El lobo de Wall Street

Cada vez más, scorsese añade más características propias del cine comercial, creando un esquema sarnoso de dinero, putas, drogas y sexo. Una bomba para satisfacer a gente con mente debil. Sales del cine sin ninguna buena reflexión.

Dicen que las películas de Scorsese tienen fama de ser buenas. En mi caso es la primera vez que veo una de él desde que tengo uso de razón y uso de análisis (supongo). La trama está basada en los hechos reales sobre el agente de bolsa Jordan Belfort (Leonardo Di Caprio), que como se demuestra en este guion adaptado empezó de muy joven a trabajar en el mundo financiero. En principio quería ganar dinero haciendo ganar también a sus clientes, pero pronto sus mentores le enseñaron que la verdad y la felicidad está en ganar él, no importa cómo. Y así se convierte en el "lobo" de la ciudad, ganando dinero a costa de los que menos tienen y menos saben, porque los que más tienen son demasiado listos y no confían en este negocio.

Y en un montaje de secuencias despiadado y obsceno, sobre todo en lo relativo al sexo y las drogas, Scorsese junto a Leonado Di Caprio convierten este largometraje de tres horas que parecía agotador en una obra maestra de lo que es el egocentrismo, muestran el atractivo y la osadía que supone infringir las leyes del estado y revelarse, pese a saber que puedes caer. Una vida llena de coraje que Di Caprio interpreta a la perfección. No sobran las escenas de ningún tipo, aunque haya exceso de secuencias sobre drogas y sexo, sin prevalecer sentimiento emocional alguno. Algo que destaco y sin duda hace que sea más seductora para el espectador es que Di Caprio actúa y se dirige a nosotros directamente como narrador.

Punto aparte es el mensaje que se queda de cuantas personas en el mundo de la política hoy en día en mi país han infringido la ley de la misma forma que aparece en la película, para escapar de impuestos sobre su país. Al final el narcisismo de muchos sigue estando vigente. Cuanto más rico soy más quiero serlo y menos pago, y los que son pobres que lo sean más y que pague más.

Cuando alguien está enamorado de un proyecto se nota. Y lo DiCaprio con su peersonaje y ésta película es amor a primera vista. Amor del duro. Y si encima está Scorsese al lado, aportando su estilo único, el proyecto se orquesta como ninguno. Mención aparte el descubrimiento de una Margot Robbie que llegó para quedarse con todas las de la ley. Esta historia de auge y caída ya se ha visto, pero esta película logra que la veas como ninguna otra. Ya sea por su enfoque más hacia la comedia o el esperpento antes que al manido drama, ya sea por la energía de DiCaprio. Magistral.

Os pongáis como os pongáis, este es un peliculón en toda regla, de principio a fin. Para los que critican el tema de la droga, hay que situar la película en una época de máximo auge de droga y entender que en mayor o menor medida la presión de la bolsa en Wall Street te exigía seguir su "demoniaco" ritmo de "alguna manera". Pero lo más importante de toda la película es que es UN HECHO REAL. Es decir este Sr. vivió lo que se relata en la película (seguro que incluso más "fuerte") y lo más increíble de todo es ¡que vive para contarlo!.

Peliculón de risas, amistad, humor, ignorancia y excesos por partes iguales. Si no la habéis visto por favor vedla porque merece la pena 1000x1000.

Una película que podría comprenderse con la opción "mute" activada. Di Caprio hace un trabajo excelso de interpretación, de mímica, de energía, de empatía hacia el espectador. Su mejor película. Di Caprio está en el olimpo de los actores junto a Nicholson, Brando, Newman, Hudson, Wayne, Eastwood o Harris. La película es él. Scorsese enlaza dos obras maestras como lo son Shutter Island y el Lobo de Wall Street, en solo 3 años. Algunas escenas, como la del yate, con Belfort y el agente del FBI, están a la altura de las más grandes. La historia de un hombre sin escrúpulos que soñó demasiado.