que el tema de la comida ocupa un rol fundamental en la cinta. Hay reverencias todo el tiempo que la Reina se levanta para ir al baño, ponerse vestidos hermosos para cada ocasión. hora del desayuno, hora del té, hora de la cena, tener que abrigarse hasta el cuello porque no quieren encender la calefacción y la peor de todas: disparar a los faisanes. Ahora que lo pienso que tradición más estúpida irse de cacería, como si eso les diera algún crédito, pero peor es que se los prepara a los pequeños William y Harry.
Ahora vamos a lo fundamental, la interpretación de Kristen Stewart es más que brillante, una de las mejores interpretaciones que vi hasta el día de hoy. Es una Diana saturada, dolida, triste, pero con una fuerza interior increíble. La caracterización la favoreció y el acento el inglés la ayudo bastante, se metió en las entrañas y habrá pasado horas practicado y ensayado las maneras de mirar, los gestos y la sensibilidad que poseía, pues interpretar la mujer que fue y representó y sigue representando Diana, es un arduo trabajo, no es para cualquiera. Muchos subestimaron a Stewart al tenerla en la cabeza por haber interpretado en el pasado a Bella Swan, la protagonista de la saga Crepúsculo (2008/2012). Entre su lucha constante, llanto, dolor y tristeza, hay una frase que me gusto demasiado: "Pues aquí solo hay un tiempo, no hay futuro, el pasado y el presente son la misma cosa". Como actriz, hace el desarrollo y evolución adecuadamente, y logra deslumbrar y empatizar con la audiencia. Ahora que lo pienso, su nominación al Oscar es acertada y espero que sea galardona por el labor, dedicación y esfuerzo que puso en el papel.
No es un film para cualquiera, aunque todos deberían verla, porque no es un trabajo típico, busca inmiscuirse en el detalle y brinda algo satisfactorio y perturbador. El legado de Diana va a seguir su curso, y aunque en momentos de su vida haya sentido que no había salida, encontró la manera y siguió. A pesar que ya no esté, es una imagen querida y respetada, porque nunca fue lo que otros querían que fuera, ella fue ella, y supo en el momento exacto que era tiempo de cortar el collar de perlas.
Dirigida por el chileno Pablo Larraín, donde afino todos lo sentidos en la cinta. Ya hemos visto en Jackie (2016) y Tony Manero (2008) el peso y valor que le da a los personajes protagonistas, haciendo que estos lleven delante toda la atención y despertar emociones y sentimientos. En Jackie, muestran el duelo que le toca pasar a la flamante primera Dama Jackie Onassis en la tragedia oscura donde su esposo y Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy fue asesinado, despertando en ella sentimientos de bronca y emociones encontradas. En Tony Manero, Raúl Peralta está obsesionado con el personaje principal de la inmortal Fiebre de Sábado por la Noche (1977), que a su vez, hacer eso, lo ayuda para alejarse de lo que pasaba en Chile en ese momento, bajo la dictadura de Pinochet. En Spencer hace lo mismo, quiere que nos enfoquemos en ella, solamente en ella, quiere que nos conectemos, que sintamos su dolor, su opresión, su ahogo; ya todos sabemos que el matrimonio de Lady Diana y Charles no fue un cuento de hadas, todos sabemos que fue lo que pasó y como terminó. Pero todos tienen una imagen de Diana, y puede que haya cosas que en esta película les disguste a unos cuantos, pero sucede a base de su objetivo. ¿Cuánto sabemos de cómo era realmente lo que ella tuvo que pasar? Puede haber muchas películas y series que muestren lo justo y necesario. Pero, ¿qué le pasaba en verdad por la cabeza a ella? Precisamente, esta cinta hace eso, va su psicología, y ahí está lo enriquecedor.
No es una biopic de toda su vida, si esperan ver eso, no la vean, solo toma un fragmento, el indicado, la gota que rebalsó el vaso. Esta situada en la Navidad de 1991, en Sandringham, una mansión que pertenece a la familia real. Muchos rumores se cuentan de que el matrimonio de Diana y Charles esta tenso y pendiendo de un hilo debido al romance que él tiene con Camila Parker Bowles. En su estadía, Diana se siente agobiada, apresada, sin poder respirar, con ganas de gritar y romper todo, quiere correr, bailar, quiere ser libre y estar con sus hijos, que son lo más importante para ella, a lo que Charles le insinúa que habla como una bebé a la que se la mima lo suficiente. ¿Por qué tiene que estar dividida en dos? ¿Por qué tiene que hacer cosas que detesta por el bien del país?
A lo largo de la película nos muestras esas espantosas tradiciones conservadoras que posee la familia real como tiene que subir de peso los días de fiestas para asegurarse que la pasaron bien, por lo que el tema de la comida ocupa un rol fundamental en la cinta. Hay reverencias todo el tiempo que la Reina se levanta para ir al baño, ponerse vestidos hermosos para cada ocasión. hora del desayuno, hora del té, hora de la cena, tener que abrigarse hasta el cuello porque no quieren encender la calefacción y la peor de todas: disparar a los faisanes. Ahora que lo pienso que tradición más estúpida irse de cacería, como si eso les diera algún crédito, pero peor es que se los prepara a los pequeños William y Harry.
Ahora vamos a lo fundamental, la interpretación de Kristen Stewart es más que brillante, una de las mejores interpretaciones que vi hasta el día de hoy. Es una Diana saturada, dolida, triste, pero con una fuerza interior increíble. La caracterización la favoreció y el acento el inglés la ayudo bastante, se metió en las entrañas y habrá pasado horas practicado y ensayado las maneras de mirar, los gestos y la sensibilidad que poseía, pues interpretar la mujer que fue y representó y sigue representando Diana, es un arduo trabajo, no es para cualquiera. Muchos subestimaron a Stewart al tenerla en la cabeza por haber interpretado en el pasado a Bella Swan, la protagonista de la saga Crepúsculo (2008/2012). Entre su lucha constante, llanto, dolor y tristeza, hay una frase que me gusto demasiado: "Pues aquí solo hay un tiempo, no hay futuro, el pasado y el presente son la misma cosa". Como actriz, hace el desarrollo y evolución adecuadamente, y logra deslumbrar y empatizar con la audiencia. Ahora que lo pienso, su nominación al Oscar es acertada y espero que sea galardona por el labor, dedicación y esfuerzo que puso en el papel.
No es un film para cualquiera, aunque todos deberían verla, porque no es un trabajo típico, busca inmiscuirse en el detalle y brinda algo satisfactorio y perturbador. El legado de Diana va a seguir su curso, y aunque en momentos de su vida haya sentido que no había salida, encontró la manera y siguió. A pesar que ya no esté, es una imagen querida y respetada, porque nunca fue lo que otros querían que fuera, ella fue ella, y supo en el momento exacto que era tiempo de cortar el collar de perlas.
20 de marzo de 2022
20 de marzo de 2022
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lady Di es una persona (y en este caso personaje) completamente magnética, y Larraín y el guionista Steven Knight casi saben sacar partido de ello. En vez de recurrir a una estructura de biopic tradicional, se decide por "crear" ya que estamos ante un relato casi completamente ficticio, un fin de semana en la vida de Diana marcada por su tensión con su marido y el resto de la familia real británica, y acaba funcionando para tocar casi todos los temas que marcaron su vida dentro de la Corona. La cercanía frente a la sobriedad, la bulimia como herramienta de control, el intento de criar a sus hijos de una manera más convencional que la acostumbrada en tal entorno. Son topics de la vida de Diana de los que se ha hablado hasta la saciedad y no por eso dejan de ser menos relevantes o atrayentes, confiando siempre en la empatía del espectador con ella, en que el público medio de clase media-alta sienta pena hacia las ataduras de Lady Di antes que pasión por las formalidades que implican tener tal rol dentro de la Monarquía británica. Esto es importante, porque como todas sus representaciones que se han hecho en el medio audiovisual, el relato no es imparcial ni tiene ninguna intención de serlo; si no estás dispuesto a empatizar con Diana, a apoyarla en su cruzada, no vas a encontrar mucho que disfrutar aquí.
La película funciona como un drama psicológico. Su montaje, incluso el uso de la música (buenísima, por cierto) invita a profundizar en la psique de Diana. No se trata de mostrarla a ella, tampoco su vida como tal, sino que el protagonista acaba siendo su estado mental. El director saca partido de ello con infinidad de close-ups del rostro de Diana, especialmente en los momentos más tensos del filme, y toda esta estructura es una carga que se desmoronaría sin una actriz protagonista a la altura, y vaya si lo está, pero esto ya merece un párrafo aparte.
Kristen Stewart, laureada hasta la saciedad por críticos y en buena parte por el circuito de premios, está excelente. Entiende al personaje, o la versión que de él se hace en el guión, y se mete de lleno en lo que ya he dicho que funciona como un drama psicológico. No hablo ya tanto de caracterización de la persona real (muy lograda también) sino más bien de la profundidad que sabe dar al personaje que interpreta, la complejidad de sus expresiones, los caminos y opciones que toma. No suelo ser gran fan de las interpretaciones más tradicionales de biopic (p.ej. Chastain como Tammy Faye, una de sus competidoras y favoritas para el Oscar) pero en este caso el guión crea un espacio para que Stewart pueda aproximar a Diana desde la sutileza e inteligencia que supone dotar a cada escena de diferentes matices. Creo que no hay un solo plano en el que falte ella, y es una carga con la que cumple de sobresaliente. En definitiva, todo este tinglado se vendría abajo sin ella.
Ahora bien, el principal pecado de la película es la reiteración. Que se trate de un drama psicológico no significa que el guión sea sutil en absoluto. Da vueltas sobre las mismas ideas durante las 2 horas de manera algo cansina, y desde luego muy obvia. Hay escenas que incluso me provocaron vergüenza ajena por la obviedad de la metáfora, no porque necesariamente tengan que ser más efectivas a más sutiles, pero es que están presentadas de una manera tan burda que uno se siente hasta tonto (en spoiler). Se hubiera beneficiado de 90 minutos en lugar de 120, daban de sobra para presentar todo lo que se tenía que decir.
La película funciona como un drama psicológico. Su montaje, incluso el uso de la música (buenísima, por cierto) invita a profundizar en la psique de Diana. No se trata de mostrarla a ella, tampoco su vida como tal, sino que el protagonista acaba siendo su estado mental. El director saca partido de ello con infinidad de close-ups del rostro de Diana, especialmente en los momentos más tensos del filme, y toda esta estructura es una carga que se desmoronaría sin una actriz protagonista a la altura, y vaya si lo está, pero esto ya merece un párrafo aparte.
Kristen Stewart, laureada hasta la saciedad por críticos y en buena parte por el circuito de premios, está excelente. Entiende al personaje, o la versión que de él se hace en el guión, y se mete de lleno en lo que ya he dicho que funciona como un drama psicológico. No hablo ya tanto de caracterización de la persona real (muy lograda también) sino más bien de la profundidad que sabe dar al personaje que interpreta, la complejidad de sus expresiones, los caminos y opciones que toma. No suelo ser gran fan de las interpretaciones más tradicionales de biopic (p.ej. Chastain como Tammy Faye, una de sus competidoras y favoritas para el Oscar) pero en este caso el guión crea un espacio para que Stewart pueda aproximar a Diana desde la sutileza e inteligencia que supone dotar a cada escena de diferentes matices. Creo que no hay un solo plano en el que falte ella, y es una carga con la que cumple de sobresaliente. En definitiva, todo este tinglado se vendría abajo sin ella.
Ahora bien, el principal pecado de la película es la reiteración. Que se trate de un drama psicológico no significa que el guión sea sutil en absoluto. Da vueltas sobre las mismas ideas durante las 2 horas de manera algo cansina, y desde luego muy obvia. Hay escenas que incluso me provocaron vergüenza ajena por la obviedad de la metáfora, no porque necesariamente tengan que ser más efectivas a más sutiles, pero es que están presentadas de una manera tan burda que uno se siente hasta tonto (en spoiler). Se hubiera beneficiado de 90 minutos en lugar de 120, daban de sobra para presentar todo lo que se tenía que decir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando Diana se pone a hablar de que es de clase media en el corazón, las obras de teatro y la música que le gusta. Y especialmente el ridículo final donde para demostrar la victoria personal de Diana, al guionista no se le ocurre nada mejor que mostrarla yendo a un drive-thru de KFC. "Wow, fast food, una auténtica emancipación, realmente es como nosotros". Simplemente no funcionan.
23 de marzo de 2022
23 de marzo de 2022
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Larraín ha realizado un tremendo trabajo, excelente diría yo, al menos para el que escribe, con muchas cosas a tener en cuenta y casi todas buenas.
Me recuerda salvando las distancias a Mi semana con Marilyn donde se acentuaba más a la persona de Norma que al icono Marilyn. Spencer se centra más en Diana Spencer que en Lady Di y me explico. Para muchos de nosotros la tapa del libro era la más vista, princesa, esposa del príncipe Carlos y dedica en cuerpo y alma a las causas más desfavorecidas, ¿pero qué sabíamos exactamente de ella como mujer? Absolutamente nada. Lo que si me llamó siempre la atención a parte de su tremenda belleza, fue la tristeza en su mirada y su timidez.
¿A que alguna vez en la vida han escuchado lo de el dinero no da la felicidad? Pues tenemos el ejemplo más claro.
Spencer trata de un acontecimiento en particular de varios días en el castillo de la reina Isabel II y aquí comprobaremos como la felicidad brillaba por su ausencia, donde Diana se sentía como un pajarito en una jaula de oro. Sí, es cierto que tenías todas las comodidades y privilegios del mundo, pero cuándo tu vida ya no te pertenece, ¿de qué vale todo eso? Cuando te programan tu vida al completo, dónde debes estar, lo que debes hacer, el traje que te tienes que poner o lo que debes comer, dejas de ser tu misma. Y ese problema termina por afectar psicológica y sentimentalmente a la persona, cosa que veremos claramente reflejada en pantalla. Sin poseer el poder absoluto ni tan siquiera sobre sus hijos, quienes les servía de vía de escape a esa prisión dorada. También comprenderemos porque esos chavales salieron con esa forma de ser. Y si para colmo tu marido te es infiel y no se corta en ocultarlo, dejas de verte como alguien que vale la pena. Todo este sufrimiento es lo que nos mostrará Pablo Larraín durante casi dos horas.
No soy un seguidor fiel de Kristen Stewart, pero reconozco que ha realizado un trabajo demoledor, natural, creíble y sin sobre actuaciones, cosa que sería lógico ya que interpreta a un personaje real. Increíble actuación, mantiene la película en todo momento y se la come con papas. Quizás el punto negativo es que esperaba más participación del príncipe Carlos y la reina Isabel II.
Muy recomendable, no me extraña para nada la nominación de Kristen Stewart.
Me recuerda salvando las distancias a Mi semana con Marilyn donde se acentuaba más a la persona de Norma que al icono Marilyn. Spencer se centra más en Diana Spencer que en Lady Di y me explico. Para muchos de nosotros la tapa del libro era la más vista, princesa, esposa del príncipe Carlos y dedica en cuerpo y alma a las causas más desfavorecidas, ¿pero qué sabíamos exactamente de ella como mujer? Absolutamente nada. Lo que si me llamó siempre la atención a parte de su tremenda belleza, fue la tristeza en su mirada y su timidez.
¿A que alguna vez en la vida han escuchado lo de el dinero no da la felicidad? Pues tenemos el ejemplo más claro.
Spencer trata de un acontecimiento en particular de varios días en el castillo de la reina Isabel II y aquí comprobaremos como la felicidad brillaba por su ausencia, donde Diana se sentía como un pajarito en una jaula de oro. Sí, es cierto que tenías todas las comodidades y privilegios del mundo, pero cuándo tu vida ya no te pertenece, ¿de qué vale todo eso? Cuando te programan tu vida al completo, dónde debes estar, lo que debes hacer, el traje que te tienes que poner o lo que debes comer, dejas de ser tu misma. Y ese problema termina por afectar psicológica y sentimentalmente a la persona, cosa que veremos claramente reflejada en pantalla. Sin poseer el poder absoluto ni tan siquiera sobre sus hijos, quienes les servía de vía de escape a esa prisión dorada. También comprenderemos porque esos chavales salieron con esa forma de ser. Y si para colmo tu marido te es infiel y no se corta en ocultarlo, dejas de verte como alguien que vale la pena. Todo este sufrimiento es lo que nos mostrará Pablo Larraín durante casi dos horas.
No soy un seguidor fiel de Kristen Stewart, pero reconozco que ha realizado un trabajo demoledor, natural, creíble y sin sobre actuaciones, cosa que sería lógico ya que interpreta a un personaje real. Increíble actuación, mantiene la película en todo momento y se la come con papas. Quizás el punto negativo es que esperaba más participación del príncipe Carlos y la reina Isabel II.
Muy recomendable, no me extraña para nada la nominación de Kristen Stewart.
1 de octubre de 2021
1 de octubre de 2021
5 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo importante no es lo que se cuenta, nada que no se supiera ya del personaje, sino como se cuenta.
Pablo Larrain pone la cámara directamente sobre la melancolía enfermiza de una Diana que parece sacada de las rimas de Bécquer, a caballo entre el desamor, la languidez, la idea suicida y la inanición.
La película se centra en un corto espacio de tiempo, los tres días en los que toda la familia real se reúne para celebrar la Navidad en la finca que los Windsor poseen (una de tantas) en Sandringham. Queda clara la antipatía que Diana siente hacia su familia política, representada en la película sin representación, como simples figurantes carentes de movimiento, si acaso, algún inicio de diálogo y poco más. En contraste, es manifiesta la cercanía de su relación con el personal de servicio, y con sus hijos, aunque con estos últimos, la relación era un tanto infantiloide.
Muy bien encajado en la película el tema de su conocido trastorno alimentario, a través de la exhibición de todo un ejército de cocineros y de doncellas, en una cocina en la que no falta de nada, todo de una exquisitez y de una pulcritud que para sí quisieran muchos de la guía michelin. Y total, tanto esfuerzo de hornos, de cazuelas y de platos decorados, para que ella no probara ni bocado.
El director ya hizo otra película sobre un conocido personaje femenino, y centrando también la trama en un corto espacio de tiempo. En este caso el personaje de Jackie Kennedy, interpretado por Natalie Portman, me dejó bastante fría, todo lo contrario que sucede con Kristen Stewart que consigue envolverte en su melancolía, igual que te envuelve la neblina, la lluvia y el frio de la campiña inglesa.
Es de justicia también decir que hay tres elementos que, en mi opinión no encajan demasiado bien en la película, uno de ellos, la comparativa con Ana Bolena ( el resto, sería spoiler), pero eso aparte, no le quita interés a la película porque tiene secuencias inolvidables y de una gran belleza como por ejemplo el comienzo, con Diana Spencer, impecable, conduciendo un descapotable y totalmente perdida.
Sobresaliente.
Pablo Larrain pone la cámara directamente sobre la melancolía enfermiza de una Diana que parece sacada de las rimas de Bécquer, a caballo entre el desamor, la languidez, la idea suicida y la inanición.
La película se centra en un corto espacio de tiempo, los tres días en los que toda la familia real se reúne para celebrar la Navidad en la finca que los Windsor poseen (una de tantas) en Sandringham. Queda clara la antipatía que Diana siente hacia su familia política, representada en la película sin representación, como simples figurantes carentes de movimiento, si acaso, algún inicio de diálogo y poco más. En contraste, es manifiesta la cercanía de su relación con el personal de servicio, y con sus hijos, aunque con estos últimos, la relación era un tanto infantiloide.
Muy bien encajado en la película el tema de su conocido trastorno alimentario, a través de la exhibición de todo un ejército de cocineros y de doncellas, en una cocina en la que no falta de nada, todo de una exquisitez y de una pulcritud que para sí quisieran muchos de la guía michelin. Y total, tanto esfuerzo de hornos, de cazuelas y de platos decorados, para que ella no probara ni bocado.
El director ya hizo otra película sobre un conocido personaje femenino, y centrando también la trama en un corto espacio de tiempo. En este caso el personaje de Jackie Kennedy, interpretado por Natalie Portman, me dejó bastante fría, todo lo contrario que sucede con Kristen Stewart que consigue envolverte en su melancolía, igual que te envuelve la neblina, la lluvia y el frio de la campiña inglesa.
Es de justicia también decir que hay tres elementos que, en mi opinión no encajan demasiado bien en la película, uno de ellos, la comparativa con Ana Bolena ( el resto, sería spoiler), pero eso aparte, no le quita interés a la película porque tiene secuencias inolvidables y de una gran belleza como por ejemplo el comienzo, con Diana Spencer, impecable, conduciendo un descapotable y totalmente perdida.
Sobresaliente.
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