Serena

No es sensato ir al cine con expectativas poco sólidas en cuanto a la calidad («esta película es de tal director, luego tiene que ser buena») ni la temática («en esta película salen fulanito y menganita, luego tiene que ser una comedia romántica») porque lo único que se suele conseguir es decepcionarse. El caso de esta “Serena” es una excepción porque yo creo que si alguien se ha gastado su buena pasta en juntar a los, por entonces, ya consolidados Jennifer Lawrence y Bradley Cooper, era razonable pensar que los iba a envolver en una producción a su altura, en algo que les permitiera lucirse y transmitir su optimismo innato al espectador. O, por lo menos, pasar un rato agradable. O, como mínimo, contar una historia interesante. Así que si, por lo general, cuesta entender los motivos para rodar melodramas descorazonadores y malrolleros, desaprovechar a dos estrellas haciéndoles pasar las de Caín yendo de tragedia desagradable en tragedia desagradable hace que el sentimiento de decepción se acumule sobre la desazón que, de por sí, provoca la película.

Aunque por fuera esté todo lo bien producida, ambientada y escenificada que se supone a cualquier película de Hollywood, una vez que termina la introducción de los personajes y empieza la historia de verdad, “Serena” resulta ser un anticlímax continuo. Acumular desgracias sobre la pareja protagonista no sólo no resulta particularmente entretenido sino que no asegura la intensidad dramática buscada. Al contrario. Por un lado desapega a un espectador que no está especialmente interesado en ver sufrir a unos personajes a los que, de entrada, quiere querer. Por otro lado, el público acepta drama hasta un umbral, superado el cual, la cosa se vuelve artificiosa y vuelve a ser consciente de que simplemente está ante una película. Una mala película que confunde emocionar con disgustar, conmover con sufrir. Un mal drama que piensa que la cantidad tiene su calidad y cien penurias impactan cien veces más que una.

Los dos minutos finales del episodio de “Futurama” del perro de Fry (¿hay alguien que haya sido capaz de verlo sin llorar y sin que se le ponga la carne de gallina cada vez que se le viene a la cabeza?) tienen, sin una sola palabra, sin un solo grito, sin una sola lágrima explícita, más carga dramática que las dos horas de esta “Serena” y de veinte secuelas que hiciesen. Y sin actores de moda. Es lo que se tiene tener talento y las cosas claras.

La historia está mal contada. De una situación ideal, pareja feliz, que se quiere, apasionada y con futuro, pasa a ser una historia truculenta, violenta y desagradable y que no se cuenta bien. La interpretación de Jennifer Lawrence no convence. Además de rubia, pero de súper rubia, que endurece sus facciones, que supongo, que buscarían lo contrario. Es una pena por que el comienzo de la historia es prometedor....buenos paisajes y el negocio de madera parece rentable. El guionista se lía y la lía con su socio, con su capataz y luego con la pérdida del niño.......todo un lío con un sicario a las ordenes de una bruja. No era lo que espera en los primeros 45 minutos que poco a poco te va llevando a la tragedia. Es paso atrás para la carrera de Jennifer Lawrence.

Jennifer Lawrence es una excelente actriz, pero creo que no es la belleza que no están creando los estudios cinematográficos, si es guapa, en SELENA pudo ser cualquier otra actriz, ya que Jennifer tuvo un actuación mediana y la película tenía para mas y ninguno de los dos protagonistas Jennifer Lawrence, Bradley Cooper, lograron las espectativas creadas.

Perfectamente podría ser un telefilm de sábado por la tarde con actores desconocidos. Jennifer y Bradley (y un buen reparto de secundarios) no salvan el folletín, tan sólo lo hacen tolerable.

Basada en la novela de Ron Rash, "Serena" es tal vez uno de los títulos que haya visto en mi vida donde realmente la mujer protagonista es una mujer curtida, fuerte, no de su físico, si no de su corazón, experta maderera de Carolina del Norte del s. XX, donde ayuda a su marido George, interpretado por Bradley Cooper quien ha ya colaborado en cuatro ocasiones con Lawrence, con química probada.

Y es que Serena es una mujer fuerte e independiente que al mejor estilo Disney se va estropeando y también su marido.
Traiciones de su círculo íntimo y un hijo bastardo al que la madre no para de retregarles a falta de otra cosa en su cara son solo un par de las muchas cosas horrendas que les ocurre a la pareja detonando su viaje al infierno.

Y es que a lo largo del metraje no pude evitar empatizar con Serena, será por la gran actuación de Lawrence, quien marca la diferencia una vez más con todo el reparto, que sin embargo está formado por nombres relevantes, como Rhy Ifans en el papel de visionario fiel y Sean Harris.

La ambientación de principios de los años 20 es inmejorable, y el vestuario. De lo mejor de esta época.

La historia es entretenida, rápida, llena de romanticismo, de pasión, pero también de un tufillo a mala suerte que impregna cada acto de venganza de una comprensión humanitaria. Tal vez se podría haber hecho de otra manera, pero si ha sucedido de esta otra sus razones han tenido, y lo peor es que es de estas películas que invitan a la reflexión, lo que le da una buena puntuación a los ojos del espectador.

Drama, erotismo, acción, suspense....todo en una, es completa, muy completa.