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Wall Street: El dinero nunca duerme

Drama Secuela de la popular cinta de 1987 "Wall Street", ambientada 20 años después. Una vez puesto en libertad, después de cumplir una prolongada condena en prisión, el implacable tiburón de las finanzas Gordon Gekko (Michael Douglas) se siente desorientado dentro del mundo que en tiempos dominó. Buscando rehacer sus arruinadas relaciones con su hija, Gekko conoce por casualidad a Jakob (Shia LaBeouf), su prometido. Juntos proyectan apoyarse ... [+]
Críticas 104
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3
7 de enero de 2015 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya bodrio de secuela.
Demasiado larga, una historia absurda y estupida: venga a dar el coñazo con la fusion ( nuclear, claro...pero esta palabra la omite por razones de marketing) y a criticar a los malisimos petroleros y gasistas retrogrados.
Los actores malos y feos.
El pobre Michael Douglas no es ni la sombra de lo que fue en la primera peli.
La musica, que en la primera parte era magnifica, en esta secula es mala, mala, mala. Erre que erre con canciones malas de talking heads....debe ser que son colegas de pancarta de Oliver
Oliver Stone ya se ha quitado la careta de activista antisitema y anticapitalista, y porque no decirlo: amigo de los regímenes comunistas bananeros.
Canibalizando y Destrozando lo que fue su primera pelicula: una obra de arte, en pos de su guerra contra el sistema.
4
13 de diciembre de 2017 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tardía e innecesaria secuela que Oliver Stone dirigió para tratar de recuperar su maltrecha carrera basándose en uno de sus mayores éxitos.

Un prematuramente envejecido Michael Douglas vuelve a encarnar a Gordon Gekko, el tiburón de Wall Street que terminó en la cárcel después de que se demostrase el uso ilícito de información privilegiada para su enriquecimiento personal. Recién salido del talego se encuentra con su familia desecha, arruinado y con la perspectiva de una nueva crisis económica en el horizonte. Su hija no le habla y está prometida como un joven y ambicioso broker de nobles ideales.

Siempre me ha llamado la atención el mundo de las finanzas y todos esos traders, brokers y demás ralea sobre lo que hacen chillando y gritando como locos en Wall Street. Con la primera entrega que Stone estrenó en pleno crack bursátil del 87, quedé muy satisfecho. Me pareció didáctica y entretenida, además de reflejar muy bien el ambiente de codicia de la época.

A la secuela no le encuentro ningún sentido. Ni siquiera la crisis financiera de 2008 la hace interesante. No me entero de nada más que en líneas generales, la trama no está bien escrita ni contada. En ningún momento emociona más allá del cameo de Charlie Sheen charlando con Douglas sobre los viejos tiempos en una fiesta y del propio Oliver Stone.

Me quedo con el trabajo de Shia LaBeouf y el de Josh Brolin. Pero eso no basta para aprobarla. Y por cierto, lástima que el primero esté echando su talento a perder por culpa de la bebida.
4
12 de octubre de 2010 Sé el primero en valorar esta crítica
Película lenta y algo aburrida. Es verdad que cuenta, de manera muy precisa, lo que es el mundo actual de la bolsa y todo lo que supone.
También explica lo que fue en su día la burbuja inmobiliaria y como entre pocas personas lo mueven todo, sin escrúpulos, con tal de salvar el cuello (hablan de millones de dólares como el que habla de 5 euros) pero, reitero, aburre.
Shia LaBeouf: Para mí, de los pocos que se salvan. Hace que su personaje sea creíble, aunque flojea en ocasiones.
Michael Douglas: Bien por la mirada de tiburón insaciable que mantiene durante toda la película, mal porque, en líneas globales, es bastante plano.
Carey Mulligan: Me pierdo con su personaje. Se supone que es una máquina, pero luego tiene reacciones absurdas .Personaje muy flojo. No se acertó con su elección.
Susan Sarandon: Quizás la mejor. Aparece poco, pero es la más creíble
Josh Brolin: Un malo bastante flojo.
Guión: La base de que los personajes sean flojitos. Se usa terminología, en ocasiones, muy específica de la bolsa con lo que, si no sabes de qué va todo esto, te puedes perder.
Lo mejor: La forma de presentar el mundo de las finanzas y todo lo que lo rodea.
Lo peor: Que la historia no acaba de interesar, que es muy lenta y que acabas mirando el reloj para ver cuanto queda para que se termine.
6
17 de octubre de 2010 Sé el primero en valorar esta crítica
Como Michael Moore o Terrence Malick, por sólo citar algunos ejemplos, Oliver Stone es un director que, pese a su amplia legión de detractores, puede rodar lo que le venga en gana. O bien se marca un documental sobre los dirigentes de Cuba y Venezuela que viaja hasta la Roma antigua para diseccionar la figura de Alejandro Magno, pasando por su revisión de la historia norteamericana a cargo de sus Presidentes. Sin embargo, ya ha llovido mucho desde el último taquillazo pergeñado por el realizador (ni "Un domingo cualquiera" ni el fresco histórico protagonizado por Colin Farrell fueron bien recibidas por el público), por lo que ha creído conveniente dar luz verde a una oportunista secuela de "Wall Street".

Protagonizada de nuevo por un inmenso Michael Douglas, y junto a los emergentes Shia LaBeouf y Carey Mulligan, el largometraje carece de la garra y el cinismo de su antecesora, para convertirse simple y llanamente en una película de consumo en la que las relaciones paterno-filiales cobran más importancia que el trasfondo económico que centraba el contenido de la primera parte. En un casting que también incluye las presencias episódicas de Susan Sarandon y Frank Langella (con cameo incluído de Charlie Sheen, la némesis de Gordon Gekko en la película original de 1987), "Wall Street 2" decepciona por la escasa relevancia de su planteamiento, y por traicionar en aras del entretenimiento su espíritu primigenio.

Pese a todo, la carismática interpretación de Douglas, y el poso que deja el personaje interpretado por Josh Brolin permiten que la película discurra con una cierta normalidad y sin sobresaltos, por lo que el espectador no mira el reloj en las dos horas que dura esta fallida pero correcta cinta.
5
20 de octubre de 2010 Sé el primero en valorar esta crítica
23 Años ha tardado Oliver Stone en poner en marcha una secuela de uno de sus films mas emblemáticos, la comparación es inevitable, los tiempos han cambiado si, y Stone aprovecha la coyuntura actual para situarla en el descalabro financiero mundial, donde solo los Chinos parecen tener algo que decir.

No hay duda de que es un director hábil, porque entretener si que entretiene, incluso posee algún momento destacable,el problema es que no se la ha tomado en serio, ha interpretado la crisis como una caricatura, y cuando tenía que rematar con dureza, nos regala un risible "happy end" totalmente fuera de lugar.

Dicho esto, tal vez el problema, al menos para los cinéfilos, es ver a un Gordon Gekko (Douglas siempre estupendo) sin las mismas garras afiladas que antaño, conserva mala leche si, pero cuando saboreamos esa maldad, Stone nos la quita de enmedio de forma marrullera, quiza para recordarnos que cualquier tiempo pasado fué mejor.

Recomendable solo para los que admiren el peliculón original, esta continuación los decepcionará seguro,pero al menos sabrán apreciar aún más a su antecesora.
Como dice el personaje de Gekko ya casi al final "¿acaso ya nadie cree en las segundas partes?" bueno..nunca creimos demasiado en ellas.
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