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Corazón rebelde

Drama Bad Blake (Jeff Bridges) es un cantante de música country que vive al margen de la sociedad, con varios fracasos matrimoniales a sus espaldas, miles de millas recorridas y que con frecuencia se refugia en el alcohol. Cuando parece que apenas hay salvación para él, aparece Jean (Maggie Gyllenhall), una reportera que descubrirá quién es el verdadero Bad, al hombre detrás del músico. (FILMAFFINITY)
Críticas 103
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7
La frase: Podría escribir un libro de lo que no sé…..

La escena: Bad está en cama recuperándose de un accidente de auto y compone…”tu corazón esta perdido…tirabas los dados con nada que perder…este no es lugar para fatigados…”

El momentazo: Atardece, el sol es cálido y suave, Bad (que ahora ya es Otis) encuentra a Jean, no van a tener una vida en común pero se identifican, disfrutan lo que él en ese momento dice: “un día a la vez….”

La actuación: Jeff Bridges quien se llevó el Oscar por interpretar a “Bad” Blake, un papel que parece hecho para él y en el que además cantó las canciones que también fueron premiadas. Canciones de Bingham and Burnett, este último antiguo guitarrista de Bob Dylan.

Buena película que, de manera tranquila y sin poses ni amaneramientos nos da un buen mensaje: puede ser que todo te esté yendo mal, apuntas a la vejez y te has gastado todo el dinero, no tienes familia, la chica que te gusta se te ha ido por tus defectos, estas bastante enfermo, pero…. El sol aun brilla y tu aun respiras y mientras eso pase siempre se puede renacer.
7
27 de octubre de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque mira que el bueno de Bad Blake (Bridges) le pega al trinqui. De garrafón o de marca, no lo sabemos, pero trasiega bien el whisky. Alguna vez también vino. Menos mal.
Cualquier título menos la cursilada que le han puesto que nos recuerda a la Jeannet de los años 60.
De acuerdo, el tema no es original. Otra vez el cantante, artista o boxeador alcoholizado hasta destruir su familia, su carrera y su salud. Pero que en lo suyo es un genio. Qué se le va a hacer.
Un buen guion bucea en el interior del compositor de música country. Buen compositor y no mal cantante, con brillantes escenas cuando actúa sobre el escenario.
Luego, carretera y manta con un leve intento de rehabilitación ¿por el amor?
Floja la parte sentimental junto a Jean (Gyllenhaal), "No podría vivir si perdiera al pequeño Buddy. -Eso es lo más jodido, lo harías". Afloran entonces los remordimientos, "Tengo un hijo de 24 años y no lo he visto desde los cuatro".
Gran interpretación de Bridges, lo mismo que la fotografía y, especialmente, la banda sonora.
Una buena cinta que se recomienda sola. No es licor de garrafón.
6
6 de marzo de 2010 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechando su contoneo de retinas y su frenesí espiritual tras lo acontecido en el burdel, dedicaré unas líneas a este modesto pero sumamente entrañable nuevo biopic de Motta.

Creo que todos esperábamos más, creo que todos somos conscientes de la sobredosis de lugares comunes y de la excesiva amabilidad de este producto, pero es imposible no rendirse a los encantos de este ajuste de cuentas con su pasado, con los corazones que despedazó, con las entrañas que perdió, con la leche que saqueó.

El fan de Ken Loach no merecía una realización tan desesperadamente plana, un guión tan poco incisivo, pero, parafraseándole a él cuando yo mostré al mundo mi grapadora, Motta lo cubre. Sí, él lo cubre. Porque el paladín de los macarrones compone aquí uno de los personajes más magnéticos de su carrera, un crepuscular cantante country atrapado entre demonios, entre traumas y lo enaltece con esa naturalidad, esa autenticidad que siempre ha exhibido.

Motta no necesita aquí alaridos ni torsiones de entrecejo para transmitir, su simple presencia, su sonrisa ingenua, la pureza de su mirada, su encantadora torpeza, su whisky por montera, ya son suficientes avales para proyectar una veracidad absoluta. Y sobre esa eficacia escénica se edifica una película que abraza demasiado el tópico, que añora terriblemente un poco de más crudeza e ingenio argumentativo, pero que está bien contada, que está resuelta con elegancia, que rezuma honestidad, que brinda un puñado de hermosas canciones country interpretadas con mucha pericia por él mismo y que, lejísimos de ser memorable, en estos tiempos de modernismos vacuos y absurdas cruzadas en búsqueda de la originalidad más recalcitrante se antoja reivindicable, necesaria, estimulante.

Eres un maldito glande, Motta.
6
9 de marzo de 2010 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás es porque me parece más complicado y complejo en registros el papel de un cínico que en el fondo esconde el corazón dañado de un perdedor solitario, que el papel de un alcohólico solitario que encuentra esperanza para seguir adelante sin cinismos, por lo que creo que el Oscar que este año fue a parar a Jeff Bridges debió recabar en manos de George Clooney por "Up in the air", además de porque este último personaje así como la película en sí misma están más laboriosamente escritos y contados.

No obstante, valía de sobra tiene sin duda la sentida interpretación de Jeff Bridges, que es quien sobre todo levanta este producto firmado por un director y guionista neófito. Jeff y por supuesto nombres de sabor tejano como Ryan Bingham, Buck Owens, T-Bone Burnett, Stephen Bruton, George Jones, Kitty Wells, entre otros... El sonido del country. Con una aparición de reparto más que interesante de Colin Farrell en el papel de estrella del género musical. Ambos -Bridges y Farrell- ponen su propia voz a varias de las canciones, y lo hacen con bastante mérito.

"Corazón rebelde" se deja ver con cierta nostalgia por el ocaso del talento, la fuerza para recuperarse y resistirse a perder, una botella de whiskey McClure's, y los acordes de una guitarra acústica de seis cuerdas acompañando a una voz rota que habla de su propia vida.

Una película sencilla sobre una historia entre bares, boleras, locales de conciertos y escenarios unidos por la carretera desde la que nuestro protagonista siempre llega conduciendo medio decrépito su vieja furgoneta. ¡Señoras y señores, con todos ustedes, el hombre que me enseñó a tocar! Bad Blake...

"Your heart’s on the loose
You rolled them seven’s with nothing lose
And this ain’t no place for the weary kind"
7
14 de marzo de 2010 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película que nos puede remitir a otras desde la perspectiva de los personajes con “corazones rebeldes”. La historia del cantante Bad Blake (un Jeff Bridges convincente y sensible), que sumada a los paisajes rurales americanos y a la música Country que la retrata; resultan ser a la larga los protagonistas de un film sencillo, que apuntala un discurso nada melodramático de un hombre que, considera que todas sus canciones salen de la vida “por desgracia”.

Ahora, un Bad Blake alcohólico, fumador y solitario que no dista mucho de los personajes de Charles Bukowsky (“Barfly”). Para definirlo (a Bad), me recuerda aquella parte de la letra de la canción de Kenny Rogers, “The gambler”: Every gambler knows that the secret to survivin' (Todo jugador conoce el secreto de sobrevivir).

Y es que todos tenemos en nuestras manos la solución a nuestros problemas particulares. De todas formas, el film me remite a “Tender mercies” (1983), dirigida por Bruce Beresford. Robert Duvall (quien aparece en “Corazón rebelde”) interpreta a un otrora exitoso cantante country alcohólico que, luego de tocar fondo una noche en un motel, intenta resurgir con la ayuda de su esposa (Tess Harper) y su hijo. ¡Qué nada, que la historia se repite aunque con otros referentes!

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
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