The BoysSerie
2019 

Evan Goldberg (Creador), Seth Rogen (Creador) ...
7.7
28,846
Serie de TV. Fantástico. Acción. Drama. Comedia
Serie de TV (2019- ). La serie tiene lugar en un mundo en el que los superhéroes representan el lado oscuro de la celebridad y la fama. Un grupo de vigilantes que se hacen llamar 'The Boys' decide hacer todo lo posible por frenar a los superhéroes que están perjudicando a la sociedad, independientemente de los riesgos que ello conlleva. (FILMAFFINITY)
Renovada por una 5ª temporada.
Renovada por una 5ª temporada.
13 de septiembre de 2020
13 de septiembre de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como una suerte de híbrido entre el reflexivo Watchmen y el irreverente Kickass, “The Boys” llegó en 2019 como un soplo de aire fresco a nuestras pantallas.
Y llegó para quedarse. Si Amazon estaba buscando una serie insignia para su plataforma ya la tiene.
De nuevo son superhéroes. O mejor dicho gente con capacidades suprahumanas, porque lo de héroes… Es más bien marketing.
“The Boys” nos presenta un mundo en el que existen personas con superpoderes de cómic controladas y gestionadas por una gran corporación llamada Vought, la cual explota a conciencia sus capacidades para convertirlos en héroes para la sociedad y exprimir su imagen para obtener pingües beneficios de toda industria mediática que generan. Básicamente lo que cabría esperar en un mundo capitalista como éste si dichos superhéroes existieran.
Salvo que los mencionados superhéroes, lejos de ser los faros de la moralidad y la ética, se comportan como sociópatas ególatras que desprecian al hombre de a pie y generan quizá más víctimas colaterales de las que salvan.
Tal podría ser el caso de “El Patriota” (Homelander), la quintaesencia de todo lo dicho y alma de la serie, interpretado de forma brillante por un desatado Antony Starr.
Pero sería totalmente injusto si centrara el foco sólo en él. Todo el reparto esta fantástico, haciendo interesantes a todos los personajes de la trama. Siempre quieres saber más sobre ellos, siempre quieres saber lo que les va a pasar. Personajes complejos, bien construidos, poliédricos, que evolucionan. Hay muy pocas series capaces de conseguirlo.
Porque aún no os he hablado de los chicos, "The Boys". Esa maravillosa panda de inadaptados que por razones muy personales no se encuentran cómodos respirando el mismo aire que esos supers corporativos que arruinaron sus vidas. Billy Carnicero, Leche Materna, Frenchie, Hughie…Kimiko. Todos genialmente imperfectos, carismáticos, con una gran química entre ellos. Es fácil simpatizar con ellos.
Se nota que hay muy buen material (los cómics) que da soporte a la trama argumental de la serie, aunque en su segunda temporada parece que va a tener la osadía de explorar nuevas posibilidades. Ojalá les siga saliendo tan bien.
Y la factura técnica…Apabullante. Definitivamente en este apartado, la línea que separaba las producciones de la gran pantalla y las de la pequeña ha desaparecido.
En resumen “The Boys” es desencanto, violencia, humor negro y sátira social. Tal vez se convierta con el tiempo en la distopía definitiva del género de los superhéroes.
Mientras tanto, que siga la fiesta.
P.D.: Tiene bemoles que sea un emporio como Amazon el que produzca esta serie. Ironía elevado al infinito.
Y llegó para quedarse. Si Amazon estaba buscando una serie insignia para su plataforma ya la tiene.
De nuevo son superhéroes. O mejor dicho gente con capacidades suprahumanas, porque lo de héroes… Es más bien marketing.
“The Boys” nos presenta un mundo en el que existen personas con superpoderes de cómic controladas y gestionadas por una gran corporación llamada Vought, la cual explota a conciencia sus capacidades para convertirlos en héroes para la sociedad y exprimir su imagen para obtener pingües beneficios de toda industria mediática que generan. Básicamente lo que cabría esperar en un mundo capitalista como éste si dichos superhéroes existieran.
Salvo que los mencionados superhéroes, lejos de ser los faros de la moralidad y la ética, se comportan como sociópatas ególatras que desprecian al hombre de a pie y generan quizá más víctimas colaterales de las que salvan.
Tal podría ser el caso de “El Patriota” (Homelander), la quintaesencia de todo lo dicho y alma de la serie, interpretado de forma brillante por un desatado Antony Starr.
Pero sería totalmente injusto si centrara el foco sólo en él. Todo el reparto esta fantástico, haciendo interesantes a todos los personajes de la trama. Siempre quieres saber más sobre ellos, siempre quieres saber lo que les va a pasar. Personajes complejos, bien construidos, poliédricos, que evolucionan. Hay muy pocas series capaces de conseguirlo.
Porque aún no os he hablado de los chicos, "The Boys". Esa maravillosa panda de inadaptados que por razones muy personales no se encuentran cómodos respirando el mismo aire que esos supers corporativos que arruinaron sus vidas. Billy Carnicero, Leche Materna, Frenchie, Hughie…Kimiko. Todos genialmente imperfectos, carismáticos, con una gran química entre ellos. Es fácil simpatizar con ellos.
Se nota que hay muy buen material (los cómics) que da soporte a la trama argumental de la serie, aunque en su segunda temporada parece que va a tener la osadía de explorar nuevas posibilidades. Ojalá les siga saliendo tan bien.
Y la factura técnica…Apabullante. Definitivamente en este apartado, la línea que separaba las producciones de la gran pantalla y las de la pequeña ha desaparecido.
En resumen “The Boys” es desencanto, violencia, humor negro y sátira social. Tal vez se convierta con el tiempo en la distopía definitiva del género de los superhéroes.
Mientras tanto, que siga la fiesta.
P.D.: Tiene bemoles que sea un emporio como Amazon el que produzca esta serie. Ironía elevado al infinito.
13 de julio de 2022
13 de julio de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El soplo de aire fresco que necesitaba el histriónico conglomerado de superhéroes en forma de magistral recreación de la podredumbre e hipocresía ocultas tras bambalinas en el crudo día a día de unos falsos héroes de acción y los tejemanejes de la corrupta industria que los controla.
A destacar la valentía con la que los creadores enfocan la ficción al acometer sin ningún tipo de pudor los conflictos más candentes de la sociedad actual desde la mofa y la ironía sabiamente dirigidas, sin caer en el innecesario tabú de la desnudez ni en el abuso de la racialización gratuita, la inclusión con calzador de colectivos como el feminismo o la fanática defensa de los movimientos sociales más moralistas, estando estos desgraciadamente tan a la orden del día en el panorama audiovisual. ¡Chapeau! Comportamiento muy de alabar hoy en día.
Punto y aparte para la creación de un elenco de personajes tan variopintos y perfectamente construidos con personalidades tan bien definidas, así como unas extraordinarias interpretaciones por parte de todo el casting, sin discernir entre actores principales y secundarios, ensalzando la odiosa y psicótica interpretación de Antony Starr en el papel de Patriota, quién devora la pantalla a cada tensa aparición, una delirante y tronchante Colby Minifie como Ashley Barrett o las enigmáticas pero afables apariciones de un esquizofrénico Negro Oscuro, por destacar solo algunas de ellas.
Esta serie es el cóctel perfecto: bizarra, mordaz, explícita, políticamente incorrecta y tremendamente divertida.
Sin duda alguna, una de las mejores series actualmente en parrilla.
A destacar la valentía con la que los creadores enfocan la ficción al acometer sin ningún tipo de pudor los conflictos más candentes de la sociedad actual desde la mofa y la ironía sabiamente dirigidas, sin caer en el innecesario tabú de la desnudez ni en el abuso de la racialización gratuita, la inclusión con calzador de colectivos como el feminismo o la fanática defensa de los movimientos sociales más moralistas, estando estos desgraciadamente tan a la orden del día en el panorama audiovisual. ¡Chapeau! Comportamiento muy de alabar hoy en día.
Punto y aparte para la creación de un elenco de personajes tan variopintos y perfectamente construidos con personalidades tan bien definidas, así como unas extraordinarias interpretaciones por parte de todo el casting, sin discernir entre actores principales y secundarios, ensalzando la odiosa y psicótica interpretación de Antony Starr en el papel de Patriota, quién devora la pantalla a cada tensa aparición, una delirante y tronchante Colby Minifie como Ashley Barrett o las enigmáticas pero afables apariciones de un esquizofrénico Negro Oscuro, por destacar solo algunas de ellas.
Esta serie es el cóctel perfecto: bizarra, mordaz, explícita, políticamente incorrecta y tremendamente divertida.
Sin duda alguna, una de las mejores series actualmente en parrilla.
16 de septiembre de 2024
16 de septiembre de 2024
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
...como un mollete de jamón con aceite.
Creo que es, como mínimo, poco sensato enjuiciar en una reseña a una serie que aún no ha acabado, pero mucha madurez tendría que adquirir de golpe el adolescente rebelde que es The Boys para enmendar sus muchos errores.
Siendo una serie indebidamente violenta, el disfrute sangriento y los excesos camuflan un tono realmente mucho más desenfadado que complejo, y que le vendría genial si no estuviese desesperada por hacer de sí misma un producto profundo, como se ve en la importancia con que quiere desarrollar las relaciones entre personajes a partir de la segunda temporada, los dilemas que pone en la mesa desde el primer capítulo o las historias de contrastes y grises en las que se mueve, pero...
Es que el rollo sentimentalista, después de lo demás, simplemente no funciona. Ha llegado un punto en el que tengo asegurado qué personajes están protegidos por el argumento y cuáles no, es decir, que el guion se ha cebado tanto con los no imprescindibles que no me puedo permitir tener apego a nadie, porque ya se encargará de volar la cabeza o desmembrar letalmente al personaje secundario promedio y, en lo que refiere a los principales, no dejará que les pase nada. No digo que esté mal per se, pero es una forma de escritura un poco vaga y me saca mucho de la inmersión, obligándome a ver la obra como una decididamente ficticia e impidiendo a los personajes formar una conexión más significativa con el espectador.
Además, como esta caricaturización de la violencia no deja espacio a la seriedad del sentimiento, también priva a la trama de profundidad y enfrasca a la serie en un caos ajeno (eso sí, muy disfrutón) donde el objetivo ulterior es mostrar una imagen o idea chocante, grotesca, exagerada o incómoda, aniquilando cualquier atisbo de solemnidad que se pudiera destilar de dicha idea. Aún con todo esto, no se permite a sí misma llevar su exageración a las últimas consecuencias: incluso en mis escenas favoritas (una de ellas en spoiler*) parece que falta o falla algo.
Intuyo que este camino es uno de los más fácilmente publicitables y ejecutables (si un producto es irreverente, tiene más posibilidades de atraer a jóvenes adultos y adolescentes a los que les pique la curiosidad con el gore y la depravación de 4chan, que, por lo que he comprobado, son el target y público mayoritario de la serie), pero no me parece que aumente la calidad de la obra ni justifique las decisiones que toma.
Decisiones como que en la cuarta temporada todos los capítulos se tinten de ese extremismo que hasta ahora parodiaban, adopten la agenda de la que se reían y oscurezcan la idea de que los guionistas y directores sean tan autoconscientes como parecían al principio, con ese rollo de romper las convenciones del género para dejar claras sus muchas fallas o las de cualquier tema que hubieran tratado hasta ahora. No entraré en detalles pero, además de ser un poco decepcionante, me hace replantearme si de verdad la propia serie cree en el mensaje que decía llevar por bandera.
La verdad es que es entretenida de cojones, sí, es perfecta para verla si quieres apagar el cerebro durante sesenta minutos, y ese es el mayor elogio que se le puede dedicar. Ahora bien, a mi parecer, es imperdonable que en pos de ese entretenimiento se descuiden aspectos más importantes como lo son la cinematografía, la coherencia o la profundidad, que separan obras espectaculares de otras mediocres pero muy palatables.
Sintiéndolo mucho, The Boys es esto último.
Igual que un mollete de jamón con aceite.
Creo que es, como mínimo, poco sensato enjuiciar en una reseña a una serie que aún no ha acabado, pero mucha madurez tendría que adquirir de golpe el adolescente rebelde que es The Boys para enmendar sus muchos errores.
Siendo una serie indebidamente violenta, el disfrute sangriento y los excesos camuflan un tono realmente mucho más desenfadado que complejo, y que le vendría genial si no estuviese desesperada por hacer de sí misma un producto profundo, como se ve en la importancia con que quiere desarrollar las relaciones entre personajes a partir de la segunda temporada, los dilemas que pone en la mesa desde el primer capítulo o las historias de contrastes y grises en las que se mueve, pero...
Es que el rollo sentimentalista, después de lo demás, simplemente no funciona. Ha llegado un punto en el que tengo asegurado qué personajes están protegidos por el argumento y cuáles no, es decir, que el guion se ha cebado tanto con los no imprescindibles que no me puedo permitir tener apego a nadie, porque ya se encargará de volar la cabeza o desmembrar letalmente al personaje secundario promedio y, en lo que refiere a los principales, no dejará que les pase nada. No digo que esté mal per se, pero es una forma de escritura un poco vaga y me saca mucho de la inmersión, obligándome a ver la obra como una decididamente ficticia e impidiendo a los personajes formar una conexión más significativa con el espectador.
Además, como esta caricaturización de la violencia no deja espacio a la seriedad del sentimiento, también priva a la trama de profundidad y enfrasca a la serie en un caos ajeno (eso sí, muy disfrutón) donde el objetivo ulterior es mostrar una imagen o idea chocante, grotesca, exagerada o incómoda, aniquilando cualquier atisbo de solemnidad que se pudiera destilar de dicha idea. Aún con todo esto, no se permite a sí misma llevar su exageración a las últimas consecuencias: incluso en mis escenas favoritas (una de ellas en spoiler*) parece que falta o falla algo.
Intuyo que este camino es uno de los más fácilmente publicitables y ejecutables (si un producto es irreverente, tiene más posibilidades de atraer a jóvenes adultos y adolescentes a los que les pique la curiosidad con el gore y la depravación de 4chan, que, por lo que he comprobado, son el target y público mayoritario de la serie), pero no me parece que aumente la calidad de la obra ni justifique las decisiones que toma.
Decisiones como que en la cuarta temporada todos los capítulos se tinten de ese extremismo que hasta ahora parodiaban, adopten la agenda de la que se reían y oscurezcan la idea de que los guionistas y directores sean tan autoconscientes como parecían al principio, con ese rollo de romper las convenciones del género para dejar claras sus muchas fallas o las de cualquier tema que hubieran tratado hasta ahora. No entraré en detalles pero, además de ser un poco decepcionante, me hace replantearme si de verdad la propia serie cree en el mensaje que decía llevar por bandera.
La verdad es que es entretenida de cojones, sí, es perfecta para verla si quieres apagar el cerebro durante sesenta minutos, y ese es el mayor elogio que se le puede dedicar. Ahora bien, a mi parecer, es imperdonable que en pos de ese entretenimiento se descuiden aspectos más importantes como lo son la cinematografía, la coherencia o la profundidad, que separan obras espectaculares de otras mediocres pero muy palatables.
Sintiéndolo mucho, The Boys es esto último.
Igual que un mollete de jamón con aceite.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
* - La escena en la que Kimiko se pone Maniac en los cascos para pelear. Por primera vez, la serie tiene todos los motivos para un par de minutos seguidos de esa acción cruenta y descarnada en que tan sin venir a cuento se revuelca Eric Kripke, y con un poco de maestría en el montaje sería una de esas secuencias que se recuerdan como míticas... pero se queda a medias.
Alguna otra incongruencia:
- ¿En serio Victoria, Annie y Kimiko no son capaces de acabar con las ovejas infectadas con V? Incluso para la falta de realismo que marca la tónica general resulta inverosímil.
- Lo de Butcher convenientemente hablando solo durante tanto tiempo. No sé siquiera qué decir al respecto.
Alguna otra incongruencia:
- ¿En serio Victoria, Annie y Kimiko no son capaces de acabar con las ovejas infectadas con V? Incluso para la falta de realismo que marca la tónica general resulta inverosímil.
- Lo de Butcher convenientemente hablando solo durante tanto tiempo. No sé siquiera qué decir al respecto.
13 de julio de 2022
13 de julio de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué puedo decir del cine de superhéroes? Pues que está tan sobreexplotado que apenas hay algo nuevo que se pueda ofrecer. DC sigue sacando películas de dibujos animados que les funcionan medianamente y de vez en cuando una película de Batman explorando un nuevo concepto de él. Marvel se ha puesto ha expandir el universo trayendo personajes poco conocidos a la gran pantalla. Y aún así, las dos compañías caen en su misma fórmula del éxito: predecible, repetitiva e insustancial. Pero Prime Video se atrevió a innovar y se la jugó dando luz verde a una serie de superhéroes con un concepto y una historia muy distinta a la que estamos acostumbrados y mucho más cruda.
La serie engancha desde el primer episodio, con una historia que gira entorno a qué pasaría si los superhéroes fueran reales y celebridades veneradas por todo el mundo. O mejor dicho, que pasaría si a un ser humano le dieras poderes. Esa es la trama que rodea a toda esta serie. Siempre a los superhéroes nos los han pintado como seres puros de corazón que harán lo que sea por el bien del ciudadano, pero por primera vez nos muestran el factor humano de los superhéroes. ¿En serio los supers son buenos constantemente? No, porque en esta serie se les explora como seres humanos a los que simplemente les han regalado poderes. Cada maldito super está corrompido debido a su statu quo en la sociedad o a sus traumas del pasado, por lo que llegan a causar más daño de lo que unos míseros criminales pueden llegar a hacer. Y como todos los supers trabajan para una gran empresa, esta se encarga de tapar todos sus chanchullos para causar siempre una buena impresión. Es aquí donde los protagonistas aparecen. Este pequeño grupo llamado The Boys sabe la verdad, y quieren acabar con ellos y exponerlos a la luz, por lo que la serie es siempre una guerra entre los dos grupos en un "tira y afloja" emocionante y cargado de tensión.
Pero como si eso no bastara para hacer ver que la serie vale la pena echarle un vistazo, luego tenemos el rodaje. Es increíble como una serie donde hay más diálogo que acción puede ser tan entretenida, por lo que cuenta con un guion asombroso. Los manejos de cámara son muy decentes, ofreciendo buenos planos. La forma en que se introducen paralelismos con la sociedad actual como son las redes sociales, la popularidad, la comunidad LGBT, el mundo del espectáculo y las drogas es impresionante. Todos los personajes son complejos, están bien construidos, tienen desarrollo y están bien interpretados, debería destacar sobre todo la actuación de Antony Starr como Patriota. Y, como no, las escenas de acción están muy bien hechas, con efectos visuales muy destacados y buenas coreografías sin llegar a ser exageradas. Contiene inmensas cantidades de gore, de humor negro y de contenido sexual que roza a veces lo pornográfico, que a mí no me molesta, ya que le da a la serie un enfoque más crudo de lo que nos tienen acostumbrados.
En resumen, una serie increíble que nadie se puede perder, ni mucho menos aquellos que adoren el cine de superhéroes, porque les va a gustar para bien. Y un detalle que quería resaltar es que las peleas y las muertes son muy sangrientas, muy desagradables, muy exageradas, pero sobre todo muy creativas, lo que le da a la serie su propia identidad y la hace todavía más genial. Ya ha terminado la tercera temporada y ya no puedo esperar a que salga la cuarta, porque en cuanto a cerrar temporadas, vaya que te dejan con ganas de más.
La serie engancha desde el primer episodio, con una historia que gira entorno a qué pasaría si los superhéroes fueran reales y celebridades veneradas por todo el mundo. O mejor dicho, que pasaría si a un ser humano le dieras poderes. Esa es la trama que rodea a toda esta serie. Siempre a los superhéroes nos los han pintado como seres puros de corazón que harán lo que sea por el bien del ciudadano, pero por primera vez nos muestran el factor humano de los superhéroes. ¿En serio los supers son buenos constantemente? No, porque en esta serie se les explora como seres humanos a los que simplemente les han regalado poderes. Cada maldito super está corrompido debido a su statu quo en la sociedad o a sus traumas del pasado, por lo que llegan a causar más daño de lo que unos míseros criminales pueden llegar a hacer. Y como todos los supers trabajan para una gran empresa, esta se encarga de tapar todos sus chanchullos para causar siempre una buena impresión. Es aquí donde los protagonistas aparecen. Este pequeño grupo llamado The Boys sabe la verdad, y quieren acabar con ellos y exponerlos a la luz, por lo que la serie es siempre una guerra entre los dos grupos en un "tira y afloja" emocionante y cargado de tensión.
Pero como si eso no bastara para hacer ver que la serie vale la pena echarle un vistazo, luego tenemos el rodaje. Es increíble como una serie donde hay más diálogo que acción puede ser tan entretenida, por lo que cuenta con un guion asombroso. Los manejos de cámara son muy decentes, ofreciendo buenos planos. La forma en que se introducen paralelismos con la sociedad actual como son las redes sociales, la popularidad, la comunidad LGBT, el mundo del espectáculo y las drogas es impresionante. Todos los personajes son complejos, están bien construidos, tienen desarrollo y están bien interpretados, debería destacar sobre todo la actuación de Antony Starr como Patriota. Y, como no, las escenas de acción están muy bien hechas, con efectos visuales muy destacados y buenas coreografías sin llegar a ser exageradas. Contiene inmensas cantidades de gore, de humor negro y de contenido sexual que roza a veces lo pornográfico, que a mí no me molesta, ya que le da a la serie un enfoque más crudo de lo que nos tienen acostumbrados.
En resumen, una serie increíble que nadie se puede perder, ni mucho menos aquellos que adoren el cine de superhéroes, porque les va a gustar para bien. Y un detalle que quería resaltar es que las peleas y las muertes son muy sangrientas, muy desagradables, muy exageradas, pero sobre todo muy creativas, lo que le da a la serie su propia identidad y la hace todavía más genial. Ya ha terminado la tercera temporada y ya no puedo esperar a que salga la cuarta, porque en cuanto a cerrar temporadas, vaya que te dejan con ganas de más.
28 de mayo de 2023
28 de mayo de 2023
23 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Disfruté la 1ª temporada. Nada que añadir a lo por otros dicho.
En la 2ª me di cuenta de que esto es propaganda de odio a los hombres:
Hombres con poderes, todos malos; mujeres con poderes, todas buenas.
Stormfront no cuenta, en los comics es un hombre. Su genderswap es ridículo, las mujeres de su credo no se portan así.
Y encima usarla para un adhominem que no puedo comentar por la censura elitista.
PD A mi madre tampoco le gustó la 2ª temporada.
En la 2ª me di cuenta de que esto es propaganda de odio a los hombres:
Hombres con poderes, todos malos; mujeres con poderes, todas buenas.
Stormfront no cuenta, en los comics es un hombre. Su genderswap es ridículo, las mujeres de su credo no se portan así.
Y encima usarla para un adhominem que no puedo comentar por la censura elitista.
PD A mi madre tampoco le gustó la 2ª temporada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Que quieren seguir disimulando poniendo a Alexandra Ocasio Cortez como la mala de la próxima temporada?
Pues yo paso de que me sigan lavando el cerebro con esta propaganda plutócrata.
Pues yo paso de que me sigan lavando el cerebro con esta propaganda plutócrata.
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