The Wire (Bajo escucha) (Serie de TV)

A mi juicio —que también es el de muchos otros plumillas, a sueldo o por hobby— «The Wire» integra la Santísima Trinidad de la «Edad de Oro de la TV» junto a «Los Soprano» («The Sopranos», 1999-2007) y «Mad Men» (ídem, 2007-2015); lo cual no carece de mérito, habida cuenta de que no se trata, en absoluto, de una serie de visionado fácil.
En efecto, «The Wire» sacrifica el sentido del espectáculo consustancial al paquidermo HBO en aras de una veracidad puesta de manifiesto en las texturas documentales, los actores no profesionales y en la recreación del burocratizante día a día del departamento de policía de Baltimore.
Igualmente ajena a las infantilizadoras inanidades de hoy resulta la voluntad holística, la ambición de gran fresco sociológico que alienta en ella y que explica el (relativo) volantazo argumental que cada temporada supone respecto a la anterior.
Vertebra sus cinco entregas el retrato, poliédrico —no podía ser de otra manera—, de la lucha contra el crimen y de la responsabilidad de toda la sociedad, y no sólo de las fuerzas de seguridad, en la derrota o victoria últimas de éste, con especial énfasis en el papel de unas instituciones cuya limpieza se antoja condición «sine qua non» para un eventual triunfo del bien.
De ahí, por ejemplo, la importancia de que los fondos destinados a la escuela pública, capital instrumento preventivo, no se destinen a fines espurios. Tampoco la prensa, tradicional y oportunamente conocida como «el cuarto poder», escapa al fiero escrutinio de David Simon, reputado responsable de todo esto y no en vano periodista del Baltimore Sun durante más de una década.
«The Wire» también es, a su modo, una carta de amor de su creador a una ciudad que no se contará entre las más telegénicas de los Estados Unidos y que, sin duda, ha vivido tiempos mejores; pero cuyos habitantes y servidores públicos reciben un homenaje no por sincero menos sentido, especialmente en la secuencia —casi un videoclip— que cierra la quinta y última temporada.
En el apartado interpretativo, actores no profesionales aparte, encontramos a gente que ha hecho sólida carrera cinematográfica, caso de Dominic West e Idris Elba, y que, por ende, aporta a la serie una cuota de empaque y de carisma por demás reseñable. El intempestivo agente McNulty encarnado por el primero resulta sencillamente impagable. Les acompañan habituales de HBO como Aidan Gillen —el inefable Meñique de «Juego de tronos» («Game of Thrones», 2011-2019)—, Clarke Peters, Michael K. Williams y un Wendell Pierce con más flow que la Motown.

Pues eso, lo he intentado pero no, no he conseguido pasar del capitulo 8 de la primera temporada.

Vamos a ver, yo cuando me dispongo a ver una serie, lo que busco es que me mantenga enganchado, me emocione, me sorprenda o me entretenga, al menos. Y the wire no me ha transmitido nada de lo mencionado.

Me parece muy bien que refleje de una forma tan real el mundo del tráfico de drogas en las calles y la forma de hacer de la policia.
Me parece muy bien que las interpretaciones de su reparto sean muy buenas.
Me parece muy bien que tenga un buen guión.
Me parece muy bien que para muchos sea la mejor serie de la historia.
Ahora bien, bajo mi humilde opinión, he visto otras series policiacas que me han parecido mejores, como la primera temporada de true detective o mindhunter, por ejemplo.
Varios capitulos esperando que me transmita alguna emoción o vea algo impactante... y nada, no ocurre nada de eso, lo he intentado, pero no.

Es una buena serie, si, pero para mi no tanto como se dice.

Vi esta serie en verano, con mucho tiempo por delante. Me sobro todo el tiempo del mundo, porque veía capítulo tras capítulo durante todo el día. Bestial investigación sobre las drogas. Realismo en los personajes, las tramas y los escenarios. Y lo mejor, un guión que da pinceladas progresivamente hasta que configura un paisaje duro y emocionante.

Después de ver que esta serie ocupa el tercer puesto en el ranking general de Filmaffinity y además de que ya me la habían recomendado me he decidido a ver “The Wire” y tengo que decir que es una buena serie, de hecho una serie notable pero a mi parecer no es excelente ni una obra maestra, sinceramente creo que está sobrevalorada.
Es un relato inconstante, en ocasiones pesado y tedioso y en ocasiones interesante y que te engancha.
La verdad es que es una de esas series que mejora con el paso de los capítulos, de hecho la serie sube mucho de nivel gracias a las dos últimas temporadas, cada una de estas dos últimas temporadas es mejor que las tres primeras juntas.
Aunque esto no tiene nada que ver con la serie original tengo que decirlo, el doblaje es un desastre, hay personajes que cambian de voz en mitad de la serie, voces para varios personajes…probablemente esto me ha quitado parte de interés, quizás debí verla en V.O, en cualquier caso no me ha gustado este detalle de las voces.
En definitiva “The Wire” es una serie notable pero no es una obra maestra.

25/25/27/01/11) He terminado de ver la quinta y última temporada de esta policiaca serie de culto, un crudo mosaico sobre el devastador mundo de las drogas en una ciudad cualquiera, en este caso una deprimente Baltimore, es una voraz denuncia a la sociedad en la que nadie queda bien parado, todos estamos en el infierno solo falta saber en qué nivel. El creador del producto, David Simon, nos muestra un reflexivo fresco coral en el que se entremezclan la policía, la justicia, los abogados, camellos de esquinas, traficantes poderosos, drogadictos, políticos, trabajadores del puerto, periodistas, se toca en una temporada la educación de los muchachos, y hasta una especie de Robin Hood moderno, todos estos personajes se interconectan en este desesperanzador relato, en el que su maravilloso ejército de guionistas hacen un trabajo enorme, construyendo un creíble puzle de en el que el efecto mariposa queda patente, cuando un senador tose los ciudadanos sufren neumonía, componiendo hermosos diálogos, creando magníficos personajes que no caen nunca en la caricatura fácil, son personajes que rebosan humanidad . Aquí la línea entre buenos y malos está difusa, se nos describe como la sociedad marca a fuego y te condena, como la avaricia de los que mueven los hilos no les importa destruir sin con ello conservan su estatus. La serie nos enseña con detalle el día a día en las investigaciones de un grupo policiaco especial encargado de atrapar mediante escuchas a los malos malísimos, seguimos sus evoluciones a través de estas cinco temporadas, como unos son promocionados, otros rebajados y algunos echados, son policías con multitud de aristas, complejos, con problemas personales que los hacen tridimensionales, el más carismático es Jim McNulty (Gran Dominic West), un alcohólico mujeriego, que no duda en rebasar la ley para pillar a criminales y especialista en buscarse problemas y enemigos, hay más pero son tantos que si empiezo no acabo. En el bando de los traficantes asistimos a cómo funciona la pirámide maléfica, en la base están los mindundis que venden en la calle, son unos desheredados que encuentran en este putrefacto ambiente una salida, siempre son los primeros en caer en cuanto la cosa se pone fea, en lo alto de la pirámide están los Avon Barksdale (excelente Wood Harris) o Marlo Stanfield (buen Jamie Victor), sanguinarios traficantes, pero para mí el más reseñable es Stringer Bell (Extraordinario Idris Elba), un maquiavélico lugarteniente de Barksdale, un inteligente tipo que estudia empresariales para aplicarlas a su delictivo negocio, Idris compone un notable rol con multitud de matices.