Déjame entrar (Let Me In)
6.4
13,606
Terror. Drama
Owen es un niño triste (Kodi Smit-McPhee), maltratado por sus compañeros de clase y abandonado por sus padres divorciados; sin embargo, algo cambiará en su solitaria vida cuando conozca a Abby (Chloe Moretz), una nueva y misteriosa vecina, que vive con su silencioso padre (Richard Jenkins), y con quien entablará una particular amistad. Remake norteamericano de la celebrada película sueca "Déjame entrar" ("Let The Right One In"). (FILMAFFINITY) [+]
3 de octubre de 2010
3 de octubre de 2010
260 de 331 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a extenderme mucho. Solo quiero comentar a todo aquel que entre en esta fantástica página a informarse de qué peliculas ver, que no cometa el tremendo horror de ver este remake antes de la original.
Puedo dar varios motivos de peso:
1. Pierde toda la esencia. La original no es una simple pelicula de terror. Es más, ni siquiera es un elemento importante de la misma, pues en donde la nueva destaca por la violencia más visceral, la otra se centra en los sentimientos, las emociones de una simple mirada sin dialogos ridículos.
2. Ir al cine a verla supone colaborar en uno de los negocios mas repulsivos de Hollywood. Entendería que se hiciera un remake de una película de hace veinte, treinta, cuarenta años... ¿Pero de una de hace tan solo dos?
3. El chico protagonista realiza una actuación pasable, pero la niña... Será todo lo buena actriz que quieran decir los americanos pero comparado con Eli sus escenas dan verdadera lástima.
4. Entiendo que con esta pelicula la historia simplificada pueda llegar a las grandes masas, pero tambén tengo la convicción de que quien visita esta página siente algo más profundo por el cine que un simple entretenimiento. Por ellos, que son por los que me decidí a hacer esta crítica, les pido que vean la versión independiente, la pueden encontrar barata o descargar en cualquier lado.
5. Si no te expantan los libros, lee en el que está basado, resuelve muchas dudas y profundiza en muchos temas que no quedan bien resueltos.
Puedo dar varios motivos de peso:
1. Pierde toda la esencia. La original no es una simple pelicula de terror. Es más, ni siquiera es un elemento importante de la misma, pues en donde la nueva destaca por la violencia más visceral, la otra se centra en los sentimientos, las emociones de una simple mirada sin dialogos ridículos.
2. Ir al cine a verla supone colaborar en uno de los negocios mas repulsivos de Hollywood. Entendería que se hiciera un remake de una película de hace veinte, treinta, cuarenta años... ¿Pero de una de hace tan solo dos?
3. El chico protagonista realiza una actuación pasable, pero la niña... Será todo lo buena actriz que quieran decir los americanos pero comparado con Eli sus escenas dan verdadera lástima.
4. Entiendo que con esta pelicula la historia simplificada pueda llegar a las grandes masas, pero tambén tengo la convicción de que quien visita esta página siente algo más profundo por el cine que un simple entretenimiento. Por ellos, que son por los que me decidí a hacer esta crítica, les pido que vean la versión independiente, la pueden encontrar barata o descargar en cualquier lado.
5. Si no te expantan los libros, lee en el que está basado, resuelve muchas dudas y profundiza en muchos temas que no quedan bien resueltos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La increible escena final de la original destrozada como no...
24 de octubre de 2010
24 de octubre de 2010
136 de 163 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, no. Y eso que en este caso, estamos ante una copia de mucho nivel –aunque aún por debajo del original-, que es cuanto menos, de agradecer: la ambientación sigue siendo muy cuidada y fundamental en la historia, los protagonistas están a muy buen nivel, el ritmo es el adecuado. Hay diferencias, actualizaciones, algunas más acertadas que otras según se mire. Pero la peli funciona.
Sin mirar alrededor y como película en sí, es totalmente recomendable, de lo mejor que se va a ver sobre el tema en años. Muy buena. Muy bien hecha. Pero resulta que hace sólo dos años vi en la misma sala “Let the Right One In”, que es mejor, pero sueca. Y hay algo que me pica, no lo puedo evitar. Me hago preguntas:
¿Qué sería de El Dia de la Bestia si nos cambian a Alex Angulo por Kevin Spacey, a Santiago Segura por Jack Black y a Madrid por Washington?
¿Y si ahora Torrente en vez de ser del Atleti fuera de los Green Bay Packers, comiera perritos calientes en lugar de jamón y fuera del Partido Republicano?
¿Y si Don Quijote en vez de ir por La Mancha fuera por el Gran Cañón y los gigantes, en vez de ser molinos fueran el Empire State y demás rascacielos de NY?
Pues seguramente harían algo bueno, pero qué queréis que os diga. A mí eso de adueñarse de lo que hacen otros y darle un lavado de cara para hacerlo culturalmente comestible para el americano medio me da por saco. Vale como negocio, para crear puestos de trabajo y demás, pero seamos sinceros: habiendo pata negra, no te hagas bocatas de mortadela. Aunque esté de oferta en el súper.
Sin mirar alrededor y como película en sí, es totalmente recomendable, de lo mejor que se va a ver sobre el tema en años. Muy buena. Muy bien hecha. Pero resulta que hace sólo dos años vi en la misma sala “Let the Right One In”, que es mejor, pero sueca. Y hay algo que me pica, no lo puedo evitar. Me hago preguntas:
¿Qué sería de El Dia de la Bestia si nos cambian a Alex Angulo por Kevin Spacey, a Santiago Segura por Jack Black y a Madrid por Washington?
¿Y si ahora Torrente en vez de ser del Atleti fuera de los Green Bay Packers, comiera perritos calientes en lugar de jamón y fuera del Partido Republicano?
¿Y si Don Quijote en vez de ir por La Mancha fuera por el Gran Cañón y los gigantes, en vez de ser molinos fueran el Empire State y demás rascacielos de NY?
Pues seguramente harían algo bueno, pero qué queréis que os diga. A mí eso de adueñarse de lo que hacen otros y darle un lavado de cara para hacerlo culturalmente comestible para el americano medio me da por saco. Vale como negocio, para crear puestos de trabajo y demás, pero seamos sinceros: habiendo pata negra, no te hagas bocatas de mortadela. Aunque esté de oferta en el súper.
23 de octubre de 2010
23 de octubre de 2010
60 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Déjame entrar (Let Me In) (2010), película dirigida por Matt Reeves, se trata del remake de la película sueca del mismo nombre y dirigida por Tomas Alfredson, adaptando ambos el libro de John Ajvide Lindqvist. Y como la mayoría del mundo sabe ahora (a diferencia de cuando se estrenó en unos pocos cines la primera versión), trata de la relación de un chico de 12 años con una chica de su edad que es vampira.
Una vez más los americanos han demostrado su analfabetismo cultural y cinematográfico, no solamente por no poder ver películas que no sean angloparlantes, sino por versionarlas al único lenguaje fílmico que conocen, y que usan una y otra vez, y con esta van...
Se podría decir que si no hubiera existido la versión de Tomas Alfredson, o el libro de Lindqvist, la película de Matt Reeves sería interesante, de ahí mi puntuación, porque está bien dirigida, sabe crear atmósfera y tensión, y hace un hermoso uso de la fotografía.
Pero sin embargo sí existe la anterior versión, y aunque uno procura no compararlas, al final no puede evitarlo. Y en la comparación gana la película sueca, y por goleada.
Esta versión americana no aporta nada nuevo, más bien lo contrario, suprime elementos para ser políticamente correctos de una forma descarada, y añade unos efectos especiales que además de estar ridículamente mal hechos, sobran, y distorsionan la imagen de los personajes y la relación de los mismos, perdiendo credibilidad y sobre todo "la magia" que sí tenía la versión Sueca, perdida de "realismo" en el que también ayuda el uso excesivo de la Banda sonora, que si bien es hermosa, su uso "dramático" es exagerado, retirando al espectador de la narración (a diferencia de los silencios y de las notas discretas de su antecesora).
En definitiva, si la película sueca era la contención pura, la versión americana es la explosión, pero que sin embargo cae en la paradoja que siendo más explicita, no explica más, sino todo lo contrario.
Además la copia casi al milímetro de las secuencias, y del guión en que se basa, llega a ser hiriente para el espectador que ya disfrutó de la original (en todo los sentidos de la palabra), por no poder dejar de pensar ¿Por qué los americanos no pueden disfrutar de un cine que no sea made in USA, o del Reino Unido, y en vez de eso hacen burdas copias?
Resumiendo:
- Un 6 si no hubiera sido un remake. Por la buena dirección de Matt Reeves (aunque haya decisiones desafortunadas para "captar" al público yanki como son la incursión de "efectos especiales" que sobran).
- Un 4 en comparación con la versión Sueca. Principalmente porque distorsiona la relación de los personajes, haciéndola poco creíble, y porque está totalmente falta de la "magia" de su antecesora.
Una vez más los americanos han demostrado su analfabetismo cultural y cinematográfico, no solamente por no poder ver películas que no sean angloparlantes, sino por versionarlas al único lenguaje fílmico que conocen, y que usan una y otra vez, y con esta van...
Se podría decir que si no hubiera existido la versión de Tomas Alfredson, o el libro de Lindqvist, la película de Matt Reeves sería interesante, de ahí mi puntuación, porque está bien dirigida, sabe crear atmósfera y tensión, y hace un hermoso uso de la fotografía.
Pero sin embargo sí existe la anterior versión, y aunque uno procura no compararlas, al final no puede evitarlo. Y en la comparación gana la película sueca, y por goleada.
Esta versión americana no aporta nada nuevo, más bien lo contrario, suprime elementos para ser políticamente correctos de una forma descarada, y añade unos efectos especiales que además de estar ridículamente mal hechos, sobran, y distorsionan la imagen de los personajes y la relación de los mismos, perdiendo credibilidad y sobre todo "la magia" que sí tenía la versión Sueca, perdida de "realismo" en el que también ayuda el uso excesivo de la Banda sonora, que si bien es hermosa, su uso "dramático" es exagerado, retirando al espectador de la narración (a diferencia de los silencios y de las notas discretas de su antecesora).
En definitiva, si la película sueca era la contención pura, la versión americana es la explosión, pero que sin embargo cae en la paradoja que siendo más explicita, no explica más, sino todo lo contrario.
Además la copia casi al milímetro de las secuencias, y del guión en que se basa, llega a ser hiriente para el espectador que ya disfrutó de la original (en todo los sentidos de la palabra), por no poder dejar de pensar ¿Por qué los americanos no pueden disfrutar de un cine que no sea made in USA, o del Reino Unido, y en vez de eso hacen burdas copias?
Resumiendo:
- Un 6 si no hubiera sido un remake. Por la buena dirección de Matt Reeves (aunque haya decisiones desafortunadas para "captar" al público yanki como son la incursión de "efectos especiales" que sobran).
- Un 4 en comparación con la versión Sueca. Principalmente porque distorsiona la relación de los personajes, haciéndola poco creíble, y porque está totalmente falta de la "magia" de su antecesora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ejemplos de Políticamente correcto:
- Eliminar la relación Homosexual del padre del protagonista
- Suavizar La relación de amor y de entrega del "zombie" con la vampira (en el libro es un pederasta...)
- El morbo del protagonista por los asesinatos, su lado "oscuro", aquí lo ponen como un inocente niño.
- Ver a la vampira desnuda (se pueden mostrar desmembramientos pero no un desnudo...)
Relación efectos especiales y trama:
- Todos los que sale la protagonista como una vampira "real", la manera de moverse es ridícula, se nota que está hecho por ordenador, no es para nada realista. Las muertes quedan de risa, al verse ella saltando como yoda en el Ataque de los Clones (que también es ridículo), y para que sea más impactante aumenta el volumen (recurso de lo más cutre), y llenan la escena de sangre... y después de ver todo esto el protagonista va y se queda con la vampira, cuando realmente se ve el miedo que tiene de ella (cosa que si hubieran mostrado su lado morboso por lo escabroso y las escenas hubieran sido más sutiles como la original no chocaría tanto...).
- Eliminar la relación Homosexual del padre del protagonista
- Suavizar La relación de amor y de entrega del "zombie" con la vampira (en el libro es un pederasta...)
- El morbo del protagonista por los asesinatos, su lado "oscuro", aquí lo ponen como un inocente niño.
- Ver a la vampira desnuda (se pueden mostrar desmembramientos pero no un desnudo...)
Relación efectos especiales y trama:
- Todos los que sale la protagonista como una vampira "real", la manera de moverse es ridícula, se nota que está hecho por ordenador, no es para nada realista. Las muertes quedan de risa, al verse ella saltando como yoda en el Ataque de los Clones (que también es ridículo), y para que sea más impactante aumenta el volumen (recurso de lo más cutre), y llenan la escena de sangre... y después de ver todo esto el protagonista va y se queda con la vampira, cuando realmente se ve el miedo que tiene de ella (cosa que si hubieran mostrado su lado morboso por lo escabroso y las escenas hubieran sido más sutiles como la original no chocaría tanto...).
8 de febrero de 2011
8 de febrero de 2011
46 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Matt Reeves ha hecho suya una película que en su primera versión sueca ya era esplendorosa. Y cuando digo que la ha hecho suya, lo digo con el mayor de los respetos por su gran labor. Porque ha conseguido que yo haya revivido ese frío áspero de dos criaturas solitarias que se buscan entre las miserias. Un chico y una vampiro que remontan la glacial nieve y la helada temperatura emocional que los rodea para adentrarse juntos en un universo cálido, sólo para ellos, un pacto sellado con amor, sangre, dolor, miedo y entrega.
Una atípica pareja de preadolescentes al margen de lo corriente. Reeves vuelve a subrayar, como ya lo hizo excelentemente Thomas Alfredson, ese desamparo mordiente, ese aislamiento en el que muchos jóvenes trastabillan caminando de puntillas por el borde de un precipicio abierto entre ellos y la sociedad. La atmósfera originaria se conserva intacta. Owen es una leve sombra callada que soporta los golpes y humillaciones de la vida parapetándose en su interior. El rostro de su madre fuera de campo, el ser más cercano de Owen y el más lejano también, ambos conviviendo pero a miles de kilómetros uno de otro entre las mismas paredes. Ella nada sabe de lo que desfila por el alma del muchacho, nada sabe de la hondura de sus heridas. O, si lo intuye, comprende que es él quien ha de abrirle la puerta y dejarla entrar. Cosa que él no hace. Como tantas madres y tantos hijos, se quieren pero no se comunican.
Esa misantropía de los marginales sobrevuela tan brillantemente aquí como en la versión sueca, en un clima inhóspito azotado por un invierno que procede más de dentro que de fuera.
En su mutismo de muchacho que se lame a escondidas las vejaciones, observa y contempla, sin decidirse a actuar. En su círculo que parecía no tener salida, aparece Abby. La afinidad de los marcados por cargas que no han pedido pero que llevan sobre las espaldas fluye entre ellos desde el primer encuentro.
Y él la dejará entrar.
Una de las historias de amor adolescente más inquietantes que se han trasladado a la pantalla. Su amor es la aceptación incondicional. Es la comprensión sin palabras, sin complicaciones. Es tener delante lo más oscuro del otro y, sin embargo, seguir amando. Amar un poco más cada vez, tras cada beso de sangre, tras cada abrazo que deja manchas rojas en la ropa y que huele a metálico, a algo salvaje e incontrolable. Es amar notando el tacto de su piel que no recuerda lo que es sentir frío, temiendo y deseando unas manos que poseen fuerza sobrehumana. Y que para él, sólo para él, son tan suaves, tan gentiles.
Es amar en un infierno que para ellos es un paraíso encriptado, secreto, obviando el horror, la tragedia y la condena.
Hay corazones que no mueren aunque estén teñidos de muerte.
Una atípica pareja de preadolescentes al margen de lo corriente. Reeves vuelve a subrayar, como ya lo hizo excelentemente Thomas Alfredson, ese desamparo mordiente, ese aislamiento en el que muchos jóvenes trastabillan caminando de puntillas por el borde de un precipicio abierto entre ellos y la sociedad. La atmósfera originaria se conserva intacta. Owen es una leve sombra callada que soporta los golpes y humillaciones de la vida parapetándose en su interior. El rostro de su madre fuera de campo, el ser más cercano de Owen y el más lejano también, ambos conviviendo pero a miles de kilómetros uno de otro entre las mismas paredes. Ella nada sabe de lo que desfila por el alma del muchacho, nada sabe de la hondura de sus heridas. O, si lo intuye, comprende que es él quien ha de abrirle la puerta y dejarla entrar. Cosa que él no hace. Como tantas madres y tantos hijos, se quieren pero no se comunican.
Esa misantropía de los marginales sobrevuela tan brillantemente aquí como en la versión sueca, en un clima inhóspito azotado por un invierno que procede más de dentro que de fuera.
En su mutismo de muchacho que se lame a escondidas las vejaciones, observa y contempla, sin decidirse a actuar. En su círculo que parecía no tener salida, aparece Abby. La afinidad de los marcados por cargas que no han pedido pero que llevan sobre las espaldas fluye entre ellos desde el primer encuentro.
Y él la dejará entrar.
Una de las historias de amor adolescente más inquietantes que se han trasladado a la pantalla. Su amor es la aceptación incondicional. Es la comprensión sin palabras, sin complicaciones. Es tener delante lo más oscuro del otro y, sin embargo, seguir amando. Amar un poco más cada vez, tras cada beso de sangre, tras cada abrazo que deja manchas rojas en la ropa y que huele a metálico, a algo salvaje e incontrolable. Es amar notando el tacto de su piel que no recuerda lo que es sentir frío, temiendo y deseando unas manos que poseen fuerza sobrehumana. Y que para él, sólo para él, son tan suaves, tan gentiles.
Es amar en un infierno que para ellos es un paraíso encriptado, secreto, obviando el horror, la tragedia y la condena.
Hay corazones que no mueren aunque estén teñidos de muerte.
1 de noviembre de 2010
1 de noviembre de 2010
72 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Porque se tienen que mezclar las cosas? ¿Para hacer una crítica de "Let me in" hay que decir que los americanos son incapaces de ver una pelicula europea?
Lo primero es que "Let the right one in" (alias "la sueca") tampoco era una película orginal ya que se basaba en una novela. Asi pues, ¿porque hay que rasgarse las vestiduras si un director estadounidense quiere hacer su propia versión de la novela?
He leído aquí críticas realmente sorprendentes. A alguno poco menos que le ha faltado quemar una bandera america en el cine, por lo que parece.
Hay muchisimos casos en la historia del cine de diferentes versiones de una misma obra. Y decir que el original siempre es mejor que la versión es un lugar común tan habitual como falso.
"Let me in" es una gran película. El cine de terror me apasiona, y el de vampiros, mas aún. Han habido muchas aportaciones al genero, y grandes directores como Dreyes, Murnau, Coppola o Herzog, nos han mostrado su punto de vista personal sobre los "no muertos". Esta película no desmerece a los clásicos, y por fin erradica ese falso cliché del vampiro como dandy, como romantico rebelde... Vamos, que nuestra pequeña Abby se comería con patatas a los eunucos de "Crepúsculo".
Que sea mejor o peor que "Let the right one in" es algo que ya depende de gustos. Las dos obras debería considerarse de forma independiente. Y lo que es obvio es que no nos encontramos ante el típico caso en el que una versión posterior destroza una versión previa (si quereis ver lo que es destrozar una pelicula de culto, ved las dos versiones de The Wicker Man... probablemente, la mejor pelicula de terror de la historia... la versión primera, ojo).
Concluyo. Lo americano no es peor que lo europeo por el hecho de ser americano, ni lo europeo es mejor que lo americano por el hecho de ser europeo. Ni viceversa. El Hitchcock inglés no era, ni de lejos, mejor que el Hitchcok americano. A veces, los europeos tendemos a pensar que vivimos en el paraiso perdido del arte y la cultura, y que todo lo que se salga de nuestras fronteras es basura comercial. No es así. Hay que estar a cada caso concreto.
Y por cierto, a los integristas europeístas hay que recordarles que el nazismo, el fascismo, el estalinismo... no nacieron en EEUU. Y todos estos movimientos tenían como denominador común su odio hacia la cultura y el arte libre.
Lo primero es que "Let the right one in" (alias "la sueca") tampoco era una película orginal ya que se basaba en una novela. Asi pues, ¿porque hay que rasgarse las vestiduras si un director estadounidense quiere hacer su propia versión de la novela?
He leído aquí críticas realmente sorprendentes. A alguno poco menos que le ha faltado quemar una bandera america en el cine, por lo que parece.
Hay muchisimos casos en la historia del cine de diferentes versiones de una misma obra. Y decir que el original siempre es mejor que la versión es un lugar común tan habitual como falso.
"Let me in" es una gran película. El cine de terror me apasiona, y el de vampiros, mas aún. Han habido muchas aportaciones al genero, y grandes directores como Dreyes, Murnau, Coppola o Herzog, nos han mostrado su punto de vista personal sobre los "no muertos". Esta película no desmerece a los clásicos, y por fin erradica ese falso cliché del vampiro como dandy, como romantico rebelde... Vamos, que nuestra pequeña Abby se comería con patatas a los eunucos de "Crepúsculo".
Que sea mejor o peor que "Let the right one in" es algo que ya depende de gustos. Las dos obras debería considerarse de forma independiente. Y lo que es obvio es que no nos encontramos ante el típico caso en el que una versión posterior destroza una versión previa (si quereis ver lo que es destrozar una pelicula de culto, ved las dos versiones de The Wicker Man... probablemente, la mejor pelicula de terror de la historia... la versión primera, ojo).
Concluyo. Lo americano no es peor que lo europeo por el hecho de ser americano, ni lo europeo es mejor que lo americano por el hecho de ser europeo. Ni viceversa. El Hitchcock inglés no era, ni de lejos, mejor que el Hitchcok americano. A veces, los europeos tendemos a pensar que vivimos en el paraiso perdido del arte y la cultura, y que todo lo que se salga de nuestras fronteras es basura comercial. No es así. Hay que estar a cada caso concreto.
Y por cierto, a los integristas europeístas hay que recordarles que el nazismo, el fascismo, el estalinismo... no nacieron en EEUU. Y todos estos movimientos tenían como denominador común su odio hacia la cultura y el arte libre.
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