La boda de Rosa
6.1
8,926
Comedia. Drama
A punto de cumplir 45, Rosa se da cuenta de que ha vivido siempre para los demás y decide marcharse, dejarlo todo y apretar el botón nuclear. Quiere tomar las riendas de su vida y cumplir el sueño de tener un negocio propio. Pero pronto descubrirá que su padre, sus hermanos y su hija tienen otros planes, y que cambiar de vida no es tan sencillo si no está en el guion familiar.
19 de junio de 2022
19 de junio de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una película que me ha despertado dos sentimientos.
El primero es que como fábula de la búsqueda de la independencia, la libertad, el reconocimiento de uno mismo ante todo y ante todos me ha parecido genial.
Ya es hora de ir destruyendo el mito de que la soledad es mala y perniciosa y que las personas con pareja, hijos, mucha familia, etc... son más felices. Mentira total, la mayoría viven en soledades compartidas, mal acompañados y bastante amargados, mientras que los solitarios de verdad viven tan panchos y tranquilos.
El segundo sentimiento que me ha provocado es que está explicada de forma artificiosa y absurda, la protagonista decide casarse con sí misma (?) pero solo anuncia su boda sin más, nadie le pregunta ni por el novio o la novia, ni desde cuando ha conocido a alguien que sería lo normal, ella sigue como si nada creando una situación absurda e ilógica con toda la familia.
Está muy bien llevada, muy bien interpretada, tiene rasgos costumbristas muy "valencianets" que al igual que las fallas son muy de mascarada, de charanga y pandereta, pero aún así.... es engañosa e irreal, como las fallas.
No obstante la considero una buena película, muy distraída, divertida y recomendable.
El primero es que como fábula de la búsqueda de la independencia, la libertad, el reconocimiento de uno mismo ante todo y ante todos me ha parecido genial.
Ya es hora de ir destruyendo el mito de que la soledad es mala y perniciosa y que las personas con pareja, hijos, mucha familia, etc... son más felices. Mentira total, la mayoría viven en soledades compartidas, mal acompañados y bastante amargados, mientras que los solitarios de verdad viven tan panchos y tranquilos.
El segundo sentimiento que me ha provocado es que está explicada de forma artificiosa y absurda, la protagonista decide casarse con sí misma (?) pero solo anuncia su boda sin más, nadie le pregunta ni por el novio o la novia, ni desde cuando ha conocido a alguien que sería lo normal, ella sigue como si nada creando una situación absurda e ilógica con toda la familia.
Está muy bien llevada, muy bien interpretada, tiene rasgos costumbristas muy "valencianets" que al igual que las fallas son muy de mascarada, de charanga y pandereta, pero aún así.... es engañosa e irreal, como las fallas.
No obstante la considero una buena película, muy distraída, divertida y recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena del ayuntamiento con ban de música y todo es esperpéntica así como la posterior en la playa jurándose fidelidad y amor eterno a si misma ante la resignación y estupor de todos los demás.
17 de julio de 2022
17 de julio de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El final se intuye en el primer cuarto de hora y, por tanto, no sorprende en absoluto. Pero lo importante es el camino, la travesía tragicómica, acertada y verídica que es "La boda de Rosa", sobre muchísima gente que lleva años viviendo por y para los demás. Por suerte, algunos, como Rosa, dicen basta.
Omitiendo el personaje de la hija, por caprichoso e infumable, así como su actriz, Rosa padece la intromisión constante de un padre aburrido de su soledad y, a su vez, tiene que lidiar con la dejadez de unos hermanos que van a su bola, uno sobrepasado por la tarea de padre y de recuperación de su mujer, y la otra envuelta en una espiral de trabajo y alcohol que no le da tiempo para pensar en nadie más que en ella. Tres personajes excelentes, tan rabiosamente reales que podremos reconocer en nuestro entorno o en el de alguien cercano y, que si bien en un principio parecen una caricatura y estar escritos a brocha gorda, poco a poco iremos descubriendo su humanidad, esa complejidad que los hace verosímiles.
Los interpretan tres actores fabulosos como son Ramón Barea, Sergi López y Nathalie Poza. Estos últimos, especialmente desternillantes. Ellos ayudan a desquiciar a una Candela Peña que hace un recital, en ella no sorprende tanto porque estamos hablando de una de las mejores actrices que tenemos, una que puede hacer la comedia más disparatada y, a la vez, el drama más insondable. Para muestra, este botón: una película sencilla y honesta, y que por ello da en el clavo. Su comedia es mejorable, su drama también, de hecho casi todo lo es, pero no se puede negar que Icíar Bollaín sabe contar historias, sabe cómo ofrecernos un periplo emocional que va desde el ahogo sostenido en el tiempo hasta la explosión que supone romper con todo, siempre con daños colaterales y quilos y quilos de culpa y miedo.
Eso es lo que hace Rosa y lo que muchos deberían hacer. Casarse con uno mismo, no hablo de la ceremonia sino ese pacto interno, contigo mismo, de ponerte por delante, de saber que si uno mismo no está bien, no podrá ayudar a nadie. "La boda de Rosa" es escogerse a uno mismo, serle fiel y procurar la propia felicidad. Pocas cosas hay más importantes en esta vida.
Omitiendo el personaje de la hija, por caprichoso e infumable, así como su actriz, Rosa padece la intromisión constante de un padre aburrido de su soledad y, a su vez, tiene que lidiar con la dejadez de unos hermanos que van a su bola, uno sobrepasado por la tarea de padre y de recuperación de su mujer, y la otra envuelta en una espiral de trabajo y alcohol que no le da tiempo para pensar en nadie más que en ella. Tres personajes excelentes, tan rabiosamente reales que podremos reconocer en nuestro entorno o en el de alguien cercano y, que si bien en un principio parecen una caricatura y estar escritos a brocha gorda, poco a poco iremos descubriendo su humanidad, esa complejidad que los hace verosímiles.
Los interpretan tres actores fabulosos como son Ramón Barea, Sergi López y Nathalie Poza. Estos últimos, especialmente desternillantes. Ellos ayudan a desquiciar a una Candela Peña que hace un recital, en ella no sorprende tanto porque estamos hablando de una de las mejores actrices que tenemos, una que puede hacer la comedia más disparatada y, a la vez, el drama más insondable. Para muestra, este botón: una película sencilla y honesta, y que por ello da en el clavo. Su comedia es mejorable, su drama también, de hecho casi todo lo es, pero no se puede negar que Icíar Bollaín sabe contar historias, sabe cómo ofrecernos un periplo emocional que va desde el ahogo sostenido en el tiempo hasta la explosión que supone romper con todo, siempre con daños colaterales y quilos y quilos de culpa y miedo.
Eso es lo que hace Rosa y lo que muchos deberían hacer. Casarse con uno mismo, no hablo de la ceremonia sino ese pacto interno, contigo mismo, de ponerte por delante, de saber que si uno mismo no está bien, no podrá ayudar a nadie. "La boda de Rosa" es escogerse a uno mismo, serle fiel y procurar la propia felicidad. Pocas cosas hay más importantes en esta vida.
28 de noviembre de 2022
28 de noviembre de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
He de confesar que tengo una debilidad por Iciar Bollarín. Inmediatamente me identifico con esos personajes cotidianos, sinceros, que luchan para ser felices en un entorno que entorpece esa conquista.
Todos los actores están magníficos, Candela y Sergio especialmente.
Que la película se desarrolle en Valencia me parece un enorme acierto porque en ningún otro sitio está tan arraigado el uso de la comicidad en situaciones dramáticas. La escena de la boda en la cala es antológica, digna de haber ser rodada por Berlanga, donde convive la España festiva y jovial frente a la conservadora y aburrida. Todo es posible en Valencia
Una película que intenta colaborar en que no dejemos de cuidarnos, única manera de poder cuidar y amar a otros.
Todos los actores están magníficos, Candela y Sergio especialmente.
Que la película se desarrolle en Valencia me parece un enorme acierto porque en ningún otro sitio está tan arraigado el uso de la comicidad en situaciones dramáticas. La escena de la boda en la cala es antológica, digna de haber ser rodada por Berlanga, donde convive la España festiva y jovial frente a la conservadora y aburrida. Todo es posible en Valencia
Una película que intenta colaborar en que no dejemos de cuidarnos, única manera de poder cuidar y amar a otros.
6 de junio de 2023
6 de junio de 2023
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Quién no ha vivido esta historia no puede sentir este perfecto guión. La realidad supera a la ficción pero en esta ocasión se aproxima. Vivir para los demás, ser invisible pero imprescindible, tomar decisiones sin tomarlas. El tono humorístico sólo esconde las vergüenzas de familiares y amistades. Entiendo que no guste a todo el mundo pero para mí es perfecta.
3 de enero de 2021
3 de enero de 2021
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por la nota -(esta vez me has fallado, Filmaffinity)- y los premios -(ya esta claro que eso de los premios no es una garantía y son sospechosamente imparciales al concederlos)- no esperaba esta...cosa.
Me ha recordado a la típica comedia española previsible de diálogos chorras con un "perdona, lo siento mucho" o un abrazo que intenta arrancar un ápice de emoción cuando todo el mundo lo espera (a lo Ocho apellidos vascos o Padre no hay más que uno).
Un apunte: a mí me ha emocionado cero.
La diferencia con las anteriores es que en ésta aparece Candela Peña, que me encanta, y ni aún así se salva.
Una historia llena de parlamentos manidos y básicos al extremo. Vale, sí, el mensaje es importante...pero no a cualquier precio. El público es inteligente, el público es selectivo, el público tiene sentido crítico y no todo vale.
He aguantado hasta el final para poder decir con la boca bien grande: "¡Qué cosa tan mala!".
Me ha recordado a la típica comedia española previsible de diálogos chorras con un "perdona, lo siento mucho" o un abrazo que intenta arrancar un ápice de emoción cuando todo el mundo lo espera (a lo Ocho apellidos vascos o Padre no hay más que uno).
Un apunte: a mí me ha emocionado cero.
La diferencia con las anteriores es que en ésta aparece Candela Peña, que me encanta, y ni aún así se salva.
Una historia llena de parlamentos manidos y básicos al extremo. Vale, sí, el mensaje es importante...pero no a cualquier precio. El público es inteligente, el público es selectivo, el público tiene sentido crítico y no todo vale.
He aguantado hasta el final para poder decir con la boca bien grande: "¡Qué cosa tan mala!".
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