Los pasajeros del tiempo

Una muy buena película de Nicholas Meyer que quizá peque de demasiado larga. Los Pasajeros del Tiempo robaran demasiado de tu tiempo para lo que tienen que ofrecer.

Meyer tiene cosas buenas, pero destaca sobre todo la capacidad para presentar su época actual como el futuro. En lugar de ser la típica película que especula con el futuro decide ubicarse en el pasado para presentar nuestro presente -el de la época- como el futuro, y lo cierto es que consigue que nos metamos en el papel de Malcom McDowell y veamos cosas cotidianas como futuristas, desde un ascensor hasta un coche.

La parte de descubrimiento siempre es divertida. Acompañar al protagonista hacia el "futuro" y verle experimentar con todos los objetos siempre da gusto, pero creo que Meyer se ha pasado de rosca. Tanto es así, que la película no acaba de entrar en materia hasta pasada la primera hora de metraje, quedando todo lo anterior como una pseudo comedia mezclada con un romance algo insípido. Culpa de todo ello lo tiene un buen Malcom McDowell con un personaje bastante mejorable, que no para de cuestionar todo y no tener ningún tipo de reservas para levantar sospechas.

Tras esa primera hora la película cambia y torna hacia lo prometido. No tiene el carisma como para mantener la trama mucho más tiempo, pero el espectador ya llega muy agotado de la prolongada primera parte.

Para ser una película de viajes en el tiempo, es bastante plana, sin cruces temporales, ni alteraciones históricas, ni paradojas. Eso sí, con crítica social, y con la divertida ocurrencia de meter a Jack el destripador en todo esto.

Me ha llamado la atención ver a una jovencísima Mary Steenburgen, que yo conocía ya siendo una señora, y haciendo de joven liberada y atrevida, cuando los papeles usuales para ella son de sufrida ama de casa en las pelis de sobremesa.

Es una peli ligera, sin complicaciones, y para todos los públicos, que ha resistido bien el paso del tiempo, y que entretiene, aunque si le buscamos las cosquillas, el guión es manifiestamente mejorable.

El planteamiento de un posible viaje en el tiempo (al futuro concretamente) de Jack el Destripador en la Máquina de Tiempo creada por H.G. Wells, resulta, sin duda, una idea original e interesante ; producción bastante solvente, rodada con relativos pocos medios, y esto se hace ver en los modestos efectos especiales, pero que exprime muy correctamente todas las premisas que se presentan, conformando, en conjunto, un vacuo, pero entretenido divertimento...la fascinación del cine por los viajes temporales suele proporcionar algunos buenos títulos de vez en cuando. No es este el mejor ejemplo, pero se deja ver.

A destacar el buen guión y su narrativa clásica, y sus dos principales interpretaciones, tanto David Warner como Mcdowell lucen bien, inspirados, correctos, la dirección seca, tradicional, repartiendo los tiempos muy correctamente, quizá se divisa un final fácil que, quizá perjudica ligeramente a todo el desarrollo, pero no resulta incómodo. Una buena B.S.O muy acertada en algunas secuencias, acompaña bien el montaje.

Un título que no ha envejecido demasiado bien, pero que se mantiene en la memoria por muchos factores positivos y una buena historia, quizá el tiempo la revalorizará, no se puede catalogar con excesiva nota, aunque desde luego es trabajo en el que, al menos, se han intentado hacer las cosas bien, incluso en sus defectos. Rodada al final de una década bastante prolífica en buenos títulos, grandes Blockbusters y muchos G. Lucas.

Saludos

H.G. Wells persiguiendo a Jack el Destripador a través del tiempo. Esta frase debería ser motivo suficiente para lanzarse a ver esta película que no defrauda en lo que quiere contarnos y que además goza de la genuina caspa del cine de finales de los setenta, con cabida para la música disco, la ropa hortera y el romanticismo repentino, todo ello habitual en la época que se estrenó, pero que ahora chirría un poquito, aunque sin pasarse.

Pero eso es lo de menos, ver como viven y se enfrentan estos dos íconos del siglo diecinueve en unos años tan especiales ya es un alarde de originalidad digno de elogio, y aunque nadie se plantee las posibles paradojas resultantes ni den respuesta a ellas, si nos dejamos llevar por su inverosímil historia viajaremos a dos pasados tan diferentes como "mágicos".

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Simpática desconocida, o no demasiado conocida hoy en día. Vamos, no la considero para nada una peli de la que se tenga mucho que hablar pero me ha resultado visionable. Debe de ser mi debilidad personal por las películas antiguas, o bien mi afán por una historia relacionada con Jack el Destripador, el cual tiene aquí una versión muy personal y totalmente diferente a las otras (claro está). Pero por desgracia no está bien aprovechado.
Así es. Tal como ocurriría por ejemplo con la abominable saga Spiderman, se le da aquí una excesiva importancia al romance. Un romance nada convincente, por cierto (y es que me duele estar de acuerdo con la peña en algo) y empalagoso. Un romance que se acaba haciendo cansino y cuasi estropea la premisa que era tan prometedora.
Malcom McDowell ha conocido mejores papeles que este H. G. Wells con un complejo de universitario tan cargante que David Warner le eclipsa con patatas (durante lo relativamente poco que sale).
Y colorín, colorado, esta crítica se ha acabado. No hace fanta ningún SPOILER. Me ha gustado pero me da pena porque creía que me podría encantar. Necesitaba ilusión...