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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
10
10 de enero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mayores vergüenzas en la historia de la humanidad, fue la Guerra contra el Vietnam. La motivación fue infame: mantener la colonización y apoderarse de las riquezas naturales del territorio. La excusa pública, ridícula como siempre: "evitar la expansión del comunismo". Las consecuencias: 20 años de conflicto. 45 mil soldados estadounidenses muertos en combate. Miles de lisiados y heridos. Cien mil franceses (entre soldados y colonos) eliminados en los enfrentamientos... y cientos de miles de vietnamitas (soldados y civiles) asesinados, torturados, ultrajados y despojados de todas sus pertenencias sin piedad alguna. Esta infamia la sostuvieron cuatro gobiernos americanos: Truman, Eisenhower, Kennedy y Johnson.

Consciente de este atroz enfrentamiento bélico (cualquier parecido con Irak, es porque la historia se repite y se repite dada la enorme ignorancia y la desmesurada ambición de la clase política), el calificado director, Stanley Kubrick, se propuso llevar a efecto la que sería una de las mejores y francas realizaciones cinematográficas que hayan salido de los Estados Unidos de Norteamérica: <<FULL METAL JACKET>> (La Chaqueta Metálica).

Contada en dos partes: la primera sobre un entrenamiento de soldados en la isla Parrish (1967), donde, el sargento Hartman, es el encargado de convertir a los hombres en máquinas asesinas sin identidad ni sentimientos... y enseguida, asistiremos a uno de los enfrentamientos más brutales y efectivos en su tratamiento cinematográfico, entre los soldados americanos y un francotirador vietnamita dispuesto a exterminarlos.

El tratamiento del filme logra su cometido a todo nivel: puesta en escena, fotografía, banda sonora, actuación... y Kubrick, nos traspasa la epidermis para hacernos sentir la deshumanización y la brutalidad de toda guerra.

El guion, basado en la novela, “The Short-Timers” (1979) de Gustav Hasford, un marine que vivió los hechos que se narran en la película; y escrito por él mismo, junto a Kubrick y Michael Herr, es todo un tratado de la manera como a hombres normales se les convierte en asesinos sin escrúpulos y, con su acostumbrada maestría, Stanley Kubrick construye una obra cinematográfica impactante, dolorosamente cierta y revestida con el sello de la perennidad.

“Evitemos un conflicto armado por todos los medios que estén en nuestro poder, pues solamente lo que se resuelve en paz vale la pena. Sólo males se derivan de la guerra”. El Mahabhárata

Título para Latinoamérica: NACIDO PARA MATAR
Luis Guillermo Cardona
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10
15 de junio de 2017
14 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ser creada por Zeus, Diana, Princesa de Themyscira –Diana Prince para los humanos- fue 'creada' por el psicólogo estadounidense, William Moulton Marston (1893-1947), para DC Comics. Como profesional de las ciencias humanas, Marston centró sus estudios en buscar una unidad de medida de la Energía Mental que pudiera facilitar el entendimiento del comportamiento humano y la manera como el control o no de las emociones, incide y afecta las decisiones, y en consecuencia, las acciones.

Las cuatro fuerzas de la naturaleza, Marston las asoció, respectivamente, a cuatro ejes comportamentales: Fuego> Dominio (Riesgo, confrontación). Aire> Influencia (Sociabilidad, extroversión). Agua> Sumisión (Calma, paciencia). Tierra> Conformidad (Reglas, normas), y sus amplios estudios son, hoy día, herramientas probadas y de alto uso en muy variadas instituciones, al igual que entre los profesionales de la psicología.

Wonder Woman (Mujer Maravilla) apareció por primera vez en la revista de historietas All Star Comics # 8 (1941), y desde sus principios, fue lanzada como una heroína que tiene como objetivos: La paz mundial, la justicia social, el amor como motivo supremo y la equidad de género. Para luchar contra ella, fue creada una destructora serie de súpervillanos (Ares, Cheetah, Circe…), pero, al haber “nacido” durante la II Guerra Mundial, no podía faltar su frentera lucha contra las fuerzas nazi-fascistas, ante las que resultará demoledora.

La serie de televisión que, entre 1975 y 1979, representara Lynda Carter es, entre las apariciones de la Mujer Maravilla, la más exitosa hasta ese momento… y ahora, con la versión cinematográfica que, ¡magistralmente acaba de dirigir una mujer! -Patty Jenkins la misma que nos diera la impactante “Monster” con Charlize Theron-, ya no hay duda de que, junto a Batman y Superman, Wonder Woman conforma la tríada más poderosa de DC Comics… y yo creo que los supera. ¿Razones?

El personaje y la historia –ambientada esta vez en la I Guerra Mundial-, están dotados de una filosofía que motiva significativas reflexiones. Lo humano se contrasta (y combina) con lo divino, en un estilo totalmente accesible, y con un gran sentido del humor, se nos van dando puntadas que demuestran que una cosa no anda tan lejos de la otra. Los diálogos, con consciente sencillez, motivan valiosos propósitos y resuenan en nuestros oídos (“Eres más fuerte de lo que imaginas. Tienes más poder del que crees”, “Siempre fuiste mi más grande amor, hoy eres mi pena más grande”, “Si ves que pasa algo malo en el mundo, puedes procurar no hacer nada o intentar hacer algo bueno”…). A Diana, conseguimos verla como una poderosa heroína -con efectos especiales de última generación-, pero también vemos a una muchacha sensible, confundida y amante de la humanidad, que intenta mostrar a la mujer que, su rol en el mundo, ya no puede ser pasivo y, en ningún caso, atentando contra la paz del mundo. Algunas escenas de acción nos emocionan -casi- hasta el llanto, ¡y esto ya es bien especial!

Y lo mejor de todo es que, la directora Patty Jenkins, se toma todo el tiempo necesario para bordar seres con una vida sensible antes que héroes, y su filme trasciende de plano el simple entretenimiento, para convertirse en una obra de arte con muy altos valores en todos los niveles. Mención especial para la imponente banda sonora de Rupert Gregson-Williams, la cual sería muy digna de un premio Oscar.

Considero que, “WONDER WOMAN”, ha llegado para revolucionar el cine de superhéroes, y Gal Gadot, se posiciona como la nueva heroína del cine actual… a la que vamos a ver, ojalá, durante un buen rato. ¡Bienvenida!

Título para Latinoamérica: MUJER MARAVILLA
Luis Guillermo Cardona
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3
9 de junio de 2012
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas obras literarias han sido llevadas tantas veces al cine como, “Carmen” de Prosper Mérimée, inmortalizada luego con la maravillosa ópera de Georges Bizet. La primera versión se hizo, en 1909, con Victoria Lepanto en el rol de la rebelde gitana, y después, Marguerite Namara, Marion Leonard, Imperio Argentina, Geraldine Farrar, Edna Purviance, Theda Bara, Pola Negri, Raquel Meller, Dolores del Río, Viviane Romance, Niní Marshall, Rita Hayworth, Sara Montiel, Uta Levka, Mayra Alejandra, Julia Migenes-Johnson, Laura del Sol y otras tantas, han representado el rol de esta mujer que dejó para la posteridad su lucha por la independencia femenina. Con, Carmen, se enaltece a la mujer de carácter; toma forma la hembra dueña de sí misma; y el hombre da cuenta del sendero de tragedia que suele trazar, toda vez que se obstina en sentirse propietario de una fémina que, contra todo, ha elegido la libertad.

Ahora, el turno de adaptar este breve, pero significativo cuento -publicado en 1847- es para el realizador francés, Jean-Luc Godard… y tengo que decir que, el resultado es poco interesante. No es de extrañar que, Isabel Adjani, quien había asumido el rol de Carmen, inicialmente, hubiese abandonado tras escasos días de rodaje.

En primer lugar, y en un acto de absoluta locura (o rebeldía si se quiere), “l’enfant terrible” de Francia ha decidido tirar por la borda todos los progresos alcanzados por el arte cinematográfico, y con la añoranza a flor de piel de su querido, Roberto Rossellini, pero, con muy escasa lucidez narrativa, se ha aplicado mal al cuento de que, “basta un hombre, una mujer y una cama, para hacer una película”.

Una sola cosa parece cierta, <<NOMBRE: CARMEN>>, la hizo –y repito viejas palabras suyas- “con la mentalidad de un chico de 12 años, tratando de llegar a las imágenes como se me ocurrían”. Esto explica que todavía ose jugar al sonido directo dejando que entren en escena toda suerte de ruidos externos; que la iluminación sea natural o limitada a una o dos lámparas de mesa como suele ocurrir en las habitaciones comunes; y que muchas escenas luzcan totalmente improvisadas... y sin significado alguno.

Algunos directores creen que la imagen cinematográfica es, sobre todo, espacio; otros, como Godard, creen que la imagen es tiempo; pero, la verdad es que la imagen es espacio-tiempo y, sin una cuidada confluencia de ambas cosas, cualquier imagen se decanta a medias… o se hunde en la vacuidad.

La, Carmen, de Godard, hecha con música de Beethoven –estaba en su derecho-, pero, tocada en insertos de un ensayo entre tres muchachos sin trascender este hecho, es prolija en detalles superfluos; es fría como la nieve; desapasionada totalmente, aún con sus numerosos desnudos; está llena de repeticiones; los cambios a la historia de Mérimée nada añaden y mucho quitan... y la dinámica general hay que buscarla con lupa, y aun así, es imposible encontrarla.

Si, Maruschka Detmers, no consigue hacerse valer por algo más que su bello cuerpo, su carrera fílmica nunca ascenderá como se merece.

Título para Latinoamérica: << CARMEN, PASIÓN Y MUERTE>>
Luis Guillermo Cardona
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5
13 de mayo de 2011
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Humphrey Bogart, estuvo a punto de terminar como empezó, su carrera cinematográfica: En sus primeras 40 películas, lo metieron a la cárcel, lo ahorcaron, lo electrocutaron o lo mataron a balazos en no menos de 30 ocasiones. Por entonces, y casi siempre como actor secundario, la Warner Bros. solía pensar en él toda vez que se necesitaba a un tipo duro. Después, Bogart alcanzaría la cumbre y el protagonismo de sus películas, y tendría la ocasión de mostrar su corazón de mantequilla, su natural romanticismo, y otras bondades que también poseía en abundancia. Pero, en 1955, y cuando todavía figuraba entre los actores de mayor éxito, pues venía de hacer joyas como, “The Caine Mutiny”, “Sabrina” y “The Barefoot Contessa”, fue convocado por el director, William Wyler, para la que parecía ser su última película, ya que comenzaba a sentirse aquejado de un terrible cáncer de esófago. Pero, quizás la Providencia pensó que éste no era el final que se merecía un hombre tan notable... y luego, Bogart tendría otra gran oportunidad en ese brillante filme de, Mark Robson, titulado, “The Harder They Fall”.

No obstante haber sido hecha por un realizador altamente calificado, y de mi más alto aprecio como es, William Wyler, no creo que, <<HORAS DESESPERADAS>>, sea una película realmente importante. Primero, porque decepciona cuando, después de mencionar la policía que los presos fugados son tres tipos “con antecedentes que ponen los pelos de punta”, nos damos cuenta de que son tres buenazos que juegan a ser malos con la esperanza de que sus víctimas así lo crean. La única persona que los fugitivos matan en todo el filme (y quien lo ejecuta es el único delincuente cuyo apellido apunta tendenciosamente hacia el este), es seguro que fue más por miedo de que soplara y por haber intentado huir, que por el simple deseo de eliminarlo.

Después, y no obstante las increíbles ventajas que les conceden sus captores, las víctimas asumen unas salidas tan apocadas y poco comprometidas que, en vez de despertarnos sentimientos de solidaridad y comprensión, más bien producen rabia y frustración. Sólo el niño, Ralphie, demuestra que tiene cojones, pero su debilucho padre se los aprieta y, de no ser porque éste demuestra, al fin, algo de valentía, con ésta experiencia el niño hubiera quedado traumatizado o decepcionado de su padre por secula seculorum.

Ignoro las razones, pero tiene que haber habido cierto desgano en, William Wyler, a la hora de adaptar por encargo ésta obra teatral que escribiera, Joseph Hayes, y él mismo adaptara a guion, porque no se observa en la tarea su habitual esmero. Varias situaciones fueron resueltas con una simpleza que no convence, como cuando Hal, en su fuga, vota del carro a su propietario, o dejando abandonados recursos como la interceptación de teléfonos, cuando luego entra la llamada que se requería.

En fin que, cuando uno viene acostumbrado a ver filmes de tanta solidez como los que solía hacer este excelente director, de una obra que además tenía a Bogart, March y Kennedy, caminando a bordo, uno esperaba algo inolvidable.
Luis Guillermo Cardona
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10
20 de junio de 2013
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película no puede ser juzgada en términos de si es fiel, o no, a la novela en que se basa. Se puede mencionar éste hecho como dato accesorio, pero, no es lo que determina, en modo alguno, si la película está bien hecha o no. En un libro cabe cualquier cosa: se puede fantasear hasta lo imposible; se pueden hacer las disquisiciones filosóficas, psicológicas o políticas que se deseen; puedes incluir cuantos personajes se te ocurran; cualquier espacio puede concebirse… pero, un filme es bien distinto: tiene otra estructura y otro ritmo; se debe preferenciar la imagen al texto; cada espacio hay que materializarlo con un costo muchas veces alto… y está limitado a un presupuesto y a un cierto tiempo de duración, hechos por los cuales el director se obliga a reducir muchas cosas que aparecen en el libro. Escasas son las obras que han conseguido llevarse con rigor al cine, y ni siquiera cuando el guionista es el mismo novelista, logra que su novela se adapte rigurosamente.

<<LA HOGUERA DE LAS VANIDADES>>, tampoco podía ser la fiel adaptación de la novela de Tom Wolfe. Se basa en su obra y basta. Lo que hay que ver es si el director, Brian De Palma, con el guion escrito por Michael Cristofer, logró hacer una película relevante… ¡y yo estoy convencido de que lo ha logrado! Por otro lado, suelo preferir al director que "se basa en..." que al que "adapta a...", porque el primero arriesga y el segundo pretende ir a la fija.

Con toques de comedia mordaz, con algunos personajes que bordan la caricatura social (María, el pastor, y hasta el mismo, Peter Fallow), pero, con una magnífica recreación de un asunto en el que se involucran todas las desventuradas almas que mantienen este mundo al revés y a punto de estallar, Brian De Palma, vuelve a sus años de lúcido y crítico adolescente –pero sirviéndose ahora de un holgado presupuesto y de un excelente reparto-, para dejar recreada, a la perfección, a esa sociedad que le ha tocado padecer y que, desde hace ya demasiado tiempo, está gravemente enferma, moral y espiritualmente.

Colmada de realidad, cunde en esta historia el arribismo, el individualismo y el fanatismo; también el afán de mordida y de trampa que son cosa de cada día; pulula la explotación, el racismo y la corrupción política; el maltrato a la mujer, el abuso y la violación que ocurren cada minuto… y si la sociedad todavía sobrevive, es porque aún subsiste un buen número de almas que alientan la luz y fomentan la decencia contra todas las adversidades.

De Palma, da en el blanco (en varias acepciones); plasma con precisión su mosaico de representantes de la mentira y el oportunismo; y ante el preclaro juez White, las caretas dejarán ver el verdadero rostro, no siendo nada difícil que muchos espectadores sientan sus palabras como una bofetada que les alcanza la mejilla. Es harto comprensible pues, que el filme haya ganado tantos detractores entre críticos de cine, periodistas, hombres de iglesia, economistas, abogados, y gente sesgada de todos los colores: ¡¿Cómo puede ser un buen filme aquel que me hace ver el fango que llevo dentro?!... pero ¿y si acaso fuera el que te despierte?

Acepto con entereza la parte del juicio que me corresponda, y me atrevo a decir que, Brian De Palma, con <<LA HOGUERA DE LAS VANIDADES>>, ha hecho un filme que pasará a la historia como una película de culto. Todavía resuenan en mí las palabras del padre de, Sherman McCoy:

“La verdad es la compañera esencial del hombre de conciencia”.
Luis Guillermo Cardona
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