El consejero

Abogado cobarde e inepto (Fassbender bien), prometida inocente e ignorante (Cruz bien), hampón cínico y sobrepasado (Bardem se encumbró en Hollywood con el papel de Reinaldo Arenas y se consagró definitivamente como psicópata bizarro y grotesco con los Coen; a partir de este Óscar parece que consideran que es el ideal para encarnar majaderos enloquecidos y con pinta de macarra lumpen y friki; la verdad es que cuando le ves, primero te pasmas, luego lo disfrutas) y la madre de todas las arpías (Díaz hierática), la que mueve los hilos y lo sabe todo.
Se reflexiona sobre las mujeres con amargura y admiración; son la perdición de los hombres; por exceso (de amor: Cruz) o por defecto (Díaz con Bardem y la de Pitt).
Parece que al final se intenta llegar más lejos; llevar la especulación hacia la situación general mundial: vivimos una época dominada por abogados cobardes y timoratos, incapaces de asumir y decidir de verdad, de ellos solo cabe esperar carnicerías y crueldades.
El tono general es de humor y fatalismo; concretado a través de sentencias crudas y brillantes.
Se habla, también, de la implacable consecuencia de nuestras acciones/decisiones; estamos siempre eligiendo y creando mundos que tienen un recorrido marcado por nuestra primera decisión; una vez tomada esa primera determinación, lo demás viene rodado, en cascada fatal, solo nos quedará acatar y resignarse.
Finalmente: nunca puede ser mala una peli en la que se tenga el valor de citar a Machado; en una peli americana y comercial para más inri.