Cinderella Man. El hombre que no se dejó tumbar

Es una película más de boxeo. Aunque en algunos momentos cuenta con momentos que describen un poquito la mentalidad de la época. Las asignaciones de los trabajos a gusto del capataz de turno (ni turnos ni nada), la mafia del boxeo.....

Una película que me resultó interesante y muy entretenida.
Nos cuenta la vida de James L. Braddock de una forma un poco "tramposilla", pero es que Ron Howard es así, un sentimental. Seguro que su película favorita es "Fiel amigo" o algún dramón parecido. Al tío le gusta tanto llorar, que hasta hizo una peli de bomberos.
Bueno , al grano.
LOS ACTORES: Giamatti genial, es mi ídolo, siempre lo hace sobresaliente, pero porqué siempre es secundario? Russel Crowe está muy convincente, llega a caer bien y todo, hasta que recuerdas lo tonto que es. Y Renée, Renée con acento en la é, sencillamente sobra. Es como cuando te comes un sandwich, Renée es el borde del pan Bimbo (marca registrada). No sólo tiene un papel de lo más insulso, es que no se lo cree ni ella. Debería de haber visto Rocky para aprender de esa magnífica Talia Shire.
EL GUIÓN: Pues correcto, salvo porque a Howard le da por poner a los buenos, bueníiisimos y a los malos, malíiiiisíisimos. Es que el tío no ve el gris. O blanco o negro, y ya está. Al final resusta que me partí de risa al ver que Braddock es un hombre pobre, honrado, hasta devuelve el dinero del paro!! Es que tiene que mear chanel nº5!!! Y moviliza a todo el barrio que se va a la iglesia a rezar por él. Te has pasao medio pueblo Ron.
Y por otro lado Baer, que es el mayor cabronazo que ha parido el cine de boxeo, hasta el mismísimo Cluber Lang temblaría de miedo.
En fin, las escenas de la depresión, el muelle, y la parte dramática de la película están bastante bien realizadas. Aunque me quedo con la parte de los combates.
CONCLUSIÓN: Ron, con poner menos azúcar en el café, te habría quedado menos empalagoso y más bebible. Muy entretenida para un Domingo por la tarde. Cine palomitas.

La verdad esque cuando me lancé a ver este film lo hice con muy pocas expectativas al respecto, básicamente por la previsibilidad que rezumaba la cinta y por su inefable director.

En su primer tramo, lejos de decepcionarme, me sorprendió muy gratamente, puesto que la historia está muy bien contada, no faltan detalles en ella y en general está bastante bien. Sin embargo, la cosa empieza a fallar a media película cuando al amigo Howard se le ocurre empezar a rodar secuencias 100 % sentimentalistas y de un efectismo ridículo, a partir de ese momento, la película empieza a caer en picado hasta estrellarse de modo estrepitoso.

Para colmo de colmos, Crowe no hace nada especial en toda la cinta, demostrar que es un actor limitadísimo y poco más, y la Zellweger está increiblemente patética, no comprendo el propósito de su interpretación, cuando un par de años antes realizó una maravillosa actuación en Cold mountain. Y por último remarcar a Paul Giamatti, el único que realmente se salva y que es capaz de impregnarle algo de carácter a la cinta, y Craig Bierko, que le da vidilla al film con un personaje topiquísimo pero en el cual su interpretación resulta bastante efectiva.

Luego, en aspectos técnicos, como siempre, Howard está correcto, aunque en esta ocasión abuse en exceso del sentimentalismo lacrimógeno que se apodera de la cinta en momentos donde no tiene cabida. Aunque en términos generales, podría decirse que no desentona el trabajo realizado por el equipo del director con lo que pretende mostrar, donde la banda sonora resalta por encima de cualquier otro elemento.

Si algo positivo hay en esta cinta, esque nos transporta a una historia real y nos permite saber más sobre algún tema interesante como uno de los cracks bursátiles que más protagonismo tuvo en la historia de la economía. En resumen, esto daba para mucho más, seguramente con algún actor más solvente en el lugar protagonista y un director no tan mediocre podría haber resultado otra cosa, que se queda en nada ante otras grandes cintas del mundo del quadrilátero como Toro salvaje, Rocky o Hurricane Carter.

He estado pensando y mucho la nota que ponerle.

Por una parte me entretuvo e incluso me dejé llevar por la emoción en algunas escenas. El combate final estuvo genial, consiguió mantenerme en tensión. Si le hubiera puesto la nota nada más terminar de verla, habría sido un 7, entretenida.

Pero es como un dulce, en el momento de comerlo, a todo el mundo le gusta, aunque no te diga mucho y después te das cuenta de que no te quita el hambre.

La emoción la recuerdas como sensiblería y piensas que son trucos que ya conoces, efectivos en el momento, ñoños el día después. La historia es la retahíla de siempre aunque sea buena, al fin y al cabo te acabas dando cuenta de que es una más. Y te acabas convenciendo de que has caído en las triquiñuelas hollywoodienses y decides darle un 5 (es que me entretuvo, no la voy a suspender).

Pero el tiempo pasa y empieza el mal sabor de boca: El héroe americano que se supera a sí mismo, los flashbacks en el combate ya son pura patraña ñoña, la interpretación de la Zellweger, las 4 pinceladas con las que intenta pintar la America de la recesión y que no llega a ser más que un intento torpe de pintar con el pincel al revés. Eso sí, del 4 no voy a bajar, no llega a ser mala ni tan si quiera floja porque entretiene y porque Crowe, una vez más, se sale.

La verdad es que soy un gran desconocedor de la filmografía de Ron Howard, uno de los escasos (quizás, el más representativo) representantes de lo que en Hollywood se conoce como “artesanos”, esos directores de estudio, encargados de llevar a cabo (gracias a su buen oficio) los más diversos proyectos, siempre con clara vocación comercial.

Pues bien, aparte de ésta, sólo he visto "Una mente maravillosa", la película que lo consagró con cuatro Oscar. Una película, a simple vista, con más pretensiones que el resto de su filmografía, plagada de títulos hechos para el puro entretenimiento. Y una película que no pasaba de correcta. Correcta factura, correctas interpretaciones, correcto guión. Pero no pasaba de ahí. La película no asumía ni un sólo riesgo, no había nada en ella diferente o que no fuera convencional. Una película hecha para ganar premios en Hollywood.

Tras el paréntesis de "Desapariciones" (que, por cierto, nadie vio), Howard y Grazer vuelven a la carga con un producto muy similar al que les dio las estatuillas. Si algo molesta de películas como "Cinderella man", es ese tufillo de estar hechas pensando en las nominaciones que le pueden caer.

Por lo demás, es la típica película hollywoodiense, para bien y mal. Impecable factura técnica, rodada con oficio, entretiene, no se hace pesada en ningún momento, emociona en algún momento (lo mejor del filme, la secuencia en la que el boxeador pasa la gorra ante los magnates), cuenta la típica historia de superación personal, el sueño americano, los buenos sentimientos...

El problema sigue siendo la falta riesgo, la previsibilidad, el que sea la típica historia de superación personal, que tenga momentos del sentimentalismo más facilón y obvio, que no nos cuente absolutamente nada nuevo (ni en el contenido, ni en la forma) y, como ya he dicho, que parezca tan preocupada en llevarse premios.

Como cualquier producción de este tipo que se precie, tenemos a dos estrellas en los papeles principales. Dos estrellas que corren distinta suerte. Mientras Russell Crowe hace una creación bastante convincente de su personaje, el cual es capaz de llevar el peso de la película sin mayor problema; su acompañante es la cada vez más insoportable Renée Zellweger, empeñada una y otra vez en utilizar los mismos gestos y las mismas horrorosas muecas; ya sea una contemporánea Bridget Jones, o una vaquera en la Guerra de Secesión, o esta esposa de boxeador en los años de la depresión. Junto a ellos, encontramos a un secundario de lujo, el gran Paul Giamatti. Aunque este no es, ni de lejos, su mejor papel (ni su mejor interpretación) se come a cualquiera que pase por allí.

Si le gusta los productos made in Hollywwod, no saldrá defraudado. Si, por el contrario, ya están bien servido de este tipo de producciones, y quiere algo que le pueda sorprender, busquen propuestas más estimulantes.