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La cabaña del terror

Terror. Ciencia ficción. Fantástico Cinco estudiantes universitarios se preparan para pasar el fin de semana en una cabaña situada en un remoto bosque y sin medios de comunicación con el exterior. En el sótano encuentran una extraña colección de recuerdos; entre ellos, un diario que habla de la antigua familia que ocupó la casa. Mientras tanto, un par de técnicos en una planta industrial se están preparando para una operación desconocida. Están filmando a los jóvenes con ... [+]
Críticas 224
Críticas ordenadas por utilidad
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6
17 de noviembre de 2012 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película "rara". Si leemos su descripción nos dice terror (maximo 30% puede tener), pero también tiene sus momentos de risa además de burlarse de películas clásicas del genero, y de la propia argumentación que lleva acabo la misma. Quien busque asustarse o aterrorizarse con esta película no va a encontrar mucho de eso, solo si te gusta ver un espectáculo de sangre y monstruos (como a las personas que les gusta las películas de tiros que no importa el argumento sino explosiones balas y sangre) con un poquito de gore, esta es tu película.
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spoiler:
Se desarrolla al principio como una película de terror más, hasta que nos muestra el "laboratorio" y mucha gente (científicos empleados, buenos y malos) como si estuvieran viendo un reality o un partido de futbol. Después de los 40 minutos la película cambia totalmente, donde van muriendo todos y quedando nuestro personaje principal. Pero por suerte a los malos (que no son los monstruos) los terminan masacrando donde te da un lindo alivio diciendo, siii mueran. Momentos cómicos, momentos de sátira, de burla, pero se olvidan del terror y las grandes apariciones tampoco aportan nada, solo misterio y la explicación lógica del porque hay ancestros que se parecen a los titanes de la mitología (si era algo tan serio, ¿Por qué se dejan estar o no aprovechan oportunidades para matar a 2 tontos?). Y el final un poco abierto pero con semejante mano que sale mucho futuro a la humanidad no le dan, digamos un final infeliz.
6
11 de febrero de 2013 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Generoso intento en demostrar que los géneros no están tan encorsetados como creemos. Cuando alguien pretende hacer algo original y casi lo consigue, a estas alturas, siempre es digno de aplauso. Y es que “The cabin in the Woods” tiene ese punto de frescura y originalidad que la convierte en una buena película sobre todo para aquellos amantes del cine de terror que creían que ya todo está escrito. Sorprendente en cuanto a su planteamiento, bien rodada, magníficamente interpretada (el duo Richard Jenkins y Bradley Withford está fantástico), la película da miedo (no demasiado) pero es divertida (mucho) y realmente sorprendente en cuanto a la transgresión de lo que los clichés son al cine de terror. Un soplo de aire fresco al cine de género como en su momento lo fueron “Hostel” de Eli Roth o “Posesión infernal” de Sam Raimi (con ambas tiene puntos en común). Buen ejemplo de cine bien rodado, entretenido y diferente. Recomendable para amantes del cine de terror, sin complejos y con sentido del humor.
6
8 de septiembre de 2013 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta tener que tragarme mis propias palabras, y de paso encontrarme sintiendo sensaciones opuestas de un minuto para otro.
Vaya por delante que no tuve ni idea de qué clase de película estaba viendo hasta casi el final de la misma, pero aún así pude distinguir entre tres partes perfectamente diferenciadas, cuya nota varía enormemente de una otra, y de ésta a la última:

Primer tercio: un planteamiento corriente, pica la curiosidad en su justa medida (aunque no sea nada del otro mundo), porque, aunque en estos tiempos parezca que para escribir un buen guión se requiera un coeficiente intelectual superior a 250, ¿quién no sabe idear una buena premisa, o por lo menos pasable?. Nota: aprobado.

Segundo tercio: se apagan las luces, aparecen las tinieblas, no se ve nada, empiezan los gritos (digo alaridos), empiezan a llover sablazos y confusión por todas partes. Nota: funesta, un cero.

Tercer tercio: a punto estaba de cortarme las venas (sobre la hora de película ya llevaba media hora sufriendo), y planteándome sacar la película, cuando llega lo más interesante de la película (interesante en el mejor sentido de la palabra). Ni siquiera voy a pararme a comentar nada. Gran final. Nota: cojonuda.

Merece la pena mencionar que la película iba a llevarse un 2 o un 3 de nota si siguiera por donde parecía que iba a ir, afortunadamente la última parte la salva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Un apunte sin importancia: el unicornio blanco que sale debería haber sido negro. Cuestión de estética.
6
7 de noviembre de 2013 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es descabellado afirmar que La cabaña en el bosque forma parte del Nuevo Cine del Siglo XXI si apelamos al mismo en tanto que corriente renovadora de géneros y estilos. Recordemos, por ejemplo, los casos de Los vengadores (Joss Whedon, 2012), Les miserables (Tom Hooper, 2012) o Posesión infernal (Evil Dead 2013) (Fede Álvarez, 2013), en donde la corriente mencionada no solamente liberaba a dichas películas del reconocible sello Neoclásico, sino que además nos ofrecía una revisión de género basada en el uso del mismo como mero vehículo. En el caso de Los vengadores, se empleaba una simpática autoparodia del género de superhéroes con el fin de lograr una humorística película de aventuras, en Les miserables, el musical no era sino una excusa para plantear un impresionante drama social, mientras que en Posesión infernal el gore era usado como metáfora del proceso de desintoxicación de una heroinómana. Hablamos de algo parecido a una toma de conciencia, de la asunción por parte de una película de su propia naturaleza genérica y de la reescritura a partir de este punto de sus propias reglas. Algo muy parecido a ello encontramos en la opera prima de Drew Goddard, un hecho nada extraño si tenemos en cuenta que tanto en la producción como en la escritura del guión podemos encontrar a su colega Joss Whedon.

Pero esta vez no nos encontramos ante una revisión genérica empleada como fin para llegar a un punto determinado, sino la revisión es el objetivo en sí. Es decir, Goddard realiza una exposición de todos los clichés y tópicos del género de terror que sencillamente se justifican por su condición cómico-metafísica, o dicho en un lenguaje más vulgar, por cachondearse de sí mismos. Sin desvelar aspectos importantes del argumento, digamos que lo que presenciamos es una especie de juego de espejos en donde se plantea una reflexión sobre la importancia de la participación del público en la aventura, según la cual éste es un elemento imprescindible en la narrativa del terror: el público no es otra cosa que un cómplice que, como ya sucediera con Funny Games (Michael Haneke, 1997), condiciona la aptitud de los personajes y los conduce a un desenlace preestablecido. Se trata de una reflexión que va cobrando forma a medida que la película avanza y el espectador va entendiendo qué es lo que en realidad contempla, y lo más curioso es que, desde mi punto de vista, cuanto más evidente se torna esta reflexión menos interés posee el film. Pues lo mejor de La cabaña en el bosque lo encontramos en su primera mitad, especialmente en su arranque, cuando los personajes no parecen otra cosa que los protagonistas de una película de terror estándar.

Pues el caso es que, a pesar de su apariencia de cliché, tanto los cinco jóvenes dispuestos a pasar el fin de semana en medio de la montaña (es decir, a convertirse en carne de cañón de una tópica película de terror) como los dos secundarios ajenos a la acción (aunque enigmáticamente relacionados con la aventura) resultan tremendamente interesantes, pues son presentados mediante divertidísimas secuencias dotadas de inspiradísimos diálogos. En resumen, la presentación de personajes es brillante e irlos conociendo supone un verdadero placer (pienso en la gamberra secuencia que es la aparición de Marty o en la divertida conclusión del diálogo entre los tres primeros personajes de la joven pandilla que conocemos –“no llevas pantalones”-). Vamos, que lo que presenciamos es el despliegue de cinco caracteres que, a pesar de ser (conscientemente) tópicos, resultan tremendamente creíbles y nos regalan magníficas secuencias igualmente vinculadas a clichés: recordemos la inquietante - al mismo tiempo que divertida - escena en que la joven pandilla conoce al misterioso y solitario personaje que habita en la gasolinera abandonada. Como entredije, escenas ya vistas en incontables ocasiones pero igualmente excelentemente planteadas.

Y de hecho, en ellas ya existe cierta intención metafísica; es decir, se aprecia en este despliegue de personajes cierta autoconciencia ya dispuesta a parodiarse a sí misma. Por ello no nos sorprende que determinadas secuencias introductorias al “espectáculo terrorífico” estén dotadas de cierto tono cómico, como el descubrimiento del sótano o el inquietante baile de Jules con la cabeza de lobo disecado. De ahí que, desde mi punto de vista, resulte innecesario el giro argumental a partir del cual la “gamberrada metafísica” (no se me ocurren otras palabras para describirlo) se convierte en la principal protagonista del film. Es cierto que a partir de entonces salen a relucir las verdaderas intenciones de Drew Goddard y que su reflexión queda plasmada con toda claridad, pero ello es a costa del interés hacia una historia que hasta entonces estaba logrando excelentes resultados. Aún así, todo hay que decirlo, la película todavía nos depara al menos un par de secuencias tan inesperadas como divertidas, que logran, cuando menos, que el espectador salga sonriendo de la experiencia. Con todo, un descubrimiento entretenido y nada molesto que en cierto modo revisa las normas del género terrorífico; altamente recomendable a todo aquel que se considere fan del mismo.

http://cinemaspotting.net/2013/11/07/la-cabana-en-el-bosque-drew-goddard/
3
17 de noviembre de 2013 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno se acerca a una película como La cabaña en el bosque desde un punto de vista donde lo que intenta es buscar una nueva muestra de cine de terror adolescente o, por el contrario, encontrar una rendija por donde se cuele una fina ironía o un intento de mostrarnos las costuras de este tipo de cine.
Hay que tener en cuenta que el productor y el director de este film, Whedon y Goddard, son hombres muy apegados al mundo y lenguaje televisivo y a un cierto contacto con el espectador a través de sus historias que les hace casi partícipes de sus productos y que beben de múltiples fuentes cinematográficas. El puzle creado es fruto de esa forma de trabajar con las imágenes y de esa relación con el espectador que es capaz de creerse cualquier filigrana narrativa por muy inverosímil que sea. A pesar de esta relación “televisiva”, acercarse a esta película es pensar, también, en otras que recuerdan algunos de los planteamientos que vemos aquí, como El show de Truman de Peter Weir o Abierto hasta la oscuridad de Tarantino.
La cabaña en el bosque es un manual de película de terror, desde la elección de los 5 jóvenes personajes (y, por ende, de los actores que encarnan a los mismos) hasta la composición de la historia (saliendo del barrio donde viven en su felicidad total hasta la llegada a la gasolinera y a la casa donde van a pasar el fin de semana ideal) pero algo se trastoca rápidamente, incluso antes de iniciar la propia historia (para regocijo del espectador que sabe mucho más que los propios protagonistas), porque todo está manipulado, todo está establecido para que los chicos caigan en la trampa que ellos mismos se van fabricando aunque realmente no lo sepan hasta muy avanzado el metraje.
Los primeros manipuladores de la vida de los jóvenes (encarnados por los veteranos Richard Jenkins y Bradley Whitford) crecen en la historia sabiendo que realmente no son los últimos que toman las decisiones y que son otros juguetes en manos de seres más poderosos.
Whedon y Goddard juegan con la historia, con los diálogos, con las consecuencias de los actos de los “científicos” que controlan la vida de los personajes pero uno tiene la sensación de que la historia se les va de las manos para terminar en una boutade incontrolada. El cameo final viene a corroborar el que cada vez que la historia avanza es para plantear algo más imposible, algo más fuera del tono de la película…hasta la explosión final donde todo se viene abajo literalmente.
Lo que parecía al principio una nueva y simple historia de terror tocando varios géneros (el slasher, el gore, los zombies…) se transforma en una gran orgía de terror y sangre que se les escapa a los creadores para terminar como algo casi cómico donde lo inverosímil vence a lo narrativamente coherente. Es en este punto donde uno se da cuenta que los propios creadores han jugado con el espectador y que han mezclado tantos estilos para que los espectadores no sepan a cual quedarse. Y es en ese juego entre creador y espectador donde uno se da cuenta del alcance de la propuesta: ¿es realmente una película de género o simplemente un juego de los creadores?
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