La fuga de Logan

Logan's run es otro de esos films de ciencia ficción que trata de imaginar el futuro desde el pasado. Visionarlo en pleno siglo XXI es toda una experiencia.

Con un reparto espectacular y una puesta en escena deudora de su década (los años 70 del siglo XX), trata de imaginar cómo será la humanidad del futuro (en los años 70 del siglo XXIII). A nivel estético, de efectos especiales o de desarrollo dramático estamos ante un film naive, kitsch, muy al estilo de la ciencia ficción que se hacía en esa época (los elementos comunes con Soylent Green (1973) o Planet of the Apes (1968) son obvio), pero que tiene un planteamiento conceptual muy potente, con un claro subtexto de crítica social (el planeta ha sido destruido por la humanidad, la tecnología se inmiscuye en todos los ámbitos de la vida, el papel preponderante del hedonismo)...

Es de agradecer los films que se preocupan más por hacer reflexionar al espectador a partir de su planteamiento fantástico, que simplemente buscar el entertaiment pirotécnico. Y aunque su aspecto visual, ritmo o lenguaje cinematográfico hayan envejecido (a ojos del siglo XXI) es un film muy interesante, que ha sido el embrión de films notables que vinieron después (La saga Matrix sin ir más lejos) y que sigue funcionando más allá de su aspecto visual.

Una película cuyo guion, inspirado en la novela "Logan's Run" (1967, William F. Nolan y George Clayton Johnson), plantea una atrayente trama de ciencia ficción, sumamente interesante al inicio, pero que se diluye hacia medio metraje, donde incluso rebaja la calidad en los efectos especiales (que resultan incluso pueriles), y hacia el final es aún peor, haciéndose rotundamente aburrida, sin que la salve, siquiera, la presencia de Peter Ustinov, que no realiza, aquí, precisamente, uno de sus mejores trabajos. Siendo, el del resto del reparto, también, poco destacable, a parte de que, personalmente, nunca me gustó Michael York cómo actor...

Y como hecho anecdótico, que no sé si sólo es una apreciación mía, no pude dejar de evocar, esta vieja cinta, mientras visionaba, "La isla" (2005), por primera vez. A la que le hallé demasiadas semejanzas, con la aquí reseñada... Hasta no pude dejar de ignorar, ciertas similitudes en la vestimenta (al menos entre la uniformidad de los guardianes, como Logan, y la de los candidatos a "la Isla"), por no hablar de la afinidad en lo que motiva a los habitantes de ambas sociedades claustrofóbicas; en una, el ingresar en el carrusel, para renacer, para reencarnarse, en una nueva existencia en el cuerpo de un nuevo nacimiento, y en la otra, la de ganar la lotería para viajar hacia la isla, donde emprender una nueva vida, en aquel lugar... "paradisiaco". Además de otras muchas coincidencias argumentales, como la de que todos ellos crean que el resto del planeta es inhabitable...

En el mundo de la ciencia-ficción la objetividad en demasiadas ocasionas brilla por su ausencia entre muchos seguidores. Y ya no digamos nada si la película en cuestión está relacionado con su infancia. Entonces es posible que te saque los ojos antes de dar su brazo a torcer sobre la calidad real de la película de la que se habla.

“La fuga de Logan” es un ejemplo de ello, un paradigma de lo que digo sin lugar a dudas. Algunos incluso se lían entre la película y la serie. Bien, la versión cinematográfica fue primero y debido a cierta aceptación se hizo la serie para televisión que fue un éxito aún mayor. Pero ambas tienen poco que ver. Ya no sólo en cuanto a cartel artístico y técnico sino al propio argumento y desarrollo de la historia que es muy superior en la serie -que es estupenda- mientras la película es muy pero que muy floja.

Y siento mucho decir esto porque yo soy un buen seguidor de Michael York, mucho mejor actor de lo que se le permitió ser, y de otros actores que salen en esta cinta como Peter Ustinov o la guapa Farrah Fawcett –una de las encantadoras “Ángeles de Charlie”- e incluso el director Michael Anderson me gusta, ya que tiene un puñado de obras interesantes.

“La fuga de Logan” es una especie de remix de “El planeta de los simios” –del que plagia planos de forma totalmente descarada y situaciones argumentales- de “El tiempo en sus manos” –vestuario, decorados y situaciones calcadas sobre todo lo de la gente joven- y de la novela “1984” –el control de la población- añadiéndole un poquito de ambiente discotequero y psicodélico de los setenta y tenemos una historia sin pies ni cabeza.

En la memoria de toda una generación, y, por tanto, ampliamente homenajeada y parodiada en series y películas, se halla esta cinta de Michael Anderson, muy maltratada por el tiempo. Y es que, aunque parte de una idea impactante y original, el tratamiento y resolución de la misma y, sobre todo, la psicología de los personajes, es francamente decepcionante y casi pueril, incluso para su año de realización.

Con una estética pop, apropiadamente resaltada por la música de Goldsmith, la película se ve hoy día como un entrañable pasatiempo, con interpretaciones de obra escolar (excluyendo a sir Peter, claro) y un desarrollo muy ingenuo de la acción.

Aunque, eso sí, le da sopas con honda a esa copia infumable que el señor Bay hizo en el 2.005, sin ni siquiera tener el detalle de reconocerlo en los créditos. O de cambiar mínimamente el final, por ejemplo...

El tiempo le ha pasado factura a esta cinta de supuesta ciencia ficción que, si bien en su día marcó un hito de vanguardia, vista hoy no pasa de ser una cosa extraña y trasnochada. La Fuga de Logan no ha envejecido bien y sus autores lo saben: ha quedado como un artefacto setentero con una estética que se acerca peligrosamente al kitsch. No se le puede pedir a un director de cine que nos lea el futuro, pero si sus apuestas son tan arriesgadas lo más probable es que saque los pies del tiesto como en esta ocasión. Fuga de Logan es un refrito de pelis como Flash Gordon, He-Man, La Guerra de las Galaxias o Excálibur, sin que en ningún momento sintamos que lo que vemos sea un producto original. La prueba está en que es una cinta que no ha creado escuela y se ha quedado aislada en el tiempo: nadie ha tomado el testigo. Durante mucho tiempo se habló de un re-make pero todo quedó en agua de borrajas ... ¡era un proyecto maldito!

Las utopías casi nunca aciertan porque no tienen en cuenta la cruda realidad, y en el caso de esta película nos vemos atrapados en una sopa viscosa especialmente hortera. El guión es soso hasta decir basta y los personajes son estereotipos planos y sin personalidad. Si bien la premisa inicial es buena, el jugoso argumento se pierde entre diálogos planos, futurismo trasnochado y escenarios acartonados. En algunas cosas es como si fuera la hermana mayor de Gatacca pero sin ninguna de sus virtudes. Los efectos son completamente artesanales pero están pasados de moda, vistos hoy día resaltan por su aparatosidad y su escaso gusto: son marcadamente horteras. Puede que a los nostálgicos de la ciencia ficción les haga gracia, pero al resto de los mortales tanta aparatosidad nos causa un sopor inenarrable.

Tuvo gracia en su momento, pero la poca gracia que tuvo se ha ido diluyendo con el pasar de los años ... a pesar de esto, merece sin duda el aprobado.