Un hombre lobo americano en Londres

La película se las trae. Han pasado cuarenta y dos años, y se ha convertido, con buenos motivos, en una cinta de culto. Ya desde el principio, con esa música y esos paisajes del páramo inglés, nos pone sobre aviso, de que estamos ante algo inusual. La aparición de los dos jóvenes protagonistas no puede ser más original. Además, la primera media hora es genial, con la creación de la atmósfera ideal para la representación, el clímax monstruoso, nunca mejor dicho. Landis bebía de la tradición, y con todos esos elementos construye aquí una amalgama de terror-comedia, que no tenía parangón hasta ese momento. El enfrentamiento de las dos culturas, la ligera-hippilongui estadounidense, y la más grave-reservada y conservadora de Inglaterra se pone de manifiesto en la secuencia de la taberna, llamada curiosamente El Cordero Degollado... Este intro no puede ser más efectivo, pues nos mete de lleno en una historia, que sólo busca entretener, nada más.

Luego, la segunda parte, que se ambienta en Londres, es ya más convencional, aunque se sigue manteniendo esa mezcla fatal de comedia y terror adolescente. O terror a secas. El tema del licántropo es bien viejo, tanto como la vieja Europa, por eso la ambientación en Inglaterra es perfecta. La amistad de los dos chavales se esfuma, y queda otra cosa, se transforma la historia en una love story muy de los años 80, entre David Kessler (excelente David Naughton) y Alex Price, la enfermera del hospital en donde está ingresado David (Jenny Agutter). A lo mejor el público en general sólo se fija en la transformación de David, pero ahora que la he vuelto a ver (la vi en mis años juveniles, tal vez en TV, tal vez en vídeo), me he fijado sobre todo en este personaje, el de ella, Alex. Cuando aparece la enfermera en cuestión, con esos ojos que te dejan para el arrastre, la pantalla se queda hipnotizada también. Con esos ojos, quién no cae en amor, una y mil veces. La hermosa y breve historia de amor entre la enfermera y David, tan inocente, tan naïf aún, es de lo mejor que se puede ver en una pantalla, en pelis de los 80, claro. Uno queda bajo el hechizo de esta mujer, que se enamora realmente de su paciente, y a la que le duele profundamente todo lo que está pasando. De repente, en esta seriedad amorosa, aparece el amigo asqueroso, para darle los consejos de turno (hay una burla constante, con las advertencias, típicas de las pelis de terror: "cuidado con la luna", "no os acerquéis a los páramos", "tienes que matarte"). Y es este contrapunto, serio-humorístico, el que crea la magia, el deslumbramiento. Como dicen los gitanos: ni pa' ti, ni pa' mí..., ni comedia ni terror, sino todo a la vez, en todas partes...

Todo en la peli rezuma años 80, la escenografía de aquella década prodigiosa. Es más, Landis y su equipo (con el gran Rick Baker a la cabeza, maestro de los efectos especiales) se recrean en los años finales de la década anterior, para dar cuenta de una transformación, ésta social: el suave erotismo convertido ya en porno suave, no en vano esa secuencia cerca del final está ambientada en un cine porno de la época. La música de Creedence Clearwater Revival, que es claramente de los años 70, y que le da a la peli un aire retro más desconcertante. La aparición en el metro de un grupo de punkis, como guiño a la efervescencia del movimiento, en Inglaterra, y en Londres en concreto, los años precedentes. La película, si nos ponemos pedantes, puede verse como una especie de sátira, o una advertencia, sobre los peligros del amor salvaje, el sexo desencadenado, la pornografía que estaba tocando a la puerta. Todo ocurrió en un jardín lleno de verdor, o todo ocurrió en un cine porno, ahí donde se pierde el amor.

Terror y fiesta de gore (gorefest) que te hará saltar de asiento, resaltados por los excelentes pero tradicionales efectos especiales en las secuencias de metamorfosis artesanamente orquestadas, todos ellos se compensan con un atractivo romance y un humor irónico, aunque los cambios de tono no siempre funcionan. Caminando por una carretera en los páramos de Yorkshire del norte de Inglaterra, los estudiantes universitarios estadounidenses David Kessler: David Naughton y Jack Goodman: Griffin Dunne llegan a un pequeño pueblo. Los autoestopistas entran en el pub local, llamado 'Slaughtered Lamb', donde son recibidos fríamente por los lugareños. Más tarde abandonan la carretera y se van a través del campo, deambulando alegremente por los páramos bajo la lluvia torrencial. Después de eso, David Naughton resulta gravemente herido debido a un ataque salvaje de un animal y en un hospital es curado por una hermosa enfermera: Jenny Agutter e inmediatamente se enamora de ella. En el camino, Griffin Dunne le advierte que evite a los hombres lobo cuando hay luna llena. ¡Las cosas están a punto de ponerse un poco complicadas!. ¡Una obra maestra del terror, la película de monstruos!. ¡Cuidado con la Luna!. ¡John Landis te trae un tipo de animal diferente!. John Landis, el director de Animal House, te trae un tipo diferente de animal. ¡La película de monstruos!. Veinte años después, la Luna vuelve a salir... (reedición 20 aniversario)!. ¡Cuidado con la Luna! ¡Una obra maestra del terror!.

La película muestra acción, suspense, terror con toques divertidos; siendo bastante entretenida y bastante decente. Horror espantoso y sangre a borbotones en esta película de terror eficazmente formulada por John Landis con un maquillaje sorprendentemente impactante de Rick Baker. Una película de miedo jocosa que es más divertida de lo que cree. Esta película de acción, y comedia terrorífica del hombre lobo fue decentemente hecha, tratando sobre David Naughton, quien está en una temerariamente aventurera gira por Europa junto con su amigo Griffin Dunne, lo que resulta en consecuencias fatídicas. Hay mucho más de esto antes de que Naughton se metamorfosee en una escena realmente impresionante y devore a la población de Londres. Resultando ser un crossover, con un poco de la versión clásica de Lon Chaney: ¨The Wolfman¨ (1941) y ¨Teenwolf¨ de Michael J Fox y envuelto en un estilo posmoderno. Es algo diferente pero con clara referencia a estas películas.

Seguida de ¨Hombre lobo americano en París¨(1997) de Anthony Waller con Tom Everett Scott, Julie Delpy, Phil Buckman, este es más un reinicio que una secuela, esta comedia de terror no logra vivir la extravagancia y el ingenio de la original: ¨ Un hombre lobo americano en Londres de John Landis¨. Los efectos especiales han avanzado mucho desde el original y se nota, aunque los lobos generados por computadora son difíciles de distinguir. La transformación del hombre en hombre lobo es sencilla y se realiza mediante un generador informático FX, mientras que en este clásico ¨Un hombre lobo americano en Londres¨ (1981) de John Landis es más compleja, utilizándose un dispositivo bajo control remoto, así el radiocontrol. Mueve los ojos, orejas, nariz, labios del hombre lobo, además un actor en el traje le da vida y por supuesto un magnífico maquillaje del gran maestro Rick Baker.

El film fue dirigida profesionalmente por John Landis. Este gran cineasta John Landis es un conocido escritor/productor/director con una larga carrera. A la fría luz del día, hay que admitir que Landis se apoya demasiado en los efectos de maquillaje proporcionados por la transformación licantrópica de Rick Baker. Landis considera El hombre lobo americano en Londres (1981) su obra maestra. Ha dirigido dos películas que han sido seleccionadas para el Registro Nacional de Películas por la Biblioteca del Congreso por ser significativas "cultural, histórica o estéticamente": National Lampoon's Animal House (1978) y The Blues Brothers (1980). También ha dirigido un vídeo musical que se encuentra en el registro: Michael Jackson: Thriller (1983). Landis frecuentemente contrata a otros directores y cineastas para papeles pequeños. Landis tuvo su época de máximo esplendor en los años ochenta cuando dirigió clásicas comedias, como ¨Kentucky Fried Movie», “Into the Night”, “Animal house¨, ¨Trading Places¨ y, por supuesto, ¨Blues Brothers¨ y también dirigió ¨Twilight Zone¨, ¨Espías como nosotros¨, ¨Tres amigos! ¨, ¨Beverly Hills Cop III¨, entre otros. Calificación: 6,5/10. Mucha gente conserva afecto por esta película ingeniosa y irónica, más memorable por mostrar un decadente Piccadilly Circus en los ochenta.

Aunque al ver "Un hombre lobo americano en Londres" se nota que la película está encaminada a un público adolescente, John Landis no olvida incluir aspectos absolutamente sobrecogedores, especialmente en los momentos en que el protagonista se transforma en licántropo y se desata su instinto salvaje. Magnífico el trabajo de Rick Baker en el maquillaje, merecedor del Oscar con el que fue galardonado el film. No obstante, de ahí a que pase a ocupar un lugar privilegiado como película de culto, creo que hay un gran trecho. "Un hombre lobo americano en Londres" no deja de ser una comedia entretenida con tintes de humor negro y algunas dosis de inquietud en momentos puntuales. Además, el final quizá se queda demasiado corto para mi gusto, pues es bastante previsible el momento en que termina

Quiza no tenga los efectos especiales mas buenos del género, quiza sus actores no nos suenen mucho, quiza no sea una pelicula de puro terror. Pero es , si género de duda, una de las mejores peliculas de hombres-lobo de la história del cine.

Infinitamente mejor que su secuela (H.L.A en Paris) con un mejor trabajo por parte de los actores y donde se muestra realmente, que un hombre lobo no entiende de sentimientos, la comida es comida.
Xa mi un 7,2.

Directamente la película me fascinó; la escena de la transformación impresionante, es más hoy en día ésta transformación es flipante.La única película de licántropos que he visto unas 10 veces al menos. Se mezclan el humor, el terror, el ambiente lúgubre, oscuro, con el amor, el drama...Digna película para verla y recordarla