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Black Adam

Acción. Fantástico. Ciencia ficción. Comedia Casi 5.000 años después de haber sido dotado de los poderes omnipotentes de los antiguos dioses, Black Adam (Johnson) es liberado de su tumba terrenal, listo para desatar su forma única de justicia en el mundo moderno.
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Críticas 90
Críticas ordenadas por utilidad
20 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un paso más en el imaginario del mundo superheroico de DC que prueba suerte ahora con un spin off de ¡Shazam!, sólidamente apoyado por el actor Dwayne Johnson (Jungle Cruise) que buscaba encarnar a este antihéroe de la factoría.

Como ya digo, y bajo el auspicio del actor/luchador, Black Adam aparece en celuloide y lo hace de la manera que podríamos esperar: llena de acción, buenos efectos visuales y con una historia de origen que se va a los comienzos del hombre como civilización racional. Aún así, peca de desarrollar el relato de forma manida, como ya hemos visto en otras películas del género, y en esencia es más una lucha entre hacer el “bien mal” o hacer el “bien bien”. Aquí es donde radica el quid de un personaje que nació para ser la contrapartida de Shazam y de otros héroes del mundo DC. Black Adam se muestra como es, poderoso y autoritario, y como tal es el desempeño de la película, ejecutando su metraje sin respiro y lleno de acción a raudales. Dentro de esta bacanal de luchas, el señor Jonhson se rodea de buenos secundarios y nos da a conocer un nuevo grupo de justicieros que pueden dar mucho que hablar en posibles cintas de DC: Hawkman, Doctor Destino, Ciclón y Atom Smasher. Encarnan a estos héroes Aldis Hodge (Sobrenatural) como un estupendo hombre halcón, Noah Centineo (El Nuevo Empleado), Quintessa Swindell (El Maestro Jardinero) y ojo a Pierce Brosnan (007 Goldeneye) como el Doctor Destino, que aporta experiencia, buen hacer y una sorpresa tras otra con un personaje singular. Fuera de este grupo de “súpers” hallamos a Sarah Shahi (serie Life) y al flojísimo Chico Kenzari (Aladdin).

Tras las cámaras está el español Jaume Collet-Serra (Sin Identidad), que repite con Dwayne Johnson en esta apuesta de DC para hacer de Black Adam un blockbuster entretenido, excesivo y espectacular. Lleno de colorido, pero a la vez de oscuridad; el director trata de hallar y mostrar la esencia de un personaje ambiguo, imbuido por las eras de su antigüedad y arcaico en el trato. A pesar de no contar con un poderoso guión, Collet-Serra se vale de su experiencia y el buen hacer de sus actores para crear una película que a nivel de acción cumple con las expectativas y nos deja con un interrogante que quizás no llegue a ser respondido por cuestiones ajenas a sus intérpretes. Y señores, si esto no sucede, será un buen batacazo para Warner y DC.
Siferval
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10 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ‘Black Adam’ ningún minuto está desaprovechado. Puede que algunos pasajes de la película te resulten faltos de gracia o insípidos pero merece la pena verla. Las personas y personajes de la obra adquieren su más inmenso significado en la parte final. Pierce Brosnan es brillante y, según mi opinión, Aldis Hodge, son los que ponen la pausa y la emoción y Dwayne Johnson posa más que aceptable al actuar y contarnos el relato de más de 5000 de Kahndaq, también su propio relato: el poder surgido de la ira. Se nos muestran muchos magos y personas de la vida cotidiana, mediadores con mucha fuerza que quieren controlar el poder de Johnson.

Me han parecido espectaculares las luchas y más que definitivas, la Ciencia Ficción con el eternium y la mención de ¡shazam! consigue conectar. Visualmente aparte de todo esto bien conseguida.

Las películas de Marvel o DC con excepción de la trilogía de ‘Batman’ de Nolan, no suele ser lo mío pero con este poderoso film he pasado un buen rato. Una mezcolanza de personas que viven bajo el dominio de intergang con muy buenos superhéroes
Pater
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11 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Black Adam es una excitante experiencia repleta de acción sin frenos y múltiples efectos digitales. Toda una montaña rusa que ofrece 2 horas de entretenimiento imparable. Dwayne Johnson es perfecto en su personaje en apariencia y actuación. Pierce Brosnan también es muy destacable en la cinta. El único inconveniente que tiene esta película es su guion, ya que le falta más argumento y acaba siendo una historia muy simple. Es una película donde el argumento no es relévate, sino todas las escenas de acción. Por ende, Black Adam no es una obra maestra, pero si una película pochoclera que ofrece entretenimiento garantizado. Mi calificación final para esta película es un 7/10.
Elvis Del Valle
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6 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acelerado, desmadejado y superfluo film que no compensa y solo transmite una sensación de gran vacío, superficialidad y poca originalidad.
La música es horrorosa (al igual que la selección de canciones incluidas) y el trabajo en la dirección es prescindible ya que apenas hay momentos de reposo, diálogos y contenido que no sea, la mayor parte del tiempo, acción, persecuciones, explosiones, etc.
Va de más a menos y permite cierta evasión y disfrute, ya que por lo menos se prescinde de los chistecillos y bromitas de las recientes películas sobre superhéroes.
Ojo a la escena de post-créditos.
Búhofilm
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22 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de años (décadas) siendo «los otros que hacen pelis de superhéroes» o «el otro universo cómic», los astros se alinearon como para darle una oportunidad a DC de dar un golpe en la mesa y quedarse como el referente en cuanto a cine de superhéroes. Y es que, a pesar de que había logrado reunir a un póker de actores carismáticos en papeles clave (Cavill, Momoa, Gadot y Affleck) y de haber definido unos estándares visuales y un contexto argumental sobre los que fundar una familia de películas, Marvel siempre iba por delante en cuanto a cantidad de títulos al año, densidad de efectos especiales y, sobre todo, las ideas más claras en cuanto a hacia donde dirigir y hacer converger a todos sus protagonistas. A eso se unía una inexplicable (en términos objetivos) corriente de simpatía hacia los Vengadores y Guardianes de la Galaxia y demás a los que nunca nadie reprochaba las decisiones tomadas en su adaptación, mientras que las redes se llenaban de críticas hacia el enfoque de tal o cual personaje DC o señalaban las discrepancias con el lore de los cómics.

El caso es que tras el histórico Endgame, con Marvel en todo su apogeo, la compañía fue adquirida por Disney y entró en una confusa estrategia que parecía empeñada en dilapidar toda su reputación a la mayor velocidad posible. La idea no parecía mala: series en las que ir reemplazando a ciertas piezas que abandonaban el UCM y posicionando a nuevas figuras de cara a una nueva etapa (Loki, Falcon, Ojo de Halcón) con alguna película ocasional que trajese nuevos héroes (Eternals o Shan Chi) o echase el cierre a algunas líneas (Viuda Negra), pero pronto se empezaron a apreciar tres lastres. El primero, la salpimentación de los productos con discursos woke que introducían un incómodo ruido de fondo que le venía mal a unos personajes que trataban de asentarse y que veían que no sólo tenían que convencer al espectador de sus aptitudes para salvar a la humanidad, sino que lo harían de una forma ecológica, inclusiva y diversa. Ah, y casi siempre forzando la aparición de niños molones en papeles destacados. Por otro lado, tanta serie interconectada de manera tan inteligente exigía demasiado al espectador medio que, acostumbrado a ir a ver «la última de Marvel» con lo puesto o, como mucho, habiendo visto algo recientemente en alguna TV generalista, se encontraba con que para poder ir a ver la nueva de Doctor Strange con ciertas garantías de entenderla, tenia que haber visto dos temporadas de tal serie, una temporada de tal otra y los créditos finales de alguna película que dejaba caer alguna referencia necesaria. Mucho follón. Y lo peor es que Marvel no terminaba de dar con la tecla para asentar personajes y se le iba la olla introduciendo fórmulas esperpénticas como la sitcom de Hulka, la deriva cómica de Thor o la psicodelia experimental de Loki.

A DC no le iba mucho mejor, pero como fracasaba una vez por año y no una vez al mes, la cosa se notaba menos. Nunca sabremos qué provocó que una película con el presupuesto de “Wonder Woman 1984” terminase siendo el desastre técnico que fue y con ese truño infame de “Aves de presa” tuvo suerte de que pasó desapercibida para el gran público. El caso es que DC pareció aprender de errores propios y ajenos, se dejó de historias y planificó una vuelta al cine de superhéroes de toda la vida: poca psicología, pocos mensajes, muchos efectos y caras famosas. Así las cosas, cuando DC presentó “Black Adam” con Dwayne Johnson a la cabeza, no me cabía otra cosa en la cabeza que un pelotazo que, además de reventar la taquilla, atraería al Universo DC al espectador desencantado con Marvel. Por eso me sorprendió tanto su mala acogida en taquilla y la, en general, poco entusiasta opinión de la gente normal, aunque la entiendo perfectamente: no es una película ganadora.

De hecho, es una película muy complicada. Es general es entretenida y, frente a otros productos DC incapaces de lucir sus megapresupuestos, en “Black Adam” vemos pasta en cada plano. Puede presumir de abundantes efectos especiales que se integran correctamente en la tramas (no mete CGI por exhibicionismo o para compensar otras carencias) y la mitología del personaje, que nos lleva a una civilización perdida de influencias egipcias y sumerias, me pareció sumamente sugerente. Creo que tendría más gancho de haber referenciado sus raíces en dioses o alienígenas, pero entiendo el intento por enganchar con la familia Shazam y su historia termina siendo interesante. Además, sigue los estándares iniciados por Zach Snyder para el UDC por lo que se le puede considerar parte de la familia.

El personaje en sí es más complicado de asimilar. Cuentan que G.R.R. Martin era reacio a meter dragones en “Juego de tronos” porque, aunque son elementos fascinantes, condicionan el poder desarrollar tramas interesantes ya que, sea cual sea el problema o la intriga que se te ocurra, todo pasa a ser solucionable a base de drakaris por aquí y drakaris por allá. Quien haya leído “Canción de Fuego e Hielo” (lo que hay disponible) verá que Martin trata de mantener los dragones lo más ocupados posibles y alejados de la acción posible para no solucionar las tramas antes de tiempo. Por decirlo de alguna manera, Black Adam es demasiado potente. Tiene muchos poderes y ninguna debilidad, de hecho, sólo él mismo puede renunciar a un poder que luego puede recuperar cuando quiera. Así las cosas, su presentación es divertida y espectacular y sus habilidades dan mucho juego a la hora de planear coreografías espectaculares… pero cansa pronto, en cuanto ves que nadie normal va a poder con él y que la única forma de hacer interesante la película es forzar las cosas para que, de pronto, por motivos poco claros, deje ser perfecto y los malos tengan alguna oportunidad. Vamos, que hay que creerse que de pronto se le olvida hacer drakaris por aquí y drakaris por allá, lo cual agradecerán los streamers con canales dedicados a los agujeros de guion.

- Sigo en el spoiler por cuestiones de espacio -
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
OsitoF
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