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Día de lluvia en Nueva York

Romance. Comedia Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una joven pareja enamorada de universitarios que se dispone a pasar un fin de semana en la ciudad de Nueva York. Ella va a entrevistar al reconocido cineasta Roland Pollard (Liev Schreiber), que pasa por un momento de crisis creativa, y durante su azarosa aventura conocerá al cautivador actor Francisco Vega (Diego Luna). Por su parte, Gatsby también conocerá a una joven, ... [+]
Críticas 138
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6
25 de diciembre de 2019 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero fue la obra original de Fellini.
Su admirador Woody Allen ha retomado esta historia de mitomanía hacía los artistas hasta en tres ocasiones: primero fue con "La rosa púrpura del Cairo", más tarde le dedicaría uno de los episodios de "A Roma con amor" y de nuevo vuelve a la carga con "Día de lluvia en Nueva York".

Película puramente alleniana, con todos y cada uno de los tics del director neoyorquino con sus habituales personajes intelectuales de clase alta paseándose por museos y hablando de arte, cine o música. La genialidad del director y guionista sobresalen de la media habitual, sin embargo resulta resulta repetitivo el continuo homenaje a ciertas obras. En el argumento de "El Jeque Blanco" ya se apuntaba un viaje a la gran ciudad de la pareja protagonista, la separación de ambos al llegar, la fascinación de ella por el mundo de la farándula y del espectáculo, la planificación meticulosa de él, así como su escaqueo de los compromisos familiares, la aparición de una Cabiria en su camino... Argumental y estructuralmente sendas películas comparten el mismo patrón.

Si Fellini hacía una crítica a la tradicional sociedad italiana de provincias regida por las costumbres, el honor, las apariencias, la religión y la familia, Allen continúa con sus habituales relaciones de pareja en las que el humor, el sexo y el destino tienen la voz cantante.
8
14 de octubre de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toma el dinero y corre, así se llamaba la primera película de uno de los más grandes directores de todos los tiempos con permiso de Billy Wilder y uno de los más originales directores de comedia con permiso de I.A.L. Diamond. Después de esa divertida presentación en sociedad, periódicamente, nos ha ido regalando cada año sus elegantes comedias de inteligentes diálogos y finas presentaciones que se convierten en un reflejo de una sociedad cercana a él y que, sin el, nunca podríamos conocer.
En esta ocasión vuelve a retratar unos personajes que él conoce muy bien y nos los presenta con total normalidad pero con un gran cariño y dentro de unas tramas cruzadas perfectamente entrelazadas que nos hacen otro recorrido turístico por la bella ciudad de New York. Un New York que yo no he conocido y que existe.
Elle Fannig está maravillosa, brillante, simpática. Timothee Chalamet se convierten en una joven pareja cargada de esperanzas diferentes.Dos jóvenes que se gustan pero tienen propósitos que parecen los mismos pero que pueden cambiar por un poco de lluvia. El resto de personajes giran alrededor de ellos y enriquecen la trama hasta convertirse en única. Jude Law, Liev Schreiber,Diego Luna y el desparpajo de Selena Gomez, todos personajes muy interesantes de los que nos gustaría sabe más.
Pero nada hay más interesante en las películas de Allen que esa dirección de actores acompañada de una selección musical y una fotografía de una calidad única. Todo en ella es Allen, Toda e pan ella es Woody. La mejor película de Allen en muchos años
8
17 de octubre de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Día de lluvia en Nueva York

Todos sabemos que la lluvia no es una rareza en Nueva York. Las precipitaciones son frecuentes en la ciudad de los rascacielos y una mañana soleada sin una sola nube no te garantiza que en el transcurso del día no termines empapado bajo el alud de una tonificante ducha.
Pero el influjo de Nueva York, ya sea bajo el sol, la lluvia, la bruma o la nieve, siempre conserva un indescriptible halo de seducción que nos atrapa y enamora. Y más aún si el amante más fiel, apasionado y conocedor de esta gran metrópoli es quien la retrata. Cinco años antes de que Woody Allen filmara su inolvidable “Manhattan”, yo quedaba deslumbrado al visitar por primera vez la Gran Manzana. Así que no sabría sopesar el grado de influencia que Allen ha ejercido sobre mí a lo largo de todos estos años, pero la admiración e hipnótica atracción que esta ciudad ejerce sobre mí permanecen intactas desde hace ya, se dice pronto, cinco décadas.
“Día de lluvia en Nueva York” es sencillamente la constatación de que el genio de Allen, su apabullante destreza narrativa, la agilidad y capacidad con la que nos envuelve, la exquisita lucidez de los diálogos y la agilidad con la que encadena una escena tras otra, no han perdido un ápice de frescura. De cómo este hombre a los 84 años se las ingenia para escribir y rodar una película al año conociendo las dificultades y el titánico esfuerzo que ello supone, sin bajar el listón de la excelencia, solo se entiende desde la excepcionalidad de una vitalidad, voluntad e inteligencia fuera del alcance de mi comprensión.
Veo esta película de principio a fin sin un solo pestañeo, me abandono a la agradable sensación que producen las cosas hechas con talento y buen gusto mientras una permanente sonrisa me acompaña durante su escasa hora y media de metraje que se hacen tan cortas como el día de un niño en un parque temático.
Construye personajes con un conocimiento absoluto de sus debilidades y caprichosas inclinaciones, se burla irónicamente de sus incomprensibles crisis existenciales, de la ridícula afectación y otras singularidades que afectan la excéntrica naturaleza de una privilegiada clase social que él disecciona con admirable destreza.
Y no puedo evitar la sospecha de que Allen convierte a Gatsby Welles -genialmente interpretado por Timothée Chalamet-, un joven universitario de la exclusiva universidad de Yardley e hijo de una acaudalada familia, en su “alter ego”. Además, una atractiva, brillante, divertida y deliciosamente histriónica Elle Fanning da luz y vida a Ashley, novia y compañera de Gatsby en la misma universidad la que, junto al resto del elenco, completa esta chispeante comedia de enredos que yo aconsejo ver y disfrutar a todos y cada uno de mis improbables lectores.

Emilio Castelló Barreneche
6
21 de octubre de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos los grandes artistas tienen la capacidad de hacer grandes obras, y otras obras más pequeñitas. Encajándolo en la terminología de la música clásica, no es lo mismo hacer una sinfonía que un divertimento, aunque en ambos casos pueda percibirse la esencia del artista. Bueno, pues algo así sucede con la última película de Woody Allen: no es una de sus películas importantes, pero contiene todas las claves del singular universo del director. Diálogos divertidos, música de jazz, romances, el cine dentro del cine, líos, un protagonista atribulado que no es sino el alter ego de Allen (otra vez) y por supuesto, Nueva York, la sempiterna ciudad que tantas veces ha homenajeado en su cine, esplendorosamente retratada en "Manhattan", uno de los (grandes) pilares de su cinematografía.

Y de rondón, Allen también toca algo que ha planeado en sus películas: la fama y el vértigo del azar, que es capaz de convertirte en una estrella en un segundo, para al siguiente olvidarte para siempre. Esa especie de destino caprichoso, que lo embarga todo y que, como si fuera una enorme ruleta, es imposible de predecir (no en vano su anterior -y mediocre- película se llama "Wonder Wheel", o sea "La Rueda de la Fortuna").

Pero la película, aunque pudiera resultarnos cómplices si ya conocemos la obra de Woody Allen, y nos hiciera reencontrarnos con todas esas claves, descontextualizada resulta bastante poco creíble, ya que los personajes -que son unos adolescentes- hablan como si tuvieran 60 años (o incluso 70), y tienen claves culturales, existenciales, familiares y económicas más propias de otras edades, especialmente el protagonista, Gatsby -en homenaje a la obra de Scott Fitzgerald- un rebelde estudiante de desbordante cultura, pianista y jugador de póker que va con su novia pueblerina -aunque de buena familia- a Nueva York para enseñarle la gran manzana y de camino que la periodista en ciernes entreviste a un famoso director de cine en crisis. Y por supuesto, todos los planes que estaban pensados se van al traste cuando el destino empieza a jugar con los dos personajes de las maneras más caprichosas. Como viene siendo marca de la casa, la película está arropada por un reparto impresionante, ya que olvidándonos de sus dos protagonistas -Timothée Chalamet y Elle Fanning- también tenemos oportunidad de ver a Lieb Schreiber (también desdoblado en otra cara del propio Allen), a Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna o Rebecca Hall, entre otros.

Olvidándonos del injusto trato que se le está dando a este director por la polémica de los abusos hacia su hija -que, recuerdo, no solo han sido desestimados y dados por falsos por la justicia norteamericana, sino también por su otro hijo, que también es hermano de la acusadora...- se nota un cierto cansancio y decadencia en el director, que a sus 83 años, sigue contando la misma historia una y otra vez. Y que ya no se hace acompañar de otros guionistas para actualizar su mensaje, algo que él mismo declaró en muchas entrevistas como recomendable para todos los directores (opinión que también compartió Billy Wilder).

¿Es un verdadero Woody Allen? Por supuesto. ¿Aporta algo a su obra? No. ¿Tienen gracia sus chistes? Algunos sí, pero otros nada (y además resultan falsos, impostados, y en muchos casos, fuera de lugar). Lo cierto es que da un poco de pena ver como uno de los grandes narradores del cine contemporáneo empieza a perder su fuelle, y sus películas son cada vez más irregulares, aunque conserven parte del brillo del creador. Es una obra menor, un simple "divertimento" al modo de Allen, pero no se le puede pedir nada más.
6
21 de octubre de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A rainy day in New York supone otra obra más de Woody Allen, lo cual no es tan positivo si tenemos en cuenta que no dejará marca en nuestros recuerdos. Eso no significa que no esté en forma, sino más bien que ha tomado por costumbre ponerse tras las cámaras de un género al que no parece sacarle mucho más jugo. Eso sí, el elenco de actores es de traca, comenzando con el futuro de Hollywood: Timothée Chalamet, un bohemio estudiando rico que se ha prendado de una joven y cándida estudiante de periodismo (Elle Fanning).

Esta ha de viajar a Nueva York para entrevistar a un director de cine, casualmente su favorito (Liev Schreiber), y aprovecha junto a su novio para pasar un fin de semana inolvidable. Y tanto que lo es. Por el camino encontrará, además de al director apesadumbrado porque no todo en su película va como debiera, a uno de sus actores favoritos (Diego Luna). Por otra parte, su novio se reencontrará con una antigua amistad (Selena Gomez), con quien también descubrirá el verdadero propósito de una vida llena de comodidades, tan bohemia y azarosa como un juego de cartas. Es una comedia que arranca sonrisas con su variedad de situaciones y que busca cierta esencia reflexiva.

En definitiva, DÍA DE LLUVIA EN NUEVA YORK supone una película de comedia más de Woody Allen que, pese a todo, disfrutaremos de la profundidad y carisma de sus personajes pero que olvidaremos rápidamente. Tiene encanto la ciudad, la pareja y las circunstancias que se dan, pero temo que el bueno de Woody Allen se esté quedando sin ideas. Entretiene, así que echadle un vistazo.
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