Amor en conserva

Debo decir que, desde mi punto de vista, las películas de los Hermanos Marx entraron en declive a partir de "Una Noche en la Ópera". Para mí, por lo menos, es obvio que los productores de Hollywood (y Chico en este caso, que quería pagar una apuesta perdida) querían explotar la máquina de dinero que era el humor de estos hermanos. Y es que, las cosas hechas mal y deprisa pues acaban saliendo mal.

Es este caso que nos concierne el que acabó colmando el vaso. La última película de los Hermanos Marx no tiene ni una pizca de gracia, y encima está repleta de números musicales que parecen interminables.

Yo la quise ver porque no conocía en su momento a los hermanos, y porque la carátula del DVD la promocionaba como "la película que lanzó al estrellato a Marilyn Monroe". Ya ves tú, cinco minutos de metraje y ya es famosa.

Yo creo que ni la presencia también de cinco minutos de Groucho la salva. Él mismo lo dijo, que la película era mala porque apenas salía, que se hizo por ayudar a su hermano Chico.

La película que después haría Groucho en solitario, "Copacabana", no es que sea una gran maravilla del séptimo arte (si no la comparamos con "Amor en conserva"), pero guarda los estándares de calidad que no mantiene "Amor en conserva".

Por último, si sois muy fanáticos de Groucho, buscad su programa de radio y televisión "You Bet Your Life", del que destaco el reencuentro entre Groucho y Harpo, que vino a promocionar su libro "¡Harpo habla!". Aunque dure menos de cinco minutos, son cinco minutos hilarantes; mejor que una hora y media de aburrimiento.

El título de esta breve crítica resume lo que ofrece esta película, tan celebrada por los mitómanos por reunir a una estrella que empezaba, Marilyn Monroe, y a un trío que terminaba, Los Hermanos Marx. "Amor en conserva", una película extrañamente alocada, casi surrealista, funciona a la vez como una parodia del cine negro y como un espectáculo de variedades en el que se suceden las actuaciones musicales y los números de humor, con un collar de diamantes como elemento aglutinante de una trama que no es más que una excusa para hilar una serie de "gags".

Hay que destacar a Vera-Ellen, excelente bailarina, en todas sus apariciones y sobre todo en su actuación como Sadie Thompson. Por desgracia, la memoria cinéfila no parece acordarse de esta actriz al recordar esta película, pese a salir en ella mucho más tiempo que M. M.

No se podía hacer una película con Harpo como protagonista y sin interacción de los tres hermanos. Harpo tiene gracia, cuando hay un buen guión, en escenas sueltas, al lado del cáustico e inteligente Groucho.
Una trama algo tonta, un guión malo.
Harpo, además, tenía aquí la friolera de 60 años y se nota.
Lo único interesante es alguna escena, muy escasa, de Groucho, ver por primera vez a Marillyn Monroe y a un Raymond Burr, Perry Mason, de joven.
Pasable, porque también es un musical y hay números que están bien. Vera Ellen era una gran bailarina.
Y Chico al piano siempre está bien. Y Harpo con el “harpa” (es un chiste), que es cuando deja de hacer el tonto.

Los hermanos Marx eran capaces de sorprendernos con obras maestras del humor como "Una noche en la ópera" o "Sopa de ganso" o decepcionarnos como en este caso con una película sosa que apenas ofrece un par de destellos. La culpa la tiene un guión desestructurado que culmina en un brusco desenlace y la presencia meramente testimonial de Groucho que cede todo el protagonismo a Chico y Harpo. Salvo alguna frase ocurrente, ver apenas unos segundos a Marilyn Monroe y una persecución final realmente elaborada que juega ingeniosamente con las luces y las sombras, poco más se puede rescatar de esta comedia que supuso el cierre a las carreras cinematográficas de esta pandilla de cómicos.

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