Haz click aquí para copiar la URL

El instante más oscuro

Drama. Bélico Mayo de 1940. Winston Churchill (Gary Oldman) se convierte en primer ministro británico en un momento realmente crucial de la Segunda Guerra Mundial, pues los nazis avanzan imparables conquistando prácticamente la totalidad del continente europeo y amenazando con una invasión a Inglaterra. Churchill deberá entonces explorar la posibilidad de un tratado de paz con Alemania, o ser fiel a sus ideales y luchar por la liberación de Europa. (FILMAFFINITY) [+]
<< 1 5 6 7 10 24 >>
Críticas 117
Críticas ordenadas por utilidad
26 de mayo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es increíble lo rápido que pierde Joe Wright (Expiación, Orgullo y prejuicio) la querencia por insuflarle épica a este biopic bienintencionado de Winston Churchill. Quizá sea porque el director se percata, a mitad de película, que lo verdaderamente destacable es el trabajo de Gary Oldman. Por ello, El instante más oscuro se pierde en buscar un retrato demasiado amable del ministro. Tan amable que cae en el ridículo absoluto (la escena en el metro consigue casi meter al espectador debajo de las butacas por la vergüenza). El impecable diseño de producción y la dirección de fotografía casi consiguen olvidar un ritmo adormilado y una subtrama marital que solo buscan quitar las imperfecciones del personaje principal para convertirlo en un tipo entrañable (de ahí que se trate de justificar constantemente los errores del expediente de Churchill).

Con brocha gorda Wright filma las escenas bélicas, desde planos cenitales a efectos digitales primitivos, dejando el conflicto bélico como algo aparte, más al servicio de la comedia pretendida de salas de té que al suspense y tensión que prometía ese "instante oscuro", que recuerda más a la convencionalidad de "War Horse" (Steven Spielberg, 2011) que a la tensión al servicio de la historia de "Dunkerque" (Christopher Nolan, 2017).
El Censor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de junio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que la interpretación que hace Gary Oldman de Winston Churchill en esta película es, con mucha direrencia, lo más importante que puede ofrecer. Está la interpretación de Gary Oldman tan por encima del resto del reparto que este no parece sino un mero grupo de acompañamiento. Un premio Oscar más que merecido, pero una interpretación que por sí sola no consigue que la película llegue a un buen nivel porque, casi desde el principio, se le nota un tufillo hagiográfico y manipulador que hace sospechar sobre la veracidad de lo que se está viendo.

No se puede negar que la película tenga un mal ritmo, que no lo tiene pues sus más de dos horas pasan rápidas. Tampoco se le puede negar el esfuerzo de producción aunque el acabado tenga un aspecto más de película para televisión que para el cine, y ello a pesar del esfuerzo de Joe Wright por lo contrario, con esos traveling a cámara lenta o esos planos cenitales de escenarios bélicos, que con un ordenador hoy día se consigue lo que se quiera, incluyendo las transiciones de lo dibujado a lo real sin que se note nada. El problema está en que una película biográfico/histórica, que quiere contar lo ocurrido entorno al primer ministro británico en los meses de abril y mayo de 1940, se envuelva con un papel de rigor histórico y luego descubras que la historia se cuenta de otra manera. Lo loable de una película de este género es que sepa rellenar las lagunas con ideas pausibles y bien hiladas, lo censurable es que manipule.

Y no es necesario ser un gran conocedor de lo ocurrido históricamente para percibir que lo que estas viendo en esta película es una especie de invento a pesar de que la mayor parte de lo que se ve, pues debió ocurrir de forma muy parecida a como se escenifica. Al principio da la sensación de que vamos a ver una revisitación de "El hundimiento", la magnífica película de Oliver Hirschbiegel, pero pasada por el prisma británico, a saber, la visión de lo ocurrido en aquellos días a través de las vivencias de la secretaria del primer ministro. En cierto modo es así, pero lo que ocurre con la secretaria en su parte admirativa de la figura del líder, con su propio drama familiar, es tan forzado como artificioso. Pero lo peor, lo que denota el caracter cuasipropagandístico de lo que se está viendo, es el episodio del tren. Episodio multiracial también, y culta, capaz de continuar con una cita literaria, como debe ser en los tiempos que corren.

Terminada la película, quedas con la sensación de haber visto una colección de hechos reales mezclado con medias verdades y, directamente, inventos. Y la curiosidad de investigar a posteriori, solo un poco, para comprobar que la veracidad de la película es muy discutida por historiadores en los aspectos más importantes, aparte de que la secretraria personal de Churchill, Elizabeth Nel, empezó a trabajar para él un año después de los hechos aquí contados, y lo peor, que no tuvo un hermano en Dunkerque. Vamos, que su papel aquí es meramente inventado aunque la anécdota de su presentación, al principio de la película, sí es cierta aunque ocurriera un año después. Y el episodio del tren, cuando todas las alarmas de sospecha se disparan, que es puramente inventado con una finalidad muy clara.
fresenius
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de agosto de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alex von Tunzelmann escribió "La loca, loca, loca, historia del mundo según el cine". Un instructivo divertido y sarcástico compendio de como la realidad, la verdad histórica o al menos algo que se le parezca y el cine a menudo van cada uno por su lado. Más allá de divertirnos con anécdotas habría que valorar hasta que punto el cine ha hecho mucho daño en ese sentido influyendo con su poder en nuestras conciencias, sobre todo en periodos donde el acceso a la cultura y la información para las clases obreras eran más restringidos. Los poderes políticos aprendieron enseguida el poder propagandístico del celuloide. Desde que el Brexit asomó sus orejas un puñado de cintas británicas nos recuerdan y nos exaltan los valores insulares de "la pérfida albión". ¿Casualidad?. Y si hay un icono de la resistencia "en soledad" del Reino "Unido" ante la adversidad no es otro que la figura oronda tocada de puro y sombrero Homburg de Sir Winston. John Lithgow, Brian Cox y Gary Oldman nada menos se han metido en la piel del primer ministro recientemente con resultados actorales sobresalientes, Oscar incluido para Oldman.
El notable y ecléctico director londinense Joe Wright se lanza sin pudor en una producción impecable (fotografía, diseño artístico, bso, vestuario, maquillaje, etc), a un retrato con fhotoshop histórico que maquilla las sombras del Premier, que son muchas, y se queda con las luces de su brillante oratoria, altavoz decisivo para arengar a las masas a no rendirse jamás ante los tiranos donde los haya. Se puede decir que las virtudes en ese sentido de Churchill estuvieron en el lugar apropiado en el momento justo. Wright, no obstante sabedor de que no es oro todo lo que reluce y como expiación ( sí, es un guiño) de lo que va a perpetrar a continuación, comienza la cinta con una retahíla de algunos aspectos de lado oscuro del personaje para rápidamente olvidarse de ellos y ondear la bandera de sus aciertos manipulando lo que haya que manipular y regalándonos escenas tan bien elaboradas como sonrojantes. La del metro sería el paradigma.
Churchill tuvo desgraciadamente a lo largo de su carrera política muchos instantes oscuros, incluido que no le parecía mal pactar con Hitler siempre en cuando este le metiese mano a Stalin y les dejara en paz a ellos. El truco más destacado con el que el guionista Anthony McCarten nos escamotea la realidad del personaje es que el famoso discurso (por cierto la Cámara no tenia medios para retransmitirlo como se ve en la película) del no rendirse jamás, fue después y no antes de que la evacuación de Dunkerque fuese un éxito. Es decir que Churchill como buen político jugaba sobre seguro. Si Dunkerque hubiese sido un fracaso probablemente su discurso hubiese sido otro.
Sería extenso y no es lugar seguir hablando de las inexactitudes y la manipulación histórica que contiene la película. Al final es Oldman quien acapara toda nuestra atención, eclipsa al resto de actores que aparecen desdibujados, incluso al director que mientras tanto se entretiene con planos cenitales y travellings de dudosa eficacia artística. Quizás sus instantes más oscuros.
Como anécdotas destacar que la utilización por parte de Churchill del famoso signo de la V de victoria así como la contratación de Elizabeth Layton como su secretaria ocurrieron un año después de los hechos que se narran.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepción, es lo que me queda. Oportunidad perdida. Una fotografía preciosista, teatral, oscura, un actor en plenitud, rozando el virtuosismo, todo a favor para llegar a puerto, y sin embargo, naufraga estrepitosamente.

"Dunkirk" y "The Darkest Hour", desafortunadamente cuentan la misma historia, de manera distinta, pero de forma similar. Llegan ambas al mismo lugar, con recorrido diferente, subidas al mismo carro facilón.

Se cae la cinta de Wright. Se cae donde la de Nolan sobrevive. La manipulación histórica, el maniqueísmo facilón chocan constantemente contra la escrupulosidad que destila la cinta en todo momento, contra la recreación, contra la interpretación de Oldman. Las ínsuflas historicistas se atragantan según va discurriendo la cinta y uno descubre los lugares comunes, las ausencias y los escamoteos, en definitiva la absoluta falta de rigor histórico.

Cuando esta más perdida que nunca, entre lo que cuenta y lo que no, fuerza una escena vergonzosa para lograr artificiosamente llevar al espectador hacia el climax. Donde Nolan te conduce como verbalización de lo que acabas de ver, con naturalidad, reafirmando, Wright imposta vulgarmente.

Pero como estas cosas pasan, Oldman que es un grande, salva en una escena final de bello erizado, todo lo anterior, y justifica en diez minutos la existencia de una película que es una contradicción en si misma. Una pena.
Colectivo Escala
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película sobre los primeros y difíciles días del Winston Churchill como primer ministro británico. Un político decisivo y trascendental; no sabemos que idioma podríamos estar hablando ahora. Excelentemente ambientada, muy bien dirigida con un elenco de actores que no desentona en ningún momento, en sintonía con Gary Oldman, que es el alma de la cinta ganándose a pulso su Óscar. Su mujer, su secretaria, sus rivales políticos, el rey, todos desempeñan una labor encomiable (y la vi doblada).

Se podía haber caído, efectivamente, en toda una serie de discursos y proclamas infumables, una película más sobre política. Pero no. El director entra en la parte más privada del gran político inglés, aquello que menos se conoce por la mayoría de nosotros. Y lo hace de una forma amena, ligera -las dos horas de película se pasan volando- entretenida y sin ningún alarde cansino. Escenas memorables como la del metro o todas las de Churchill con su secretaria. Todo ello te hace entender mucho mejor la clase de hombre que fue.

Buena fotografía, encuadres, los grises, las sombras, el ambiente claustrofóbico y de inminente desastre que se fragua sobre la nación y sobre Europa.

Excelente.
secretadmirer
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 5 6 7 10 24 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow