El tesoro de la Sierra Madre
1948 

8.1
16,470
Aventuras. Western
Año 1925. Fred C. Dobbs (Humphrey Bogart) decide ir a Tampico en busca de oro para salir de la miseria. Emprende el viaje con otros dos vagabundos (Walter Huston y Tim Holt), pero la codicia y la envidia que surge entre ellos les creará más problemas que cualquier dificultad del camino. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2012
1 de mayo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una excepcional visión de como la avaricia puede transformar al ser humano, el maestro Huston nos muestra el antes y el después de Fred Dobbs encarnado por un gran Bogart, que con el transcurso del metraje podemos apreciar el cambio tanto físico como mental que el dorado mineral hace mella en el. Bien secundado por el padre del director Walter Huston ( que ganó el Oscar a Mejor Secundario por este papel ) encarnando a un resabiado buscador de oro, y a Tim Holt en su mas recordado papel poniendole el contrapunto de cordura a Bogart. Según va pasando la película uno no puede evitar acordarse en múltiples ocasiones de la pregunta que le hace Bob a Fred a cuenta de una frase del viejo cuando ambos aún viven en la miseria y la amistad y a camaradería aun no se han visto corrompidas por lo material ( esta reflexión da mucho que pensar ) y la contestación de este.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Bob : ¿ de verdad crees que el oro puede provocar esas terribles consecuencias en un hombre ?
Fred: creo que eso dependerá del hombre.
Mención aparte el irónico final con el ávaro muerto a mano de varios ávaros y Bob y el viejo conformandose con lo que ya tenían al principio de la película y habiendo aprendido la lección que les ha dado la vida, aunque nadie sabe por cuanto tiempo....
Fred: creo que eso dependerá del hombre.
Mención aparte el irónico final con el ávaro muerto a mano de varios ávaros y Bob y el viejo conformandose con lo que ya tenían al principio de la película y habiendo aprendido la lección que les ha dado la vida, aunque nadie sabe por cuanto tiempo....
20 de junio de 2014
20 de junio de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el 1948 John Huston rodó una de sus mejores películas, una obra que adaptando la novela de Ben Traven (personaje ciertamente enigmático, aún hoy en día se desconoce su auténtica identidad[1]), conseguiría alzarse como una de las mejores películas del género de aventuras e incluyendo además una profunda descripción de la ambición humana como mensaje primordial. Me refiero claro está, a The Treasure of the Sierra Madre (El Tesoro de Sierra Madre, 1948).
En los primeros momentos somos testigos de algo que ya resulta realmente sorprendente, y es el hecho de encontrarnos un personaje principal que es el culmen del Antiglamour del cine clásico Hollywoodiense. Pero es que además, el actor que interpreta este personaje es ni más ni menos Humphrey Bogart, actor que si bien es cierto que nunca interpretó a los clásicos galanes prototípicos de Hollywood, como pudieran ser Clarck Gable o James Stewart, es (y era) conocido por todos por su faceta como actor en películas de cine negro, donde desarrolló un personaje que aunque tenía muchas sombras en su interior (como cualquier investigador privado que se precie) acababa convenciendo por carisma al espectador, que se ponía siempre de su parte. El mismo John Huston ayudó a configurar esta imagen de Bogart en su opera prima, The Maltese Falcon (El halcón Maltés, 1941).
Y precisamente por eso, una de las cosas que más sorprende es su ruptura con algunos convencionalismos del cine clásico, como es la concepción que hace El Tesoro de Sierra Madre de la figura que interpreta Bogart. Ya en los primeros compases del film aparece al descubierto una temática poco tratada en el cine clásico, como es la pobreza y las penurias económicas de la clase social más baja. Bogart interpreta en El Tesoro de Sierra Madre a un vagabundo que vive en una ciudad Mexicana. La película no escatima en el hecho de mostrarnos a un personaje totalmente antiglamouroso que vive en la indigencia y que necesita pedir limosna para poder sobrevivir. De hecho, y a pesar de que nuestro protagonista es norteamericano, muchos otros compañeros mexicanos están en una situación económica mucho más favorable que la suya.
En esta primera media hora de la película John Huston se hace eco de una problemática que además trata con una sensibilidad muy pertinente. Finalmente, nuestro protagonista decidirá embarcarse junto a dos compañeros más, interpretados respectivamente por Walter Huston y Tim Holt, en una aventura que les llevará hasta un lugar desamparado de México en busca de oro. Walter Huston interpreta a un anciano personaje, que es el más experimentado en estas lides, y que les enseñará a los otros dos la manera de conseguir el preciado oro. Este personaje, que frecuentemente recurre a la experiencia para adivinar los errores que los dos jóvenes personajes están a punto de cometer, (la película deja en suspense el pasado del personaje, pero se intuye que tuvo que afrontar durante su juventud una situación muy similar) es precisamente uno de los cáracteres con los que John Huston saca más provecho.
El tesoro de Sierra Madre es una de las radiografías más terribles que se han hecho en el séptimo arte sobre la codicia y la ambición humana. Encarnada en el ya comentado personaje que interpreta Humprey Bogart, la historia pone de relieve los límites que puede llegar a rebasar el ser humano con tal de conseguir un puñado de dinero y oro más que el compañero. Ya en los primeros compases de la historia se anticipa el dramático resultado final de la película, con las premoniciones que realiza el personaje interpretado por Walter Huston. Para la historia del cine queda el amargo y a la vez elogiable final (a pesar de que pierden el oro, por lo menos conservan lo más importante, la vida) que tiene algún símil con otros finales igual de amargos y cínicos del cine clásico como el que veíamos enThe Killing (Atraco Perfecto, 1956) de Stanley Kubrick o en otra película del propio John Huston, realizada dos años después de El Tesoro de Sierra Madre como la célebre The Asphalt Jungle (La jungla de Asfalto, 1950)
La fotografía de Ted McCord es sin duda una de los mejores trabajos en este aspecto de todo el cine clásico. La película además fue una de las primeras del Hollywood clásico en ser rodada íntegramente en exteriores, algo que aporta una frescura y una atmósfera que ciertamente se nota en la película. Sin duda el paisaje tiene además una connotación alégorica que podemos ligar con el desarrollo temático de la película: La pobreza del marginado social en la urbe (en los compases iniciales), la fauna salvaje en la mina de oro (que pone al descubierto la naturaleza humana del hombre, muy en una línea Hoobesiana) y el árido desierto del tramo final (que liga con la epopeya fallida que trata de realizar el personaje de Humprey Bogart).
http://neokunst.wordpress.com/2014/06/20/john-huston-el-tesoro-de-sierra-madre-1948/
En los primeros momentos somos testigos de algo que ya resulta realmente sorprendente, y es el hecho de encontrarnos un personaje principal que es el culmen del Antiglamour del cine clásico Hollywoodiense. Pero es que además, el actor que interpreta este personaje es ni más ni menos Humphrey Bogart, actor que si bien es cierto que nunca interpretó a los clásicos galanes prototípicos de Hollywood, como pudieran ser Clarck Gable o James Stewart, es (y era) conocido por todos por su faceta como actor en películas de cine negro, donde desarrolló un personaje que aunque tenía muchas sombras en su interior (como cualquier investigador privado que se precie) acababa convenciendo por carisma al espectador, que se ponía siempre de su parte. El mismo John Huston ayudó a configurar esta imagen de Bogart en su opera prima, The Maltese Falcon (El halcón Maltés, 1941).
Y precisamente por eso, una de las cosas que más sorprende es su ruptura con algunos convencionalismos del cine clásico, como es la concepción que hace El Tesoro de Sierra Madre de la figura que interpreta Bogart. Ya en los primeros compases del film aparece al descubierto una temática poco tratada en el cine clásico, como es la pobreza y las penurias económicas de la clase social más baja. Bogart interpreta en El Tesoro de Sierra Madre a un vagabundo que vive en una ciudad Mexicana. La película no escatima en el hecho de mostrarnos a un personaje totalmente antiglamouroso que vive en la indigencia y que necesita pedir limosna para poder sobrevivir. De hecho, y a pesar de que nuestro protagonista es norteamericano, muchos otros compañeros mexicanos están en una situación económica mucho más favorable que la suya.
En esta primera media hora de la película John Huston se hace eco de una problemática que además trata con una sensibilidad muy pertinente. Finalmente, nuestro protagonista decidirá embarcarse junto a dos compañeros más, interpretados respectivamente por Walter Huston y Tim Holt, en una aventura que les llevará hasta un lugar desamparado de México en busca de oro. Walter Huston interpreta a un anciano personaje, que es el más experimentado en estas lides, y que les enseñará a los otros dos la manera de conseguir el preciado oro. Este personaje, que frecuentemente recurre a la experiencia para adivinar los errores que los dos jóvenes personajes están a punto de cometer, (la película deja en suspense el pasado del personaje, pero se intuye que tuvo que afrontar durante su juventud una situación muy similar) es precisamente uno de los cáracteres con los que John Huston saca más provecho.
El tesoro de Sierra Madre es una de las radiografías más terribles que se han hecho en el séptimo arte sobre la codicia y la ambición humana. Encarnada en el ya comentado personaje que interpreta Humprey Bogart, la historia pone de relieve los límites que puede llegar a rebasar el ser humano con tal de conseguir un puñado de dinero y oro más que el compañero. Ya en los primeros compases de la historia se anticipa el dramático resultado final de la película, con las premoniciones que realiza el personaje interpretado por Walter Huston. Para la historia del cine queda el amargo y a la vez elogiable final (a pesar de que pierden el oro, por lo menos conservan lo más importante, la vida) que tiene algún símil con otros finales igual de amargos y cínicos del cine clásico como el que veíamos enThe Killing (Atraco Perfecto, 1956) de Stanley Kubrick o en otra película del propio John Huston, realizada dos años después de El Tesoro de Sierra Madre como la célebre The Asphalt Jungle (La jungla de Asfalto, 1950)
La fotografía de Ted McCord es sin duda una de los mejores trabajos en este aspecto de todo el cine clásico. La película además fue una de las primeras del Hollywood clásico en ser rodada íntegramente en exteriores, algo que aporta una frescura y una atmósfera que ciertamente se nota en la película. Sin duda el paisaje tiene además una connotación alégorica que podemos ligar con el desarrollo temático de la película: La pobreza del marginado social en la urbe (en los compases iniciales), la fauna salvaje en la mina de oro (que pone al descubierto la naturaleza humana del hombre, muy en una línea Hoobesiana) y el árido desierto del tramo final (que liga con la epopeya fallida que trata de realizar el personaje de Humprey Bogart).
http://neokunst.wordpress.com/2014/06/20/john-huston-el-tesoro-de-sierra-madre-1948/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
[1] En el libro escrito por J.D Lasica, Darknet: La guerra contra la generación digital y el futuro de los medios, Ed.Nowtilus, Madrid 2006.p.96 se recoge la teoría de que el autor fue en realidad un escritor anarquista alemán, que pretendía satirizar el sistema capitalista mediante una novela que trataba el tema de la fiebre del oro. Esto explicaría en parte la idiosincrasia de El Tesoro de Sierra Madre, una película ciertamente crítica contra la ideología del Establishment.
28 de agosto de 2014
28 de agosto de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tesoro de Sierra Madre de John Huston es un drama de aventuras sobre la búsqueda del oro. Dirigida con un ritmo tranquilo pero dinámico y un estilo personal que se encarga de señalar la codicia y la desconfianza cuando aumentan las riquezas gracias al encuentro del oro, es una obra admirable y de visión obligada para cualquier cinéfilo clásico. Realizada de modo atractivo tiene un resultado excepcional que la convierten en una de las cintas sobresalientes e indispensables del director.
La fotografía en blanco y negro es sugerente al mostrar la naturaleza en un magistral trabajo visual que está repleto de detalles. La música es variada y evocadora al lugar gracias a unos sonidos que inquietan o emocionan según el momento de la acción en una notable labor musical de Max Steiner. Los planos y movimientos de cámara desarrollan una estupenda tarea técnica a través del uso del seguimiento, generales, avanti, retroceso y cámara en mano.
Las actuaciones son remarcables. Como protagonistas Humphrey Bogart actúa con oscuridad psicológica, Walter Huston está carismático y brillante digno ganador del oscar al mejor actor de reparto y Tim Holt hila una interpretación íntegra y notable, siendo buenos los acompañamientos de Bruce Bennett y Barton MacLane entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones escasos y humildes al igual que los decorados, que son sugestivos y te transportan in situ cumpliendo ampliamente con su cometido.
El guion, escrito por el director y adaptado de la novela de Ben Traven, es cautivante al tener una trama sustanciosa que incita al público por ser una historia que saca a la luz las principales debilidades del ser humano en un implacable trabajo que lleva un claro mensaje que se queda en la mente del espectador. Esto se lleva a cabo con una narrativa clásica y llena de insidias que muestra la desconfianza de los personajes a medida que aumenta sus riquezas, llegando incluso a la paranoia en alguno de ellos.
En conclusión, la considero una de las obras indelebles y esenciales no solo en la filmografía del director sino del cine en general, que además tiene en su interior una auténtica lección de cómo no dejarse llevar por la codicia aunque obviamente no es cumplido por todos. Muy recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de El tesoro de sierra madre, un film sobresaliente que encantará a cualquier buscador de cine clásico de categoría.
La fotografía en blanco y negro es sugerente al mostrar la naturaleza en un magistral trabajo visual que está repleto de detalles. La música es variada y evocadora al lugar gracias a unos sonidos que inquietan o emocionan según el momento de la acción en una notable labor musical de Max Steiner. Los planos y movimientos de cámara desarrollan una estupenda tarea técnica a través del uso del seguimiento, generales, avanti, retroceso y cámara en mano.
Las actuaciones son remarcables. Como protagonistas Humphrey Bogart actúa con oscuridad psicológica, Walter Huston está carismático y brillante digno ganador del oscar al mejor actor de reparto y Tim Holt hila una interpretación íntegra y notable, siendo buenos los acompañamientos de Bruce Bennett y Barton MacLane entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones escasos y humildes al igual que los decorados, que son sugestivos y te transportan in situ cumpliendo ampliamente con su cometido.
El guion, escrito por el director y adaptado de la novela de Ben Traven, es cautivante al tener una trama sustanciosa que incita al público por ser una historia que saca a la luz las principales debilidades del ser humano en un implacable trabajo que lleva un claro mensaje que se queda en la mente del espectador. Esto se lleva a cabo con una narrativa clásica y llena de insidias que muestra la desconfianza de los personajes a medida que aumenta sus riquezas, llegando incluso a la paranoia en alguno de ellos.
En conclusión, la considero una de las obras indelebles y esenciales no solo en la filmografía del director sino del cine en general, que además tiene en su interior una auténtica lección de cómo no dejarse llevar por la codicia aunque obviamente no es cumplido por todos. Muy recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de El tesoro de sierra madre, un film sobresaliente que encantará a cualquier buscador de cine clásico de categoría.
4 de marzo de 2015
4 de marzo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El guionista y director de “El halcón Maltés”, John Huston alcanzó el éxito absoluto de crítica y público con esta película de aventuras en estado puro, un western fuera de lugar y contexto, heredado de la mitología del fracaso, del “looser”, perdedores que poblaron el cine característico de Huston. Basada en la novela homónima de B. Traven, escritor cuya auténtica personalidad sigue siendo hoy objeto de especulación, “El tesoro de Sierra Madre” se conserva como una de las más famosas de la historia del cine. Aunque, en mi opinión, resulta a veces irregular (el excesivo folclorismo) alguna redundancia innecesaria y un tanto discursiva, lo que no desmerece es el conjunto que me parece apasionante por ese fatalismo que impregna las peripecias de los personajes.
La odisea de los improvisados buscadores de oro: Dobbs (un excesivamente forzado Humphrey Bogart), un mendigo hedonista y mezquino que vagabundea por las calles de Tampico (Mexico), donde conoce a Curtain (excelente Tim Holt), un joven noble y honesto, abandonado a su suerte y el anciano Howard (magistral Walter Huston), un experimentado aventurero al que encuentran en un albergue y que les reclutará en busca de fortuna. La narración se adscribe a un itinerario moral y físico que devendrá en un ambiente de opresión y recelo sobre la naturaleza del ser humano. La búsqueda del oro y el regreso a la civilización, atravesado por el estallido de diferentes conflictos (la ambición, la codicia, el egoísmo) y situaciones límite que forman el retrato fiel de unos perdedores desheredados.
Me gusta como Huston muestra la degradación del ser humano, en un terreno infiernal poblado de alimañas y cactus, arrastrado por acumular bienes materiales, en pos de los objetivos marcados por la propia sociedad, para ser reconocidos por ésta como un auténtico triunfador. La obsesión que seduce al abyecto y pendenciero Dobbs, me encanta la filosofía de la vida y el sentido del humor del viejo y sabio Howard, su liturgia en las tareas del oro, y por supuesto me conmueve el aprendizaje moral y la humanidad del joven Curtain, cómo se emociona hasta el punto de querer compartir su fortuna, cuando lee la emotiva carta de la esposa de Cody, el infortunado buscador de oro que intenta sumarse al grupo. Una aventura exterior pero también interior que nos sirve de reflexión ante lo verdaderamente importante, el mejor tesoro no deja de ser la experiencia vivida.
La odisea de los improvisados buscadores de oro: Dobbs (un excesivamente forzado Humphrey Bogart), un mendigo hedonista y mezquino que vagabundea por las calles de Tampico (Mexico), donde conoce a Curtain (excelente Tim Holt), un joven noble y honesto, abandonado a su suerte y el anciano Howard (magistral Walter Huston), un experimentado aventurero al que encuentran en un albergue y que les reclutará en busca de fortuna. La narración se adscribe a un itinerario moral y físico que devendrá en un ambiente de opresión y recelo sobre la naturaleza del ser humano. La búsqueda del oro y el regreso a la civilización, atravesado por el estallido de diferentes conflictos (la ambición, la codicia, el egoísmo) y situaciones límite que forman el retrato fiel de unos perdedores desheredados.
Me gusta como Huston muestra la degradación del ser humano, en un terreno infiernal poblado de alimañas y cactus, arrastrado por acumular bienes materiales, en pos de los objetivos marcados por la propia sociedad, para ser reconocidos por ésta como un auténtico triunfador. La obsesión que seduce al abyecto y pendenciero Dobbs, me encanta la filosofía de la vida y el sentido del humor del viejo y sabio Howard, su liturgia en las tareas del oro, y por supuesto me conmueve el aprendizaje moral y la humanidad del joven Curtain, cómo se emociona hasta el punto de querer compartir su fortuna, cuando lee la emotiva carta de la esposa de Cody, el infortunado buscador de oro que intenta sumarse al grupo. Una aventura exterior pero también interior que nos sirve de reflexión ante lo verdaderamente importante, el mejor tesoro no deja de ser la experiencia vivida.
5 de octubre de 2019
5 de octubre de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De los grandes directores estado unidenses de estas décadas de hollywood, todo el mundo se suele quedar siempre con Ford, pero es que Huston me tira mucho mas. Como disfruto viendo sus películas.
Rodada en varias locaciones fuera de EEUU, lo que seguro hizo que fuera una grabación bastante complicada para ese año. Totalmente artesanal, como me gusta a mi. Le da mucho mas realismo a todo lo que cuentan.
Una película que nos habla sobre lo peor y lo mejor del ser humano, todo esto acompañado muy bien con esos claros y oscuros de la BSO de Max Steiner, que me ha gustado mucho y conste que no soy nada fan de la música de las pelis de esta época.
No conozco ningún actor actual de la talla de Bogart, que aceptara su papel hoy en día.
Pero esta vez por encima suya está el pedazo de trabajo que hace el padre John Huston, el sabio de la película.
Rodada en varias locaciones fuera de EEUU, lo que seguro hizo que fuera una grabación bastante complicada para ese año. Totalmente artesanal, como me gusta a mi. Le da mucho mas realismo a todo lo que cuentan.
Una película que nos habla sobre lo peor y lo mejor del ser humano, todo esto acompañado muy bien con esos claros y oscuros de la BSO de Max Steiner, que me ha gustado mucho y conste que no soy nada fan de la música de las pelis de esta época.
No conozco ningún actor actual de la talla de Bogart, que aceptara su papel hoy en día.
Pero esta vez por encima suya está el pedazo de trabajo que hace el padre John Huston, el sabio de la película.
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