Cónclave
7.0
19,324
Drama. Thriller. Intriga
Tras la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo Papa. Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia Católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia. (FILMAFFINITY) [+]
21 de diciembre de 2024
21 de diciembre de 2024
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace muy poco y a raíz de la promoción de “Cónclave”, creo recordar que fue en “Cinemanía”, su director, Edward Berger, afirmaba, en resumidas, que mientras el mayor apoyo de su versión de “Sin novedad en el frente” radicaba en las escenas bélicas y en los silencios, aquí residía en el texto. Y se nota.
Uno de los mayores atractivos (y fuertes) de “Cónclave” reside en un guion muy bien construido, con un “suspense” bien dosificado y sobre todo que cuenta con unos estupendos diálogos, lo cual no la convierte en teatral ni mucho menos, pero sí es cierto que no parece una película actual ya que muy pocas son las que no tienen miedo a la palabra y todo intentan centrarlo en mucha acción, con muchas tomas desde muchos ángulos, con mucho nervio o histerismo, pero son escasas en las que se dialogan de forma coherente y yo diría casi que también inteligente, con unos personajes definidos de pies a cabeza.
También se han producido, como es lógico en una adaptación, ciertos cambios con respecto a la novela pero que han beneficiado su versión cinematográfica, como por ejemplo, el convertir al cardenal Lomeli en Lawrence, para su mayor verosimilitud y epicentro de la historia.
Algunos exteriores de la sala se centran en el palacio de Caserta, en las afueras de Nápoles, pero Cinecittà acoge la recreación de otras estancias, que mediante un prodigioso trabajo artístico de Roberta Federico, reproducen con acierto al Vaticano, como en antaño ya lo hicieron otras superproducciones célebres como “El tormento y el éxtasis” o “Las sandalias del pescador”, que incluyendo “Cónclave”, las tres fueron rodadas para pantallas panorámicas, y aquí es Stéphane Fontaine el que hace un notable trabajo.
En este caso el empaque del film es indudable a todos los niveles, con una banda sonora de Volker Bertelmann que evita el tono espectacular del gran Alex North, por ejemplo, porque aquí no venía a cuento, con un trabajo de cuerdas que pudiera recordar más a Mica Levi que a cualquier otro grande de Hollywood y dándole acertadamente un aire más inquietante.
Aunque parezca que no encierra ninguna complicación también reseñar la aportación de Lisy Christi en su vestuario, esperable porque poco podía innovar pero meritorio.
Tras los apartados comentados, todos acertados, otro de los puntos básicos es su espléndido reparto. Ralph Fiennes (que mañana día 22 por cierto cumple 62 años), es uno de los productores ejecutivos de la película. Parece ser que su director no quería otra opción para protagonista y Fiennes, siendo consciente de lo que tenía entre manos, hace una labor fantástica, apostando alto, como hacía mucho tiempo no demostraba, convirtiéndose en uno de los favoritos en la carrera de los “Oscars” a mejor protagonista. A su lado Tucci, O´Byrne, Msamati o Castellito están muy acertados, todos, sin excepción, destacando también a ese gran actor (e ignorado por muchos tras décadas de excelentes interpretaciones, que vergüenza le debería dar a la Academia norteamericana de no habérselo reconocido nunca) como el gran John Lightgow y la breve pero acertadísima intervención de la cada día mejor, como el buen vino, de Isabella Rossellini.
Película muy recomendable, sobre todo para estudiosos de la interpretación o nostálgicos de un cine que ya no se estila, que podrá ser reconocido con muchas menciones o nominaciones, esperemos, pero que pocos premios se va a llevar para casa porque muchos no terminarán por valorarla en su justa medida como explicaremos en la “zona del spoiler”, y ojalá que me equivoque.
Uno de los mayores atractivos (y fuertes) de “Cónclave” reside en un guion muy bien construido, con un “suspense” bien dosificado y sobre todo que cuenta con unos estupendos diálogos, lo cual no la convierte en teatral ni mucho menos, pero sí es cierto que no parece una película actual ya que muy pocas son las que no tienen miedo a la palabra y todo intentan centrarlo en mucha acción, con muchas tomas desde muchos ángulos, con mucho nervio o histerismo, pero son escasas en las que se dialogan de forma coherente y yo diría casi que también inteligente, con unos personajes definidos de pies a cabeza.
También se han producido, como es lógico en una adaptación, ciertos cambios con respecto a la novela pero que han beneficiado su versión cinematográfica, como por ejemplo, el convertir al cardenal Lomeli en Lawrence, para su mayor verosimilitud y epicentro de la historia.
Algunos exteriores de la sala se centran en el palacio de Caserta, en las afueras de Nápoles, pero Cinecittà acoge la recreación de otras estancias, que mediante un prodigioso trabajo artístico de Roberta Federico, reproducen con acierto al Vaticano, como en antaño ya lo hicieron otras superproducciones célebres como “El tormento y el éxtasis” o “Las sandalias del pescador”, que incluyendo “Cónclave”, las tres fueron rodadas para pantallas panorámicas, y aquí es Stéphane Fontaine el que hace un notable trabajo.
En este caso el empaque del film es indudable a todos los niveles, con una banda sonora de Volker Bertelmann que evita el tono espectacular del gran Alex North, por ejemplo, porque aquí no venía a cuento, con un trabajo de cuerdas que pudiera recordar más a Mica Levi que a cualquier otro grande de Hollywood y dándole acertadamente un aire más inquietante.
Aunque parezca que no encierra ninguna complicación también reseñar la aportación de Lisy Christi en su vestuario, esperable porque poco podía innovar pero meritorio.
Tras los apartados comentados, todos acertados, otro de los puntos básicos es su espléndido reparto. Ralph Fiennes (que mañana día 22 por cierto cumple 62 años), es uno de los productores ejecutivos de la película. Parece ser que su director no quería otra opción para protagonista y Fiennes, siendo consciente de lo que tenía entre manos, hace una labor fantástica, apostando alto, como hacía mucho tiempo no demostraba, convirtiéndose en uno de los favoritos en la carrera de los “Oscars” a mejor protagonista. A su lado Tucci, O´Byrne, Msamati o Castellito están muy acertados, todos, sin excepción, destacando también a ese gran actor (e ignorado por muchos tras décadas de excelentes interpretaciones, que vergüenza le debería dar a la Academia norteamericana de no habérselo reconocido nunca) como el gran John Lightgow y la breve pero acertadísima intervención de la cada día mejor, como el buen vino, de Isabella Rossellini.
Película muy recomendable, sobre todo para estudiosos de la interpretación o nostálgicos de un cine que ya no se estila, que podrá ser reconocido con muchas menciones o nominaciones, esperemos, pero que pocos premios se va a llevar para casa porque muchos no terminarán por valorarla en su justa medida como explicaremos en la “zona del spoiler”, y ojalá que me equivoque.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
SPOILER
Por lo que estoy viendo muchos son los que esperaban un final con un desenlace con más rimbombancia, un as sacado de la manga con tal de sorprendernos aún más si cabe, viniera o no a colación, pero no es así. La película sigue toda lógica y quizás su final, el desvelado de la intriga, sea un signo de nuestro tiempo, convirtiéndola para el sector más conservador en algo oportunista, resultando demasiado “innovador” y poco “serio”, mientras que para algunos críticos o espectadores que busquen un entretenimiento más convencional les resulte que se desinfla la acción. No lo creo en absoluto.
“Cónclave” juega sus cartas de forma honesta, quizás incluso demasiado académica dentro de los parámetros que ofrecía su propuesta, pero agradezco que antepongan el buen hacer, que es mucho, a pretender sorprender aunque sea jugando sucio.
Por lo que estoy viendo muchos son los que esperaban un final con un desenlace con más rimbombancia, un as sacado de la manga con tal de sorprendernos aún más si cabe, viniera o no a colación, pero no es así. La película sigue toda lógica y quizás su final, el desvelado de la intriga, sea un signo de nuestro tiempo, convirtiéndola para el sector más conservador en algo oportunista, resultando demasiado “innovador” y poco “serio”, mientras que para algunos críticos o espectadores que busquen un entretenimiento más convencional les resulte que se desinfla la acción. No lo creo en absoluto.
“Cónclave” juega sus cartas de forma honesta, quizás incluso demasiado académica dentro de los parámetros que ofrecía su propuesta, pero agradezco que antepongan el buen hacer, que es mucho, a pretender sorprender aunque sea jugando sucio.
2 de enero de 2025
2 de enero de 2025
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera vez ni tampoco será la última que vemos en el cine los entresijos más o menos novelados de las intrigas que se cuecen en la iglesia de San Pedro. Hasta Coppola aunque con calzador. La cosa es que gracias a Moretti, a Quinn, a Hopkins y a Pryce nos vamos haciendo ya una idea, la de que allí también se cuecen habas. Como en toda casa de vecino. Pero ésta además es la casa de Dios.
Donde veremos lo que se ve en cualquier hemiciclo, desde el Palacio de Westminster hasta la carrera de San Jerónimo. Lío, mucho lío, tejemanejes y puñaladas por las casullas. Así que ya no nos podemos escandalizar, a estas alturas ya no (,) vive Dios. Acabáramos. Los títeres ya no tienen cabeza. Y en Cónclave hasta el Cid gana batallas después de muerto. Porque el representante de Dios ha muerto y hay que elegir sustituto. Pero hasta que eso ocurre, ocurre la película, un lo que el ojo no ve de manual dirigido por un excepcional, sutil y seductor Ralph Fiennes, una interpretación a prueba de Oscars. Un juego de apariencias, giros, conjuras y compro de votos. Las habas, hermanos, las habas.
La resolución del conflicto se encuentra a la altura de la película (realización técnicamente un poquito plana y/pero muy british): llamativa, un tanto efectista, muy de estos tiempos, con la sensación de que podría haber sido más larga y/o mejor.
Ah, pero nos quedará lo que se calla Ralph Fiennes.
Donde veremos lo que se ve en cualquier hemiciclo, desde el Palacio de Westminster hasta la carrera de San Jerónimo. Lío, mucho lío, tejemanejes y puñaladas por las casullas. Así que ya no nos podemos escandalizar, a estas alturas ya no (,) vive Dios. Acabáramos. Los títeres ya no tienen cabeza. Y en Cónclave hasta el Cid gana batallas después de muerto. Porque el representante de Dios ha muerto y hay que elegir sustituto. Pero hasta que eso ocurre, ocurre la película, un lo que el ojo no ve de manual dirigido por un excepcional, sutil y seductor Ralph Fiennes, una interpretación a prueba de Oscars. Un juego de apariencias, giros, conjuras y compro de votos. Las habas, hermanos, las habas.
La resolución del conflicto se encuentra a la altura de la película (realización técnicamente un poquito plana y/pero muy british): llamativa, un tanto efectista, muy de estos tiempos, con la sensación de que podría haber sido más larga y/o mejor.
Ah, pero nos quedará lo que se calla Ralph Fiennes.
8 de enero de 2025
8 de enero de 2025
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abrumado por la cantidad de buenas críticas y nominaciones, me adentro en Cónclave con el mismo fervor que en la anterior película de su director, Sin novedad en el frente, y es que Edward Berger logró un gran resultado, incluso con la complejidad que suponía dicho trabajo.
En esta ocasión, el alemán opta por un thriller que se sumerge en los entresijos de la iglesia, mostrando cómo, en situaciones en las que el poder está en disputa, cualquier ser humano es susceptible de sucumbir a sus encantos. Incluso los siervos de la fe, aquellos que, aparentemente, deberían mostrarse ajenos a las tentaciones, pero que, sin embargo, se muestran dispuestos a asaltar el puesto de Papa, sin importar los medios, solo el fin. Por otro lado, es cierto que el filme logra evocar una sensación de paranoia, de saber que hay gato encerrado, pero no creo que consiga culminar impactando con la fuerza que debería, y más aún con un final un tanto anticlimático que, sin ser malo, no se corresponde con la calidad de sus primeros dos tercios.
A nivel fotográfico, estamos ante una de las mejores del año. No creo que supere trabajos como el de Dune: Parte Dos, pero sí que es sobresaliente en su contexto eclesiástico, creando imágenes importantes, un fenómeno poco habitual. Tenemos una paleta de colores que oscila entre lo tenue de las corruptelas hasta el rojo carmesí del poder que está en disputa, lo que resulta en un portento visual.
En términos absolutos, quizá sí sea de lo mejor del 2024, pero si nos centramos en su final, flaquea en lo que ha sido un grandísimo año, a falta de la que puede ser la mejor del mismo (The Brutalist). Tiene argumentos suficientes como para ser nominada a mejor película, pero no creo que, en un año como este, tenga opciones para algo más.
En esta ocasión, el alemán opta por un thriller que se sumerge en los entresijos de la iglesia, mostrando cómo, en situaciones en las que el poder está en disputa, cualquier ser humano es susceptible de sucumbir a sus encantos. Incluso los siervos de la fe, aquellos que, aparentemente, deberían mostrarse ajenos a las tentaciones, pero que, sin embargo, se muestran dispuestos a asaltar el puesto de Papa, sin importar los medios, solo el fin. Por otro lado, es cierto que el filme logra evocar una sensación de paranoia, de saber que hay gato encerrado, pero no creo que consiga culminar impactando con la fuerza que debería, y más aún con un final un tanto anticlimático que, sin ser malo, no se corresponde con la calidad de sus primeros dos tercios.
A nivel fotográfico, estamos ante una de las mejores del año. No creo que supere trabajos como el de Dune: Parte Dos, pero sí que es sobresaliente en su contexto eclesiástico, creando imágenes importantes, un fenómeno poco habitual. Tenemos una paleta de colores que oscila entre lo tenue de las corruptelas hasta el rojo carmesí del poder que está en disputa, lo que resulta en un portento visual.
En términos absolutos, quizá sí sea de lo mejor del 2024, pero si nos centramos en su final, flaquea en lo que ha sido un grandísimo año, a falta de la que puede ser la mejor del mismo (The Brutalist). Tiene argumentos suficientes como para ser nominada a mejor película, pero no creo que, en un año como este, tenga opciones para algo más.
29 de marzo de 2025
29 de marzo de 2025
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los tradicionales protocolos que se siguen al elegir un Papá, son conocidos para toda la humanidad gracias al film.
El misterio recorre toda la película. Hasta el final.
No dejas por ello de estar atento.
El misterio recorre toda la película. Hasta el final.
No dejas por ello de estar atento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Diferentes candidatos a Papa con distintas ópticas, tradiciones, revolucionarias etc
Imaginación del guionista tremenda, un Papa hermafrodita. No entiendo bien cómo pone este nuevo modelo a la iglesia.
Imaginación del guionista tremenda, un Papa hermafrodita. No entiendo bien cómo pone este nuevo modelo a la iglesia.
25 de abril de 2025
25 de abril de 2025
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de la base de que todos los enfoques y puntos de vista son respetables, que no me creo el dueño de la verdad ni mejor que nadie porque mi opinión diverge de la de la mayoría de los que escribieron sobre CÓNCLAVE, no tengo más remedio que posicionarme en la serie de objeciones que detecto en la película para rechazarla de plano, objeciones que, de ser expuestas serían una sinfonía de spoilers. ¿Cómo hacerlo, entonces? No voy a nombrar todos los disparates contenidos a lo largo del "guion" (¡¿premiado con un Oscar?!) que, puestos uno al lado del otro solo pueden ser calificados de "mamarracho". No, señores, guionistas, no, señor director. CÓNCLAVE no es una película de ciencia ficción, es un film realista, y realista remite a realidad, pero la realidad pide coherencia, verosimilitud, sentido común. La vida no es una sucesión interminable de golpes bajos. Y ni siquiera voy a hacer hincapié en las fallas de ambientación, vestuario, rituales, continuidad narrativa, no, para nada. No soy católico y mal podría tomar partido en ese sentido. Yo me limité a ver una película en la que "supuestamente", un centenar de cardenales urden, traman, mienten y ocultan para elegir al sucesor del papa muerto. Y la conclusión es muy simple: siento vergüenza ajena de que alguien pretenda utilizar una cámara para contar una historia tomándole el pelo a todo lo que el séptimo arte nos ha obsequiado a lo largo de sus más de 100 años de existencia.
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