Sí, ¿Por qué no? ¿Quién me dice a mí lo que es correcto y lo que es incorrecto? Pongamos, por ejemplo, que la verdad absoluta aparece escrita en un libro de más de quinientas páginas cuyo autor es un refutado y prestigioso pensador. Motivo suficiente sería para empezar a leerlo, igual dice cosas interesantes o que puedan influir de forma positiva en mí, ¡Pero si a todo el mundo le parece genial!

Me lo leo, y no me gusta. No entiendo porque otro me dice que debo sentir, o como debo pensar, yo solamente quiero ser capaz de sentir de la forma en que lo hicieron aquellos del club. Las palabras eran el camino que los llevaba a ser, nacían nuevas personas a cada instante, nada era estable, nada estaba prefijado, todo podía cambiar y todos podían ser partícipes de la liberación del pensamiento. Yo quiero pertenecer a ese club.

Oh capitán, mi capitán.

Sin duda, de las películas más aventureras de Miyazaki, por no decir la que más. Y se nos presentan personajes que evocan al estilo de una aventura clásica de los 80.

Gran variedad de situaciones, elenco de personajes interesantes, espectacularidad en todas sus localizaciones, banda sonora muy buena, ritmo frenético de la historia... pero sin duda, lo que más me gusta de esta película, es la gran sensación de nostalgia que transmite por la propia fantasía que evoca. Son niños que sueñan con llegar a un lugar fantástico, y tendrán que superar muchos peligros y tipos malos, madurando a cada paso que dan, y eso me encanta, es tal como las aventuras que soñamos de niños. Estoy seguro que de haber tenido esta cinta en VHS durante mi infancia, la habría visto mil veces, todos los días de mi vida.

De lo mejor que podrás ver, como una de Disney pero sin canciones.

No se trata de un film menor en la carrera de Hayao Miyazaki. Porco Rosso, a pesar de ser una de las películas menos reconocidas o mencionadas del estudio de animación, resulta ser una película altamente entretenida, con unos diálogos geniales, una asombrosa y cuidada animación, y situaciones realmente divertidas.

Ya en un tono más personal, esta película me ha transmitido una sensación de "calidez" y de ternura que no me han provocado otras películas del mismo estudio. Todo influye: el gran tratamiento y el detallismo de los escenarios, la representación histórica, los personajes y su forma de relacionarse entre ellos... resulta un todo del que no podría extraer nada.

Sin duda me arrepiento enormemente de no haber podido ver esta película hasta hoy, me estaba perdiendo una de las grandes. Gracias, Miyazaki. Espero que la segunda película de Porco Rosso se convierta en realidad.

Podría decir mucho sobre la película y no terminar nunca de contar todo lo que me ha gustado. El ritmo no decae en ningún momento, a pesar de su extensa duración. Planos, miradas y gestos que son capaces de contar toda una historia por si mismos de forma magistral. Todos y cada uno de los personajes tiene su historia y su trasfondo, no son meros papeles planos. Transmite, intriga, consigue captar toda tu atención durante toda la película.

Me sentí totalmente implicado en la historia, me atrapó súbitamente. De repente me vi envuelto en el drama de aquellos campesinos, y podía entender qué motivaba a los samuráis para ayudarlos. Ahora comprendo porque esta película tiene tal valoración, y es sin duda merecida.

Altamente recomendable, jamás podré olvidar el plano final.

Sé que sientes hoy un gran dolor, el puñal de la ira y del rencor. Es cierto, todos los seres humanos llevamos este puñal clavado a nuestras espaldas, y es por ello que en ciertas ocasiones tiene que llegar el lejano guerrero de las tierras del este, para hacernos ver sin la venda del odio.

He sido testigo de una historia llena de amor hacia la vida, es un canto a la naturaleza, Mononoke busca mantener vivo el bosque, Lady Eboshi busca conquistarlo. ¿No podríamos todos vivir en paz? Preguntaba Ashitaka. A pesar de su extensa duración, la narración no decae, es poderosa, atractiva. Los personajes evocan humanidad, la fotografía rezuma belleza, los animaciones saltan de la pantalla, la banda sonora llega más allá de nuestros oídos para llegar al espíritu.

Miyazaki, haces que el cine de animación sea algo más.