Queimada

Al empezar a verla, como ponen la fecha de la película en los créditos en número romanos, me pareció que era de 1979. Pero claro, no podía ser porque una obra de cariz radical no encajaba en esta década. Realmente, los años revolucionarios son los sesenta y los antirrevolucionarios, los setenta. Esto si me lo dicen hace tres o cuatro años no me lo hubiera creído pero realmente es así. Así que "Quiemada" es de 1969. Dicho esto, ¿de qué va entonces? Pues de una especie de semblanza del "neocolonialismo", entrecomillo porque el término es impropio pero lo uso para entendernos. Es decir, que un territorio pasa de ser una colonia formal a otra virtual mediante un proceso de independencia fallido. Ahora bien, esto históricamente no se ha producido sino que a lo sumo, países libres y soberanos, lo contrario a una colonia, acaban siendo actores secundarios o estados fallidos como fruto de una serie de políticas desastrosas, dogmáticas o ilusas. Por ejemplo, el endeudamiento masivo. Pero aún así siguen gobernando ellos. Eso del imperio informal es un mito, la influencia occidental es/era realmente mínima.

Con todo, Gillo Pontecorvo trata de mostrarnos este proceso de un modo que trata de ser pedagógico pero que realmente es tosco. Para empezar, el marco histórico es inexistente, incluso hay un baile de años que ni siquiera coincide, y políticamente inventado. De hecho la isla es ficticia y por lo tanto su historia es falsa, a pesar de que en la página del Partido Comunista Obrero Español nos digan que es real y que, por cierto, algún compañero de esta página ha copiado ingenua o maliciosamente (o a lo mejor es que es él mismo el autor). En cualquier caso, trola marxista para engañar al personal. En realidad, "Queimada" se inspira lejanamente en el caso de Haití, el único país de América que pudo salir adelante a través de una revolución llevada por los negros. El resultado, un verdadero genocidio blanco, una masacre absoluta (se estima que pudieron morir casi 400.000 personas para una población que como mucho en 1789 tendría 600.000 habitantes), la destrucción total y la regresión a una barbarie que duró hasta casi el presente. Luego nos extrañamos que Haití sea la nación más pobre de América.

Pues todo esto, indirectamente es lo que glorifica Pontecorvo. Porque en este cuento, los buenos no son liberales como Teddy Sánchez (Renato Salvatori), que quieren establecer una república democrática y abolir la esclavitud. En esto estoy de acuerdo, estos criollos fueron lo peor, destruyeron los imperios coloniales por puro egoísmo convertido en ideología política o al revés, lo mismo da, abriendo la puerta a décadas, siglos incluso de terrible violencia, opresión y pobreza. Pero para Pontecorvo los buenos son los ex esclavos, especialmente su "héroe", José Dolores (Evaristo Márquez), un tipo ignorante, brutal y desconfiado, que machete en mano quiere imponer no se sabe bien porque es incapaz de presentar una propuesta. Parece que lo que desean los rebeldes es vivir al margen de los blancos y de la civilización, de sus leyes y normas. Salvajismo y violencia en estado puro. Que sí, que la esclavitud estaba mal pero eso no justifica ni la independencia ni las rebeliones esclavistas, entre otras cosas, porque donde mejor podían estar los esclavos negros es como súbditos de la corona francesa.

«Queimada» es bastante didáctica. El problema es que tiene ese estilo naturalista de la época que hay que saber hacer muy bien para que funcione, lo que no logra Pontercorvo, y además te está contando una milonga que no sé a quién podrá emocionar.

Nos encontramos en la ficticia isla de Queimada dominada por la Portugal colonial, adonde llega un súbdito del Imperio británico para desestabilizar la isla y que los nativos se rebelen. Realmente hay que decir que el personaje de Sir Walter Walker es el verdadero eje de esta historia: no solo es que sea el impresionante Marlon Brando, sino que todas sus argucias y toda su inteligencia son merecedoras de admiración. Ahora bien, lo que hace este señor es liarla parda en Queimada.

Pontercorvo tiene un mensaje claro: el ensalzamiento guerrillero de la pretendida lucha por la libertad frente al opresor. Lo respetaría, aun estando en total desacuerdo, si al menos nos explicara valiente y racionalmente cuál es su propuesta una vez los negros ganen a los blancos. Yo quiero saber qué civilización quiere construir José Dolores. Que hable y no se quede callado como un bobo. Que nos lo exponga.

Por supuesto, no hay explicación, no hay alternativa, no hay discurso, no sé si porque realmente no se sabe lo que se defiende excepto el odio mortal a lo blanco o porque el autor no se atreve, que lo dudo. Intuimos algo parecido al marxismo, al anarquismo, no sé, pero todo es suponer porque a la hora de la verdad, ¿qué fundamentos tiene esa nueva nación? Como se ve en un momento dado de la película tras la revolución, un país necesita cerebro, conocimiento, cultura, más allá de una buena o mala idea.

Y este José Dolores, a quien me lo quieren pintar como un héroe, es un soberano ignorante que se cree superior, un asesino, un egoísta que sacrifica a su pueblo, un bárbaro, un inútil, un racista; porque el odio hacia la raza blanca y todo lo que representa, que queda siempre muy guay y progresista, es también racismo.

En fin, tiene su punto para debatir un poco de política.

Film sobre las dificultades y problemas en torno a la liberación colonial. La película se ambienta en una isla imaginaria: Queimada (llamada asi ya que para ser conquistada a sus nativos tuvo que ser devastada por el fuego), en donde lo nativos viven esclavizados por el régimen dictatorial portugues. La trama comienza con la llegada de un miembro de la marina inglesa (Brando) a la isla, que ante tal situación, pronto consigue reunir un grupo de hombres y provocar una insurrección, derrocando al gobierno portugués. Sin embargo los años pasan y dicha insurrección se convierte en guerrilla, convirtiendo al pequeño país en un constante campo de batalla y los únicos perjudicados resultan ser los pobres campesinos que viven ya de por si en condiciones infrahumanas.

Película pedagógica: Iniciación a un marxismo básico para espectadores básicos, y confirmación de creencias a concienciados enteradillos, que harán una sonrisa cómplice. Realización retórica y enfática, y Marlon Brando exagerando de forma narcisista el papel de Marlon Brando, en su numerito característico.