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Voto de Luis Guillermo Cardona:
5
Cine negro. Drama. Thriller Se basa en una obra de éxito de Broadway que había sido interpretada por Paul Newman. Tres fugitivos secuestran a una familia y mantienen a sus miembros como rehenes en una casa en las afueras de una ciudad. (FILMAFFINITY)
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En 1990 el director Michael Cimino hizo un remake con Anthony Hopkins y Mickey Rourke. (FILMAFFINITY)
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13 de mayo de 2011
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Humphrey Bogart, estuvo a punto de terminar como empezó, su carrera cinematográfica: En sus primeras 40 películas, lo metieron a la cárcel, lo ahorcaron, lo electrocutaron o lo mataron a balazos en no menos de 30 ocasiones. Por entonces, y casi siempre como actor secundario, la Warner Bros. solía pensar en él toda vez que se necesitaba a un tipo duro. Después, Bogart alcanzaría la cumbre y el protagonismo de sus películas, y tendría la ocasión de mostrar su corazón de mantequilla, su natural romanticismo, y otras bondades que también poseía en abundancia. Pero, en 1955, y cuando todavía figuraba entre los actores de mayor éxito, pues venía de hacer joyas como, “The Caine Mutiny”, “Sabrina” y “The Barefoot Contessa”, fue convocado por el director, William Wyler, para la que parecía ser su última película, ya que comenzaba a sentirse aquejado de un terrible cáncer de esófago. Pero, quizás la Providencia pensó que éste no era el final que se merecía un hombre tan notable... y luego, Bogart tendría otra gran oportunidad en ese brillante filme de, Mark Robson, titulado, “The Harder They Fall”.

No obstante haber sido hecha por un realizador altamente calificado, y de mi más alto aprecio como es, William Wyler, no creo que, <<HORAS DESESPERADAS>>, sea una película realmente importante. Primero, porque decepciona cuando, después de mencionar la policía que los presos fugados son tres tipos “con antecedentes que ponen los pelos de punta”, nos damos cuenta de que son tres buenazos que juegan a ser malos con la esperanza de que sus víctimas así lo crean. La única persona que los fugitivos matan en todo el filme (y quien lo ejecuta es el único delincuente cuyo apellido apunta tendenciosamente hacia el este), es seguro que fue más por miedo de que soplara y por haber intentado huir, que por el simple deseo de eliminarlo.

Después, y no obstante las increíbles ventajas que les conceden sus captores, las víctimas asumen unas salidas tan apocadas y poco comprometidas que, en vez de despertarnos sentimientos de solidaridad y comprensión, más bien producen rabia y frustración. Sólo el niño, Ralphie, demuestra que tiene cojones, pero su debilucho padre se los aprieta y, de no ser porque éste demuestra, al fin, algo de valentía, con ésta experiencia el niño hubiera quedado traumatizado o decepcionado de su padre por secula seculorum.

Ignoro las razones, pero tiene que haber habido cierto desgano en, William Wyler, a la hora de adaptar por encargo ésta obra teatral que escribiera, Joseph Hayes, y él mismo adaptara a guion, porque no se observa en la tarea su habitual esmero. Varias situaciones fueron resueltas con una simpleza que no convence, como cuando Hal, en su fuga, vota del carro a su propietario, o dejando abandonados recursos como la interceptación de teléfonos, cuando luego entra la llamada que se requería.

En fin que, cuando uno viene acostumbrado a ver filmes de tanta solidez como los que solía hacer este excelente director, de una obra que además tenía a Bogart, March y Kennedy, caminando a bordo, uno esperaba algo inolvidable.
Luis Guillermo Cardona
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