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Críticas ordenadas por utilidad
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9
19 de abril de 2011
19 de abril de 2011
551 de 642 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siglo XXI; nuevas reglas para el cine. El Señor de los Anillos abre la veda de las trilogías. La gran mayoría de sagas se encargaría de emborronar el invento. Muchas ganas de ganar dinero y poco que contar. Llega el 3-D y Avatar marca el camino de lo que parece el futuro de la industria. La sala se convierte en protagonista: espectacularidad, más grande, más bonito, más ruidoso. Al rico topicazo buenrrollero, oiga. Vender, vender, vender. De contar buenas historias, pasando.
Había unos cuantos que llevaban tiempo haciéndolo a su manera. Los Soprano. Six Feet Under. Band of Brothers. Joder, ni nos habíamos dado cuenta de que ya habían recogido el testigo hace años. The Pacific. Deadwood. The Wire. El testigo del AUTÉNTICO cine. Con Boardwalk Empire dieron otro paso adelante y el propio Scorsese (AKA Dios) rodó el piloto. Ahora Juego de Tronos: George R. R. Martin y Fantasía medieval. Ni 3-D, ni trilogías ni nada. Con permiso de Pixar, la bendita HBO es el presente y el futuro. Películas por capítulos, ese es el nuevo cine.
Lo tiene todo. Un diseño de producción apabullante, un tono visual digno de la mejor película de fantasía, un nivel altísimo en las actuaciones (así como un total acierto en el casting de los actores) y una historia que te va a tener en vilo desde el primer capítulo. Y por supuesto, unos títulos de crédito sencillamente geniales. Para qué andarse con rodeos. Esto es cine, con mayúsculas. Juego de Tronos: una película de (Dios quiera que) siete temporadas a razón de 13 capítulos por cada una. ¿Qué más se puede pedir?
Como:
a) George R.R. Martin cierre su saga de Canción de Hielo y Fuego.
b) Sea adaptada en su totalidad por estos monstruos.
Vamos a tener una de las mejores series (o Películas por Capítulos) de la historia. Ahí queda dicho. Al loro con el invierno en Winterfell. Parece que va a venir cargadito. Ya veréis.
Había unos cuantos que llevaban tiempo haciéndolo a su manera. Los Soprano. Six Feet Under. Band of Brothers. Joder, ni nos habíamos dado cuenta de que ya habían recogido el testigo hace años. The Pacific. Deadwood. The Wire. El testigo del AUTÉNTICO cine. Con Boardwalk Empire dieron otro paso adelante y el propio Scorsese (AKA Dios) rodó el piloto. Ahora Juego de Tronos: George R. R. Martin y Fantasía medieval. Ni 3-D, ni trilogías ni nada. Con permiso de Pixar, la bendita HBO es el presente y el futuro. Películas por capítulos, ese es el nuevo cine.
Lo tiene todo. Un diseño de producción apabullante, un tono visual digno de la mejor película de fantasía, un nivel altísimo en las actuaciones (así como un total acierto en el casting de los actores) y una historia que te va a tener en vilo desde el primer capítulo. Y por supuesto, unos títulos de crédito sencillamente geniales. Para qué andarse con rodeos. Esto es cine, con mayúsculas. Juego de Tronos: una película de (Dios quiera que) siete temporadas a razón de 13 capítulos por cada una. ¿Qué más se puede pedir?
Como:
a) George R.R. Martin cierre su saga de Canción de Hielo y Fuego.
b) Sea adaptada en su totalidad por estos monstruos.
Vamos a tener una de las mejores series (o Películas por Capítulos) de la historia. Ahí queda dicho. Al loro con el invierno en Winterfell. Parece que va a venir cargadito. Ya veréis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Timothy van Patten está detrás de cada pelotazo de la HBO y todavía no le han puesto a dirigir un pepinazo en Hollywood. ¿Es que le robó el peluquín en pleno sarao a algún productor influyente? Indignante.
¿Es que Sean Bean no va a envejecer nunca? ¿Qué tomas, maldito? ¿Es qué nunca se te va a caer el pelo, desgraciao?
¿Es que Sean Bean no va a envejecer nunca? ¿Qué tomas, maldito? ¿Es qué nunca se te va a caer el pelo, desgraciao?
Documental

7.6
19,533
8
1 de marzo de 2011
1 de marzo de 2011
298 de 311 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gentuza se divide en varias clases, y existe desde que el mundo es mundo. Se instalan en el poder y buscan el modo de perpetuarse. Suelen morir cada uno con unos cuantos esqueletos en el armario, pero a salvo en un sitio tranquilo con calefacción ¿Cuantos políticos corruptos, dictadores asesinos, criminales de guerra, banqueros estafadores, etc. han escapado de la justicia a lo largo de la historia? Mucho más rápido sería hacer la lista de los que no lo han hecho.
El problema no es que existan, sino qué hacer con ellos. Ahora es el tiempo de los financieros-políticos, quienes, al igual que sus predecesores, tienen la seguridad dibujada en el rostro de que ni les van a linchar cuando vayan por la calle, ni nadie va a tocar sus fortunas, ni por supuesto van a poner un pie en la cárcel. Ahí tenemos al ex-presidente de Túnez. Derrocado, sí, pero con los millones a buen recaudo. Su mujer también anda muy derrocada la pobre con nosecuantos lingotes de oro de aval para ir de compras. Ejemplos muy ilustrativos de lo que se pueden ver en este documental.
No sólo me gusta Inside Job, sino que celebro el mero hecho de que exista. Describe con extraordinaria elocuencia todo el tema de la crisis y las conclusiones que plantea son, como poco, gravísimas. Personalmente, puedo llegar a tolerar e incluso comprender que cualquier persona se equivoque haciendo su trabajo. Cualquiera puede llevar a cabo una mala gestión, incluso una desastrosa gestión.
Pero la mala fe es algo que me toca un poco más los huevos.
Cuando veo la millonada que han cobrado por reventar el sistema… es abismal. Semejante desproporción no puede estar justificada. Y que todo ese dinero venga de crear un sistema que se nutre de préstamos basura para forrarse precisamente apostando contra sus clientes en el mercado de derivados sin ni siquiera informarles de que lo hacen... Y que Lehman Brothers o AIG fueran catalogadas por ellos mismos como inversiones muy seguras hasta dos días antes de declararse en bancarrota... Indignante verles ahora tartamudeando eufemismos para justificar lo injustificable. Y encima insisten en convencer a la gente de que en realidad no han hecho nada malo. Que son cosas del mercado, don Quijote. ¿A quién va a creer; a mí o a sus propios ojos? ¡Cómo van a ser molinos, hombre!
Semejante aura de impunidad alrededor de esta gentuza que me da ganas de vomitar. Se me dispara la tensión y me tengo que tomar un Lexatín. Antiguamente había soluciones que ahora quizás nos resulten algo desfasadas, como el linchamiento público, pero visto como está el patio, igual es lo único que nos queda.
El Oscar fue para El Discurso del Rey, pero el mejor discurso fue el de Charles Ferguson:
“Perdonen, pero tengo que empezar recordando que tres años después de una horrible crisis financiera causada por fraude masivo, ni un solo ejecutivo financiero ha ido a la cárcel. Y eso está MAL.”
Yo también lo creo. Vota si tú también lo crees.
El problema no es que existan, sino qué hacer con ellos. Ahora es el tiempo de los financieros-políticos, quienes, al igual que sus predecesores, tienen la seguridad dibujada en el rostro de que ni les van a linchar cuando vayan por la calle, ni nadie va a tocar sus fortunas, ni por supuesto van a poner un pie en la cárcel. Ahí tenemos al ex-presidente de Túnez. Derrocado, sí, pero con los millones a buen recaudo. Su mujer también anda muy derrocada la pobre con nosecuantos lingotes de oro de aval para ir de compras. Ejemplos muy ilustrativos de lo que se pueden ver en este documental.
No sólo me gusta Inside Job, sino que celebro el mero hecho de que exista. Describe con extraordinaria elocuencia todo el tema de la crisis y las conclusiones que plantea son, como poco, gravísimas. Personalmente, puedo llegar a tolerar e incluso comprender que cualquier persona se equivoque haciendo su trabajo. Cualquiera puede llevar a cabo una mala gestión, incluso una desastrosa gestión.
Pero la mala fe es algo que me toca un poco más los huevos.
Cuando veo la millonada que han cobrado por reventar el sistema… es abismal. Semejante desproporción no puede estar justificada. Y que todo ese dinero venga de crear un sistema que se nutre de préstamos basura para forrarse precisamente apostando contra sus clientes en el mercado de derivados sin ni siquiera informarles de que lo hacen... Y que Lehman Brothers o AIG fueran catalogadas por ellos mismos como inversiones muy seguras hasta dos días antes de declararse en bancarrota... Indignante verles ahora tartamudeando eufemismos para justificar lo injustificable. Y encima insisten en convencer a la gente de que en realidad no han hecho nada malo. Que son cosas del mercado, don Quijote. ¿A quién va a creer; a mí o a sus propios ojos? ¡Cómo van a ser molinos, hombre!
Semejante aura de impunidad alrededor de esta gentuza que me da ganas de vomitar. Se me dispara la tensión y me tengo que tomar un Lexatín. Antiguamente había soluciones que ahora quizás nos resulten algo desfasadas, como el linchamiento público, pero visto como está el patio, igual es lo único que nos queda.
El Oscar fue para El Discurso del Rey, pero el mejor discurso fue el de Charles Ferguson:
“Perdonen, pero tengo que empezar recordando que tres años después de una horrible crisis financiera causada por fraude masivo, ni un solo ejecutivo financiero ha ido a la cárcel. Y eso está MAL.”
Yo también lo creo. Vota si tú también lo crees.

6.8
97,239
8
13 de noviembre de 2010
13 de noviembre de 2010
323 de 366 usuarios han encontrado esta crítica útil
No insistiré demasiado a estas alturas en cosas como el montaje, el guión, reparto o la dirección. Baste decir que están a nivel de Oscar, y que muy posiblemente se lo lleven. Mención especial para Sorkin. Si Fincher le da cuerpo al relato, Aaron le da el alma. Su guión, aparte de estar hilvanado con maestría, logra mostrar la diferencia entre ser popular y tener amigos. La diferencia entre tener amigos y tener fans. Ahí está lo extraordinario de La Red Social. Que le mete un directo al corazón a uno de los fenómenos más extraordinarios de la sociedad actual: el hacerse famoso de cualquier manera. Hazte famoso y te querrán. Sé popular y te invitarán a todas las fiestas, y todos/as querrán acostarse contigo. Todo eso está en la peli: Facemash, los gemelos y su ansia de destacar, el personaje de Timberlake, Eduardo y su novia asiática… gente que no quiere tener amigos, que lo que quiere es tener fans. ¿Somos así en el siglo XXI? Gracias a la redefinición de la palabra "amigo" que emana de Facebook, al final puedes tener 500 millones de amigos y estar más solo que la una. Porque a fin de cuentas, uno no está pegado a la pantalla si tiene compañía, ¿a que no?
Es paradójico que Facebook naciese de un concurso para puntuar lo buenas que estaban las tías. Ha cambiado mucho, sí, pero la esencia sigue siendo la misma. Echad un vistazo. La gente hoy en día exige la atención de los demás, necesita que todos sepan qué hace o dónde está en cada momento, si tiene sueño o si se acaba de echar un noviete. ¿A cuántos/as conocéis que se pasan las noches tirándose fotos para colgarlas en el Facebook al día siguiente? Cada día me topo en el muro con un sinfín de titulares inútiles del estilo “me voy a dormir pronto” o “estoy malita”, cuyo objetivo no es otro que llamar la atención. Como en la prensa rosa, hay que salir en la foto aunque no tengas nada que decir para la gente siga hablando de ti. Eso es Facebook: la nueva y más perfecta revista del corazón.
Es paradójico que Facebook naciese de un concurso para puntuar lo buenas que estaban las tías. Ha cambiado mucho, sí, pero la esencia sigue siendo la misma. Echad un vistazo. La gente hoy en día exige la atención de los demás, necesita que todos sepan qué hace o dónde está en cada momento, si tiene sueño o si se acaba de echar un noviete. ¿A cuántos/as conocéis que se pasan las noches tirándose fotos para colgarlas en el Facebook al día siguiente? Cada día me topo en el muro con un sinfín de titulares inútiles del estilo “me voy a dormir pronto” o “estoy malita”, cuyo objetivo no es otro que llamar la atención. Como en la prensa rosa, hay que salir en la foto aunque no tengas nada que decir para la gente siga hablando de ti. Eso es Facebook: la nueva y más perfecta revista del corazón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ya, ya, pero por lo menos aquí nos lo curramos y escribimos críticas y no torturamos al personal con 815 fotos nuestras de marcha poniendo la misma cara, ni hay jueguecitos de regarle el huerto a no sé quien, ni te dicen que clase de animal serías....
...aunque si te ha gustado la crítica, no estaría de más que pincharas en el "sí"....
...aunque si te ha gustado la crítica, no estaría de más que pincharas en el "sí"....
6
20 de abril de 2011
20 de abril de 2011
323 de 392 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Alerta!
¡Spoiler!
Vámonos al spoiler.
¡Spoiler!
Vámonos al spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
8 minutos dan para mucho:
Encontrar al malvado terrorista.
Indagar sobre tu pasado.
Ligarte a una chica muy mona.
Curtir a medio vagón.
Convertirte en una buena persona.
93 minutos dan para mucho:
Plantear una buena premisa.
Hacer que surjan nuevas incógnitas conforme se desarrolla la historia.
Tirar de topicazos cuando se acaban las ideas.
Terminar bien una buena historia.
Cargársela a continuación con un happy ending con pinta de haber sido escrito (e impuesto) en los despachos.
Un buen final da para mucho:
No te lleva por cojones a ningún terreno y te deja espacio para que pienses.
Es subjetivo y se presta a varias interpretaciones.
El mensaje, curiosamente, cala con mucha más fuerza.
Es una muestra de elegancia.
El happy ending común de despacho, no:
El prota salva el mundo.
El prota se liga a la chica.
El malo se jode.
Es una muestra de garrulez.
Código fuente termina cuando se para el tiempo. En plan La Vida de Brian. Les falta cantar “Always look at the bright side of life”, y eso está bien y es una manera elegante de terminar. Es el momento justo para el corte a negro. Dejad de mirar la pantalla justo ahí, de verdad. Saldréis con mucho mejor sabor de boca. Lo que viene después (el final de despacho) es algo así como lo que viene después de sentarse flojillo de vientre en el retrete después de pagarse un atracón en una mariscada. Algo desagradable de presenciar, consecuencia de agentes ajenos al que lo sufre (¿alguien ha dicho productores?) y un mal rato para el que lo... crea (o pare). Apuesto a que a Duncan Jones (que lleva 2/2 en películas que merecen la pena) tampoco le hizo ninguna gracia que terminase así.
Con lo buenas que estaban las gambas, debió pensar.
Encontrar al malvado terrorista.
Indagar sobre tu pasado.
Ligarte a una chica muy mona.
Curtir a medio vagón.
Convertirte en una buena persona.
93 minutos dan para mucho:
Plantear una buena premisa.
Hacer que surjan nuevas incógnitas conforme se desarrolla la historia.
Tirar de topicazos cuando se acaban las ideas.
Terminar bien una buena historia.
Cargársela a continuación con un happy ending con pinta de haber sido escrito (e impuesto) en los despachos.
Un buen final da para mucho:
No te lleva por cojones a ningún terreno y te deja espacio para que pienses.
Es subjetivo y se presta a varias interpretaciones.
El mensaje, curiosamente, cala con mucha más fuerza.
Es una muestra de elegancia.
El happy ending común de despacho, no:
El prota salva el mundo.
El prota se liga a la chica.
El malo se jode.
Es una muestra de garrulez.
Código fuente termina cuando se para el tiempo. En plan La Vida de Brian. Les falta cantar “Always look at the bright side of life”, y eso está bien y es una manera elegante de terminar. Es el momento justo para el corte a negro. Dejad de mirar la pantalla justo ahí, de verdad. Saldréis con mucho mejor sabor de boca. Lo que viene después (el final de despacho) es algo así como lo que viene después de sentarse flojillo de vientre en el retrete después de pagarse un atracón en una mariscada. Algo desagradable de presenciar, consecuencia de agentes ajenos al que lo sufre (¿alguien ha dicho productores?) y un mal rato para el que lo... crea (o pare). Apuesto a que a Duncan Jones (que lleva 2/2 en películas que merecen la pena) tampoco le hizo ninguna gracia que terminase así.
Con lo buenas que estaban las gambas, debió pensar.

6.4
72,104
7
13 de junio de 2011
13 de junio de 2011
303 de 386 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta mucho esta reseña, creo que expresa muy bien lo que uno siente al ver esta peli:
"'Ha sido como ver uno de los clásicos antiguos de Spielberg (...) 'Super 8' es una película maravillosa, con nostalgia no de una época, sino de un estilo de hacer cine (...) Puntuación: ***1/2 (sobre 4)" (Roger Ebert: Chicago Sun-Times)
Inevitable compararla con E.T. Las aventuras donde un grupo de niños que se topa con un “peculiar” visitante. De esas que tanto nos gustan y de las que ya iban haciendo falta. Joder, si es que hasta parece que es el propio Spielberg el que se ha puesto tras la cámara para rodar Super 8, que aunque no es E.T para los de mi generación, quizá sí sea su equivalente para la que viene. Su esencia es la misma, incluso comparten muchos elementos. Quizá en el fondo sean la misma película. Pero afortunadamente no son iguales. Mayormente, porque el bicho no es… abrazable, digamos.
Irradia frescura. En un verano donde la mayoría de estrenos van a ser segundas, terceras o cuartas partes de sagas trilladísimas, da gusto que aparezca una peli que no esté basada ni en un videojuego, ni en un superhéroe ni en un cómic. Abrams no ha inventado nada, pero sí que ha tenido buen ojo para resucitar las pelis de aventuras “de niños”. Por supuesto, con su toque personal de misterio flotando en el aire. Decid lo que queráis, pero este tipo tiene olfato. Sabe qué gusta y siempre se guarda un as en la manga. Se agradece infinitamente el cuidado que pone en sugerir antes que mostrar, sobre todo porque cuando deja de sugerir, es precisamente cuando la historia pierde consistencia (en spoiler).
A destacar, otra vez, la dirección de JJ, que le da a la historia el ritmo necesario en cada tramo. Insisto, a veces me creía que era una de Spielberg. La música de Giaccino es estupenda y bueno, la verdad es que es difícil ponerle pegas técnicamente a esta cinta. No creo que ninguno de los que creciera con Elliott y “mi casssa” se quede con Super 8, aunque seguro que viéndola habrá sentido una muy grata nostalgia. Primero, porque está muy bien hecha. Segundo, porque se centra en sus personajes y los trata con cariño. Esa es, yo creo, su gran virtud. Y la tercera razón: pues... que es bonita, coño.
No tengo ni idea de qué nos depararán los próximos meses, y tampoco soy amigo de términos como "la película del año" o "la película del verano", pero lo que sí creo es que Super 8 está a la altura de lo que se esperaba de ella. Y eso, como poco, la convierte en una cita obligada.
Hacía falta una peli así.
"'Ha sido como ver uno de los clásicos antiguos de Spielberg (...) 'Super 8' es una película maravillosa, con nostalgia no de una época, sino de un estilo de hacer cine (...) Puntuación: ***1/2 (sobre 4)" (Roger Ebert: Chicago Sun-Times)
Inevitable compararla con E.T. Las aventuras donde un grupo de niños que se topa con un “peculiar” visitante. De esas que tanto nos gustan y de las que ya iban haciendo falta. Joder, si es que hasta parece que es el propio Spielberg el que se ha puesto tras la cámara para rodar Super 8, que aunque no es E.T para los de mi generación, quizá sí sea su equivalente para la que viene. Su esencia es la misma, incluso comparten muchos elementos. Quizá en el fondo sean la misma película. Pero afortunadamente no son iguales. Mayormente, porque el bicho no es… abrazable, digamos.
Irradia frescura. En un verano donde la mayoría de estrenos van a ser segundas, terceras o cuartas partes de sagas trilladísimas, da gusto que aparezca una peli que no esté basada ni en un videojuego, ni en un superhéroe ni en un cómic. Abrams no ha inventado nada, pero sí que ha tenido buen ojo para resucitar las pelis de aventuras “de niños”. Por supuesto, con su toque personal de misterio flotando en el aire. Decid lo que queráis, pero este tipo tiene olfato. Sabe qué gusta y siempre se guarda un as en la manga. Se agradece infinitamente el cuidado que pone en sugerir antes que mostrar, sobre todo porque cuando deja de sugerir, es precisamente cuando la historia pierde consistencia (en spoiler).
A destacar, otra vez, la dirección de JJ, que le da a la historia el ritmo necesario en cada tramo. Insisto, a veces me creía que era una de Spielberg. La música de Giaccino es estupenda y bueno, la verdad es que es difícil ponerle pegas técnicamente a esta cinta. No creo que ninguno de los que creciera con Elliott y “mi casssa” se quede con Super 8, aunque seguro que viéndola habrá sentido una muy grata nostalgia. Primero, porque está muy bien hecha. Segundo, porque se centra en sus personajes y los trata con cariño. Esa es, yo creo, su gran virtud. Y la tercera razón: pues... que es bonita, coño.
No tengo ni idea de qué nos depararán los próximos meses, y tampoco soy amigo de términos como "la película del año" o "la película del verano", pero lo que sí creo es que Super 8 está a la altura de lo que se esperaba de ella. Y eso, como poco, la convierte en una cita obligada.
Hacía falta una peli así.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Llegado el punto en el que se ve al monstruo, la historia quema sus naves demasiado pronto. Hablo especialmente de la cinta del doctor, en plan confesión que viene que ni pintada para explicar cosas que deberían ser explicadas por la acción en sí misma. O la guarida del monstruo, que creo que al final queda demasiado efectista, porque que me explique alguien a qué demonios viene que el bicho ande secuestrando gente para tenerlos allí colgados. Falta… pues eso, hacerse amigo del monstruo. Uno se cree que está viendo E.T, te lo pintan como que en realidad el bicho es bueno y claro, tienes la esperanza de que al final… pero antes de que te hayas dado cuenta se pega el piraco sin decir ni adiós, el muy gañán.
El final es demasiado brusco, y para mí le falta una vuelta de tuerca. Hasta entonces la historia sorprendía, estaba dosificando bien sus elementos y se iban descubriendo cosas gradualmente. Pero una vez que se le ve la cara al monstruo… ¿ya está? ¿Te puedes ir? ¿Así de fácil? Demasiado a huevo lo ponen con la filmación del doctor en el colegio. Creo que habría que haber aguantado toda esa información; que los cubos son la nave, que la criatura se comunica por el tacto y que sólo quiere volver “a cassssa”. Si lo hubieran guardado para el final, habría quedado todo mucho más redondo.
Además, echo de menos más impacto entre personajes, especialmente porque la película en todo momento apuesta por ellos. No sé, quizá un acto heroico que redima al padre de la chica por ejemplo. Y tampoco me gusta que falte en el cuadro el amigo gordito; tenía que haber jugado un papel más decisivo en la historia. Los secundarios en general quedan algo desaprovechados al final.
Pero en fin, la verdad es que la metáfora final del colgante (¿no se lo había quitado el militar?) es bastante bonita y es un buen cierre. Y no tira de epílogos edulcorantes, como cierto predecesor que yo me sé...
El final es demasiado brusco, y para mí le falta una vuelta de tuerca. Hasta entonces la historia sorprendía, estaba dosificando bien sus elementos y se iban descubriendo cosas gradualmente. Pero una vez que se le ve la cara al monstruo… ¿ya está? ¿Te puedes ir? ¿Así de fácil? Demasiado a huevo lo ponen con la filmación del doctor en el colegio. Creo que habría que haber aguantado toda esa información; que los cubos son la nave, que la criatura se comunica por el tacto y que sólo quiere volver “a cassssa”. Si lo hubieran guardado para el final, habría quedado todo mucho más redondo.
Además, echo de menos más impacto entre personajes, especialmente porque la película en todo momento apuesta por ellos. No sé, quizá un acto heroico que redima al padre de la chica por ejemplo. Y tampoco me gusta que falte en el cuadro el amigo gordito; tenía que haber jugado un papel más decisivo en la historia. Los secundarios en general quedan algo desaprovechados al final.
Pero en fin, la verdad es que la metáfora final del colgante (¿no se lo había quitado el militar?) es bastante bonita y es un buen cierre. Y no tira de epílogos edulcorantes, como cierto predecesor que yo me sé...
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